Khadija llegó a Siria proveniente de Túnez junto a su marido en busca de vivir bajo la ley islámica. Sin embargo, al llegar a Raqa, la autoproclamada "capital" del Estado Islámico, encontró otra realidad. Una realidad llena de violencia, brutalidades y abandono total de las necesidades vitales de los residentes que chocaba con las normas del islam.