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General: Ucrania , la desestabilización y el factor económico
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 22/03/2014 19:45 |
Ucrania, la desestabilización y el factor económico
Ucrania se ha convertido en polígono de lucha entre grupos de poder que defienden intereses que poco o nada tienen que ver con las aspiraciones más legítimas del pueblo ucraniano.
Más allá de lo aparente, si se examina con detenimiento la confrontación entre los grupos que representan los intereses económicos de Europa Occidental y aquellos asociados más estrechamente con la economía rusa, esta pugna ha derivado en un golpe de estado a favor de los primeros, que lograron movilizar el descontento de una parte de la población del país con fuerzas encabezadas por partidos de ultraderecha y la activa participación de bandas mercenarias de ideología fascista.
Todo esto ocurre en un contexto de históricas tensiones nacionalistas subyacentes que no pueden ignorarse, pero donde la verdadera raíz de los conflictos actuales se remonta a las consecuencias económicas del derrumbe de la URSS y a la transición a un capitalismo neoliberal, que está en la base de los problemas que enfrenta Ucrania actualmente.
Efectivamente, en ese doloroso proceso Ucrania fue uno de los países más golpeados, registrando una caída del 65% de su PIB entre 1989 y 1999, con un crecimiento sistemático de la inflación, que alcanzó un 36,5% anual entre 1995 y el 2004. Luego de una efímera recuperación, la economía fue impactada por la crisis actual registrando una caída del 14,8% del PIB en el año 2009, la mayor contracción de toda la Comunidad de Estados Independientes que agrupa a 11 antiguos miembros de la URSS.
Más recientemente la economía solo ha alcanzado crecer un 10,2% entre el 2010 y el 2013, no logrando recuperarse aún del impacto de la crisis, además de permanecer a niveles que aún no recuperan los de 1989. Este deterioro ha conllevado un fuerte desbalance financiero externo, con saldos negativos de cuenta corriente en torno al 8% del PIB, a lo que se suman déficits presupuestarios superiores al 4% desde el 2012.
De tal modo, el país ha sufrido un fuerte proceso de endeudamiento y solamente en los últimos cuatro años la deuda externa creció más de 36,000 millones de dólares, alcanzando en el 2013 140,000 millones, lo que representa alrededor del 80% de su PIB.
Con la aplicación de medidas de ajuste –que a criterio del FMI y la Unión Europea (UE) resultaban insuficientes- y habida cuenta de su elevada vulnerabilidad externa, los sucesivos gobiernos del país han recibido fuertes presiones para acelerar este proceso, que encontraron eco en dirigentes más dóciles a los dictados de Occidente. Esto llevó a la llamada Revolución Naranja, que en el 2004 impugnó la victoria electoral de Viktor Yanukóvich y logro imponer a la favorita neoliberal Yulia Timoshenko, que gobernó como primera ministra entre el 2007 el 2010.
Precisamente durante ese período el FMI otorgó al país un crédito por 16,500 millones de dólares. Sin embargo, con la elección de Yanukóvich como presidente en febrero del 2010, un nuevo préstamo de 15,000 millones del propio organismo fue congelado.
De otra parte, Ucrania ha sido también muy dependiente energéticamente, ya que produce solamente un 25% del gas que consume, siendo suministrado un 35% por Rusia y un 40% por países de Asia Central.
Rusia igualmente ha presionado también país durante años mediante las tarifas energéticas, generándose una importante deuda por este concepto. Igualmente en fechas más recientes han existido intensas gestiones para incorporar a Ucrania a la Unión Aduanera que integran Rusia, Kazajstán y Bielorrusia, con el posible ingreso de Armenia este año.
