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General: Claroscuros de La Habana
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 14/10/2015 15:38

Vista de la ciudad de La HabanaEN CUBA

LA HABANA (I)

Andar los claroscuros de la capital

La principal urbe cubana vive entre un pasado de riqueza histórica y arquitectónica que perdura, y el presente de quienes tratan de garantizar, a contrapelo de las limitaciones económicas, viviendas a los más vulnerables y servicios básicos que mejoren la calidad de vida de su creciente población. Un primer acercamiento periodístico demuestra cuánto falta hacer aún por su recuperación, pero también la necesidad de darle más amor y cuidado a la capital por parte de todos sus habitantes. En próximas ediciones continuaremos tratando el asunto

Por CARIDAD CARRO BELLO, JÉSSICA CASTRO y DELIA REYES GARCÍA
Fotos MARTHA VECINO ULLOA

12 de octubre de 2015

El juego constante de luces y sombras, donde el tiempo se confunde y uno no sabe nunca la forma de eso que te atrapa; la autenticidad de sus espacios, y el misterio que envuelve hasta su constitución, forman parte del eterno hechizo de La Habana.

Fundada al menos tres veces, entre 1514 y 1519, siempre en una ribera fluvial o marítima, los asentamientos temporales de la ciudad culminaron junto a un lugar geoestratégico: la bahía. Este espacio entonces llamado Puerto de Carenas, se vinculó a las nuevas rutas marítimas entre las tierras continentales y el Nuevo Mundo, y a la defensa de la villa.

Al convertirse en 1553 en sede central del gobierno colonial, hasta entonces ubicada en Santiago de Cuba, gana una posición sociopolítica privilegiada. Con el sistema de flotas su crecimiento se liga a una economía de servicios que afianza su poderío económico y cultural en el contexto nacional.

Malecón de La Habana
El malecón es seleccionado en el sondeo periodístico de
BOHEMIA, como el sitio más representativo de la ciudad

La Habana fue para España también un trampolín de expediciones de conquista, entre ellas la dirigida hacia la Florida por Hernando de Soto, en aquel momento gobernador de la Isla, quien a la partida deja en el cargo a su esposa Isabel de Bobadilla, con la promesa de un regreso que nunca se concreta, motivo de inspiración de la vigilante Giraldilla, poético símbolo de la ciudad.

Poseedora del más impresionante sistema de fortalezas coloniales, que incluye tanto la más vieja como la más grande, construidas por europeos en América, la condición de urbe fortificada está irremediablemente ligada a su identidad. Representativos íconos devinieron el cañonazo con que se marcaba la apertura y el cierre de la vida de intramuros y la imponente construcción del Morro, siempre presente en postales y guías de turismo.

El tiempo contenido

El anterior historiador de la ciudad, Emilio Roig destaca el hecho de que durante casi toda la época colonial, la historia de Cuba es la de La Habana. Relata cómo el libertador Simón Bolívar al referirse a la posible independencia de la mayor de las Antillas, habla únicamente de la liberación de La Habana. Mientras a los ingleses solo les bastó la toma de esta ciudad para considerarse los nuevos colonos de la isla.

Terminada la guerra libertadora, es el escenario desde donde se traspasa el poder de manos del gobierno colonial español al norteamericano. Constituida la República, absorbe la vida pública del país.

La Habana atesora numerosas singularidades, desde lo cultural hasta lo económico. Por sus calles transita el primer automóvil de Cuba, en diciembre de 1898. Años antes, en 1819, su puerto recibe el primer barco de vapor que conocieran los puertos latinoamericanos. El cinematógrafo llegó a la Isla, a dos puertas del habanero teatro Tacón, solo dos años más tarde de la primera exhibición hecha en París por los hermanos Lumière. También fue la ciudad donde el italiano Antonio Meucci dio origen al teléfono.

Al triunfo de la Revolución se intenta equilibrar el desbalance producido por siglos entre la capital y el resto del país, lo cual supuso una disminución del ritmo de desarrollo, pero no por ello pierde el sentido de lo real maravilloso que tanto la identifica.

Las formas de eso que te atrapa…

Vista de la Plaza Vieja en La Habana Vieja
El sistema de plazas y plazuelas de la Habana colonial es uno
de los elementos más distintivos de la singular trama
capitalina

En una esquina de Centro Habana, en lo que una vez fue un comedor comunitario, se encuentran todos los días una pareja de ancianos, para conversar. Se conocieron muchos años atrás, cuando el sitio no era aún un lugar abandonado, y se apropiaron de él, para no perder la magia de los primeros años.

