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General: Frank significa libertad
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 07/08/2014 12:11

Frank significa libertad

Al conmemorarse hoy, 30 de julio, el Día de los Mártires de la Revolución, Bohemia comparte, de su archivo, este artículo sobre Frank País publicado siete años atrás, cuando se cumplía el aniversario 50 de su muerte

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA

20 de julio de 2007

Frank Isaac País García Como tantos otros cubanos, se enteró del golpe de Estado perpetrado por Batista, el 10 de marzo de 1952, mediante la radio. Junto a muchos otros jóvenes de la provincia de Santiago de Cuba, se dirigió al cuartel Moncada en busca de armas para enfrentar la asonada. A la entrada de la fortaleza, se encontró con un grupo de personalidades de la ciudad que ya se habían entrevistado con el jefe de la plaza. "Dice el coronel que todo está perdido", oyó decir y se empinó en sus 17 años para afirmar: "Si los que tienen las armas no quieren dar el paso al frente, nosotros los jóvenes sí estamos dispuestos, dennos las armas, que vamos a hacer una invasión a Occidente como Maceo".

Aquellos hombres, mucho mayores, sonrieron. Uno de ellos, Rafael Portuondo Rodríguez, veterano de la Revolución del 30, le preguntó la edad al muchacho. Tras recibir respuesta, le dijo condescendiente: "¿Tú crees que con tus 17 años puedas tener más experiencia que esos militares de escuela?". "Cómo no, si Martí estuvo preso cuando solo tenía 16 por manifestarse en rebeldía contra España, ¿por qué yo no puedo hacer algo parecido?... Haga el favor de comunicarle al coronel nuestras intenciones."

Impresionado, Portuondo volvió a hablar con el jefe de la plaza, trató de convencerlo, pero fue inútil. "De nuevo conversé con el joven de mirada martiana –confesaría a la historiadora Yolanda Portuondo años después–, quien parecía ser el jefe. Le referí cuanto había hablado. Entonces dijo algo así como: ‘qué triste destino el de un país donde aquellos que le han jurado amor, respeto y honra, son incapaces, llegado el momento, de empuñar las armas y defender los nobles ideales por los que juraron un día’.

"Fue así, como sin saberlo, conocí a aquel que luego sería un gran amigo, el más noble y sincero de todos: Frank País."

Etimología de un nombre

Según el folio 114, del libro 50, correspondiente a la sección de nacimientos del registro civil de Santiago de Cuba, el 7 de diciembre de 1934, a las seis de la mañana, nació en esa ciudad Frank Isaac País García, hijo de Francisco y Rosario.

En la clandestinidad, afirmaba la inolvidable Vilma Espín, "Frank se había llamado primero Salvador y después David, pero ya en los últimos días lo estaban buscando con ese nombre y yo le puse Cristian". Según la también combatiente Cayita Araujo, "en una ocasión conversando conmigo, me explicaba que su primer nombre de guerra, Salvador, estaba quemado, que tendría que ir pensando en cambiarlo... le pregunto: ¿por qué no David? Me miró y de la forma en que lo hizo, me di cuenta de que le había gustado la idea".

Amor filial

 La casa donde vivió Frank País García y su familia
La casa de los País García

En 1969, en testimonio al diario Granma, doña Rosario relató: "eran muy unidos los tres hermanos... Frank era un poco el cabecilla, el guía. Los otros dos le obedecían como corderitos. Cuando yo enfermaba, él distribuía las responsabilidades... Ay, ese Frank, tenía un carácter dulce, sencillo".

"Cada Día de las Madres, a las cinco de la mañana, entraba a mi cuarto seguido de los hermanos. Me despertaban con una canción. Me regalaban flores. Luego, se quedaban conmigo hasta el amanecer. Me hacían chistes y cuentos. Más tarde, ni aún en lo más crudo de la lucha, dejaba de enviarme el Día de las Madres un ramo de flores."

Amistad

Frank tuvo muchos y muy buenos, amigos, pero entre ellos, resalta por su afinidad y compenetración Jose Tey Saint Blanchard, quien luego sería su más estrecho colaborador y su segundo al mando en el Movimiento 26 de Julio. "Eran como una misma persona –asegura la destacada combatiente María Antonia Figueroa–, aunque totalmente disímiles en el carácter. Frank, introvertido, mesurado en el actuar. Pepito enamorado, piropeador, abierto, agresivo."

