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General: NADAL , mito en la tierra
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 08/06/2014 21:33 |
Pese a sus problemas físicos, el español remonta 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4 ante Djokovic y corona un duelo colosal que supone su noveno Roland Garros y su 14º grande, a tres de Federer |
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Sufrimiento, golpes al límite, gestos, el color de las gradas, los detalles... Repasa las mejores imágenes de la final parisina entre Nadal y Djokovic
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Nadal y Djokovic se juegan el título parisino y el número uno mundial desde una igualdad máxima
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GESTA EN PARÍS
JAUME PUJOL-GALCERÁN / París
Derrota a Djokovic por 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4 en tres horas y 33 minutos
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Nadal: "El tenis me ha devuelto lo que me quitó en Australia"
El jugador mallorquín, exultante después de ganar a Djokovic
AFP / MIGUEL MEDINA / AFP
Nadal celebra su novena victoria en Roland Garros.
JAUME PUJOL-GALCERÁN / París
Domingo, 8 de junio del 2014 - 20.17 h
"Espero que Djokovic gane algún año aquí porque se lo merece". Estas palabras, acordándose con deportividad de su gran rival, han sido las primeras que ha pronunciado el nueve veces campeón de Roland Garros una vez finalizado el partido. Feliz y emocionado, el mallorquín no ha sido capaz de contener las lágrimas cuando ha recibido la copa de los mosqueteros.
"El tenis me ha devuelto lo que me quitó en Australia", ha declarado refiriéndose a la final que perdió contra Wawrinka por unos problemas en la espalda que le torturaron aquel día. "Ha sido un año difícil, he trabajo muchísimo y ahora estoy muy feliz".
"Ganar el segundo set ha sido clave porque si no hubiese sido imposible derrotar a Djokovic", ha comentado Rafa sobre el partido. "Nole te lleva al límite física y mentalmente". La exigencia y la intensidad del partido han sido tan altas que Nadal ha terminado muy mermado el partido. Según Toni Nadal, su tío y entrenador: "El momento más difícil ha sido cuando me ha dicho que tenía calambres"
"Felicito a Nadal y a todo su equipo por el triunfo. Lo he intentado con todas mis fuerzas pero Rafa ha sido mejor, el año que viene volveré a intentarlo", se ha lamentado Djokovic. El serbio, honesto en la derrota, ha reconocido el nivel de su rival: "Cuando yo me encontraba mejor, él ha subido su nivel y ha ganado los puntos clave. No hay más que ver sus números aquí para darse cuenta de lo difícil que es ganarle, solo ha perdido una vez. A 5 sets es muy complicado.
"En este tipo de partidos aparecen los mejores jugadores", ha declarado Nole. "Hay que poner las cosas en perspectiva. He perido, pero mi vida es una bendición y el hecho de que los aficionados sigan apoyándome hace que tenga más ganas de volver.
Djokovic, eso sí, se marcha de París lanzando una promesa: "Hasta el final de mi carrera voy a pelear por ganar este torneo al menos una vez".
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Nadal, mito en la tierra
Pese a sus problemas físicos, el español remonta 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4 ante Djokovic y corona un duelo colosal que supone su noveno Roland Garros y su 14º grande, a tres de Federer
De este material están hechas las leyendas. Cuando Rafael Nadal celebra 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4 su noveno Roland Garros, ha superado al temible Novak Djokovic y a una y mil barreras hechas de dolor, penalidades y sufrimiento: dolido en la espalda y con una rodilla dándole sustos en la manga decisiva, el español es capaz de igualar con Pete Sampras como segundo tenista con más títulos de la máxima categoría (14, por los 17 de Roger Federer) remontando por primera vez desde 2009 al mismísimo Nole. El título permite al mallorquín continuar como número uno. El trofeo, además, le corona como el epítome de los mejores valores del deporte. Su reino de tierra, finalmente, le catapulta a los 28 años como el único tenista que ha sido capaz de ganar trofeos del Grand Slam 10 años seguidos. Todo, apretando los dientes y dejándose el alma sobre la pista: Djokovic llegó a remontar un break de desventaja en el parcial decisivo.
