El análisis genético de 99 muestras de virus del ébola obtenidos en Sierra Leona y Guinea ha permitido a un equipo internacional de investigadores (hay participantes de Harvard, otros centros de EE UU, Sierra Leona y Nigeria) trazar una trayectoria de la epidemia. La principal conclusión que ha publicado la revista Science,es que “en contra de lo que ha sucedido en otros brotes”, el actual se debe a un solo contacto entre el reservorio (un animal, probablemente un murciélago) y una persona.
Este tipo de trabajos compara zonas concretas del genoma de los virus en busca de variaciones. El hecho de que estas muestras fueran muy uniformes señala que tienen un origen común. Además, la genética sirve también de reloj biológico. Una vez que se establece cada cuánto tiempo de media se produce una mutación, contando el número de cambios se puede determinar el tiempo que hace que el virus se separó de un tronco común. Comparándolo con muestras de otros brotes, se ha calculado que este último y los dos anteriores de la variante Zaire (en República Democrática del Congo en 2007 y 2008) se separaron alrededor de 2004.
El estudio no permite todavía explicar por qué la mortalidad de este brote está en el 50,5%, el de 2008 del 44% y el de 2007 del 71%, dicen los autores. La media está alrededor del 78%, añaden, aunque ha llegado al 90% (Congo, 2003). Pero la secuenciación genética es el primer paso para buscar esas explicaciones.
Los investigadores también destacan que al actual brote progresa de manera geométrica, con el número de casos duplicándose cada 34 días. Esta cifra se mantiene constante (con las variaciones estadísticas: va de 24 a 36 días, según cálculos de EL PAÍS). Los últimos datos de la OMS, referidos al 26 de agosto, lo confirman: en esa fecha había 3.069 casos registrados de los que han fallecido 1.552. De ellos, cinco eran coautores del artículo, y no lo han visto publicado. El recuento no incluye el último caso de Nigeria: un médico que se infectó por contacto con el caso índice (el hombre que llevó el virus al país), pero que ha muerto en Port Harcourt, con lo que es la primera víctima en Nigeria fuera de Lagos.
En España, la buena noticia fue que Juliana Bonoha, la religiosa que fue repatriada de Liberia junto con Miguel Pajares y que no estaba infectada por ébola, fue dada de alta ayer tras pasar 21 días —el tiempo de incubación del virus— en observación.