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General: Axel Kicillof : " Vamos a pagar sin poner al pais de rodillas "
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 02/06/2014 21:41 |
ECONOMIA › AXEL KICILLOF EXPLICO EL ESCENARIO QUE SE ABRE A PARTIR DEL ACUERDO CON EL CLUB DE PARIS
“Vamos a pagar sin poner al país de rodillas”
El ministro descartó que, como resultado del acuerdo, vaya a registrarse un “aluvión” de inversiones extranjeras. Enfatizó, en cambio, que el arreglo ofrece un estímulo a los países acreedores para que promuevan esos desembolsos en Argentina.
“El acuerdo que conseguimos en el Club de París era imposible porque estaba fuera de los canales habituales y por eso llevó tanto tiempo esta negociación. Vamos a pagar sin poner de rodillas al país”, afirmó ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. En su casa, donde recibió ayer por la tarde a Página/12 y a otros seis diarios, el funcionario destacó la relevancia del arreglo con los 16 países acreedores para el proceso de regularización de los pasivos impagos arrastrados desde 2001-2002 encarado por el Gobierno. El titular del Palacio de Hacienda rechazó que la decisión de pagar 9700 millones de dólares en un plazo de entre 5 y 7 años implique un regreso a la lógica de la “timba financiera”. No descartó la posibilidad de emitir deuda en el mediano plazo para refinanciar vencimientos de capital, si las condiciones financieras lo ameritan, pero indicó que están muy avanzadas las negociaciones con China para concretar líneas de crédito por 7000 millones de dólares “para proyectos estratégicos de infraestructura”. “Nosotros mantenemos nuestros objetivos y no nos casamos demasiado con los instrumentos”, indicó Kicillof. También desmintió una supuesta interna con el titular del Banco Central: “No estamos peleados con Fábrega. Creo que es una buena persona y está muy preparado. Hay un equipo económico que discute ideas y toma decisiones”, sostuvo.
“Arreglamos en condiciones favorables uno de los tantos entuertos que nos dejó el neoliberalismo, en lo que fue la historia argentina durante décadas y décadas, con foco en la dictadura militar”, remarcó por la mañana el titular del Palacio de Hacienda. Kicillof y su equipo arribaron ayer a las 5 de la mañana después de negociar en la capital francesa durante veinte horas seguidas el mecanismo para cancelar los 9700 millones de dólares que estaban impagos. “Al principio de la discusión empezamos muy lejos, ellos querían que en un año pagáramos el equivalente al 10 por ciento de las reservas”, explicó el funcionario. Si hubiera primado esa fórmula, Argentina hubiera desembolsado 2800 millones de dólares el primer año, mientras que se convino un pago de 1150 millones.
Antes de realizar el primer de-sembolso en julio, el país deberá rubricar acuerdos con cada uno de los 16 países acreedores. “El Club de París ofreció un paraguas para ponerse de acuerdo sobre un solo arreglo, pero los contratos bilaterales no se pueden apartar una coma de lo que dice ese texto”, explicó el funcionario al recordar que los pagos se cursarán a cada uno de los países dependiendo de la porción de la deuda total que les corresponde.
Distendido en el living de su casa, Kicillof descartó que, como resultado del acuerdo, vaya a registrarse un “aluvión” de inversiones extranjeras. Enfatizó en cambio que el arreglo ofrece un estímulo a los países acreedores para que promuevan esos desembolsos en Argentina, ya que así se abre la posibilidad de acelerar los pagos anuales (ver aparte). “No nos aseguran que van a invertir más empresas, sino que les van a avisar a sus agencias de desarrollo y aseguradoras que Argentina ya no es deudora, por ejemplo, de Japón. Por lo tanto, esas agencias pueden financiar con mejores condiciones proyectos de inversión de Toyota o Mitsubishi. Eso no quiere decir que todas las compañías vayan a pedirles y que les otorguen financiamiento”, indicó el funcionario.