En un cálculo que trató de lograr la variante más redituable para salvar la crisis, durante el 2013 la administración de Yanukóvich gestionó el posible ingreso de Ucrania a un Acuerdo de Asociación con la UE, para lo cual los socios comunitarios estaban dispuestos a compensar solamente con 1,000 millones de dólares las posibles pérdidas del país por su alejamiento del mercado ruso, adonde iba a parar el 25% de las exportaciones del país. Sin embargo ese acuerdo suponía el libre comercio con la UE lo que se traduciría en el desplazamiento de los productos de Ucrania dada su baja competitividad, con las enormes pérdidas que consecuentemente se registrarían.
La decisión adoptada por el gobierno ucraniano el 21 de noviembre pasado rechazando ese acuerdo fue el factor que desataría las protestas de los interesados en el acercamiento a Europa, lo que unido al estallido de otras tensiones internas subyacentes, condujo a la compleja situación actual.
Frente a esta coyuntura, el 17 de diciembre el gobierno ruso otorgó un crédito de 15,000 millones de dólares y la rebaja del 33% en las tarifas del gas, decisiones que fueron suspendidas con el golpe de estado y que colocan a Ucrania en una situación cercana al default financiero actualmente.
Los nuevos gobernantes que tomaron el poder tras el golpe de estado, han referido que el país requiere así una inyección de 35,000 millones de dólares entre el 2014 y el 2015 para hacer frente a sus obligaciones financieras. No obstante, la respuesta de la UE y el FMI ha sido muy cautelosa no avalando de momento esa cifra y poniendo como condición que cualquier financiamiento tendría que cumplir con los programas de ajuste propugnados durante años.
De este modo la actual coyuntura económica se describe por algunos economistas de derecha como Anders Aslund, como la supuesta oportunidad para poner en orden la economía del país reduciendo gastos sociales, eliminando subsidios, congelando salarios, liberalizando precios y abriendo el país a la inversión extranjera, entre otras medidas del recetario neoliberal.
Ciertamente ni el gobierno de Viktor Yanukóvich, ni el de su predecesora Yulia Timoshenko tuvieron éxito en desarrollar los cambios estructurales requeridos para que la economía ucraniana pudiera crecer de manera estable y recuperar siquiera el nivel del PIB que tuvo en 1989.
Adicionalmente las sucesivas administraciones que han gobernado el país han sido impugnadas por acusaciones de corrupción. En ese sentido la propia Yulia Timoshenko resultó procesada y encarcelada por manejo inapropiado de los fondos públicos y también se ha acusado a Víktor Yanukóvich por la malversación de unos 12,000 millones de dólares. Es así que Ucrania ocupa el lugar 29º entre los países más corruptos del mundo, según el Índice de Percepción de la Corrupción que calcula la ONG Transparency International.
Desde otra perspectiva, la dirección adoptada por el actual gobierno ucraniano está enfilada claramente contra Rusia, no solamente por lo que puede significar su declarada voluntad de acercamiento a la UE y a Estados Unidos, sino también por el efecto que tiene sobre los empresarios rusos. Al respecto, vale la pena recordar que el grueso del gas que Rusia exporta a Europa pasa por gasoductos ucranianos y ya la incertidumbre que comienza a abrirse paso se refleja en las caídas en la bolsa de las acciones de compañías como GAZPROM.
Realmente los acontecimientos por venir pueden llevar a una confrontación que conduzca a lo que algunos analistas han llamado como la II Guerra Fría o incluso al desmembramiento del país en medio de una guerra civil.
Si estos escenarios terribles llegaran a materializarse, un observador imparcial tendría que reconocer que fueron los impactos de la aplicación de políticas neoliberales en Ucrania por más de 20 años los que han creado las condiciones de enorme vulnerabilidad externa que hoy sufre el país y que se encuentran en los orígenes de los acontecimientos actuales, por más que la propaganda se empeñe en no reconocerlo así.
