En medio de una histórica declaración de bancarrota, los puertorriqueños se dirigirán a las urnas este domingo para reexaminar la relación de la isla con EE.UU., informa la agencia Reuters. Las opciones son mantener el estatus de Puerto Rico como Estado Libre Asociado, convertirse en el 51º estado de EE.UU., convertirse en un estado de "asociación libre" o declarar independencia y tomar el control total de su gobierno por primera vez en su historia.
Aunque Puerto Rico votó previamente contra la estadidad en 1967, 1993 y 1998, la mayoría de votantes optó por ella en un referéndum del 2012 que no fue a ninguna parte. Precisamente esta es la opción que se espera que gane el domingo.
Si los votantes optan por el estatus político internacional, Puerto Rico se unirá a los Estados Federados de Micronesia, las Islas Marshall y Palau como naciones que firman un pacto de libre asociación con EE.UU. El tratado sería reconocido bajo el derecho internacional como un Estado soberano, democrático, autónomo y descolonizado, que no tiene plena independencia. En ese caso mantendrían la ciudadanía estadounidense.
Si los puertorriqueños optaran por la independencia, la isla sería responsable de su propia defensa militar, defensa civil y policía. Puerto Rico también sería responsable de financiar todos los aspectos de su Gobierno y los residentes de la isla perderían su ciudadanía estadounidense. No obstante es muy improbable que lo hagan, ya que solo el 6% de los votantes optó por la independencia en el 2012.