“El acuerdo con el Club de París puede generar mayores inversiones extranjeras y mayor holgura del sector externo. Pero, más allá de esos beneficios potenciales, en Argentina continúa habiendo sectores interesados en generar una devaluación a pesar de los acuerdos con el Ciadi, Repsol, la reestructuración de la deuda, el pago al FMI y demás esfuerzos”, advirtió Kicillof.
“Tenemos 28.000 millones de dólares de reservas. Los pagos que debemos afrontar cada año son sustentables y permiten administrar el perfil de vencimientos de deuda externa sin inconvenientes. El año próximo tenemos que pagar aproximadamente 5800 millones por el Boden 2015. Los desembolsos mínimos de 500 millones de dólares a los acreedores del Club de París ese año son poco frente a esa cifra”, indicó Kicillof, en referencia al impacto del acuerdo sobre las reservas del Banco Central. “Este año faltan ingresar todavía 20 mil millones de dólares de la cosecha, por eso el monto tampoco es demasiado significativo si se alcanzan los pagos máximos de 2250 millones de dólares por una mayor inversión extranjera”, concluyó el titular de Economía.
A pesar del renovado “apetito” de los mercados por comprar deuda argentina, Kicillof reiteró que el Gobierno no planea realizar una emisión de bonos en las plazas financieras internacionales. No obstante indicó que están avanzadas las negociaciones con China para que se pongan en marcha créditos por más de 7000 millones de dólares: “No vamos a entrar en la timba financiera. Los créditos para el Belgrano Cargas y las represas son grandes inversiones de largo plazo y costosas que requieren divisas. No vamos a emitir deuda al mercado pero es el mismo tema, utilizamos financiamiento externo”, explicó el funcionario. Consultado sobre el potencial impacto favorable para el acceso al financiamiento internacional para provincias y empresas el funcionario fue cauteloso: “Dependerá de los mercados que tienen un componente especulativo”, sostuvo, para luego recomendar la lectura de algunos capítulos (16 al 18) de la Teoría General de John M. Keynes para comprender el proceso de determinación de la tasa de interés.
“En esta visita el planteo del FMI no apareció en la discusión. No estuvieron ni siquiera como observadores”, explicó al descartar que una participación del organismo hubiera permitido mejores condiciones financieras. “Si realizábamos un acuerdo con el Fondo como parte de la solución con el Club de París las condiciones serían leoninas”, sostuvo el economista ante la consulta de los periodistas.
“Los economistas y políticos que la semana pasada decían que el acuerdo no se iba a cerrar, que nosotros no sabíamos cómo hacerlo, deberían decir que se equivocaron y generaron expectativas desfavorables. Yo sé que no lo van a hacer. Igual no guardo rencores”, sostuvo Kicillof al ser consultado por los pequeños afiches que fueron pegados en los pasillos de Economía con declaraciones recientes del político Roberto Lavagna, el senador radical Ernesto Sanz y el legislador Alfonso Prat-Gay que vaticinaban un fracaso en las negociaciones con el Club de París. “Siento que los jueces argentinos tienen mucha presión. El juicio lleva casi dos años y justo hoy sale el pedido de indagatoria al vicepresidente Amado Boudou”, advirtió el funcionario al referirse al pedido del juez Lijo.
“Si realizábamos un acuerdo con el FMI como parte de la solución las condiciones hubieran sido leoninas”, dijo Kicillof.
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Minuto a minuto de la pulseada final
Los acreedores empezaron pidiendo un pago en efectivo de 2000 millones de dólares y 12 puntos de tasa de interés por punitorios. A la medianoche los funcionarios argentinos parecían solos. Seis horas después, el arreglo se dio en otros términos.
Axel Kicillof, ministro de Economía, en la mesa de negociación con más de 60 funcionarios de los 19 países miembros del Club de París.