La capital está llena de historias y espacios como este, que conservan la imagen o el nombre de medio siglo atrás, al menos en la memoria de quienes la habitan. Porque si de algo se ha formado la identidad de la ciudad, es de las particulares apropiaciones que, sin constituir un todo uniforme, se hacen presentes en cada palabra, línea o nota que tantos le han dedicado.

Y es precisamente uno de sus mayores pilares, el carácter único de la experiencia que brinda, el valor de costumbres hechas tradición. Sentarse en el malecón es un ritual para los moradores de la ciudad. El mar visto como santuario; un lugar donde se lloran y confiesan amores y pecados, renueva la esperanza y da espacio al perdón y el olvido.

La más alegre, pintoresca y encantadora de las ciudades, como expresara Alejandro de Humboldt, catalogado como el segundo descubridor de Cuba, se define necesariamente en la transculturación que marca tanto sus dinámicas sociales, como su arquitectura y urbanismo. El sociólogo Carlos García Pleyán encuentra en este punto uno de sus atractivos a través de los siglos, una ciudad “arquitectónicamente ecléctica, humanamente múltiple, universal”.

Posiblemente es este uno de sus aportes más concretos a la identidad nacional que, independientemente de sus particulares signos, se ha formado con la razón y la fe de diversas culturas.

Sobre dicho punto el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, expresa: “Lo interesante de La Habana es que por su estilo, su urbanismo, por haberse encontrado en el centro de ese lago americano mediterráneo, recibió influencias múltiples, en tiempos diversos y eso la convierte en una ciudad muy atractiva. Aun decadente, aun golpeada por circunstancias diversas, La Habana sigue sorprendiendo”.

Vista del Castillo de los Tres Reyes del Morro
El Morro constituyó en su momento un elemento vital
en el sistema defensivo de la urbe

A partir del siglo XIX la urbe es referencia cultural en Latinoamérica. Para el historiador Antonio Álvarez Pitaluga, en ello contribuyó el poderío económico de la gran burguesía esclavista occidental que legitima su desarrollo económico mediante la cultura. De tal forma que grandes compañías de teatro, ballet y ópera del momento hacen escala aquí. “No venir a La Habana era un pecado económico pero también un pecado cultural”.

La ciudad ha sido escenario tanto de una vida de teatros y salas de conciertos, como de bailes populares, boleros y feeling. Hoy acoge a numerosos eventos, entre ellos la Feria Internacional del Libro –que se inicia aquí para luego recorrer todo el país, el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, el Festival Internacional de Ballet  y la Bienal de Artes Plásticas, junto al ímpetu de intelectuales y artistas de todas las manifestaciones. Mientras, a pequeños pasos, renace la ciudad de medianoche con emprendedores que en bares y cafés intentan no perder ese aire, lúdico, bohemio, diverso.

Sin embargo, su imagen urbana sufre cotidianamente con hábitos ajenos a ella. Si bien los paseos en coches tirados por caballos y las sábanas blancas colgando de los balcones, son pintorescos íconos de su identidad, difícilmente le favorezcan la crianza de pollos, cerdos y ovino-caprinos, o la actitud de quienes la convierten en un basurero gigante y la contaminan con música estridente.

Rara Avis

Vista desde la calle 23 de la heladería Coopelia
El punto más céntrico de la ciudad moderna, la heladería
Coppelia, es un lugar de confluencia de varias generaciones

La Habana conforma una localidad con poca presencia ya en el atlas mundial. Su arquitectura y urbanismo resaltan entre muchas de las urbes, más allá de su valor o belleza, por esa condición única de ciudad perdida en el tiempo. El crecimiento por adición, no por sustitución, permitió conservar un patrimonio que de otra forma hubiese perecido con el agresivo despertar de la modernidad.

La ciudad colonial se fue desarrollando sobre la base de tres ejes urbanos: la bahía y el puerto que otorgaban su carácter productivo y conexión internacional; las fortalezas para dar una relativa protección; y las plazas y vías mediante las cuales iba estructurándose.

