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General: EL HURACÁN HARVEY
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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 04/09/2017 12:24

Once datos impactantes para contextualizar la catástrofe del huracán Harvey

 | 8 | 
Foto: Win McNamee/Getty Images)

Foto: Win McNamee/Getty Images)

Ha pasado una semana desde que el huracán Harvey, de Categoría 4, aterrizara en Texas (EEUU), provocando devastación y muerte a su paso. Aunque la tormenta ya ha empezado a amainar en su trayectoria hacia el norte, las lluvias siguen presentes en la frontera entre Luisiana y Texas y es posible que el tiempo también empeore en zonas de Misisipi, Tennessee y Alabama.

En Houston, el nivel de agua comienza a bajar, pero decenas de miles de personas siguen viviendo en refugios, ya que sus casas están inundadas y sin electricidad, y sus vidas, patas arriba.

 Aunque es difícil calcular el impacto de una tormenta con la potencia y la magnitud de Harvey, las cifras que se enumeran a continuación te ayudarán a ponerlo en contexto.

102 billones

Es la cantidad estimada de litros de agua que han caído sobre Texas y Luisiana en los últimos seis días. Resulta casi imposible imaginar tal volumen de agua, pero hay personas que lo han intentado. Un reportero de la ABC calculó que con ese agua se podría abastecer a la ciudad de Nueva York durante más de cinco décadas, y Paul Deanno, meteorólogo de la CBS, afirma que con la mitad de ese agua se podría haber acabado con la sequía del Estado de California en sólo tres días.

Foto:  REUTERS/Adrees Latif

Foto: REUTERS/Adrees Latif

47

El número de muertes relacionadas con la tormenta que se han confirmado hasta la fecha. Esta cifra no ha dejado de subir desde el huracán y se espera que aumente más.

131,77

Los centímetros de lluvia medidos en Cedar Bayou, cerca de Mont Belvieu (Texas), según los investigadores del Servicio Nacional de Meteorología. Es la mayor cantidad de lluvia caída con una sola tormenta en la historia del territorio continental de Estados Unidos.Según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el récord del mayor ciclón tropical lo sigue teniendo el huracán Hiki, que se produjo en la costa de Hawái en agosto de 1950, con 132 centímetros de lluvia.

34.575

El número de personas que se han visto obligadas a dejar sus casas y que ahora viven en 239 instalaciones en el Estado de Texas, según un informe de este jueves del Departamento de Seguridad Pública de Texas.

Foto: Joe Raedle/Getty Images)

Foto: Joe Raedle/Getty Images)

224.127

El número de usuarios que se han quedado sin electricidad en Texas debido al impacto de la tormenta, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas. En Luisiana, alrededor de 11.000 usuarios tampoco tienen electricidad.

58

El número de condados en Texas que el gobernador Greg Abbott ha declarado como zona de desastre. Abbott pidió la aprobación presidencial —finalmente concedida— para declarar la catástrofe en otros 29 condados.

2882

El número de animales que han sido acogidos en refugios en Texas. La Comisión de Salud Animal de Texas tiene registrados, en 69 centros de acogida abiertos, a 513 reses, 664 caballos, 20 ovejas, 66 cabras, 5 cerdos, 10 pollos, 5 pájaros, 5 conejos, 106 perros, 14 gatos y 1.024 animales exóticos sin identificar. Otros 18 refugios están acogiendo a 453 mascotas más.

506

El número de carreteras cerradas o inundadas actualmente, de acuerdo con el Departamento de Transporte de Texas. La agencia afirmó que hay unas 2.000 personas trabajando para arreglar los desperfectos, con más de 1.500 piezas de equipamiento.

Foto:  MARK RALSTON/AFP/Getty Images)

Foto: MARK RALSTON/AFP/Getty Images)

10

El número de instalaciones químicas y refinerías de petróleo y gas que han sufrido incidentes debidos al huracán Harvey. Además, hay más de una veintena en peligro. El jueves por la mañana se provocó un incendio en la planta química de Arkema, cerca de Houston, debido a las reacciones químicas por la inundación de la fábrica. El día antes, la empresa advirtió de que iba a producirse una explosión de forma inevitable.

