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General: Los custodios que debían responder por la vida de Nisman ..
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 01/12/2015 11:26
Dejan muy serias dudas sobre sus actuaciones o negligencias en el cuidado que les habían encomendado ....


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 01/12/2015 14:29
Ruben1919 Enviado: 11/06/2015 10:11
 Información General
 

Acerca de Nisman, custodios e inconsistencias

Miercoles 28 de Enero de 2015 | 23:33
Alrededor de 24 horas antes de que se produjera la muerte de Alberto Nisman, uno de sus custodios, Rubén Benítez subió al piso 13 del edificio de Azucena Villaflor 450 porque el fiscal quiso hablar con él. La conversación fue, de acuerdo a lo declarado en sede judicial por Benítez, altamente sugestiva. Nisman, que no solía dejar que sus guardaespaldas entraran a su domicilio, le preguntó a este suboficial en actividad de la Policía Federal, qué arma le recomendaba para tener como defensa personal. Acá empiezan una cantidad de incongruencias. En la declaración, Benítez dice haberle recomendado “una pistola marca Bersa modelo Thunder o una modelo 380”.
Primera inconsistencia: basta entrar en la página web de Bersa para ver que Thunder (trueno en inglés) es un genérico de esa marca de pistolas de fabricación argentina, que tiene tanto modelo 22 como modelo 380, que es el equivalente de la nueve milímetros. Entonces, Benítez, en su declaración, es esquivo en un tema del que no puede desconocer: no es lo mismo una 22 –bajo calibre, ineficaz para responder a un ataque,  que una 380, que es el calibre de las armas de puño de uso policial o militar. La declaración de Benítez incluye un comentario contradictorio: dice que Nisman le dijo que le habían recomendado tener un revólver, pero Benítez le aconsejó una pistola porque el revólver tiene “escasa capacidad de tiro”.
INCONSISTENCIAS. Efectivamente, no es preciso ser un entendido para saber que un revólver tiene un tambor con seis tiros mientras que las pistolas tienen cargadores con capacidad de entre diez y catorce. Pero, ¿acaso Nisman no tenía un revólver 38 y una pistola 22? ¿No sabía siquiera las características de las dos armas que tenía a su nombre?
La segunda inconsistencia es mucho más preocupante: ¿cuál es la función de un custodio? ¿Asesorar a la persona que tiene asignada para que se cuide solo o cuidarlo efectivamente? La respuesta parece obvia; sin embargo, no consta en la declaración de Benítez que, al fin de la jornada de ese sábado 17 de febrero, haya reportado a sus superiores lo que en la jerga policial se llama “la novedad”. La persona que estaba en la picota por haber denunciado una supuesta red paralela para negociar la investigación de la AMIA le dio un dato importante a su custodio: le transmitió miedo, preocupación, al punto que le pidió algo bastante insólito para alguien que, como Nisman, era un gran conocedor de las leyes. El fiscal le pidió a Benítez que le comprara una pistola ese lunes 19 de enero, algo que está prohibido. Las armas son de uso personal, se compran en nombre propio. Además, eso Nisman debía saberlo porque ya tenía dos armas a su nombre.
La tercera inconsistencia tiene que ver con las funciones y protocolos que manejan los custodios. “Benítez, le pido reserva absoluta de esto, a nadie…”, le habría dicho Nisman al custodio ese sábado por la tarde, según el mismo Benítez declaró en la fiscalía. ¿A quién reporta el custodio: a la persona que cuida o a la institución que le delega la responsabilidad? La respuesta debería ser simple: Benítez debía cuidar la vida de Nisman e informar toda novedad relevante a sus superiores. ¿No era un dato sugestivo que Nisman estaba preocupado justo 48 horas antes de ir al Congreso y dos días después de haber salido en todos los medios con declaraciones temerarias sobre las supuestas responsabilidades de funcionarios del gobierno y hasta, según Nisman, de la presidenta de la Nación? La declaración de Benítez no consigna, hasta donde conoce este cronista, que haya informado esto. Por otra parte, en esas mismas horas, Nisman tiraba otra botella al mar de incongruencias que él mismo construía: le pedía prestada un arma personal a Diego Lagomarsino. Por coincidencia –o no–, Lagomarsino le presta su Bersa Thunder, pero no era una 380 sino una 22. ¿Lagomarsino no sabía que un arma registrada a su nombre no se presta? Y, aunque no fuera su función, ¿no se le ocurrió informar a la secretaria de Nisman o a alguna persona del área de Seguridad de la Nación que le había dejado un arma registrada a su nombre porque Nisman estaba preocupado?