En el siglo XVIII España busca otorgarle el carácter de centro de la administración colonial en Cuba, por lo cual surgen obras fuera de los muros y acciones tendientes a jerarquizar ciertas zonas de la ciudad, sobre la base de funciones religiosas, políticas y militares. A finales del siglo XIX la urbe se expande, supera los límites de sus murallas y da lugar a la existencia de dos Habanas: la vieja y la moderna.

La segregación espacial se fue acentuando, en medio de complejos procesos demográficos y sociales, hasta constituir la ciudad actual con un crecimiento y desarrollo considerable, tres kilómetros de la costa hacia dentro y hacia occidente, mientras se desgrana hacia el sur la llamada “Habana profunda”.

Uno de los elementos que más resaltan es el sostén de un diseño urbano que permite y potencia el libre andar de visitantes y moradores. Como señala el ya fallecido arquitecto cubano Ricardo Porro, uno de sus principales atractivos consiste en un urbanismo de comunicación, donde se generan espacios con un ambiente familiar e íntimo.

Para Mario Coyula, arquitecto y urbanista que ha pensado profundamente la ciudad, “el trazado de calles estrechas con manzanas pequeñas y compactas, comercios de esquina, lotes también estrechos y edificios bajos dio a La Habana una silueta, ritmo, textura, escala y carácter muy especiales. Pero pese a su gran patrimonio colonial, la mayor parte de sus edificaciones tienen menos de un siglo. Todo esto contribuye a una rica mezcla de estilos y períodos, y de imagen percibida desde la calle”.

Kevin Lynch, arquitecto y urbanista norteamericano, la distingue como ejemplo tipo de ciudad, por su capacidad de “visibilizar la historia”, que se lee recorriéndola, a pesar de desmanes constructivos y “estáticas milagrosas”.

 

La arquitectura del movimiento moderno va a enriquecer la ya valiosa herencia arquitectónica habanera. La misma que aún se percibe –no obstante la precariedad de gran parte de su patrimonio histórico– en la magnificencia de los edificios coloniales, en la elegancia de las construcciones art nouveau, en las estructuras art déco y en el estilo moderno de numerosos edificios construidos durante los años 40 y 50.

El viejo núcleo de 143 hectáreas dentro del recinto amurallado original, más la expansión del siglo XIX en la antigua franja de las murallas, y el sistema defensivo colonial completo, fue designado en 1982 por el Fondo de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco) como Patrimonio de la Humanidad. Pero lo históricamente valioso de La Habana cubre más de dos mil hectáreas, muchos estilos arquitectónicos y épocas diferentes.

Recientemente, la capital fue seleccionada entre las siete ciudades maravilla del mundo. En palabras del presidente de la fundación organizadora de esta iniciativa, Bernard Weber, las escogidas entre más de mil 200 candidatas de 220 países diferentes, “representan la diversidad global de la sociedad urbana”.

Las acciones de restauración y conservación realizadas en las últimas décadas han permitido la resurrección de algunas de sus zonas. Sin embargo, hay aún mucho por hacer, no solo para no perder esos sentidos distintivos, y enfrentar los problemas de toda índole que después de casi cinco siglos muestra, sino para prepararnos, como recuerda Leal, para La Habana que vendrá.

La Habana cuesta, pero vale

Luces y sombras entre las esencias de la capital

Bahía de La Habana
La bahía desempeñará, como antaño, un papel esencial
en el crecimiento y desarrollo futuro de la ciudad
La Habana es un reto muy grande. La mirada de sus habitantes suele ser mucho más crítica. El deterioro de su infraestructura provoca una alta tensión, bajo la lupa en la que siempre se ubica al rostro del país. Además, aquí se entrelazan intereses, tanto estratégicos como tácticos, de los organismos provinciales y nacionales.

Los asuntos constructivos han mantenido en jaque a dirigentes de la provincia. No es para menos, dada la magnitud de las obras de la salud, como las desarrolladas en los hospitales Calixto García, Miguel Enríquez y Juan Manuel Márquez; o la tarea de edificar más de dos mil viviendas anuales, para ir erradicando la cifra de albergados en las comunidades de tránsito, por solo citar dos ejemplos.

Las olas salpican los pies de Isabel en el malecón. El viento retoza con su pelo mientras una idea fija da vueltas y más vueltas en su cabeza: qué sucederá con el edificio donde habita. Por el paso del tiempo, la proximidad al mar, y el ausente mantenimiento, el inmueble sobrevive en una “estática milagrosa”.

