El 17 de diciembre del 2014 la opinión pública internacional se estremeció con los anuncios simultáneos, realizados por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, de comenzar una nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. En el más estricto apego a la verdad histórica, esa fue la voluntad de la dirección revolucionaria desde el triunfo de enero de 1959.