La Corte Suprema de Estados Unidos acaba de desestimar el recurso del Estado argentino contra la decisión de un tribunal de Nueva York condenándole a pagar 1.330 millones de dólares a dos fondos buitre: NML y Aurelius.
Con sede por lo general en paraísos fiscales, los fondos buitre son fondos de inversión especulativos que aprovechan las crisis para recomprar títulos de deuda de los Estados a precios muy reducidos. El objetivo es coaccionarles por la vía judicial para que se las reembolsen a un alto precio, es decir, el monto inicial de las deudas, más los intereses, sanciones además de diversas costas judiciales. La plusvalía que estos fondos acumulan es fenomenal. A modo de ejemplo, NML recompró en 2008 bonos de deuda pública argentina cuyo valor nominal era de 222 millones de dólares. Mientras que éste gastó apenas 48 millones de dólares para adquirir dichos títulos de deuda, reclama ahora a la Argentina el pago de ¡222 millones de dólares más los intereses de demora! En total, el Estado argentino ha de pagar 1.330 millones de dólares a NML y a Aurelius, según decisión de los juzgados de Nueva York confirmada por la Corte Suprema.
La jurisdicción de los tribunales neoyorkinos, extremadamente protectora de los acreedores, deriva de un grave error cometido por el gobierno argentino en el momento de las negociaciones que mantuvo con sus acreedores privados en 2005 y 2010 y las que los fondos buitre rehusaron participar.
Retrocedamos un poco en el tiempo. Tras la suspensión unilateral del pago de su deuda en 2001, el gobierno argentino pudo invertir a su favor la relación de fuerzas y obtener de una inmensa mayoría de esos acreedores privados (93%) una reducción del 70% de su deuda comercial. Pero en el transcurso de las negociaciones renunció a una parte de su soberanía al confiar a los tribunales de Nueva York la jurisdicción para resolver litigios con sus acreedores, en lugar de a los tribunales argentinos. Es este resquicio el que utilizaron NML y Aurelius para poder perseguir al Estado argentino en suelo estadounidense, y el caso aún no ha terminado…
Al desestimar el recurso de Argentina, la Corte Suprema de Estados Unidos abre el camino, de hecho, a otras sentencias condenatorias puesto que los demás fondos buitre, que no quisieron negociar, sin duda van a perseguir también a Argentina. La factura podría aumentar así en ¡15 mil millones de dólares! Insoportable para la economía y el pueblo argentinos. El gobierno no tiene opción. Desobedecer a esa sentencia es una necesidad aun a riesgo de cometer una ilegalidad desde el punto de vista del derecho estadounidense. Recordemos, sin embargo, que Argentina, al igual que todos los demás Estados tiene, en virtud del derecho internacional, obligaciones hacia su población que son superiores a cualquier otra, como la de pagar a sus acreedores.
En este pulso con los fondos buitre, Argentina ha recibido el apoyo formal de acreedores “tradicionales” como el FMI, el Banco Mundial, así como de varios Estados integrantes del Club de París, el grupo informal que reúne a los 19 Estados acreedores más ricos (del cual Bélgica forma parte). Todos condenan aparentemente a los fondos buitre, pero todos tienen una gran responsabilidad en esta situación. En primer lugar, estos fondos ganan en los tribunales, puesto que su acción ¡es legal! Sin embargo, sus procedimientos no son nuevos. En este caso, NML ya obtuvo en 1999 el pago por Perú de 58 millones de dólares a causa de una deuda que el fondo había recomprado por tan solo 11 millones de dólares. Los Estados deben multiplicar las leyes para detener la acción de los fondos buitre en sus jurisdicciones nacionales. Resulta urgente, vistos los estragos ocasionados por los fondos buitre a los países del Sur, pero también en Europa, donde Grecia o Chipre han sido ya atacados.
En segundo lugar, los acreedores “tradicionales” han endeudado enormemente a los países del Sur con la complicidad de los gobiernos deudores. Estos créditos recomprados por los fondos buitre a menudo son en su origen deudas odiosas, ilegales o ilegítimas. Es el caso de la deuda argentina, que fue declarada nula por la Corte Suprema argentina en el juicio Olmos de 2000. Los jueces argentinos identificaron 477 delitos en la formación de esa deuda, antes incluso de la llegada de los fondos buitre.
Estos acreedores “tradicionales”, que pretenden apoyar a Argentina contra los fondos buitre son también los que extorsionan al pueblo argentino haciéndole pagar una deuda fraudulenta, vinculada en parte a la dictadura argentina que ellos apoyaron.
Los Estados miembros del Club de París llegaron incluso a un acuerdo con Argentina el pasado 29 de mayo que preveía el reembolso de esa deuda odiosa. Desde hacía trece años Argentina había cesado todo pago relativo al Club de París. El acuerdo prevé el pago de 9.700 millones de dólares, de los que 3.600 corresponden a ¡intereses punitivos por demora! Los buitres son desde luego más numerosos de lo que nos pensamos.
Si los acreedores quieren realmente ser tomados en serio en su apoyo a Argentina deben de, por una parte, aprobar leyes contra los fondos buitre y, por otra parte, anular totalmente y sin condiciones todas las deudas odiosas, ilegales e ilegítimas de Argentina.
- Renaud Vivien es co-secretario general del CADTM Bélgica
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