Uno de cada mil

Una catástrofe como la del huracán Harvey se produce cada mil años, lo cual significa que es extraordinariamente inusual. De hecho, sólo hay un 0,1% de posibilidades de que ocurra en un año, según explicó el investigador Shane Hubbard a The Washington Post.

30.000 – 40.000

Es el número estimado de viviendas destruidas por el impacto de Harvey, de acuerdo con el juez Ed Emmett, del condado de Harris. La dimensión completa de casas destruidas o dañadas sigue siendo desconocida. Durante una rueda de prensa este jueves, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca Tom Bossert calculó que unos 100.000 hogares se han visto afectados por el huracán Harvey y las consiguientes inundaciones.

(Con información de Huffintong Post)



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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:28

Harvey no salió de la nada

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Desesperación en Texas debido al paso de Harvey. Foto: M. Mulligan/ AP.

Desesperación en Texas debido al paso de Harvey. Foto: M. Mulligan/ AP.

Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las demás injusticias sistémicas –desde realizar detenciones e interrogatorios basados en el perfil racial hasta la austeridad económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas.

Busquen la cobertura mediática sobre el huracán Harvey y las inundaciones en Houston, y oirán acerca de cómo este tipo de lluvia no tiene precedente. Escucharán acerca de cómo nadie lo vio venir, así que nadie se podía preparar adecuadamente.

De lo que oirán muy poco es acerca de por qué estos eventos climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad, que decir “histórico” ya se volvió un cliché meteorológico. En otras palabras, no escucharás hablar mucho, si es que algo, sobre el cambio climático.

Esto, nos dicen, es porque se busca no “politizar” una tragedia humana que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente política. Es la determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa de la verdad, por más difícil que sea.

Porque la verdad es que estos eventos fueron predichos desde hace mucho tiempo por los científicos climáticos. Los cada vez más cálidos océanos crean tormentas más poderosas. Los cada vez más altos niveles de los océanos implican que esas tormentas entran a sitios que antes no alcanzaban. Las temperaturas cada vez más calientes ocasionan precipitaciones pluviales cada vez más extremosas: largos periodos de sequía interrumpidos por masivas tormentas de nieve o lluvia, en vez de los estables y predecibles patrones con que la mayoría de nosotros crecimos.

Los récords que se rompen año con año –ya sea de sequía, de tormentas, fuegos incontrolados o simplemente calor– ocurren porque el planeta está notablemente más caliente, más que nunca desde que comenzaron a llevarse registros. Cubrir sucesos como Harvey mientras se ignoran esos hechos, no ofrecer una plataforma para que los científicos climáticos puedan explicarlo con sencillez, mientras no se menciona la decisión del presidente Donald Trump de retirarse de los acuerdos climáticos de París, implica fracasar en el más básico deber del periodismo: ofrecer hechos importantes y contexto relevante. Deja al público con la falsa impresión de que estos desastres no tienen un origen, lo cual también implica que no se pudo haber hecho algo para prevenirlos (y que no se puede hacer algo para evitar que en el futuro sea peor).

También vale la pena señalar que la cobertura mediática de Harvey ha estado altamente politizada desde mucho antes de que la tormenta tocara tierra. Ha habido eternas conversaciones acerca de si Trump tomaba suficientemente en serio la tormenta, largas especulaciones acerca de si este huracán será su “momento Katrina” y se han ganado puntos políticos (con justificada razón) con el hecho de que muchos republicanos votaron contra el apoyo a Sandy pero ahora sí atienden a Texas.

Eso se llama hacer política de un desastre –es el tipo de política partisana que está en la zona de confort de los medios convencionales, una política que, de forma oportunista, no toma en cuenta el hecho de que anteponer los intereses de las empresas de combustibles fósiles a la necesidad de un decisivo control de la contaminación es un asunto profundamente bipartisano.