A punto de colapsar están los maderos que sostienen la entrada. Y ni hablar de los pisos hundidos, escaleras peligrosas, o los balcones que largan pedazos. La incertidumbre sufrida por el deterioro de la vivienda no solo afecta a esta capitalina. Más de tres mil núcleos familiares viven en edificaciones apuntaladas y en peligro de derrumbe. Según datos del último censo de población y vivienda, en la provincia más de 40 mil domicilios están evaluados con problemas serios, y de estos el 70 por ciento requiere demolición total o parcial.

A ello se suma la precaria situación habitacional en más de 10 mil ciudadelas y cuarterías, la existencia de 109 comunidades de tránsito donde se albergan tres mil 285 núcleos familiares que han perdido su casa o temen un desplome, así como las 20 mil 644 viviendas en barrios insalubres y lugares precarios.

No es casual que a Joaquín Calero, secretario del Consejo de la Administración Provincial (CAP), llegaran en un segundo orden de importancia los planteamientos de la población relacionados con el sistema de la vivienda. Destacan las inquietudes sobre la reparación integral de edificios altos. El plan del pasado año de 309 rehabilitaciones parciales, no se pudo cumplir.

Viviendas construidas en Marianao para familias albergadas
Para quienes estuvieron en condición de albergados
durante 20 años, o más, estas viviendas económicas en
51 y 82, Marianao, les devuelven la tranquilidad

La cuestión de fondo es qué priorizar con los recursos financieros: los mantenimientos o la construcción de viviendas. Con vasta experiencia como delegado del Poder Popular en el municipio de Marianao, Luis José Muñoz Quian aboga por ambas cosas. Pero advierte: “Si ponemos toda la plata a lo nuevo y olvidamos reparar el fondo habitacional existente, cuando se derrumben los inmuebles entonces tendremos que buscar más albergues y casas para esas personas. Si se ataja a tiempo el deterioro, no alcanza ese punto crítico y el costo económico y social es menor”.

Similar criterio comparte Michel Milán Reyes, vicepresidente del CAP. Pero agrega que no se trata solo de financiamiento, sino de la capacidad constructiva. “Por eso, para edificar nuevas obras han venido hasta La Habana brigadas de ocho provincias. Porque el grupo constructor de la ciudad, Gecal, quien en su mayoría hace la conservación y la rehabilitación, no da abasto”.

Aun así, en 2015 el presupuesto para inversiones en construcción y montaje del programa de la vivienda capitalino recibe la mayor tajada: 141 millones de pesos. Se incluyen casas nuevas, sustitución de ascensores, instalación de bombas de agua, movimientos de tierra, urbanizaciones y proyectos.

Para mantenimiento y rehabilitación, la provincia cuenta con 86 millones de pesos en 2015. Este financiamiento, asegura Milán, ha venido creciendo, y la perspectiva para 2016 es de 100 millones.

Y sin embargo se mueve

Edificio necesitado de reparación.
¿Construir o mantener? Si se reparara
a tiempo, luego no habría que
lamentar

Décadas y más décadas de existencia acumulan las infraestructuras de la capital. Viviendas, acueductos, fosas y alcantarillados, instalaciones educacionales y de salud, viales, entre otros, sienten el peso de los años y la sobreexplotación en una ciudad que ha ido incrementando su población fija y transitoria.

A veces los lentos pasos de la renovación o el mantenimiento, bajo limitaciones económicas, no son el origen de las críticas a los servicios por parte de los capitalinos. Sino la falta de respuestas.

La mitad de los casi 20 mil planteamientos formulados el pasado año en las rendiciones de cuenta de los delegados del Poder Popular en sus circunscripciones, corroboran que “algunas cosas han dejado de hacerse por parte de las entidades administrativas; o estas no le han dado al pueblo una explicación oportuna”, afirma Calero.

Entre los asuntos con mayor número de señalamientos a finales de 2014 estuvieron, por orden, el alumbrado público, las reparaciones en viviendas y edificios multifamiliares, el deterioro de las redes técnicas y viales, los salideros de agua potable y albañales. Crecieron los planteamientos por la acumulación de basura en las calles y el mal estado de algunos parques. Menos quejas recibieron los problemas del transporte, comercio y gastronomía.