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Lo que no se está diciendo sobre Ucrania
La gran mayoría de medios españoles están presentando la situación que ocurre en Ucrania como un alzamiento popular en contra de un gobierno corrupto y sumamente impopular. De ahí que esté generando una simpatía generalizada, favorecida por unos medios que, todavía estancados en la ideología de la Guerra Fría, ven a Rusia como el enemigo. Y puesto que Rusia había apoyado a ese gobierno, mientras que los que se le opusieron favorecían más su conexión con la Unión Europea, se explica la lectura tan favorable de la revuelta popular contra el gobierno, la cual ha acabado deponiéndolo, aun cuando dicho gobierno había sido elegido democráticamente.
Ni que decir tiene que la revuelta contra el gobierno depuesto ha sido una revuelta popular. Pero la realidad es más complicada que la que los medios anuncian. En realidad, no se ha señalado (con la excepción de Rafael Poch, corresponsal de La Vanguardia en Alemania) que hoy Ucrania es el único país de Europa donde existen miembros de un partido nazi en posiciones de gran poder. El partido nazi se llama paradójicamente Libertad (Svoboda) y sus miembros en el gobierno son el ministro de Defensa (Igor Tenyukh), el viceprimer ministro para Asuntos Económicos (Aleksandr Sych, que es el ideólogo del partido que ha presionado, entre otras medidas, para que se prohíba el aborto), el ministro de Agricultura Igor Shvaika (uno de los mayores terratenientes de Ucrania), el ministro de Ecología (Andriy Moknyk, que había sido la persona de contacto con grupos nazis europeos), el director del Consejo Nacional de Seguridad Andry Parubiy (y director de la milicia militar del partido), el Fiscal General del Estado (Oleh Makhnitsky), y el ministro de Educación Serhiy Kvit, entre muchos otros. El poder de este partido condiciona claramente al nuevo gobierno de Ucrania.
Dicho partido fue fundado en 1991, presentándose como el sucesor de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (ONU) fundada por un personaje, Stepan Bandera, clave en la historia reciente de Ucrania. El partido Svoboda lo presenta como su máxima inspiración. Fue definido como un héroe nacional en el año 2010 por el Presidente Victor Yushchenko, más tarde sustituido por el democráticamente elegido Yanukovich, el Presidente del gobierno depuesto como resultado de la revuelta popular. Este último gobierno retiró el honor que se había concedido a Bandera, aunque es más que probable que el nuevo gobierno lo restituya.
Bandera, cuyo homenaje conllevó la protesta de la Tribunal Europeo de Justicia (European Court of Justice), fue el mayor aliado del régimen nazi de Hitler en Ucrania, habiendo dirigido dos batallones que se integraron en las SS nazis alemanas en su lucha contra la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial (según el Centro Simon Wiesenthal, esos batallones detuvieron a 4.000 judíos ucranianos, enviándolos a campos de concentración nazis en Lviv en julio de 1941). En los escritos de la organización fundada y dirigida por Bandera (ONU) se habla explícitamente de la necesidad de limpiar la raza, eliminando a los judíos. El Profesor de Historia de la Tufts University Gary Leupp, en su detallado artículo “Ukraine: The Sovereignty Argument, and the Real Problem of Fascism” (CounterPunch, 10.03.2014), del cual extraigo todos los datos que presento en esta primera parte del artículo, cita textos enteros mostrando el carácter nazi de dicha organización. Cuando la Alemania nazi invadió Ucrania, Bandera declaró su independencia, cuyo gobierno trabajó “muy próximo y hermanado con el nacionalsocialismo de la Gran Alemania, bajo el liderazgo de Adolf Hitler, que está formando una nueva Europa”.