En un mundo ideal, todos deberíamos de poder poner en pausa lo político hasta que la emergencia haya pasado. Luego, cuando todo mundo estuviera a salvo, tendríamos un largo, meditativo e informado debate público acerca de las implicaciones para las políticas de la crisis que acabábamos de presenciar. ¿Qué debería implicar para el tipo de infraestructura que construimos? ¿Qué debería implicar para el tipo de energía de la que dependemos? (Una pregunta con tremendas consecuencias para la industria dominante en la región, a la que le está pegando más duro el huracán: la petrolera y la del gas).

La hipervulnerabilidad a la tormenta de los enfermos, los pobres y los de la tercera edad, ¿qué nos dice acerca del tipo de redes de seguridad que tejemos, dado el escabroso futuro que ya aseguramos?

Dado que hay miles de desplazados, podríamos incluso discutir los innegables vínculos entre la alteración climática y la migración –desde el Sahel a México– y aprovechar la oportunidad para debatir la necesidad de una política de migración que comience con la premisa de que Estados Unidos tiene una buena parte de la responsabilidad de las principales fuerzas que sacan a millones de sus hogares.

Pero no vivimos en un mundo que permite ese tipo de debate serio y mesurado. Vivimos en un mundo en el cual los poderes gobernantes se han mostrado demasiado dispuestos a explotar el desvío de atención de una crisis de gran escala; y muchos están dispuestos a usar las emergencias de vida o muerte para imponer sus políticas más regresivas, políticas que nos llevan más por el camino correctamente descrito como una forma de “apartheid climático”.

Lo vimos después del huracán Katrina, cuando los republicanos no perdieron el tiempo y promovieron un sistema de educación completamente privatizado, debilitaron la legislación laboral y fiscal, incrementaron las perforaciones petroleras y de gas y la industria de la refinación, y abrieron las puertas a compañías mercenarias como Blackwater. Mike Pence fue un artífice clave de ese proyecto inmensamente cínico y no deberíamos esperar menos después de Harvey, ahora que él y Trump están al mando.

Ya vimos a Trump usar como tapadera al huracán Harvey para lograr el muy controversial indulto de Joe Arpaio y una mayor militarización de las fuerzas policiales estadunidenses. Se trata de movimientos especialmente ominosos, en el contexto de que los puestos de control migratorios siguen operando aún con las carreteras inundadas (un serio desincentivo para que los migrantes evacuen), así como en el contexto de los funcionarios municipales hablando acerca de aplicar las penas máximas a los “saqueadores” (vale la pena recordar que después de Katrina, varios residentes afroestadunidenses fueron baleados por la policía en medio de este tipo de retórica).

En pocas palabras, la derecha no desperdiciará el tiempo para explotar a Harvey y ningún otro desastre como ese para diseminar ruinosas y falsas soluciones, como la policía militarizada, más infraestructura petrolera y de gas y sistemas privatizados. Lo cual significa que la gente informada y a la que le importa tiene el imperativo moral de nombrar las verdaderas raíces de esta crisis –conectar los puntos entre la contaminación climática, el racismo sistémico, los reducidos fondos de los servicios sociales y los excesivos fondos para la policía.

También necesitamos aprovechar el momento para proponer soluciones intersectoriales, que dramáticamente reduzcan las emisiones mientras batallamos contra toda forma de desigualdad e injusticia (algo que hemos intentado plantear en The Leap, y que grupos como la Alianza por la Justicia Climática han impulsado durante mucho tiempo).

Y tiene que ocurrir ahora mismo –justo cuando los enormes costos humanos y económicos de la inacción están en plena luz pública. Si fracasamos, si dudamos debido a una errónea idea de lo que es apropiado durante una crisis, dejamos la puerta abierta a que despiadados actores exploten este desastre para obtener predecibles y perversos fines.

También es una dura verdad que la ventana para tener estos debates es cada vez más estrecha. No tendremos ningún tipo de debate de política pública después de que pase esta emergencia; los medios regresarán a cubrir obsesivamente los tuits de Trump y otras intrigas palaciegas. Así que, si bien parecería ser indecente estar hablando acerca de las causas primordiales mientras la gente aún está atrapada en sus hogares, este es, siendo realistas, el único momento en que tenemos la atención de los medios como para tratar el tema del cambio climático.