“El miércoles a las 12 de la noche pensamos que se habían ido todos. Sólo estaban los franceses, que presiden el Club de París, y suponíamos que tal vez habría algunos funcionarios japoneses y alemanes. Cuando volvimos a reunirnos a las 6 de la mañana nos sorprendimos porque estaban todos los que nos habían escuchado más temprano, eran cerca de 60 personas.” La narración del tramo final del encuentro, que se prolongó durante 20 horas, fue realizada a Página/12 por un funcionario del equipo económico que acompañó al ministro Axel Kicillof durante toda la jornada. “Arrancaron pidiendo un pago inicial de casi 2000 millones de dólares y querían que la tasa de interés para calcular los intereses punitorios fuera de 12 por ciento”, agregó un miembro de la comitiva oficial antes de apagar los celulares en el avión que los traía de regreso a Buenos Aires. Por eso, con el primer intercambio de propuestas en la mañana del miércoles, la delegación argentina supo que las negociaciones serían extensas. Pero fue clave evitar pasar a un cuarto intermedio, dicen, porque “se hubiera freezado todo”. Ambas partes cedieron y a las 6 de la mañana el acuerdo se convirtió en realidad.
El monto consolidado de la deuda asciende a 9700 millones de dólares y la operatoria no será supervisada por el Fondo Monetario Internacional. No hay quitas, pero los desembolsos que serán realizados en efectivo con reservas del Banco Central se financian en cuotas anuales hasta 2019 con una tasa de interés del 3 por ciento. El pago inicial será de 650 millones de dólares en julio y el siguiente de 500 millones se hará en mayo de 2015. Cuando se concreten esos desembolsos se levantará oficialmente el default y se rehabilitarán canales de financiamiento para empresas extranjeras de los países miembros con inversiones en Argentina. El endeudamiento externo no es un objetivo inmediato, pero es esperable que mejoren las condiciones de acceso al mercado financiero.
Las reuniones en París comenzaron el miércoles a las 10.20 de la mañana con una exposición de una hora a cargo del titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, sobre el modelo macroeconómico argentino. “Fue una presentación para romper mitos”, explicó a este diario un funcionario que participó del encuentro. Contó con una descripción de la situación económica argentina desde una perspectiva histórica, detallando los avances en materia de crecimiento, reindustrialización e inclusión social a lo largo de los últimos once años. Una parte relevante del contacto inicial matutino estuvo dedicada a detallar la política de desendeudamiento y regularización de pasivos encarada por Argentina a partir del default: la reestructuración y canje de la deuda con privados (2005 y 2010), la cancelación del pasivo con el FMI (2006), la decisión de garantizar los vencimientos con reservas del Banco Central (2010) y el más reciente acuerdo con algunas empresas para que levanten sus demandas contra el país en el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, a cambio de un pago en bonos.
“Los miembros del Club estuvieron bastante receptivos y algunos hasta parecían sorprendidos”, contaron desde el equipo económico. En la delegación argentina se sorprendieron cuando vieron a distintos funcionarios extranjeros sacar fotos de las filminas con sus celulares y tabletas.
El foro reúne a 19 países, pero los pasivos impagos de la Argentina corresponden a 15 miembros más Israel, que es miembro adherente del grupo. Las comitivas de cada país estuvieron compuestas por funcionarios de segunda línea de los ministerios de Economía, Finanzas, Desarrollo, Cooperación y agencias de financiamiento estatales. Por ejemplo, por Estados Unidos participó el director de la Oficina de Asuntos Monetarios del Departamento de Estado, Andrew Haviland, mientras que la representación germana la encabezó un funcionario del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo, Christian Storost.
En su declaración conjunta que fue distribuida durante la madrugada del jueves, los miembros del Club de París se hicieron eco de la intervención del ministro Kicillof: “Durante la reunión, la delegación argentina presentó las medidas implementadas por el Gobierno para impulsar el crecimiento inclusivo y fortalecer su resistencia a los shocks externos”. La reiteración de la fórmula del “crecimiento con inclusión” utilizada por los funcionarios argentinos fue bien recibida por los acreedores y su inclusión en el comunicado fue interpretado por Kicillof y equipo como un “guiño” de aceptación. Además, como parte interesada, los acreedores destacaron los esfuerzos realizados por el país para regularizar los distintos pasivos impagos. “Los miembros del Club de París reconocen el progreso hecho por Argentina hacia la normalización de sus relaciones con los acreedores, la comunidad financiera internacional y las instituciones después del default de 2001”, indicó el foro de países en el comunicado.