Para tomar de nuevo el pulso a estas u otras inquietudes, BOHEMIA realiza para el presente trabajo un sondeo periodístico a un centenar de habaneros en ocho municipios capitalinos. Esta vez la higiene comunal emerge como lo más neurálgico, seguido por el transporte público y el deterioro de las viviendas. A pesar de las afectaciones del abasto de agua por la sequía, el problema queda en cuarto lugar, y la burocracia en los trámites, en el quinto.


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De: Ruben1919 Enviado: 14/10/2015 15:39

Vertederos de basura

Basura y contenedores  desbordados en una esquina habanera
Esquinas habaneras que hieden y duelen. La ciudad
merece otra imagen

Gran peso tiene sobre sus hombros Marcelo Gálvez Sotolongo, desde enero director provincial de Comunales. Para erradicar la fea imagen de los vertederos de basura en cualquier esquina, la capital tendrá que completar los cargos de los directivos municipales, transformar la organización del trabajo, además de recibir más recursos.

El déficit de cuadros se debe a violaciones, mal trabajo, robos y desvíos de recursos, comprobados en una fiscalización realizada a Comunales, por lo cual varias personas respondieron ante la justicia o fueron separados de sus cargos. Seis municipios tienen ahora directores provisionales, mientras Boyeros y Playa carecen del dirigente principal. Faltan además 50 especialistas para la mecanización, control de combustible, higiene y otras tareas.

También hay carencia de recursos: “La Habana genera 23 mil 977 metros cúbicos de desechos sólidos diarios. Podemos recoger unos 18 mil al día, pues solo tenemos 30 carros colectores especializados -necesitaríamos 71- y un déficit de cinco mil 451 contenedores.

“Se han importado equipos y otros llegan por donación. Desde finales de 2014 un grupo gubernamental encabezado por el Ministerio de Economía y Planificación, impulsa un programa de piezas de repuesto, reparación y mantenimiento, a cargo de seis empresas. Pero no basta hasta ahora”, opina Marcelo.

Aumento de la demanda del transporte público en La Habana
Paradas en shock. La demanda duplica
la cifra de pasajeros transportados
diariamente

El directivo de Comunales añade: “Pondremos en práctica en dos zonas de la ciudad el trabajo por área limpia y no por cantidad de desechos recogidos; cuando a los recogedores se les pague por área limpia, el resultado podría ser diferente, y lo certificarán los órganos del control de cada comunidad. Hoy dejan lugares con basura porque cargan lo que hace más volumen y llene rápido el carro.

“Otra solución estará en la recogida de escombros, los cuales llegan a cinco mil metros cúbicos diarios; actualmente se proyectan cuatro cooperativas que trabajarán con este fin en 10 municipios. Igual trabajaremos en otras opciones para la recogida y reciclaje de desperdicios, mediante la inversión extranjera y la cooperación con empresas mixtas”.

Importante será imponer multas a determinados capitalinos que arrojan latas de refrescos u otros desechos mientras transitan por las calles; y a quienes acumulan residuos de la chapea y el talado de árboles en las esquinas de los barrios o apartadas de los lugares de recogida.

¿En terapia intensiva?

Son las 7:00 am. La parada del P-10 en el reparto Los Pinos está que arde. Esta es una escena habitual en la capital, donde la demanda de transportación supera los dos millones 500 mil pasajeros diarios, y apenas el servicio público logra cubrir la mitad.
Pero pudiera ser peor, según Juan Julián Caballero Martínez, director general de la empresa, “si no fuera por los importantes programas diseñados a partir de 2011 para recuperar las transportaciones”.

El primero, comprende una inversión para la modernización e incremento del parque que continuará hasta 2020, a razón de la llegada de 90 ómnibus nuevos procedentes de China. Sin embargo, los de este año todavía no han arribado a la Isla.

El segundo programa tiene en cuenta la sostenibilidad del parque. “Hoy la empresa mantiene en la calle alrededor de 670 ómnibus. Esa cifra resulta escasa, según los recientes estudios de movilidad de la empresa. La capital requiere más de mil 700 carros para satisfacer las necesidades de transportación pública”, precisa Caballero.

Reparación de ómnibus para el transporte público
Un paliativo al insuficiente parque de
guaguas es la reparación capital en
los talleres de la reconstructora del
transporte de Lucillo

Otro paso en aras de mejorar el servicio es la reparación capital para extender la vida útil de los vehículos que rebasan los cinco años de explotación y el kilometraje previsto, aunque se debe apuntar que hay atrasos de las importaciones planificadas.
No pocos dolores de cabeza aquejan a los directivos del transporte cuando se trata de velar por la disciplina de los choferes que maltratan al pasajero, no mantienen la limpieza de los carros, o dejan de depositar en alcancía lo abonado por los usuarios.

