Leonardo Fariña rompió el silencio: "No necesito una ley del arrepentido"

A poco semanas de cumplir dos años en la cárcel, Leonardo Fariña, que está preso por lavado de dinero y evasión fiscal en Ezeiza, volvió a hablar tras un largo tiempo de silencio y habló de su vida tras las rejas, su arrepentimiento por los yerros cometidos, y su cruce con el denominado "rey de la efedrina", Mario Segovia.

Fariña lamentó que sea uno de los pocos detenidos por el delito de lavado de dinero por 28 millones de pesos, aunque reconoció que fue "el culpable de sus errores".

"La peor parte de la cárcel no es el encierro. Tengo un hijo de 8 años que no es responsable de la situación que generó el padre, o la carga del apellido de los errores que he cometido. Este estado de privación me generó una capacidad de autocrítica y para escuchar quien es bueno y quién es malo para mí", afirmó.

"Es fácil decir estoy arrepentido con el diario del lunes. Somos jóvenes y nos guiamos por conceptos que son errados. Tuve una manera bastante precoz de entrar en áreas profesionales que me hicieron pensar mas de lo que era. Con 22 años empecé a manejar un cúmulo de negocios que me llegaron", indicó acerca de su rol como asesor impositivo y financiero de grupos económicos, entre ellos, el del empresario kirchnerista Lázaro Báez.

"Me considero una persona que cometí determinados errores que no son delito", advirtió.

Pese al tenor político de las denuncias que lo salpican, Fariña planteó que "no necesita de una ley del arrepentido para colaborar en la Justicia", que "siempre se ajustó a derecho" y que tampoco "está protegiendo a nadie".

Entre los datos de color, el ex de Karina Jelinek reconoció que "se cruzó un par de veces con Mario" Segovia, el denominado rey de la efedrina, pero indicó que no tiene una relación con él porque la lógica carcelaria se lo impide. "He hablado y he tenido buenas charlas con él", afirmó.

Además, desmintió que las versiones que apuntaban que lo violaron en prisión y que sufrió ataques, pero sí planteó que hubo una denuncia de un interno de Ezeiza al que le encomendaron que le hicieran daño.

Por último, Fariña reiteró que esutvo "nublado" por los lujos hasta que finalmente se dio cuenta que "la vida no era eso".

"Tener una imagen, un auto lindo, el ambiente de la farándula y de la noche te abren puertas divertidas para el momento. Mi grave error fue considerar que eso era la vida", dijo en forma de catarsis. "Mi proyecto es alejarme de aquellas cosas que me consumieron. Es compartir el tiempo de vida que le queda a mi padre, criar a mi hijo de la mejor manera, cuidar a mi pareja", concluyó.