El ida y vuelta
Terminada la exposición del equipo económico se abrieron las rondas de negociación. La delegación argentina quedó alojada en una sala de reuniones de la planta baja del Ministerio de Economía de Francia y los representantes de los 19 países del foro en el recinto del primer piso donde se realizó la presentación.
Desde ese momento las conversaciones bilaterales se dieron a través de Ramon Fernandez, presidente del Club de París y secretario adjunto del Tesoro galo, que alternaba entre ambos salones con las propuestas y contrapropuestas. Fueron más de seis rondas de negociaciones alrededor de los diferentes puntos del acuerdo como las tasas de interés, el desembolso inicial, la extensión del acuerdo, los pisos y techos de las cuotas, como los tiempos para que los países del foro declaren la salida del default. La inclusión del FMI como supervisor del acuerdo no estuvo presente en las discusiones. Según contó el propio Kicillof, los directivos del Club de París enfatizaron, luego de concretar el contrato, que “una de las únicas veces que el Fondo no intervino fue con la renegociación del pasivo de Indonesia después del tsunami”.
“Estamos muy conformes, sobre todo considerando cuál era la expectativa de pagos en efectivo que pedían al comienzo de las negociaciones”, afirmó ayer Kicillof en referencia a los más de 2000 millones de dólares que pretendían los miembros como pago inicial en efectivo. El primer pago, en dos partes, será de 1150 millones de dólares. Otro de los puntos duros en la negociación, comentaron a Página/12 en la delegación argentina, fueron las tasas para definir el monto de los intereses punitorios: los países acreedores arrancaron en 12 por ciento y, a las seis de la mañana, se acordó pagar un 7 por ciento por ese concepto que permitió arribar a la cifra total de 9700 millones de dólares.
Las deliberaciones internas no fueron breves. No hubo interrupciones para almorzar, merendar o cenar. Hambrientos y ansiosos atravesaron la jornada con algunos snacks, porciones de pizza, sandwiches, café y té que intercalaban a la espera de una respuesta. Si bien los representantes de Alemania, Japón y Estados Unidos son determinantes, por el peso de sus acreencias y su papel geopolítico, la dinámica interna del Club exige que cualquier solución se alcance por consenso entre todos sus miembros.
El objetivo era lograr un acuerdo, pero en la medianoche porteña, desde Casa Rosada, informaron que el encuentro pasaba a un cuarto intermedio ya que no se había terminado el entendimiento. Sin embargo, en París siguieron las discusiones por dos horas más hasta que definieron el acuerdo.
El equipo argentino estuvo compuesto por el secretario de Finanzas, Pablo López, y el responsable del área Legal y Administrativa del ministerio, Federico Thea, acompañados por Luis Briones, director de la Oficina de Crédito Público, y Claudio Dal Din, director de administración de la Deuda Pública. Desde Europa se sumaron a la comitiva el jefe de la Unidad de Reestructuración de Deuda, Hernán Lorenzino, y su coordinador, Adrián Cosentino, los funcionarios que ya habían iniciado el acercamiento el año pasado.
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14:09 › CFK EN RIO GALLEGOS
"El acuerdo con el Club de París desarticuló el argumento de los fondos buitre"
La presidenta Cristina Kirchner volvió a elogiar la negociación del equipo económico en Francia y criticó a quienes pusieron en tela de juicio la gestión del ministro Axel Kicillof: "Cuestionaron su juventud, pero lo que les molesta es la convicción y las ideas con las que se defiende al pueblo". Por otro lado apeló a "la responsabilidad de las autoridades" bonaerenses para "hacerse cargo" del conflicto en la autopartista Gestamp y pidió a los trabajadores que "sueñan con la toma del Palacio de Invierno" que "no le hagan el juego a los que quieren cerrar las fábricas".