Sobre el asunto comenta el director provincial: “Estamos barriendo para adentro, los míos cometen indisciplinas, y son sancionados severamente. Pero la población también es responsable de muchos hechos. Algunos evaden el pago, rallan los ómnibus, los ensucian, les sustraen accesorios, y hasta les lanzan piedras y hierros. Un total de 95 ómnibus están afectados por hechos vandálicos”.

Pero lo más grave de todo es el mal estado de las calles. “Planificamos un costo de explotación por ómnibus, y luego hay que ponerle el doble, por roturas causadas en las vías; se afecta la suspensión, los amortiguadores, las gomas”, evalúa el directivo.

Redes en aprietos

Salidero en el municipio de San Miguel del Padrónie
Un salidero de agua potable en el
Mirador del Diezmero, lleva ya casi
un mes, y amenaza con hacer zozobrar
las rutas que circulan por allí

Más de dos mil planteamientos sobre los viales llegaron en 2014 al CAP. Estimados de la dirección de infraestructura vial de la provincia indican que se requieren unas 300 mil toneladas de mezcla asfáltica anuales para pavimentación y bacheo, pero la industria en 2015 solo podrá producir 190 mil 500.

Para tener una idea clara de la compleja situación que enfrentan las redes, José Conesa González, al frente de la dirección general de transporte en la provincia, señala que “el 22 por ciento de las vías principales hoy están deterioradas. Reciben mayor atención, pues por ellas circula el transporte público. Mientras que el 78 por ciento de las secundarias está en mal estado. Al actual ritmo de producción de mezcla, necesitaríamos ocho años para recuperarlas”.

El gobierno decidió entregarle al Micons un financiamiento para equipamiento, que redundará en incremento de la capacidad industrial y mejoras tecnológicas, agrega Conesa.

Pero el problema va más allá. Sobre el estado de las calles y avenidas actúan varias entidades: Transporte, Recursos Hidráulicos, Gas Manufacturado, Etecsa, OBE, Cubatel, que deben responder por su cuidado. Y se cometen muchas indisciplinas.

También resulta paradójico que hasta la actualidad la Empresa Constructora de Obras Ingenieras (Ecoig 5), encargada de hacer las pavimentaciones, no entregue al inversionista el certificado de calidad de la mezcla asfáltica que se empleará en la vía. Y lo más sorprendente, cuando esto suceda, será la misma empresa, la que evaluará si viene con los parámetros adecuados, actuando como juez y parte.

Ordenar el terruño

Canteros de huerto que rompen con la visión urbanística de La Habana
Indisciplinas urbanísticas, como estos
canteros al pie de los edificios,
rompen con el orden que debe tener
la capital

Tal como ocurre con la recogida de basura, el transporte y los viales, entre otras actividades, son recurrentes las indisciplinas urbanísticas. La arquitecta Mercedes López Dorremosea, subdirectora de inversiones y planeamiento de la ciudad en la dirección provincial del Instituto de Planificación Física (IPF), precisa que hay 55 015 ilegalidades identificadas; de ellas, las empresas tienen un 35 por ciento de incidencia, sobre todo en Regla, Marianao, San Miguel del Padrón, La Lisa, Habana del Este, Cotorro y Guanabacoa.

Construcciones no autorizadas de viviendas, bienhechurías, cochiqueras, y otras cuestiones relacionadas con la entrega de tierra en usufructo, son violaciones de la Agricultura; la proliferación de vertederos atañe a Comunales; y Viales, incide en las roturas de calles y el abandono de escombros en estas. Como está establecido, sobre ellas IPF debe ejercer un estricto control, desde su papel fiscalizador y visión integradora.

También hay indisciplinas en la realización del trabajo por cuenta propia y proliferan las acciones constructivas de la población, sin permiso o improcedentes. “Después de tantos años sin haber establecido un orden riguroso, es difícil disciplinar a las personas. Pero tenemos que lograrlo”, resalta Mercedes.