HIPÓTESIS. Una primera hipótesis es que toda esta gente, desde el fiscal y los custodios hasta los colaboradores en la Fiscalía, estuvieran convencidos de que una cosa son las instituciones y sus organigramas y otra muy distinta es la manera de moverse y vivir. Dicho de una manera provocativa: las formas son para los otros, ellos se movían dentro del mundo del poder real, que no requiere de tanto protocolo. Aunque las teorías conspirativas son bárbaras para la argumentación novelesca, cada persona suele cuidar su trabajo, tiene un mínimo de sensatez y cumple con los requisitos. Tanto botón antipánico, tanta publicidad de los teléfonos para emergencias policiales y, pasada más de una semana, no se sabe por qué Benítez y Lagomarsino se guardaron un dato que hubiera sido vital para una intervención que conjurara el desenlace fatal del fiscal. Los custodios de Nisman están asignados a la División Seguridad y Custodia del Ministerio Público Fiscal, por lo cual pudieron haber dado parte a esa dependencia. Pero, al ser parte de la Policía Federal también debían informar a sus superiores para que estos, a su vez, brindaran estos datos a las autoridades del Ministerio de Seguridad y para que estas, a su vez, tomaran las medidas que consideraran necesarias para la seguridad de Nisman.
EL DíA D. El domingo, quienes debían presentarse para custodiar a Nisman eran los suboficiales Armando Niz y Luis Miño. El fiscal había pedido que los guardaespaldas se presentaran en el domicilio el domingo 18 de enero a las 11.
Cuarta inconsistencia: tanto Niz como Miño declararon 72 horas después en sede judicial y tuvieron algunas contradicciones que no se explican dado el impacto que debería haberles causado a ambos que Nisman, la persona que debían cuidar, perdió la vida alrededor del mediodía. Es decir, cuando ellos estaban en la planta baja o el subsuelo del edificio. Concretamente, Miño dijo que hasta las cinco de la tarde no subieron al piso 13 mientras que Niz dijo que subieron a las 14:30. ¿Si tuvieron tres días para hablar antes de ir al juzgado, cómo puede ser que se les deslizara un dato que puede ser útil para la investigación y que, sobre todo, es fundamental para que ambos no queden bajo sospecha,  por lo menos, de negligencia? De las declaraciones testimoniales que se dieron a conocer a través de los medios –quizá sean parciales– no surgen dos preguntas claves que podrían haber sido hechas por la fiscalía a cargo de Viviana Fein: ¿qué informaron y a quiénes, sobre todo esto que relatan? Y ¿qué protocolos tienen ustedes en las tareas que desempeñan respecto de qué informan y qué pueden dejar de informar?
Ahora, si los custodios del sábado, Benítez y Galván, informaron a las autoridades sobre los hechos mencionados, las autoridades deberían haber puesto énfasis en que a las 11 debían tomar contacto con Nisman y, de inmediato, dar parte de novedades. Con la información a tiempo, quienes tienen que tomar decisiones, pueden evaluar qué hacer. Quizá lo hayan hecho y sea motivo de posteriores testimoniales requeridas por la fiscal Viviana Fein a los superiores de los hombres mencionados. No es menor el tema, porque de las pericias forenses surge que la muerte de Nisman fue alrededor de la hora en que Niz y Miño tomaron la guardia. Ya se sabe que la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, en nombre de las hijas de ambos, que ya declaró dos veces en la fiscalía durante muchas horas, pidió ser querellante en la causa. Y acá no solo se dirimen cosas difíciles de probar como cuál fue el rol de algunos agentes de inteligencia o sobre si hubo homicidio o suicidio inducido, sino también otros asuntos como por ejemplo quiénes tenían la responsabilidad de custodiar a Nisman y la calificación de cómo lo hicieron. Es algo que las autoridades del Ministerio de Seguridad y del Ministerio Público Fiscal deberían ayudar a esclarecer. De las situaciones dolorosas y trágicas se puede salir tomando las responsabilidades una a una, más allá del impacto mediático que tengan y de la importancia con que cada uno califique el asunto.