Vale la pena recordar que la decisión de Trump de retirarse del acuerdo climáticode París –acción que va a repercutir a escala global durante décadas– recibió más o menos dos días de cobertura decente. Luego regresaron a hablar de Rusia las 24 horas.

Hace poco más de un año Fort McMurray, pueblo en el corazón del auge de petróleo de arenas bituminosas en Alberta, casi quedó reducido a cenizas. Durante un tiempo el mundo estuvo pasmado por las imágenes de los vehículos que iban en fila, sobre una carretera, con las llamas acercándose por ambos lados. En aquel momento nos dijeron que era insensible y sólo se buscaban chivos expiatorios si se hablaba acerca de cómo el cambio climático exacerbaba fuegos incontrolables como este. Era todavía más tabú hacer cualquier conexión entre nuestro mundo, cada vez más caliente, y la industria que da energía a Fort McMurray y que daba empleo a la mayoría de los desalojados, que produce una forma de petróleo particularmente alta en carbono. El momento no era el adecuado; era el de mostrar compasión, brindar apoyo y no hacer preguntas difíciles.

Pero, claro, ya para cuando era apropiado plantear esos asuntos los reflectores de los medios hace mucho que se habían ido. Y hoy, mientras Alberta intenta conseguir al menos tres nuevos oleoductos para cubrir sus planes de incrementar la producción a partir de bituminosas, ese terrible incendio y las lecciones que podría haber aportado casi no se mencionan.

En ello hay una lección para Houston. La ventana para proveer un contexto significativo y sacar conclusiones importantes es reducida. No podemos arriesgarnos a echarla a perder.

Hablar con honestidad acerca de qué fomenta esta época de desastres seriales –incluso mientras ocurren– no falta al respeto a la gente que está en el sitio en cuestión. De hecho, es la única manera de en verdad rendir tributo a sus pérdidas, y nuestra última esperanza para prevenir un futuro con incontables más víctimas.

* Naomi Klein es autora de Esto cambia todo: el capitalismo contra el clima. Su nuevo libro es No, no es suficiente: Resistir las políticas del shock de Trump y obtener el mundo que necesitamos.

@NaomiAKlein – Traducción: Tania Molina Ramírez


Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:30

Ascienden a 47 las víctimas mortales provocadas por Harvey (+ Fotos)

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Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

El último balance de víctimas mortales por el paso de ‘Harvey’ por Estados Unidos, asegura que la cifra llega a 47 fallecidos, si bien las autoridades continúan llevando a cabo operaciones de búsqueda y rescate en los estados afectados, principalmente Houston.

El alcalde de la ciudad, Sylvester Turner, ha declarado a última hora de este jueves que la situación “esta en un punto de inflexión”, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.

Así, ha indicado que entre los signos de recuperación figuran que hay menos personas en los refugios, que más líneas de autobús han sido reabiertas y que el canal de navegación ha abierto, si bien de forma limitada.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

El fenómeno, que ha dejado tras de sí graves inundaciones, una veintena de desaparecidos y más de 32.000 desplazados, se desplaza ahora con unos vientos máximos sostenidos de 50 kilómetros por hora, lo que lo convierte de nuevo en una tormenta tropical que va perdiendo cada vez más fuerza.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos ha indicado que en su avance sobre Misisipi, ‘Harvey’ podría descargar entre cuatro y ocho pulgadas (de diez a veinte centímetros) de precipitaciones.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

El huracán, que ha paralizado la localidad de Houston, la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos, podría convertirse en uno de los desastres naturales más relevantes de la historia estadounidense.

En Port Arthur, una ciudad con 55.000 habitantes localizada a 160 kilómetros del este de Houston, han caído alrededor de 30 pulgadas (75 centímetros) de lluvia, según el Servicio Nacional de Meteorología.

“Toda nuestra ciudad está bajo el agua”, ha dicho el alcalde de Port Arthur (Texas), Derrick Foreman, en una de sus redes sociales, donde ha publicado también un vídeo en directo que muestra su casa inundándose.