Miradas al cielo

Obra hidráulica en La Habana
En los últimos tres años, más de 120 millones de pesos, en
ambas monedas, se destinaron a obras hidráulicas en
La Habana. Pero aún están por eliminarse roturas y salideros

Javier Toledo Tápanes, delegado de Recursos Hidráulicos en La Habana, mira hacia las nubes, anhelando que llueva, pero no tanto dentro de la gran ciudad… Si San Pedro se apiadara, habría que advertirle que no enviara nubarrones sobre los municipios de Plaza de la Revolución, Cerro o Centro Habana, donde el pasado 29 de abril, por la antigüedad y deterioro del sistema de drenaje El Pontón, las calles se transformaron en ríos.

El deseo de lluvia localizada tiene relación con las cinco cuencas hidrográficas habaneras, pues solo dos cuentan con algo de agua, por ahora. Vento, Ariguanabo y Jaruco se hallan en estado desfavorable, por lo cual ya padecen los municipios de Habana Vieja, Boyeros, Lisa y Centro Habana.

“Nunca hemos estado en tan difíciles condiciones al final del período húmedo, es alarmante porque los siguientes meses serán de pocas precipitaciones”. Aun así, el directivo señala: “Si no fuera porque en los últimos tres años rehabilitamos más de mil 200 kilómetros de redes y conductoras, sustituimos o completamos los equipos de bombeo, y trabajamos en la estabilidad eléctrica de las fuentes de abasto, estaríamos peor.

“Hace cuatro años, la ciudad registró más de un millón 133 mil personas con problemas de suministro; de ellas, abastecidas por pipas unas 125 mil, y otras muchas con ciclos de distribución alargados. Hoy son 83 133 las personas afectadas, y recién se está pensando en acortar los ciclos de abasto”.

Dentro de un hueco, llenos de lodo hasta las rodillas, cinco integrantes de la brigada de grandes conductoras del este de la ciudad reparan una avería. “Hoy se fue la tapa de este tubo y vamos a soldarla. Terminaremos temprano, pero a veces nos da la madrugada en la candela”, dice Francisco Hernández, jefe del grupo.

Pero a pesar es estos esfuerzos, Recursos Hidráulicos de La Habana sigue en tela de juicio. “No entiendo que si están secas las presas, se siga botando agua”, señala Ramón Frómeta, subiendo los bajos de su pantalón al cruzar la calle F, en el reparto Poey, Arroyo Naranjo. Tanto al jubilado, como a buena parte de la población, les falta conocer que el programa de reducción de pérdidas del preciado líquido es a largo plazo; prevé su terminación dentro de 12 a 14 años.

Despejar X en la educación

Maestra de secundaria básica Isnery Cisneros
Maestros de otras provincias, como la
santiaguera Isnery Cisneros, forman a
jóvenes de la escuela secundaria José
María Aguirre, en Centro Habana

A juzgar por un número no despreciable de las encuestas periodísticas aplicadas, hay que multiplicar esfuerzos para elevar la educación y la cultura ciudadanas. En ello intervienen, entre otras instituciones, la familia y las escuelas. Estas últimas se han visto afectadas durante años por diferentes factores.

Janet Hernández Pérez, directora de Educación en la provincia, respira aliviada por primera vez: “Este ha sido el primer curso escolar en que no ‘montamos’ preuniversitarios nuevos”.

Desde 2009, las transformaciones en el sistema de enseñanza media, trajeron buenos quebraderos de cabeza al desaparecer las escuelas en el campo. “Para reubicar en otras instalaciones docentes a todos los estudiantes, tuvimos que extender centros, abrir nuevos, garantizar la base material de estudio, los aseguramientos de cada curso, y los profesores”.

En la actualidad siguen faltando docentes para los diversos tipos de enseñanza. Asociado a eso estuvo el cierre de la escuela formadora de maestros Salvador Allende: “Aún no hemos podido garantizar el relevo, a pesar de que ya sobrepasamos 70 por ciento de ingreso a las escuelas pedagógicas Fulgencio Oroz y la Salvador Allende, hoy reabierta”, sostiene Janet.

A su lado, Raiza Montejo Vega, de Recursos Humanos, detalla: hay 3 879 plazas ocupadas con estudiantes universitarios y otros profesionales contratados por horas; docentes a quienes se les han incrementado las horas de clases; bibliotecarias escolares que estudian para ser maestras primarias; jubilados de la educación reincorporados, y 2 700 profesores de Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas y Guantánamo.