“Lo siento mucho Novak, eres el mayor reto de mi carrera”, acertó a decir el ganador aún sobre la pista. “Esto es muy importante para mí, muchas gracias a todos”, cerró. “Felicidades Rafa. Es increíble que hayas ganado este torneo por novena vez”, le continuó el derrotado, que no pudo completar el Grand Slam. “Usé toda mi fuerza, mi capacidad, pero Rafa fue mejor”.
De arranque, no es un encuentro a la altura de los dos mejores jugadores del mundo. La tensión ahoga a los dos rivales. Nadal se desangra por el revés. Djokovic tira corto. Hay tanto en juego como para que los dos contrarios compitan encadenados con grilletes. El español y el serbio hacen todo lo que pueden para sacudirse el manto del estrés competitivo. Nadal se atreve a visitar la red al principio para sorprender al serbio. Nole le dedica algunas dejadas antológicas para romperle el ritmo y probarle las piernas. Se compite con el cuchillo agarrado por dientes temblorosos, la cabeza llena de fantasmas y las manos agarrotadas. Es un día para fuertes. El título espera a quien tenga una convicción de granito. En París, el trofeo no se gana con el talento, se vence desde las tripas.
El título le permite mantener el número uno mundial, y es el único tenista con 10 años seguidos ganando al menos un grande
Nadal intenta construir una fortaleza sobre un malecón que le permita resistir las acometidas del océano de Djokovic, una ola tras otra de ataques contra su muro. Ocurre que cuando al español le toca dar un paso adelante, en el 3-4 de la primera manga, se le moja la pólvora, acumula un error tras otro queriendo ir demasiado rápido, y se queda patidifuso: el set se esfuma pese a que goza de dos bolas de break para recuperar la rotura. Si hay una fotografía de la presión en una cancha, es la de esos tiros del mallorquín buscando la línea sin encontrarla. Si hay una imagen que refleja que los gigantes también pueden tener pies de barro, esa es la de Djokovic sin poder esprintar como acostumbra una vez ha logrado ventaja: en lugar de devorar el duelo cuando recupera un break de desventaja en el segundo parcial (de 2-4 a 4-4), el número dos mundial comete el mismo error que su rival antes y de querer ir tan rápido acaba entregando la manga.
La final está empatada. Es la hora de los corazones. El momento de las agallas. Terreno Nadal. Con la cabeza de Djokovic llena de demonios, el español le propina un 5-0 (de 3-6 y 5-5 a 3-6, 7-5 y 3-0) en el que el campeón de seis grandes no dice ni mú, noqueado todavía por la forma horripilante en la que pierde el segundo set. Es este un Djokovic desconocido. Juega corto. No encuentra nunca el primer servicio. Apenas tiene filo para atacar el segundo de Nadal. Solo le mantienen sus chispazos de genio y los errores del contrario, que también sufre, que también pena, que también es humano y siente sobre los hombros el peso de todo lo que se juega.
Y así casi vuelve el serbio a la final, espoleado por los miedos del español. Como es tradicional en su carrera, el campeón de 13 grandes sufre cuando sirve en el lado de la tribuna presidencial, donde el viento en contra le quita un poco de velocidad a un saque que de por sí ya es justito. Como en la semifinal de 2013, los dos tenistas se buscan las cosquillas en ese lado de la pista. Con 3-6, 7-5 y 3-1, Djokovic se abre la puerta para volver al partido. Es bola de break para Nole. Es Nadal dudando. Dos manotazos del español cierran la opción de un portazo. El número dos grita entonces de todo menos “guapo”. Pronto llegan los abucheos de la grada, que castiga al aspirante por tirar la raqueta contra el suelo. Ocurre en el que luego se demuestra como punto de inflexión del duelo: de ninguna parte (4-2 y 40-15), Djokovic se procura una bola de break y se lanza al abordaje redivivo. Cuando Nadal se apunta el juego, el serbio se queda mirando a su banquillo, con los ojos perdidos y la mandíbula desencajada. Meditabundo. Lleno de preguntas, y sin respuestas. De duda en duda, hasta tal punto de que cede inmediatamente su saque y con él la tercera manga y su fe en la victoria.
