“Esta es una gran tumba para nosotras” le explicaban las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Hijos y los Familiares de Detenidos y Desaparecidos a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, mientras recorrían el Parque de la Memoria. Acompañada por el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, quien ofició de anfitrión, Bachelet se detuvo a escuchar a Vera Vigevani de Jarach. “Un tema que nos mueve en particular cada vez que viene una visita es el drama que está viviendo Milagro Sala. Una presa política, una líder social que hace más de 500 días está en una cárcel muy dura donde peligra su salud, donde también están otras doce compañeras. Las grandes instituciones internacionales por los derechos humanos, la ONU y la CIDH, han pedido por su libertad”, le explicó ante el silencio oficial y abundó en que la Corte Suprema de Justicia tiene que resolver el tema y sigue postergando una definición.
Antes de lanzar las flores al Río de La Plata, los representantes de los distintos organismos se sucedieron en la descripción de la lucha de décadas, en los logros y en la denuncia del “negacionismo” que empezó a aflorar con el cambio de gobierno.
Con el cartelito de “Son 30 mil”, Vera Jarach, cuyo abuelo fue víctima del nazismo, y su hija fue víctima de la dictadura cívico-militar en la Argentina, detalló: “Nosotros decimos 30 mil porque no tenemos las cifras exactas. El Ejército es el que sabe y la Iglesia también”. Con casi 90 años, Jarach ostenta una claridad en la voz y en las ideas que ya deslumbró a la premier alemana Angela Merkel, quien al regresar a Berlin posteó en Facebook el reclamo de la madre de Plaza de Mayo que denunció el negacionismo de Darío Lopérfido, el ex ministro de Cultura del gobierno porteño al que el gobierno le encontró como destino la agregaduría cultural en la embajada argentina de la capital alemana.
Victoria Montenegro, saludó a Bachelet en nombre de Estela de Carlotto y de las Abuelas y le entregó un libro con parte de la historia de los hijos de detenidos-desaparecidos. “Tenemos 500 bebés robados, somos 122 los que recuperamos nuestra identidad y seguimos peleando porque en nuestro país haya memoria, verdad y justicia”, le comentó.
–Nosotros recuperamos dos chiquitos chilenos. Yo participaba del programa de Apoyo a la Infancia y lo recuerdo. Fui la pediatra de ellos –señaló la presidenta de Chile quien también sufrió cárcel y tortura durante la dictadura de Augusto Pinochet.
–Nosotras decimos Memoria, Verdad, Justicia y agrego: Nunca Más el silencio y libertad a Milagro Sala y a sus doce compañeras –destacó Jarach a lo cual Bachelet agregó “y reparación, que es la manera en la que el Estado se hace cargo. Nosotros tampoco tenemos cifras exactas” de las víctimas.
El frío y el viento se llevaban las palabras en la costanera y el grito común:”Por los 30 mil detenidos-desaparecidos ahora y siempre. Presentes”, cerró la ceremonia del encuentro.