Ambos se presentaron de contrincantes para la presidencia de la asociación de alumnos de la Escuela Normal para Maestros. La primera en asombrarse fue Olga, la madre de Pepito. "Le pregunto a mi hijo cómo es que siendo tan amigos se postularan precisamente ellos, a lo que me respondió que no querían que la presidencia cayera en manos de ningún otro joven que no compartiera sus ideales. Nunca existió rivalidad entre ellos."

Nunca estuvieron distanciados, dicen quienes los conocieron. Al salir Frank como presidente, elige a Pepito delegado de honor con voz y voto en las reuniones del ejecutivo de la asociación. "Estamos seguros de que Pepito hubiera actuado igual de haber sido electo", afirman sus compañeros de estudios.

Solidaridad

Al combatiente manzanillero Manuel Echevarría lo detuvieron a raíz del asalto al Moncada y lo enviaron al vivac de Santiago de Cuba. A la galera de los presos políticos ya no le cabía ni un alma. No alcanzaban los catres. "Nosotros éramos tres –recuerda Echevarría–, y con el maletín por almohada nos disponíamos a dormir en el suelo, cuando varios compañeros desconocidos quitaron el colchón de sus camas y nos lo brindaron para que no durmiéramos a suelo pelado. Un blanco de facciones finas y de hablar bajo nos deseó las buenas noches y regresó a su catre sin colchón. A la mañana siguiente, al devolverle el colchón y darle las gracias, me dijo su nombre: ‘Frank País’. Tu nombre es Francisco y la gente te dice Frank, le dije. ‘Frank es mi verdadero nombre’. Desde aquel día nació entre ambos una corriente de simpatía que luego se transformó en amistad.

"Meses después, ya en 1954, Frank va personalmente a verme y plantea que está vertebrando un movimiento, Acción Revolucionaria Oriental (ARO), para luchar con las armas contra la tiranía. Luego también coincidimos en el Movimiento 26 de Julio."

El organizador

Poco a poco, ARO fue extendiendo su influencia y a inicios de 1955, con la captación de valiosos elementos del territorio de Camagüey, se transformó en ANR (Acción Nacional Revolucionaria). Cuando Fidel comenzó a estructurar el Movimiento 26 de Julio nacionalmente, Frank se le incorporó con todos los elementos de su organización.

Designado Jefe de Acción del Movimiento en la antigua provincia oriental, la convirtió en un verdadero bastión de la lucha insurreccional. Como afirmara a un periodista el moncadista y expedicionario del yate Granma, Jesús Montané, "en ningún otro territorio todos los frentes, incluyendo el obrero, funcionaban en mejores condiciones, ni existía tan amplia organización en cada municipio, no obstante la enorme extensión y complejidad geográfica".

"Para Frank no existía el desaliento ni la derrota" –añadía Montané. "Era capaz de inundar de consignas revolucionarias todos los muros y paredes de Santiago de Cuba en una sola noche; planeó, preparó, dirigió y ejecutó el alzamiento insurreccional del 30 de noviembre de 1956 en apoyo a los expedicionarios del Granma, una verdadera obra maestra de la lucha armada urbana clandestina".

Frank asumió también otras responsabilidades, como la jefatura de Acción del Movimiento a nivel nacional y el abastecimiento en hombres, armas y demás pertrechos al incipiente Ejército Rebelde. Para esta última tarea contó con valiosos colaboradores, como Celia Sánchez (Norma). "En cuanto a la Sierra –le escribieron Fidel y sus compañeros de la guerrilla en julio de 1957–, cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David y Norma."

Sangre fría

Cuentan los combatientes santiagueros que en una ocasión Frank traía personalmente de La Habana tres fusiles y algunas armas cortas. En el tren coincidió con Luis Casero, un ex alcalde de Santiago. Sorpresivamente, comenzaron a registrar los equipajes y se dirigió al político: "Óigame, Casero, usted no me conoce. Yo soy Frank País. En estas maletas hay armas para luchar contra Batista. Diga que las maletas son suyas, usted es una personalidad y no se las van a registrar".