Lagomarsino y finanzas
La justicia comenzó a indagar en la situación financiera de Diego Ángel Lagomarsino, un muchacho con un inusual contrato en el Ministerio Público de 40 mil pesos por mes. El especialista en informática exhibió un incremento de sus gastos en los registros financieros que tuvieron su pico máximo a finales de 2014, cuando tuvo consumos por casi 70 mil pesos por mes, solamente a través de tarjetas de crédito bancarizadas. La información surge de los registros públicos de quien está encuadrado en el rubro de “reparación y mantenimiento de equipos informáticos” y acaba de designar como su abogado defensor al penalista Maximiliano Rusconi. Su contrato de locación de servicios es equivalente en el monto al de un secretario letrado en el Poder Judicial. Lagomarsino declaró fecha de inicio de actividades en noviembre de 2013. Registrado como autónomo categoría 3 con ingresos desde 25 mil pesos, cuenta con obra social del personal de docentes privados a raíz de que se encontraba en relación de dependencia con la Universidad Nacional Del Oeste. Pero el dato llamativo surge de sus consumos con tarjetas American Express y de Banco Galicia, que en enero de 2013 registraba consumos por más de 22 mil pesos. El nivel de gastos aumentó durante todo el año oscilando entre los 45 mil y los 71 mil pesos por mes. Con un promedio anual de 428 mil pesos utilizados en 2013, esa suma se incrementa el año pasado hasta trepar a más de medio millón de pesos, sólo en tarjetas de crédito, con un promedio de 44 mil pesos mensuales. El último mes del año, los gastos de Lagomarsino, según los registros, excedieron su sueldo declarado: con sólo dos tarjetas consumió 63 mil pesos.




(*) Periodista especializado en temas políticos y judiciales.
Escribe artículos para medios nacionales e internacionales.
(*) Eduardo Anguita

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 02/07/2017 14:05
La bizarra investigación de la muerte del fiscal se lleva en secreto
El show Nisman y la laptop
Después de tanto anuncio insinuado pero no cumplido, la investigación manipulada busca “evidencias” en la computadora del técnico Lagomarsino. Es que si se quiere forzar que Nisman fue asesinado, hace falta un asesino...

La pseudo-investigación de la muerte de Alberto Nisman continúa realizándose a escondidas. De vez en cuando se publican dudas o conclusiones que va elaborando Gendarmería –bajo la responsabilidad política de Patricia Bullrich– o la fiscalía de Eduardo Taiano. Según el cronograma adelantado por el diario Clarín, en la semana que pasó debería haberse dado a conocer una pericia, hecha por Gendarmería de manera oculta, con la conclusión de que a Nisman lo mataron, contradiciendo así todas las pericias anteriores. No sólo no se publicó sino que las partes fueron convocadas el 10 de julio para hacer un estudio balístico y el 2 de agosto para hacer el análisis toxicológico. Además se le formuló a las partes cien preguntas vastas, como por ejemplo “cuándo fue la data de muerte”. Es decir, que al menos oficialmente, las cosas van para largo. Esto no quita, por supuesto, que se esté trabajando clandestinamente, a espaldas de la causa judicial. Clarín también adelantó que a principios de junio, con la presencia de las partes, se haría una reconstrucción de lo ocurrido en el departamento de Nisman. Se estaba construyendo –afirmaron– una maqueta a tamaño real del piso 13 de Le Parc. Por ahora, no hubo ni construcción ni reconstrucción. 

Durante el fin de semana pasado se hicieron trascender dudas sobre el informático Diego Lagomarsino, a quien apuntan para involucrar de alguna manera. Como preparan todo para establecer que hubo homicidio, necesitan un homicida. Como nueva prueba, Clarín dijo que que no se encontró la computadora desde la cual el informático Lagomarsino, de manera remota, hacía el mantenimiento de las computadoras del fiscal. La lógica es que Lagomarsino mintió sobre su trabajo y por lo tanto es sospechoso. La explicación de la defensa es simple. Todos esos trabajos los hizo siempre el informático desde una laptop que lleva en su mochila y usando el programa TeamViewer licenciado a nombre del propio Lagomarsino. Cuando allanaron la vivienda del técnico –un domingo–, éste estaba con sus hijos en casa de un amiguito de ellos, y por lo tanto no se llevaron la laptop. Tan sencillo como eso. 

Rebobinando

La guerra de guerrillas mediático-judicial-política, en la que cada tanto disparan con un aparente nuevo elemento o una supuesta prueba, tiene como objetivo instalar la hipótesis del homicidio, rechazada por las tres pericias que se hicieron en la causa bajo la conducción de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini. La junta médica concluyó que “no hay certeza pericial de homicidio”. La junta criminalística sostuvo que “no se encontró ningún rastro que indique el desplazamiento de personas por el interior del baño”, es decir que Nisman estaba solo en el momento del disparo. Finalmente, el estudio del laboratorio químico y forense del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta dictaminó que “sobre (las manos del fiscal) se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo”. 