Durante su discurso desde el gimnasio municipal "Lucho Fernández", de Río Gallegos, la mandataria se refirió al acuerdo alcanzado por el gobierno argentino con el Club de París el miércoles pasado y contó que mientras aguardaba en Olivos el resultado de la larga negociación, "se escuachaba que Argentina ganó por cansancio". "Seguramente Kicillof estuvo aguantando como los militantes: horas y horas por el bien de la Nación", dijo para destacar la gestión del titular del Palacio de hacienda. "Cuando se empezó a contraer la deuda con el Club, Axel no había nacido y yo tenía sólo tres años, por eso ahora escuchar reclamos para que la pagemos toda, parece un chiste", añadió.
Por otra parte se refirió a la toma de la autopartista del partido bonaerense de Escobar, cuyo conflicto amenaza con paralizar las líneas de montaje de varias automotrices, y pidió "madurez" a la dirigencia sindical. "Las fuentes de trabajo no se defienden tomando fabricas", y criticó a los dirigentes sindicales de izquierda que siguen sosteniendo la idea de "cuanto peor mejor".
"Apelo a la buena voluntad de todos, a la responsabilidad institucional y hacerse cargo. Es lindo sonreír y decir a todo que sí, pero llega un momento que tenés que decir a todos que 'no' porque no podés hacer frente a las obligaciones", dijo CFK.
El conflicto de la autopartista Gestamp afecta a terminales automotrices que dan trabajo a unos 9 mil empleados y que, al quedar desabastecidas por la firma en conflicto con sus trabajadores tuvieron que interrumpir sus líneas de producción. Ayer, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, mantuvo una reunión en la Casa Rosada con el gobernador Daniel Scioli para analizar la situación de esa empresa cuyos trabajadores mantienen desde el martes pasado una medida de fuerza, con un grupo apostado adentro de la planta, en protesta por suspensiones y despidos de casi 70 obreros.
Previo al discurso, Cristina firmó convenios para la pavimentación de 100 cuadras y construcción de sistema cloacal, para la construcción del acceso a la localidad de Río Turbio desde la ruta nacional n 40 y para la segunda etapa de ampliación y remodelación del hospital de Comandante Luis Piedra Buena.
La mandataria aseguró que "cuando no había ni un sólo kilómetro de la Ruta 40, quien empezó a construir los primeros tramos fue Néstor Kirchner y la siguió construyendo en todo el país como presidente de todos los argentinos". "Hicimos una obra muy importante para el acceso a Río Turbio desde la Ruta Nacional 40, que posiblemente en 2015 esté terminada en su totalidad y si no se finaliza, al que venga le quedarán pocos kilómetros por hacer", destacó.
También, mediante tres videoconferencias, se comunicó con la localidad bonaerense de Capitán Sarmiento por la inauguración de una red de gas natural, con Lanús donde se habilita el centro cultural Leonardo Favio y por último con la ciudad capital de Córdoba, en la que será informada del reequipamiento de aparatología médica en el hospital Nacional de Clínicas.
La mandataria encabezó un acto en el gimnasio municipal "Lucho Fernández", desde donde anunció obras de infraestructura para Santa Cruz, Córdoba y las localidades bonaerenses de Capitán Sarmiento.
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EL PAIS › EL MINISTRO DE ECONOMIA, AXEL KICILLOF, RESALTO EL ACUERDO
“No habrá condicionamientos”
El funcionario aseguró que la tasa de interés acordada es muy baja y también destacó, como un elemento novedoso, el hecho de que el Fondo Monetario Internacional no va a participar del monitoreo del repago de la deuda.
“No habrá ningún tipo de condicionamientos para la política económica del país a partir del acuerdo alcanzado con el Club de París”, aseguró ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. En declaraciones radiales, el jefe de la negociación en la capital francesa aseguró que la tasa de interés acordada es muy baja y también destacó, como un elemento novedoso, el hecho de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no va a participar del monitoreo del repago de la deuda. “A los argentinos nos quieren hacer creer que no podemos hacer nada, y una vez más queda demostrado que esto no es así. Me siento orgulloso por la decisión de la presidenta, Cristina Fernández, de seguir regularizando las deudas que estaban defaulteadas, tal como lo hizo desde 2003 el ex presidente Néstor Kirchner”, señaló. Tanto Kicillof como CFK advirtieron que el dinero que podría ingresar en concepto de financiamiento externo “no será usado para la timba”.
