Las Cancillerías de México y de Colombia negaron enfáticamente que colaboran con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el derrocamiento del Presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro. Los medios norteamericanos apenas han prestado atención a este gravísimo incidente, entretenidos con la difícil tarea de convertir en pacifistas a los opositores venezolanos.