Todo ese curso adverso de los estudios científicos llevó al fiscal Taiano, que instruye la causa, y al gobierno nacional, que conduce la Gendarmería, a realizar de nuevo todas las pericias, pero al principio marginando a las partes, entre ellas a la defensa de Lagomarsino. También quedaron a un costado los forenses designados por la Corte Suprema y los peritos criminalísticos de la Policía Federal. En la versión de Clarín de fines de mayo se anunció que Gendarmería dictaminaría en 30 días, o sea en la semana que pasó, que lo de Nisman fue homicidio. Además, adelantaron la realización de una reconstrucción, una semana más tarde, a principios de junio, en que podrían participar los peritos de parte. Desde entonces no hubo novedades ni se hizo la reconstrucción. 

Calendario

Ahora se notificó a los peritos que el 10 de julio se hará la pericia balística, es decir se volverá a determinar la distancia y el ángulo del disparo; se reiterará que el proyectil salió de la pistola calibre 22 y otros elementos que se trabajaron desde un principio. El 2 de agosto están convocados los especialistas para hacer el análisis toxicológico, una medida llamativa, tal vez orientada a tratar de introducir en el caso que Nisman murió el sábado 17 y no el domingo 18 de enero de 2015. Esto último fue lo establecido por trece de los quince forenses, en su gran mayoría designados por la Corte Suprema. Entre ellos intervino Fernando Trezza, una autoridad mundial en materia de establecer la data de una muerte. Todos coincidieron en que Nisman murió el domingo al mediodía. La querella que encabeza Sandra Arroyo Salgado –ex pareja de Nisman– insiste en que el deceso del fiscal se produjo el sábado al atardecer, porque ese día estuvo Lagomarsino en el departamento del fiscal. Pero hay constancias muy claras de que Nisman habló por teléfono o chateó con tres personas después que el técnico abandonó el edificio Le Parc: habló con el custodio Néstor Durán, chateó con el periodista de Infobae Laureano Pérez Izquierdo y con la periodista de Clarín Natasha Niebieskikwiat. Con ésta última intercambió un último mensaje a las 21.17, mientras que las cámaras de seguridad verificaron que Lagomarsino salió de Le Parc a las 20.34 y las cámaras del complejo en Martínez donde vive el informático lo muestran ingresando en el garage a las 21.04.

En el equipo de Arroyo Salgado se produjo un cambio de importancia. El principal perito, el ex titular de la Bonaerense Daniel Salcedo, se fue a trabajar a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). O sea que revista ahora en el Poder Ejecutivo, algo que también revela su alineamiento anterior. En su lugar ingresó el ex comandante de Gendarmería, Eduardo Frigerio. 

Técnico

De los nuevos trabajos, hechos a escondidas, la entente judicial-mediática-política va haciendo trascender supuestos resultados. El principal: que Gendarmería va a dictaminar que hubo homicidio. Pero el complemento de esa hipótesis es que Lagomarsino fue parte del plan criminal, algo poco entendible porque en el baño quedó la pistola registrada a su nombre. Por un lado se dice que intervino un comando ultra-sofisticado iraní-venezolano-kirchnerista y por el otro lado uno de los supuestos integrantes del comando cometió la super-torpeza de dejar un arma propia en la escena. Nada cierra. 

Aún así, para instalar la sospecha se señala que no está claro cómo hacía Lagomarsino para concretar el mantenimiento, a distancia, de las computadoras de Nisman. En los aparatos del fiscal están las entradas del técnico para hacer los trabajos. Incluso figuran a nombre de Lagomarsino. Pero trataron de sembrar dudas sobre cómo lo realizaba el técnico porque en la computadora de mesa de su casa no se encontraron rastros de esos trabajos de mantenimiento. La defensa del técnico, a cargo de Gabriel Palmeiro y Martín Chasco, explicó que el juzgado allanó el domicilio de Lagomarsino en un momento en que el técnico no estaba en su casa. En el procedimiento se llevaron todo, pero la computadora con la que trabaja Lagomarsino –una Dell Latitude– no estaba allí ya que la lleva siempre encima, en la mochila. 

