Harvey, aunque posteriormente se convirtió en tormenta tropical, fue el huracán más potente en llegar a Estados Unidos desde el 2005, cuando el Katrina asoló Nueva Orleans, y el mayor en afectar a Texas desde 1961.
Entre los estragos más significativos están la muerte de más de 40 personas, y la destrucción total de cerca de entre 30 000 y 40 000 viviendas. Todo esto tan solo en el condado Harris, en el que se encuentra Houston, cuarta ciudad más grande de EE.UU. y la más afectada, dijo uno de los jueces del condado, Ed Emmett a la agencia AP.
El número de personas que tuvieron que ser rescatadas ascendió a 30 000, mientras que superan el millón los ciudadanos que tuvieron que abandonar sus casas.
Aún 32 000 personas se encuentran alojadas en refugios temporales y la prensa internacional continúa más enfocada en la crítica a la primera dama, Melania Trump, por acompañar a su esposo en las visitas a las víctimas en zapatos altos y atuendos poco «adecuados» para la ocasión, o en la insensible broma del presidente cuando mientras levantaba un cargamento de suministros dijo: ¡este es buen ejercicio!; que en criticar un sistema de respuestas ante desastres que ha probado ser poco eficiente en la nación norteña.
Al cese de las lluvias Patrick Burke, meteorólogo del servicio, señaló que el promedio total de precipitaciones terminará en 1 016 milímetros para Houston. «Esa sería la mayor cantidad registrada en Texas».
La población de Houston aumentó 42 % entre 1995 y el 2015, hasta llegar a los actuales 4,4 millones de personas, y para hacer frente a este rápido crecimiento demográfico, se urbanizaron unas 10 000 hectáreas de zonas lodosas y de praderas salvajes, según un estudio de la universidad A&M de Texas.
La mayor pérdida de los espacios de absorción de agua de lluvia se produjo en el condado de Harris, que engloba Houston, donde cerca del 30 % de esos espacios húmedos desaparecieron con las renovaciones.
El casi medio centenar de fallecidos que acumula por ahora Harvey no es comparable con los más de 1 800 que dejó el huracán Katrina, pero se ha disparado el costo que va a requerir la reconstrucción de viviendas e infraestructuras, la normalidad truncada de los ciudadanos y de los negocios, apuntó un informe de ABC news.
«Los primeros cálculos apuntan a 125 000 millones de dólares solo en Texas», según su gobernador, Gregg Scott.
«Cuando se sumen las necesidades de Luisiana, y, en menor medida, de otros estados del sur pueden alcanzar los 150 000 millones», de acuerdo con las estimaciones de algunos congresistas.