La poetisa ha expresado en más de una ocasión que no se molesta en averiguar las razones de su longevidad, que prefiere dejarse tentar por la costumbre del trabajo y el menudo privilegio de disfrutar las horas silenciosas y creadoras de cada madrugada en su casona de Tirry 81. Pese a su delicada salud, Carilda se muestra optimista y siempre busca en su corazón palabras de cariño.