El programa para trabajar de manera remota en las computadoras de Nisman, el TeamViewer, estaba a nombre de Lagomarsino para darle más seguridad a la operación: no era ni una copia ni una versión gratuita. El técnico hacía el mantenimiento desde su laptop Dell y, por supuesto, se requirió la autorización de Nisman para instalar la aplicación inicial y operar de manera remota. 

También se mencionó como sospechoso que en el allanamiento se encontró un CD con los dos comunicados, uno más largo y uno más corto, con el que Nisman difundió la denuncia que realizó contra Cristina Fernández de Kirchner cuatro días antes de morir. El tema central de la denuncia era el memorandum de entendimiento con Irán. Ese CD era de “sólo lectura”, o sea que no podía ser modificado, y fue como todos los que se entregaron a los medios. Las modificaciones que tiene se hicieron antes de grabarlos y por lo tanto antes de la entrega a los medios y a Lagomarsino. En su último encuentro, Nisman le dió el CD y un impreso de los comunicados y le dijo que los leyera. Era material público. 

Finalmente se insiste como si fuera otro elemento de sospecha, con que en la casa del informático había un CD con escuchas del caso en el que fue denunciado Mauricio Macri, por el armado de una red de espionaje ilegal. Quien impulsó la causa contra el ahora presidente fue el propio Nisman y lo que le entregó a Lagomarsino no fue un CD con escuchas sino un CD con entrecruzamiento de llamadas, es decir listado de llamadas en los que se verificaba con quién se había comunicado cada uno de los protagonistas del espionaje: Macri, el Fino Palacios, el espía Ciro James y otros funcionarios del gobierno porteño imputados en la causa. Uno de los espiados era el cuñado de Macri, Daniel Leonardo, pero Mauricio dice que la operación la hizo Franco Macri, no él. 

Nisman designó a Lagomarsino en 2007, o sea que estuvo años trabajando con cargo en la Unidad AMIA, aunque Lagomarsino ya trabajaba con él desde antes. Está el contrato de trabajo pedido al entonces procurador Esteban Riggi, con la firma de Nisman, y según declaró Lagomarsino, el fiscal se quedaba con la mitad de su sueldo todos los meses. El técnico debía devolverle el 50 por ciento de lo cobrado, en efectivo. Tras la muerte del fiscal, hubo varias investigaciones para tratar de establecer si Lagomarsino tenía vinculación con algún servicio de inteligencia. Por ahora no se le encontró nada. Lagomarsino jura y perjura que no tiene relación con ningún servicio y ni siquiera el macrismo que gobierna desde hace un año y medio, le detectó ningún vínculo extraño. 

Mañana

Mientras a escondidas parece que Gendarmería hace su pericia, en la superficie están convocados mañana los peritos informáticos: Marcelo Torok por la defensa de Lagomarsino y Gustavo Presman por la querella de Arroyo Salgado. El tema es siempre el mismo: el ingreso a la computadora de Nisman el domingo 18 a las 7.30. En forma desesperada, la querella que encabeza la ex pareja de Nisman trata de plantar que esos movimientos en la computadora fueron hechos de forma remota porque si los hizo Nisman mismo, el domingo tempranito, se le cae su hipótesis de que la muerte fue el sábado 17. Las pruebas indican que fue Nisman el que hizo las operaciones desde su departamento, en Le Parc. A las 7.32 entró a ver a la nota escrita por este cronista en PáginaI12; después leyó Clarín, La Nación, Perfil –está probado que el diarero dejó los diarios de papel recién después de las 9–luego consultó los mails en su cuenta de Yahoo; chequeó en Instagram las fotos de una modelo con la que había dormido tres días antes, entró a un posteo en Infobae de Claudio María Domínguez sobre el regreso de la muerte, pasó el programa borrador CCleaner como lo hacía habitualmente y dejó la computadora en reposo. Todo está registrado y no hay registro de que alguien haya usado la computadora de manera remota. 

A simple vista parece haber una investigación y una pericia clandestina, urdida entre Gendarmería, el gobierno y Arroyo Salgado. Nadie conoce su cronograma y lo cierto es que hasta ahora no se cumplió el calendario anunciado por Clarín. En la investigación oficial, la que se pretende que sea legal, mañana arrancan los informáticos, después la balística y la toxicológica. Quedan unas 100 preguntas a responder en el camino o sea que no habrá resultados a corto plazo. El temor y la sospecha es que lo oficial es una especie de show, mientras se cocina a escondidas la que querrán hacer valer política y mediáticamente.

raulkollmann@hotmail.com



 
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