La mayoría son células durmientes, pero podrían unirse a facciones radicales, explicó Nurmantyo.
Las autoridades indonesias y malasias reforzaron recientemente la seguridad a lo largo de la costa frente a Filipinas para evitar que los militantes apoyen los ataques del grupo Maute en la sureña isla de Mindanao.
Indonesia sufrió una serie de ataques terroristas en los últimos 15 años, incluyendo los atentados en Bali en 2002, que causaron la muerte a más de 200 personas.
Las operaciones militares debilitaron las redes más peligrosas, pero la aparición del EI alzó nuevamente las alarmas ante los repuntes de violencia.