Son los primeros síntomas de cuánto pesa el ansia de gloria, de cómo duelen las garras de la victoria prometida que no llega. El sol castiga a los tenistas, que se rodean los cuellos con toallas repletas de hielo. “¡Rafa! ¡Rafa!”, brama la grada, que acuna como nunca al campeón, que a su vez enseña los colmillos. Los termómetros superan los 25 grados. Nadal recibe al calor como al mejor amigo: ven, seas bienvenido, que tu agrandas la goma de la pelota, haces más rápida la pista y ayudas a que boten más altos mis tiros. Djokovic otea el panorama y maldice, porque la bola pica muy alta.
Las circunstancias agigantan la leyenda del español, el hombre que solo se ha inclinado una vez en esa pista. El paso de los minutos empequeñece a Nole, que ve que el triunfo exige un maratón contra el mejor maratoniano del mundo y que de nuevo, como en la final de 2012, cede con una doble falta. Nadal corona su peor gira de arcilla con el título más importante. A los 28 años, y tras disputar la final en los dos primeros grandes del curso, demuestra que su raqueta es pasado, presente y sobre todo futuro: su destino es la leyenda.
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Un pulso para toda la vida
Tras ganar a Murray y Gulbis, Nadal y Djokovic deciden a un partido el título, el número uno mundial y si el español iguala los 14 grandes de Sampras o el serbio completa el Grand Slam
“Le dije: ‘Oye, hay que relajarse y golpear la pelota”, fotografía Toni Nadal, tío y entrenador del número uno, sobre las conversaciones parisinas del dúo. “Estábamos jugando mal. La actitud no era buena en ningún sitio. La derrota de Montecarlo y la de Barcelona agravó el tema. Perdió confianza. No soltaba bien la mano. Iba golpeando con más tensión de la necesaria el drive”, añade. “Luego, empezó a jugar muy bien en los entrenamientos, y la consecuencia es el partido de Murray. Se ha recuperado por una cuestión de responsabilidad. De jugar. Ha buscado soluciones, y lo normal es que si eres un muy buen jugador, como él, las encuentres”.
Nadal vuelve a hacer daño con el drive, que de nuevo pica alto y muerde el hombro de sus rivales. Desde cuartos, y pese a sus problemas de espalda, que le sigue molestando, ha mejorado la velocidad de su primer saque (176 km/h de media ante Murray) aunque el segundo sigue siendo atacable (141 km/h). De jugar retrasado, cediendo metros, el mallorquín ha vuelto a posiciones de juego más agresivas. Su movilidad es equiparable a la de sus mejores tiempos. Su cabeza, que tantas veces le salvó, ha digerido los sinsabores y le ha devuelto a la lucha por su templo de arcilla. El problema es que todo eso junto, que es como poner una bomba atómica en una pista de tenis, no le asegura la victoria ante Nole. Este es un partido como un Miura, que busca quien lo dome. Como dijo su técnico: “Tiene que ser agresivo”.
“Y eso mismo haré yo”, dice Djokovic, que en semifinales, con el partido controladísimo, sufrió un golpe de calor que le costó una raqueta (reventada por él mismo contra la arena), una bronca del público (que le abucheó por el gesto) y casi tener que disputar un parcial decisivo, porque Gulbis aprovechó su pájara para ganar la tercera manga y recuperarle un break en el inicio de la cuarta. “Sé que esta es la pista en la que él es más dominante, que solo ha perdido una vez en su carrera y que aquí alcanza su máximo nivel”, resume. “Sé lo que tengo que hacer para ganar. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero haberle ganado los últimos partidos me da confianza. No es invencible”.
Nadal, de 28 años, domina 22-19 a Djokovic, de 27, en el cara a cara. Ha perdido los últimos cuatro precedentes. Siempre se ha impuesto cuando han jugado en París (5-0). Los datos, sin embargo, ya no cuentan. Son pasado. Lo que pesa mañana es el talento y el corazón, la raqueta y la estrategia, el alma, el sudor y cada gota de pasión competitiva. En París, los dos mejores se enfrentan en un partido para toda la vida.