Kicillof hizo un repaso de la reciente historia entre el Gobierno y los acreedores del Club de París. “Ya se había decidido pagar en efectivo en 2008, pero el escenario cambió porque vino la caída de Lehman Brothers con la explosión de la crisis de las hipotecas subprime en los Estados Unidos y luego con la crisis mundial, y vimos que no tenía sentido que la Argentina pagara en esas condiciones. De todas maneras, continuamos los contactos informales. A principios de este año viajé a París y expuse los condicionamientos de la Argentina. Propusimos pagar en cinco años con opción a dos años más y un esquema que plantea un esfuerzo compartido, es decir, pagos mínimos y una forma de cálculo donde estamos de acuerdo en pagar más si llegan nuevas inversiones”, relató el ministro.
Con relación al acuerdo alcanzado luego de la maratónica negociación entre varios miembros del equipo económico y las autoridades del Club de París, Kicillof destacó una serie de elementos. “Uno de los resultados interesantes de la negociación es la tasa de interés acordada. La Argentina pagaba el 7 por ciento, y ahora, en el peor de los casos, pagará el 3,8 por ciento. Es una tasa muy buena, teniendo en cuenta que otros países que salen de esta situación lo hacen con tasas que rondan el 5 por ciento. Además establecimos pagos mínimos y una forma de cálculo donde estamos dispuestos a pagar más en la medida en que lleguen nuevas inversiones provenientes de los países integrantes del Club de París”, explicó.
El funcionario también subrayó el hecho de que en el proceso de repago de la deuda no participará el FMI. “Siempre que se otorgaban créditos venían de la mano de programas de monitoreo por parte del Fondo, por lo que los países se iban con ciertas cadenas, con condicionamientos. En cambio, en este caso llegamos a un acuerdo respetando los principios que permitieron al país crecer al 6 por ciento anual los últimos diez años. No nos íbamos a comprometer a hacer pagos que presionen a la economía y no nos dejen crecer. Por eso no hay condicionamientos para nuestra política económica. Y la no participación del FMI no tiene mucho precedente. Me dijeron en el Club de París que una de las pocas veces que se negoció sin el Fondo Monetario fue con el tsunami de Indonesia”, manifestó.
Para analizar el escenario que se abre con el acuerdo, Kicillof planteó que “la expectativa es que aparezcan nuevos interesados en invertir en la Argentina. Al no pagar al Club de París, muchas agencias de crédito internacionales que querían invertir en la Argentina no lo hacían, y eso va a cambiar también. Lo que hemos hecho es honrar nuestras deudas, honrar nuestros compromisos sin poner en jaque el futuro de los argentinos. Salimos del paradigma de sobreendeudarse para la timba financiera. Nosotros al financiamiento lo queremos para el desarrollo, no para la timba”.
“Hemos estado trabajando en un camino de regularización de deudas heredadas en la fase neoliberal, firmadas en buena medida por gobiernos democráticos. La Argentina sigue en el camino de regularizar y de pagar los platos rotos que dejaron 40 años de neoliberalismo. Los gobiernos se sobreendeudaban para nada, no pretendían impulsar el desarrollo. En ese sentido, el acuerdo tiene otro aspecto novedoso: se están pagando deudas de gobiernos anteriores, cuyos autores hoy incluso critican las negociaciones basadas en no tener condicionamientos externos. Lo que hemos hecho es reducir el peso de la deuda sobre la producción nacional. Esto da grados de libertad no al Gobierno, ni a un partido político, sino a la sociedad para un proyecto de crecimiento distinto”, concluyó Kicillof.
Kicillof aseguró que no se verá alterada la política económica.
