Leo Messi juega incluso cuando no hay partido y más si se trata de una jornada de descanso en el Mundial. El 10 está en boca de Argentina, por supuesto, porque es el jugador con el que aspira a conquistar Maracaná el día 13, y también de Brasil, que le teme por la posibilidad precisamente de revivir el Maracanazo de 1950 con Uruguay. Asegura Maradona que “el pibe está muy solo” y advierte a sus compatriotas: “Si no le sale al pibe, no le caigamos mañana como que es el culpable de la hecatombe argentina”. A Messi se le compara con Diego y en cierta manera se le exige que también gane la Copa para alcanzar la condición de número 1.
Hay mucha literatura sobre Messi a sus 27 años, grandes partidos para revivir, varias jornadas aún para seguir disfrutándolo en la televisión o en la cancha y desde ahora también cuenta con una película, dirigida por Álex de la Iglesia, producida por Mediapro con guion de Jorge Valdano, padre e hijo, y presentada en Río de Janeiro ante muchos argentinos y menos brasileños, aunque excelentemente representados por Roberto Falcao. El film Messi es un relato de intención inequívoca porque aspira a demostrar cómo ha conseguido Leo ser ya el mejor jugador del mundo sin necesidad de que gane la Copa.
A partir de multitud de personajes, a veces tantos que resulta difícil identificarlos a todos cuando intervienen, la película tiene un excelente valor documental, especialmente en sus imágenes, algunas inéditas, que permiten recrear la infancia y la adolescencia de Messi. La vinculación con su abuela Celia, a quien dedica cada uno de sus goles porque anunció que sería el mejor jugador del mundo; su carácter familiar, y especialmente el desgarro emocional sufrido cuando se quedó solo en Barcelona con su padre; y sus partidos con el Grandoni y Newell’s son comentados en su ciudad de Rosario y en Barcelona.
El guion de la cinta lo firman Jorge Valdano, padre y Jorge Valdano hijo
“Hacíamos tantos goles que en lugar de jugar contra el rival competíamos a ver quién metía más goles entre el Newell’s del primer tiempo y el Newell’s de la segunda parte”. Intervienen compañeros de colegio y de equipo, distintos técnicos, profesores y también el médico que le diagnosticó el déficit de la hormona del crecimiento y la necesidad de pincharse cada día, cosa que hacía el propio Messi. Niño introvertido, tímido, se convertía en un travieso “sano” cuando mediaba un entrenador. El misterio de Leo está en una cabeza indescifrable (“nadie sabe qué piensa”) y en la frecuencia de su golpeo de balón.
“Donde los demás tocan una vez la bola, él lo hace dos”. “La clave no está solo en la velocidad sino en el freno”. “Tiene mucha vista panorámica”. Menotti, Cruyff, Valdano, Sabella, distintos técnicos, hablan y dialogan sobre las virtudes futbolísticas de Messi. La mayoría de intervenciones son muy ilustrativas. “Juega fuera, juega dentro, juega donde quiere porque juega como los dioses”, asegura Menotti, para quien Leo encontró en el Barcelona “las condiciones que no se hubieran dado en la mayoría de clubes del mundo, siendo el mejor jugador del mundo si discusión”. Messi se obstinó en jugar en el Barça.
“Juega fuera, dentro, juega donde quiere porque juega como los dioses”, dice Menotti
Intervienen también distintos técnicos de los equipos inferiores azulgrana, sobre todo Xavier Llorens, figura clave en la incorporación de Messi, al igual que Carles Rexach, después que la directiva demorara diligenciar su ficha y se planteara no asumir el elevado coste del tratamiento que precisaba Leo. No intervienen en el film Rexach ni Rijkaard ni tampoco Guardiola, claves en el desarrollo y coronación de Messi. El hilo conductor es paralelo: Menotti y Cruyff coinciden en señalar “la conexión” de Messi por sentido del juego y estatura con Xavi e Iniesta
Los comentarios de los futbolistas azulgrana, representados por Piqué, Pinto, Mascherano e Iniesta, dan también mucho juego en el documental, a pesar de que quien asume un especial protagonismo en el film como protector de Leo es Ronaldinho. “Los entrenadores nos pedían que no le entráramos fuerte, que era pequeño y frágil”, recuerda Piqué. “Lo que ocurría era que no le podíamos coger ni tirar”. Y remacha Mascherano. “¡Qué lindo sería ser cinco segundos Messi, para ver la sensación!”. El repaso glorioso por alguno de sus partidos más célebres con el Barça contrasta con el desafecto sufrido con la selección argentina.
Aunque ha sido campeón con las selecciones inferiores, incluso la olímpica, y le falta ganar el título con la absoluta, Messi ha sido acusado de “pecho frío” antes de que se le confiara la conquista del Mundial después del famoso partido en Barranquilla contra Colombia. El documental recuerda precisamente su deseo de jugar con Argentina, y por tanto anteponerla en España, y la impresión todavía viva en el Camp Nou de que Leo, siempre tutelado por su padre Jorge, más protector que intervencionista, es un rosarino que se levanta para ir a entrenarse y jugar en Barcelona y regresar cada día a Rosario.
Quedan para la reflexión las palabras del propio Messi en la película, sobre todo cuando se define como un “mediapunta”, cuyo ídolo es Maradona sin que quiera ser Maradona. Al igual que Diego, Leo es único, y así queda constatado en la película de Álex de la Iglesia, más interesado en el jugador que en el fútbol, dispuesto a demostrar que es el mejor del mundo después de conquistar cuatro veces el Balón de Oro. Ocurre que el film ha sido presentado precisamente durante el Mundial y en Río de Janerio, la ciudad en que se levanta Maracaná. Messi se desvivirá por querer dedicar el gol de la victoria a quien le leyó su futuro y se llama Doña Celia.