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En los últimos diez años Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic han estado acaparando casi todos los títulos del tenis profesional. No hay Grand Slam, Master 1.000 o torneo de la ATP en los que no figure uno de ellos como finalista.
En esta infografía puede ver quién es el mejor en los cara a cara, comparar sus cifras y conocer todos sus títulos a través de un código de color que indica la superficie de juego.
RAFAEL NADAL
- Edad
- 28 años
- Lugar de nacimiento
- Manacor, Mallorca, España
- Estatura
- 185cm
- Peso
- 85 kg
- Juego
- Zurdo
- Profesional desde
- 2001
- Ganados/perdidos en el año
- 34 / 6
- Ganados/perdidos en su carrera
- 692 / 135
- Posición ATP individual
- 1º
ENFRENTAMIENTOS
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Una década grande
Nadal ha ganado al menos uno de los cuatro títulos más importantes cada año desde su triunfo en París en 2005
Ante la bandera de España y frente a una grada repleta, Rafael Nadal levanta los brazos para celebrar que ya tiene 14 títulos del Grand Slam. El español, de 28 años, lleva una década ganando al menos uno de los grandes títulos por temporada. Nadie había conseguido eso. Es una demostración de longevidad competitiva que no ha firmado ni el mismísimo Roger Federer, y que tiene en el número uno a un protagonista impensable: este tenista que no ha faltado a la cita con la gloria durante un decenio sí que se ha perdido en el camino la disputa de seis trofeos de la máxima categoría porque ha sufrido al menos dos lesiones serias. La última, en la rodilla izquierda, le tuvo siete meses apartado de las pistas, de junio de 2012 a febrero de 2013.
Del Roland Garros de 2005 al de 2014, su primer y último gran trofeo, el mallorquín se aplicó en la labor de ir conquistando poco a poco todas las superficies y llegó a 20 finales grandes, dato en el que solo le supera Federer (24). “En 2006”, explicó Toni Nadal, su tío y técnico, “ya fuimos a Wimbledon con la idea de empezar a ser válidos en otras superficies que no fueran la tierra batida”. Desde entonces, el número uno mundial ha conquistado dos Wimbledon (hierba), dos Abiertos de EEUU (cemento) y un Abierto de Australia (cemento) lejos de la arcilla parisina.
El balear ha jugado 20 finales grandes, cifra que solo supera Federer: 24
“Es una bestia”, resumió Pete Pistol Sampras, ganador de 14 grandes, antes de que igualara su marca. “Es el paquete completo”, dijo luego en los micrófonos de la BBC. “Le vi jugar por primera vez en directo contra Federer. Su movilidad es increíble. Es capaz de ajustar sus tiros en carrera. Nunca vi algo igual”.
Así, París es como el pistoletazo de salida para un sprint que marcará quién es el tenista más grande de todos los tiempos. En el debate hay tres figuras. Una, Rod Laver, sumó 11 grandes, pero durante cinco años no pudo jugarlos por haberse pasado al profesionalismo, y antes y después de su exilio fue capaz de ganarlos todos en el mismo año, lo que indica que podría haber sumado bastantes más. Otra, Roger Federer, tiene 17 títulos de la categoría, pero pierde el cara a cara con Nadal por 23-10 y completó el Grand Slam en Roland Garros 2009 sin cruzarse con el mallorquín, que le ha tumbado cinco veces en el templo de la arcilla. La última es la del español. Tiene 28 años. Cuatro cosas marcarán su futuro, y la posibilidad de que reclame para sí el título de mejor tenista de todos los tiempos: el implacable Novak Djokovic, que ya le ha ganado en tres finales grandes, sus rodillas, su espalda y su hambre.
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El último récord del mítico Borg
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El sueco, que entregará el trofeo en el 40 aniversario de su primer triunfo, puede perder el registro de cuatro títulos seguidos que comparte con Nadal
J. Solsona. París 08/06/14 - 09:35.
La organización de Roland Garros eligió hace dos años a Björn Borg para entregar a Rafael Nadal la Copa de los Mosqueteros en la final que desempataba las seis coronas que compartían en el Abierto galo. Dos años después, y con el atleta jamaicano Usain Bolt de por medio en la entrega de premios de la última edición, Borg volverá a ser el maestro de ceremonias y el que presidirá el palco de la central.