El partido dominante en el nuevo gobierno de Ucrania, Svoboda, se considera orgulloso heredero del ONU, y quiere purificar la sociedad ucraniana, persiguiendo violentamente a homosexuales, prohibiendo el aborto, estableciendo un orden jerárquico y disciplinado, enfatizando la masculinidad y la parafernalia militar, llamando a la expulsión de la mafia judía moscovita y eliminando el comunismo, comenzando por la prohibición del Partido Comunista y la persecución de sus miembros o intelectuales afines. Piensa también eliminar más tarde a todos los partidos. En realidad, el programa no puede ser más claro. En el año 2010, la web del partido indicaba “Para crear una Ucrania libre… tendremos que cancelar el Parlamento y el parlamentarismo, prohibir todos los partidos políticos, estatalizar todos los medios, purgar a todo el funcionariado y ejecutar (término que utilizan) a todos los miembros de los partidos políticos antiucranianos”. El Congreso Mundial Judío (World Jewish Congress) declaró a este partido como partido neonazi el mayo del año pasado.
¿Cómo es que un partido nazi está gobernando hoy Ucrania?
Las movilizaciones populares que terminaron con el gobierno eran en su mayoría movilizaciones espontaneas, con escasa estructura organizativa. De ahí que un grupo, incluso armado, con apoyo político internacional, pudiera adueñarse fácilmente de aquellas movilizaciones, jugando un papel importante en las etapas finales del movimiento popular. Y, por paradójico que parezca, tanto EEUU como la UE jugaron un papel clave en esta promoción. En realidad, EEUU más que la UE. Fue precisamente Victoria Nuland, responsable del Departamento de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos (una funcionaria de la ultraderecha dura nombrada por el Vicepresidente Cheney durante la Administración Bush, y que sorprendentemente fue mantenida en este cargo por la Administración Obama) la que apoyó más fuertemente y abiertamente al partido Svoboda, pues era el más antiruso de los grupos que existían en esas manifestaciones. Fue este personaje la que utilizó la famosa expresión “¡Que se joda la UE!” (“Fuck the EU!”), insistiendo en que el gobierno tenía que tener en cuenta a Svoboda, por muy mala imagen que ello creara. En realidad, dicho partido, en las últimas elecciones, solo ha recibido un 10% del voto. Pero su enorme influencia no deriva de su apoyo popular, sino de las maquinaciones que han tenido lugar, en las que el gobierno estadounidense y el alemán han jugado un papel central. Ambos desean expandir el área de influencia de la OTAN hacia el este de Europa, y ven la situación de Ucrania como favorable a ello. El miembro de Svoboda que es ministro de Defensa es favorable a la OTAN y ha estudiado en el Pentágono en EEUU.
¿Cuál es el futuro de Ucrania?
Hoy las elites gobernantes a los dos lados del Atlántico norte se encuentran en una situación conflictiva. Por un lado, está el complejo militar industrial de EEUU, que está muy a la defensiva (debido a los recortes tan notables del gasto militar del gobierno federal, resultado del hartazgo de la población estadounidense hacia las campañas bélicas que caracterizan la política exterior de EEUU) y que desea reavivar por todos los medios la Guerra Fría para justificar la recuperación de su papel central en el sistema político-económico estadounidense.
Pero esta estrategia choca claramente con los intereses financieros y económicos de la UE y también de EEUU. Rusia es el tercer socio comercial de la UE después de EEUU y China, con un intercambio comercial de más de 500.000 millones de dólares en 2012 (Bob Dreyfuss “Capitalism Will Prevent a Cold War Over Ukraine”, The Nation, 10.03.2014). Alrededor del 75% de todas las inversiones extranjeras en Rusia proceden de la UE, siendo Rusia la mayor proveedora de gas de la UE. Y el capital de los grandes oligarcas rusos está en bancos europeos, en su mayor parte en la City de Londres. Hoy, el gran capital financiero e industrial no desea una Guerra Fría. En realidad, gran parte del armamento de Rusia es construido hoy en Suecia y Francia (la última compra es de helicópteros, 1.700 millones de dólares). De ahí que por mucho que se hable de penalizar a Rusia, poca acción militar es probable que ocurra. No estamos en la primera página de la III Guerra Mundial, pero ello no implica que no estemos viendo el resurgimiento del nazismo, apoyado paradójicamente por élites gobernantes a los dos lados del Atlántico norte, que representa la mano dura necesaria para llevar a cabo las políticas de corte neoliberal que el gobierno ucraniano realizará para facilitar su integración en la UE.