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La ñata contra el vidrio
Por Alfredo Zaiat
El Club de París ha pactado 59 reestructuraciones de deudas de países en default incorporando en cada uno de esos acuerdos al Fondo Monetario Internacional. Ese grupo informal de países acreedores tiene la función de coordinar formas de pago y renegociar deudas externas soberanas. Se conformó en 1956 por una deuda argentina. Casi sesenta años después, el caso argentino también alteró el esquema del Club: pese a la presión externa e interna, el FMI no participó con un programa financiero para el deudor. Lo mira de afuera. Argentina definió la salida del default con 16 de los 19 países miembros del Club de París sin la supervisión del FMI. No es una cuestión menor en un mundo donde las finanzas globales van dictando las normas en materia económica a los gobiernos. Para grupos conservadores puede parecer un tema menor defender la soberanía de la política económica, pues consideran que Argentina debe tener una integración pasiva a la economía global. Esta implica resignar el desarrollo industrial para subordinarse a ser proveedor mundial de materias primas, receptor de bienes industriales y someterse al casino financiero global como endeudador serial.
Los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica volvieron a fallar. Afirmaban con soberbia, debido a que ellos conocen muy bien la actividad financiera y a los banqueros, que las tratativas de la deuda en default con el Club de París no avanzarían sin la auditoría del FMI. La promoción de la ignorancia que exponen en el turno mañana, tarde y noche por los medios tuvo otro capítulo con el proceso de reestructuración de ese pasivo. Desde 2003 no han sabido o querido entender la concepción kirchnerista sobre la deuda. No es una carencia singular de la ortodoxia. Otros han mostrado esa misma debilidad con escaso rigor analítico, incluso alimentando la confusión con comparaciones falaces con el caso ecuatoriano.
La estrategia oficial con la deuda se implementó sin subordinarse a las pautas tradicionales del mundo financiero. Así fue con el canje de bonos en default, la defensa presentada en los tribunales parciales conformados en el Ciadi a favor de las multinacionales, la resistencia inicial a pagar los cinco juicios perdidos en ese ámbito como la posterior cancelación con una quita de capital del 25 por ciento y con bonos con vencimiento en el 2015 y 2017, la persistente defensa en tribunales de Nueva York ante la pretensión de fondos buitre de cobrar más que el 93 por ciento restante de los acreedores que aceptaron en dos rondas el canje de deuda en default. A principios de 2006 canceló el total de la deuda con el FMI, desplazando a ese organismo multilateral de sus clásicas intervenciones en la definición de la política doméstica.
En ese recorrido estaba pendiente la controvertida deuda en default con el Club de París, con intentos fallidos en 2008 cuando CFK anunció el pago en efectivo con reservas, iniciativa luego suspendida por la crisis internacional, y en 2010 y 2011 porque Alemania y Japón (países que concentran el 60 por ciento de las acreencias) exigían como condición la intervención del FMI. Pese al coro que dice que Argentina es responsable de no haber cerrado antes este acuerdo, las potencias fueron las que impidieron avanzar, primero porque la debacle financiera puso al borde del abismo sus economías y luego por insistir con la demanda colonial de la auditoría del Fondo.
A lo largo de la historia los acuerdos del Club de París han significado para los países deudores la renuncia a su soberanía de la política económica por el papel del Fondo. La misión del FMI siempre ha sido la misma: garantizar mediante planes de ajuste el repago de pasivos sin importar el crecimiento del país deudor. Finalmente, con las potencias en crisis y la firmeza de la posición argentina, se abrieron las puertas para renegociar ese pasivo sin el FMI que quedó con la ñata contra el vidrio. Es una instancia notable en ese mundo de las finanzas globales que muestra que no es necesario subordinarse para alcanzar el objetivo.
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EL PAIS › CRISTINA KIRCHNER CELEBRO EL ACUERDO CON EL CLUB DE PARIS Y LA INVITACION DE LOS BRICS
Es la primera negociación sin el FMI
La Presidenta habló del acuerdo en un acto en Berazategui. Destacó que se hubiera hecho sin la intervención del Fondo Monetario y que se hubiera podido adecuar los pagos a las necesidades argentinas. También le dedicó varios tuits al tema.
La presidenta Cristina Kirchner encabezó ayer la inauguración de una planta depuradora de AySA en Berazategui.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reivindicó ayer el acuerdo alcanzado en la madrugada de ayer en la capital francesa para que la Argentina salde su deuda con el Club de París y destacó que es “la primera vez en la historia” de ese foro internacional que “un país negocia sin la intervención del FMI y sin restringir la autonomía que debe tener como país soberano”. Al inaugurar una planta depuradora de la empresa estatal AySA en Berazategui, la mandataria anunció que el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien encabezó las negociaciones, dará hoy una conferencia de prensa en la que brindará precisiones sobre el arreglo, luego de arribar al país.
