Y ELLA...
La vi una mañana
y me puse contento
pero igual ...
se desvaneció
como la vi,
la ilusión de verla
con mis ojos alegres,
en tal caso la ilusión
se volvió efímera,
y ella,
mi amada platónica
un espejismo,
aquella mañana
acostado y enfermo
con esa gripe
que no quiero contar