(Tomado de www.público.es)
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Condena Cuba en la ONU injerencia de occidente en Ucrania
Cuba rechazó hoy en la Asamblea General de la ONU la intervención de Estados Unidos y de la OTAN en los asuntos internos del pueblo ucraniano, una postura que calificó de amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
El representante permanente de la nación caribeña ante Naciones Unidas, Rodolfo Reyes, condenó instrumentos de esa política occidental, como el cambio de régimen y el impulso de una doctrina militar cada vez más ofensiva, que incluye el propósito de extender la OTAN hasta las fronteras de Rusia.
Este escenario se aprecia en la actual crisis de Ucrania, donde el mes pasado grupos radicales apoyados por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) llevaron al derrocamiento del presidente electo, Víktor Yanukóvich, y la designación de un gobierno pro-occidental.
Durante una reunión de la Asamblea General para abordar la situación ucraniana, Reyes recordó recientes declaraciones del presidente cubano, Raúl Castro, y del canciller Bruno Rodríguez sobre los peligros de dicha injerencia para la paz mundial.
La plenaria de los 193 miembros de la ONU analizó en particular un proyecto de resolución presentado por las nuevas autoridades de Kiev, con el objetivo de buscar el desconocimiento de los resultados del referendo que el pasado 16 de marzo aprobó la integración de la península de Crimea a Rusia.
El documento no vinculante (no es de cumplimiento obligatorio) fue adoptado por 100 votos a favor, 11 en contra y 58 abstenciones.
Armenia, Belarús, Bolivia, Cuba, Nicaragua, República Popular Democrática de Corea, Rusia, Siria, Sudán, Venezuela y Zimbabwe votaron contra el proyecto, que contó con el visto bueno de Norteamérica y la inmensa mayoría de Europa, mientras en África, América Latina, el Caribe, Asia y Oceanía las posiciones variaron, incluyendo la no participación en el sufragio.
Pese a su respaldo a la iniciativa patrocinada por Washington, la UE y algunos aliados, varios países manifestaron preocupaciones por la llegada al poder en Ucrania de un gobierno fruto de la violencia y la ruptura del orden constitucional y democrático.
Para Rusia, precisamente la ilegitimidad de las autoridades impuestas luego de un golpe de Estado sobresale entre las causas que llevaron al pueblo de Crimea, de mayoría rusa, a optar por la reincorporación a la nación euroasiática, de la cual formaron parte durante siglos, hasta 1954.
Antes del debate de hoy en la Asamblea General, Moscú había señalado que la resolución, al margen de su aprobación o no, carecería de efecto alguno.
“Esa resolución, incluso si fuera adoptada, no tendrá ningún efecto sobre nuestra posición. Se trata de un documento con un fondo claramente anti-ruso”, advirtió la víspera el vicecanciller Guenadi Gatilov, citado por la agencia Interfax.
(Con información de Prensa Latina)
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Putin evaluará hoy con el Senado la integración plena de Crimea
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Putin evaluará hoy con el Senado la integración plena de Crimea
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EU ideó durante 20 años la llegada de fuerzas prooccidentales en Ucrania
Durante 20 años, Washington preparó la llegada al poder de las fuerzas prooccidentales en Ucrania, según aseguró en una entrevista concedida a RT Scott Rickard, exagente de inteligencia de EE.UU.
“La inteligencia de EE.UU. ha trabajado directamente en Ucrania, pero Crimea para ellos representaba un teatro de acción incómodo y más complejo, ya que la mayoría de la población de Crimea es rusa y para los estadounidenses habría sido más difícil financiar las organizaciones con las que trabajaban porque llamaría la atención inmediatamente”, relató Rickard.