“Estuve levantada hasta la una y media de la mañana y ya eran las 6.30 en Francia, de una reunión que había empezado a las 10 de la mañana y culminó a esa hora, cuando pudimos arribar a ese acuerdo”, celebró CFK, que detalló algunas precisiones sobre lo negociado. Según informó, el plazo de cancelación de la deuda será de entre 5 y 7 años con una tasa de interés del 3 por ciento y que el primer pago se realizará este julio. También especificó que “los pagos más chicos” al Club de París “se harán el año que viene y en 2017” porque son los años en los que la Argentina tiene “un perfil de vencimiento de deuda más alto”.
Fernández de Kirchner insistió en un concepto que ya había desarrollado con anterioridad: “No somos, como dicen los buitres, deudores seriales”, manifestó. Por el contrario, “son ellos, el capital financiero, depredadores seriales no sólo de nuestra economía, sino de varias economías del mundo”, agregó. En el Gobierno confían que el acuerdo alcanzado en París repercutirá en la causa que tramita la Justicia de los Estados Unidos respecto de los tenedores de deuda que no ingresaron en el canje, de forma beneficiosa para el país.
Más temprano, a través de su cuenta de Twitter, la Presidenta había resaltado que el miércoles fue “un día muy importante para la Argentina, con el acuerdo por la deuda del Club de París y la invitación a la cumbre Brics en Brasil”. Respecto de la negociación por la deuda, CFK recordó que el pasivo “se originó en 1956, después del derrocamiento de Perón, que dejó al país sin deuda externa” y que el arreglo saldará una deuda que en gran parte “se originó antes del año 1983 y se incorporó en el presupuesto público en 1986”.
A través de esa red social, la mandataria destacó que el financiamiento que se buscará en los mercados internacionales tras acordar con el Club de París “no será, como ya ha ocurrido en otras décadas, para el gran casino financiero”, sino para “financiamiento para infraestructura, para desarrollo, para tecnología y para el futuro de todos los argentinos”. En ese sentido, en la Casa Rosada confían en que “pronto” podrá percibirse “una mejora” en el flujo de divisas destinadas a la actividad productiva y que el acuerdo incluye un compromiso de los países miembros de intensificar sus inversiones en la Argentina.
Por otra parte, destacó que los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) “invitaron a nuestro país a la cumbre que tendrán en julio”, y destacó: “La invitación fue a nuestro país, bien digo, no a esta Presidenta, y no a tomar el té con masas, como parecería por algunos titulares muy, muy, muy chiquititos”, en referencia a la cobertura que hicieron del tema los medios opositores. CFK recordó que los miembros de los Brics incluyen “país de mayor superficie del mundo, Rusia; el de mayor población, China; y nuestro principal socio comercial, Brasil”, por lo que es natural el acercamiento con la Argentina.
Durante el acto que encabezó en Berazategui, Fernández de Kirchner calificó como “inédita” y de una “importancia fenomenal y estructural” en materia de saneamiento y medio ambiente la inauguración de las plantas depuradoras y potabilizadoras de la empresa estatal AySA en los partidos bonaerenses de Berazategui y Tigre, que beneficiará a más de cuatro millones de habitantes del conurbano bonaerense. La obra significó una inversión de casi 6 mil millones de pesos, que se financiaron con aportes del gobierno nacional y del banco brasileño de desarrollo Bandes.
A través de una videoconferencia, la Presidenta inauguró también la expansión de redes de desagües cloacales en los municipios de Quilmes e Ituzaingó y mantuvo un contacto con la Central Atucha II Néstor Kirchner, donde el ministro de Planificación, Julio De Vido, encabezó el acto de puesta en marcha de la planta de generación de electricidad. La Presidenta estuvo acompañada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, y el presidente de AySA, Carlos Ben.
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