Se cumplen 40 años de su primer título en el Abierto galo pero, sobre todo, Nadal, uno de los protagonistas de la final junto a Novak Djokovic, lucha por desempatar las cuatro victorias consecutivas en el torneo que también logró el vikingo de hielo entre 1978 y 1981. Cuando Borg colgó la raqueta con 26 años, en un anuncio oficial en enero de 1983, poco podía imaginar que otro tenista igualaría y superaría algunas de sus marcas en Roland Garros como la de total de títulos -el sueco sumó seis y Nadal va a por el noveno- y de partidos ganados de manera consecutiva en las pistas del Bois de Boulogne. El balear suma 34 por los 28 del sueco.
La final de los domingos Tan clásico como un duelo entre el Barcelona y el Madrid de fútbol en España, como un partido entre los Lakers y los Celtics de la NBA en baloncesto o Australia contra Nueva Zelanda en rugby es hoy un enfrentamiento directo entre Nadal y Djokovic. El partido de tenis más repetido de todos los tiempos vivirá este domingo su capítulo 42 en la tierra de Roland Garros, donde ya se han visto cinco precedentes, todos ellos decantados a favor del español.
Nole y Rafa jugaron 19 veces, 17 en finales, en tres años
En 2011, hace apenas tres años y medio, su rivalidad se extendía a 23 enfrentamientos, entre otras cosas porque habitualmente era Roger Federer a quien encontraba Nadal en el otro lado de la red. Desde la final de Indian Wells en 2011 han sido ya 19 veces, 17 de ellas en finales. "Si se miran los números no hay duda de que nuestra rivalidad ha superado cualquier otra", reflexiona Djokovic, que incluso ha jugado una vez más con Federer (34) que el suizo y el manacorí (33).
John McEnroe y Jimmy Connors son los dos únicos tenistas que vivieron en la década de los 80 una situación parecida. McEnroe compitió por los grandes títulos contra su compatriota y contra Ivan Lendl. Por su parte, Connors tuvo en el tenista checoslovaco, nacionalizado estadounidense, a su otro gran adversario. Después vinieron los partidos a cara de perro entre Andre Agassi y Pete Sampras. Antes de la Era Open empezaron a batirse en duelo los australianos Emerson y Rod Laver y el propio Emerson con Stolle.
Nadal, que entrenó con Carlos Moyá, recibió por la tarde la llamada de Su Majestad El Rey Don Juan Carlos. Su hijo, el Príncipe Felipe, tuvo que suspender finalmente su viaje y será la Infanta Elena la que presidirá hoy la primera fila del palco de la Chatrier.
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noticias.lainformacion.com/.../la-prensa-nacional-e-internacional-ensalza...
hace 2 horas - "Rafa Nadal está licenciado en batir cualquier récord que tenga en mente. ... Sportyou: "Rafa Nadal IX de Roland Garros" ... Otra vez Nole sucumbió al empuje del tenista español y de nuevo se queda con la ... actitud, el Abierto de Francia 2014 fue sólo otra repetición en la arcilla roja para Novak Djokovic.
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Nadal-Djokovic: una final de récord en Roland Garros
Nadal y Djokovic se enfrentan con el número uno en juego, entre otras cosas
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Rafael Nadal y Novak Djokovic chocarán el domingo en una titánica final de Roland Garros que pondrá en juego el primer puesto del ránking, además de jugosos récords y premios en metálico. «Ésta es la gracia y lo bonito del deporte: los retos», resumió Nadal antes de una nueva edición de su ya legendaria rivalidad con Djokovic.
Nadal, rey de la arcilla, quiere dar un paso más en los libros de historia con su noveno título en Roland Garros, que le supondría continuar como número uno del mundo y levantar su décimocuarto Grand Slam. Igualaría así al estadounidense Pete Sampras y quedaría a tres del récord de Roger Federer. Djokovic, con seis grandes en su casillero aún lejos de los registros del balear, está ante la oportunidad de dar un golpe de dimensiones gigantescas: ganar su primer Roland Garros, cerrar el Grand Slam, recuperar el número uno y propinar a Nadal su segunda derrota sobre la tierra parisina.
