Como clímax de un frenesí de filtraciones en los medios corporativos occidentales que llevó -literalmente- a la histeria nuclear, los inspectores de las Naciones Unidas en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) finalmente publicaron un informe que acusa esencialmente a Teherán de haber intentado diseñar el año pasado un arma nuclear que se ajuste a la ojiva de un misil.