Disponer de una gama tan variada de docentes, sin dudas incide en los resultados. De ahí que Olga Mora Varona, subdirectora de educación primaria en la provincia, apunte la urgencia de una preparación en aspectos pedagógicos, y no solo metodológicos, en educar, y no solo instruir.

Reparar bien

Interior del habanero Teatro Martí
Incluso, en medio de situaciones
complejas por el deterioro acumulado,
se destinan recursos a la reparación
de centros culturales como el teatro
Martí
“Otra problemática de nuestras escuelas es el alto grado de deterioro”, precisa la directora provincial de Educación. Por eso, desde hace cuatro cursos escolares se labora en impermeabilizar cubiertas, sustituir ventanales, puertas e hidrosanitarios.

“En Ciudad Libertad se revitalizaron los interiores de las escuelas, su carpintería, albañilería, pintura, iluminación, arreglo de fachadas, jardinería y calles. Gran trabajo causó la renovación de líneas hidrosanitarias, desde los baños hasta las fosas, por el estado de deterioro que poseían.

“En la provincia se construyeron 242 laboratorios en 121 secundarias básicas. Las mismas instalaciones fueron completadas en la totalidad de los preuniversitarios, y en aquellos con más de mil estudiantes, en Marianao, Habana Vieja y 10 de Octubre, se hicieron dos para las asignaturas de Biología, Química y Física”.

Pero la calidad de los mantenimientos y construcciones no siempre es óptima. Padres de los alumnos de la escuela primaria Levan Kikava, del reparto Abel Santamaría, de Boyeros, dicen que tras el arreglo de la cubierta quedan aulas con goteras.

Recalca Janet ante este tema: “Los principales responsables de esto son los inversionistas: el director de la escuela, junto a su colectivo deben asegurar que ni se pierdan recursos, ni el esfuerzo realizado”.

“Khayhoy”

Vista de La Habana y parte de su litoral
Nunca se sabe la forma del hechizo de La Habana

La Educación y la Cultura expresan el tipo de sociedad donde los individuos viven. El contexto actual está irremediablemente ligado a la era digital, incluso desde el lenguaje.

Khayhoy es un proyecto de divulgación al que se puede acceder a través de teléfonos androides y tablets, presentado por estudiantes del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría en un taller de programación del Ministerio de Cultura (Mincult).

La idea es que los jóvenes puedan elegir aquellas actividades que prefieran en cines, teatros, casas de cultura, galerías, museos, centros bailables, de acuerdo a las posibilidades y gusto de cada cual, argumenta Cecilia Valdés Piñón, subdirectora provincial de cultura.

Para la directiva, esta iniciativa contribuye a conocer las múltiples ofertas culturales de La Habana, donde por otra parte, según diagnóstico realizado, hay problemáticas como “déficit de instructores de arte, cuya formación se detuvo hace dos cursos; mal estado de las instituciones, sobre todo, las casas de cultura; una situación muy crítica con los dirigentes, que faltan o carecen de experiencia; y no todos los territorios cuentan con el apoyo y la sensibilidad del gobierno local”, enumera Valdés.

Asegura que luego de este levantamiento se emprendieron acciones, de conjunto con el Mincult. Comenzaron a repararse casas de cultura, escuelas de arte y museos, tres importantes eslabones que tributan a la formación de los públicos.

Pero en ocasiones, ni siquiera con el dinero contante y sonante, las direcciones municipales de Cultura logran cuanto quisieran. “Insistimos con los territorios en que ejecuten sus presupuestos. A veces tienen el financiamiento, y lo pierden, porque no apareció la brigada constructora o el transporte. Dedicarse a las actividades de reparación y mantenimiento es tremendo rollo, pero hay que hacerlo porque, de lo contrario, nunca vamos a tener instituciones culturales”.

Mas, a Cecilia le gusta mirar al futuro a través de lo que siempre sueña. Espera que ese patrimonio se restablezca con solidez, para elevar la sensibilidad y enriquecer el espíritu de niños, jóvenes y adultos. Es también una vía expedita a la fragua de la identidad de los habaneros.

“Quisiéramos llegar a todos los rincones de la capital; ofertar becas para quienes viven en zonas distantes como la Güinera, y que allí existan trovadores, decimistas, pianistas. Si logramos desarrollar no solo el centro de la capital, sino también la periferia, los públicos tendrán una mejor educación cultural. Porque La Habana no es solo el Vedado, Miramar, Centro Habana o Plaza de la Revolución”.

 



 
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