«Esta pista es la que él más domina. Aquí sólo perdió una vez en su carrera. Éste es el lugar donde Nadal juega su mejor tenis», dijo Djokovic, de 27 años, a las puertas de su décimo tercera final de un grande. «Intentaré ser agresivo, porque es el único camino para ganarle», añadió el serbio. «Es más fácil decirlo que hacerlo, porque todos sabemos lo bueno que es en esta pista. Pero no es imbatible». De eso puede dar fe el sueco Robin Soderling, el único tenista del planeta que sabe lo que es batir a Nadal en Roland Garros al mejor de cinco sets.
El balear, que busca con 18 años su quinto Abierto de Francia consecutivo, sufrió en los octavos del 2009 ante Soderling su única derrota -por 88 victorias- con esas variables. Pero después de su gran semifinal contra Murray, deja atrás las dudas de su peor temporada en tierra. «Es un partido especial, con el rival más difícil posible. Cualquier cosa puede pasar», explicó Nadal. «No es nuevo para él estar en la final. Tiene la motivación por ganar el primero, pero también tiene la presión de ganarlo por primera vez y cerrar el Grand Slam, que es algo que muy pocos han tenido la ocasión de lograr».
Pendientes del tiempo
«Pero yo también tengo la motivación por ganar el noveno y la presión por eso. Es lo mismo», añadió Nadal antes de un partido que pondrá muchos ojos en el cielo. Y es que el tiempo meteorológico que acompañe a la final puede ser determinante. Si hay sol, Nadal se sentirá más cómodo porque su derecha con top spin hará más daño a Djokovic. El serbio, en cambio, preferirá que las nubes sean las protagonistas en el cielo parisino para que los golpes del español no boten tan alto.
«Como yo eso no lo voy a controlar es algo que no me planteo», explicó Nadal. «Para mí es mejor jugar con sol, pero como yo no puedo llamar al sol ni él a las nubes pues vamos a tener que jugar con lo que haya». Y las previsiones sonríen más a Djokovic, pues se esperan nubes y algo de lluvia para las 15:00 horas, cuando los dos mejores tenistas del último lustro salten a la pista Philippe Chatrier. Los casi 15.000 espectadores que asistan a la final verán el duelo número 42 entre Nadal y Djokovic, el partido más repetido de la historia de la era abierta.
El balear se llevó los cinco precedentes en Roland Garros, pero el serbio llega con el envión anímico de haber derrotado a Nadal en los últimos cuatro partidos, el más reciente en la final de Roma hace tres semanas. «Nos conocemos, sabemos que las cosas en el deporte afectan, las derrotas afectan, las victorias afectan a todos a nivel mental. Y por ahí él parte con una ventaja», aseguró Nadal. «Pero estoy preparado. He dado pasos adelante importantes estos días, mi derecha está yendo rápida».
Con todo lo que hay en juego, la final, cuyo ganador se embolsará 1,65 millones de euros después de recibir el trofeo de manos del legendario Bjorn Borg, supondrá un punto y aparte en los duelos entre Nadal y Djokovic. «La más amplia y fiera rivalidad en la historia de la ATP... en la final de Roland Garros», resumió en una entrevista el mítico John McEnroe, que tampoco ve invencible a Nadal. «No puede ganar siempre: tarde o temprano perderá. Ahora, todos esperan ese momento en que Nadal pierda».
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www.eluniverso.com/.../2014/.../rafael-nadal-gano-su-noveno-roland-ga...
hace 6 horas - El tenista español levanta su noveno trofeo de Roland Garros. AFP. Domingo, 8 de junio, 2014 - 11h45 ... En una final que era un juego de tronos, con Nadal por ampliar su récord y convertirse en el primer tenista que alcanzaba los nueve títulos de ... Mientras Nadal firmaba un nuevo set y se situaba 2-1.
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