Los fondos buitre carroñean con lo más básico en la ‘Finca España’: Con el techo, con el pan y con la luz, entre otras necesidades. En la España postburbuja inmobiliaria, los buitres, a menudo alimentados por conocidos bancos nacionales e internacionales y guiados por los serviles córvidos políticos estratégicamente situados en las Administraciones Públicas.