(Con información de Europa Press)


Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:33

Houston bajo las aguas, ¿por qué el huracán Harvey ... - Cubadebate

www.cubadebate.cu/.../el-huracan-harvey-devastador-y-catastrofico-para-estados-uni...
hace 5 días - Varios científicos subrayaron que a pesar de que el daño del huracán Harvey es implacable, no es inesperado. Los meteorólogos anticipaban ...

Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:35

The New York Times: “Houston, antes y después de Harvey” (Video ...

www.cubadebate.cu/.../the-new-york-times-houston-antes-y-despues-de-harvey-video...
hace 7 días - ... The New York Times realizó un video comparativo de diversos lugares en Houston antes y después del paso del Huracán Harvey por Texas.

Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:41

Harvey: ¿Estaría dispuesto EEUU a aprender de Cuba en materia de huracanes? Por José Manzaneda

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El reciente huracán Harvey ha causado –en estimaciones iniciales- cerca de 50 muertes en EEUU (1) y ha generado una cobertura informativa colosal a nivel mundial (2).

No se puede decir lo mismo de las recientes lluvias monzónicas que, en la India, Nepal y Bangladesh, han provocado la muerte de más de 1.200 personas… sin apenas ser noticia (3).

Pero… puestos a analizar el papel de la prensa en la cobertura de desastres naturales, ¿no sería de interés público recoger las mejores prácticas internacionales en esta materia (4)?

Claro que entonces a los grandes medios no les quedaría más remedio que mencionar uno de los ejemplos más exitosos según numerosos informes especializados: el de Cuba (5). Así lo asegura el informe de Oxfam titulado “Lidiando con la tormenta: las lecciones de Cuba en la reducción de riesgos” (6), o el que en 2005 publicó la Federación Internacional de la Cruz Roja tras la catástrofe del huracán Katrina en EEUU (7).

Que Cuba puede aportar enseñanzas útiles a países mucho más ricos es reconocido por personalidades expertas, cuyas opiniones rara vez llegan a la gran prensa. Es el caso de Margareta Wahlström, jefa de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos por Desastres (8); o de Laura Melo, directora en Cuba del Programa Mundial de Alimentos (PMA) (9).

“Cuba es un ejemplo de que la vulnerabilidad de la gente puede reducirse efectivamente con medidas de bajo costo”, decía también Salvano Briceño, director de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres de Naciones Unidas (10).

Las claves de eficiencia del sistema de Defensa Civil de Cuba, donde el número de víctimas mortales por huracanes es mínimo, son cuatro: la información permanente a la población mediante los medios públicos, principalmente radio y televisión (11); la rapidez en las labores de evacuación, mediante planes muy engrasados; el adiestramiento permanente de la población en escuelas, universidades y centros laborales (12); y la participación comunitaria, donde cada persona y cada actor social (sean los gobiernos locales, los consultorios médicos, las escuelas, las fábricas o las organizaciones sociales) juega un papel muy claro y definido (13).

No parece previsible que países de economía y valores capitalistas asuman otras fortalezas del sistema de Defensa Civil de Cuba, como la capacidad del Estado para actuar sobre los centros laborales, la mayoría bajo su control y propiedad; o una arraigada cultura de la solidaridad, que permite evacuaciones masivas a viviendas más seguras. Pero sin duda hay muchos aspectos del modelo cubano que, aplicados en otros países, harían reducir el número de fallecimientos.

Como excepción en el habitual silencio mediático, en 2009 el diario “The New York Times” publicaba un interesante trabajo, titulado “EEUU y Cuba trabajan juntos ante las tormentas” (14), en el que especialistas de la Universidad Estatal de Luisiana y del Centro Nacional de Huracanes de Miami reconocían cuánto podría aprender EEUU de Cuba en esta materia (15).

Pero hoy la gran prensa corporativa prefiere llenar páginas sobre el huracán Harvey con detalles sobre las donaciones millonarias de Sandra Bullock, Beyoncé y Jennifer López (16).

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.


Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/09/2017 12:45

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Harvey en EE.UU.: Golpe devastador para Texas. La tormenta no tuvo precedentes, pero la ciudad se ha estado engañando durante décadas sobre su ...


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