El hombre, dicen, se puso lívido. Tal vez ya el nombre de Frank había llegado a sus oídos. Tal vez creyó que lo que le abultaba al muchacho debajo de la camisa era una pistola (y no se equivocaba), que era muy probable no salir bien parado de una balacera dentro del tren. Lo cierto es que Casero hizo todo lo que el revolucionario le pidió. Los guardias, al reconocer al ex alcalde, no lo registraron e incluso, obviaron a Frank.

Las armas llegaron sin contratiempo a Santiago.

Disciplina

En sus Pasajes de la Guerra Revolucionaria, el Che consignó: "Frank País es uno de esos hombres que se imponen en la primera entrevista; su semblante era más o menos parecido al que muestran las fotos actuales, pero tenía unos ojos de una profundidad extraordinaria".

"Difícil es hoy referirse a un compañero muerto que se conoció una sola vez y cuya historia está en manos del pueblo. Yo solo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma, y además ese hombre es un ser superior. Hoy se le llama el inolvidable Frank País; para mí, que lo vi solo una vez, es así.

"(...) Nos dio una callada lección de orden y disciplina, limpiando nuestros fusiles sucios, contando las balas y ordenándolas para que no se perdieran. Desde ese día me hice el propósito de cuidar más mi arma."

Una novia para David

Frank País junto a doña Rosario, su madre, y su novia América Domitro
Junto a su novia América Domitro
y su madre doña Rosario

Cuentan que Frank y América Domitro se conocieron en una actividad ecuménica. Ella, al regresar a su casa, no hacía más que hablar de "ese muchacho que tocaba el piano".

Las visitas de Frank a la zona del El Caney comenzaron a hacerse más seguidas y al terminar las actividades en la iglesia, dejaba ir el ómnibus de las diez y media, y el siguiente, para quedarse hablando con América, y si no lo apuraban, se le iba también la última, la de las doce.

Cuando se hicieron novios, se la llevó a doña Rosario. "Tú estás loco, Frank –le reprendió la madre, quien ya sabía que sus hijos andaban en cosas de Revolución–, ella es una muñequita de salón. Esa niña no es para ti". "Es la hermana de Taras", él dijo simplemente. Rosario lo conocía, era uno de los mejores amigos de Frank, y se fue de nuevo a la sala a conversar con la muchacha. A la hora de despedirse, todos se percataron de que América se la había ganado.

Según testimonio de Agustín Navarrete, amigo y compañero de luchas de Frank, cuando ambos estaban clandestinos, refugiados en una casa de Santa Rosa y Reloj, "citó a doña Rosario, y a América para la esquina del colegio Dolores, en Heredia y Reloj, a cinco o seis cuadras de nosotros. Pero teníamos un catalejo y se distinguía bien. Había que ver la cara de ese muchacho cuando las vio, comenzó dar brincos, se reía y me dio el catalejo. Ellas miraban a todos lados, buscándonos. Frank las estuvo mirando largo rato y después, acostado en su cama, se reía y reía de la alegría de haberlas visto".

Por aquellos días, Frank le confió a Asela de los Santos: "¿Sabes una cosa?, esta noche voy a salir con América y tú me vas a acompañar". Ella le respondió afirmativamente y Frank añadió: "Pero no se lo vamos a decir a nadie". Asela hoy recuerda: "Aquella noche lo conduje a un pequeño restaurante que existía en el sótano del teatro Aguilera, donde nos esperaba América Domitro. Me sentía sobresaltada; y ellos, felices. A punto de dar las doce, nos marchamos.

"Puedes imaginarte la reprimenda que me gané de la Dirección del Movimiento. Reprimenda merecida. Pero creo que no podía haber hecho otra cosa, que valió la pena, fue la última vez que pudieron estar juntos."

Frank en Fidel

Miles de personas desfilaron por las calles de Santiago de Cuba acompañando los restos de Frank País García
Todo Santiago asistió al entierro de
Frank. La tiranía no se atrevió a
intervenir ante ese mar de
pueblo en el que muchos iban
uniformados y con el brazalete
del 26. Al día siguiente, estalló
una huelga que abarcó muchos
lugares del país en protesta por
su asesinato
 

En carta a Celia Sánchez, fechada el 31 de julio de 1957, Fidel escribía. "No puedo expresarte la amargura, la indignación, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros! Lo cazaron en la calle cobardemente, valiéndose de todas las ventajas que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino. ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor... ¿Alguien puede estar pensando en su vida después de ver asesinado a Frank País, el más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes?".



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