El caso es que el Gobierno de EE.UU. trabaja con grupos “muy pequeños, que publican periódicos de circulación reducida con énfasis local. Con estas publicaciones influencian al ciudadano común”, explicó el exagente.
De este modo, asegura el exoficial, “pudieron reunir durante una protesta en Kiev más de medio millón de personas”. Sin embargo, Rickard resalta el hecho de que los estadounidenses fueron capaces de reunir en los mítines cerca de 500.000 participantes solo un par de veces, a pesar de que la población de Ucrania es de casi 50 millones de personas.
“Así que no han logrado movilizar a muchos, a pesar de que la preparación de estos hechos han tardado 20 años, y las inyecciones financieras de tan solo una de las agencias de EE.UU., la Usaid, ascendió a cerca de 5.000 millones de dólares” dijo el exespía.
A finales de febrero, después de la revuelta del ‘Euromaidán’, la oposición armada alejó del poder al presidente legítimo de Ucrania, Víktor Yanukóvich, disolvió el Tribunal Constitucional y revocó la ley que otorgaba a Crimea y otras regiones el uso de la lengua rusa como oficial, pero las autoridades territoriales no obedecieron esos actos de Kiev por falta de legitimidad.
El pasado 16 de marzo se llevó a cabo un referéndum en la península de Crimea en el que el 96,77% de los votantes expresó su voluntad de reintegrarse a la Federación de Rusia. El 18 de marzo se firmó en Moscú el histórico acuerdo de reunificación de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol.
(Tomado de Russia Today)
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Rusia denuncia chantaje de Occidente a miembros de la ONU por Crimea
Embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, desestimó resultado de la votación.
El embajador ruso ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vitali Churkin, denunció que presiones y amenazas de Occidente -en especial Estados Unidos- sirvieron para manipular el resultado de una votación que tuvo lugar este jueves en la Asamblea General, sobre la separación de la República de Crimea de Ucrania y su adhesión a Rusia.
“El resultado es bastante bueno para nosotros, hemos obtenido una victoria moral y política. Ahora no se puede hablar de un aislamiento de Rusia en esta situación”, aseguró Churkin al término de la votación, en la que una resolución antirrusa fue apoyada por 100 naciones y rechazada por 11, mientras 58 se abstuvieron.
El diplomático denunció que, antes de la votación, hubo naciones que fueron sometidas a una enorme presión por parte de Occidente. “Muchos países se han quejado de que recibieron una fuerte presión de las potencias occidentales para que votaran a favor de la resolución”, enfatizó.
De igual manera, recordó que, a diferencia del Consejo de Seguridad, las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, por lo que la votación es simbólica.
En ese sentido, Churkin explicó que Ucrania recurrió a la Asamblea General, tras el veto de Moscú a esta cuestión en el Consejo de Seguridad el pasado 15 de marzo, un día antes del referendo en el que Crimea decidió incorporarse a la Federación Rusa.
Igualmente, el Embajador describió los lazos históricos de la península y Rusia, y pidió a la comunidad internacional que “respete la decisión de Crimea como la respetó” Moscú.
Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Guennadi Gatílov, aseguró que el proyecto de resolución contra Rusia “es un intento de desvirtuar la esencia de los procesos en Ucrania”, nación que vivió recientemente un golpe de Estado y mantiene un Gobierno de facto.
Asimismo, afirmó que “una resolución de la Asamblea General de la ONU sobre la integridad territorial de Ucrania no cambiará la postura rusa sobre la incorporación de la península de Crimea”.
El pasado 16 de marzo, el 96,77 por ciento de los crimeos votaron a favor de su reunificación con Rusia. El acuerdo correspondiente fue firmado el 18 de marzo y aprobado posteriormente por la Duma y el Consejo de la Federación de Rusia.
(Tomado de Telesur)
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