¿Qué harías si tuvieras en tus manos todo el poder para cambiar el mundo? Usarlo, probablemente. De los cobardes que se lanzan a correr sin intentarlo, no hay mucho escrito, aunque haría falta también hacerlo para que nos sirva de lección. Volviendo al poder y a tu capacidad de mover el planeta de órbita, ¿dejarías pasar de largo esa oportunidad? Claro que no.
Entonces, si eres de quienes prefieren transformar que criticar, hacer que destruir y andar que detenerse, a partir del 4 de septiembre tienes una agenda apretada. ¿No lo sabes aún? Lo más seguro es que estés al tanto de que ese día comienza en Cuba el proceso de nominación de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, oportunidad más que especial para elegir tu presente y futuro, en pos del país en el que decidiste vivir. Para cambiar al mundo, hay que empezar por el barrio, ¿no?
Si buscas entre sus sinónimos, nominar es llamar, designar, nombrar y hasta bautizar. Por lo que queda claro que, con estas asambleas, podrás llamar por su nombre a la persona en quien confías, designar a quien admiras y bautizar como tu delegado a esa compañera o compañero de tu barrio que siempre has visto como tu líder más cercano.
Tal vez lo tengas hace dos años y medio, y sea solo cuestión de ratificar tu voluntad y premiarlo con tu brazo levantado otra vez en su nombre. Pero si tú y tus vecinos tienen otras ideas en mente, y han pensado en esa ama de casa enérgica y resuélvelo todo, o en el muchacho recién graduado que está dispuesto a «comerse el mundo», o en esa jubilada que bien sabe echarse al hombro cualquier dificultad para zanjarla, o en el trabajador que alzará sus brazos y su voz en tu nombre donde sea, del 4 al 30 de septiembre serán los días para hacer valer tu poder más que nunca, como parte de un sistema electoral pensado para el voto de cada cubana y cubano.
Como Juventud Rebelde siempre quiere estar cerca de ti, en cada uno de los momentos que vivas, esta vez te ofrecemos información sobre el proceso que inicias.
Vienen tiempos de elecciones. Los estamos viviendo ya desde que el pasado 14 de junio el Consejo de Estado las convocara. Pero tal vez no hayas tomado aún cartas en el asunto debido a que los preparativos han estado a cargo de las autoridades electorales designadas a todos los niveles del país, quienes han debido prever condiciones para que todo marche a pedir de boca.
Se han garantizado los materiales de trabajo para las comisiones de todas las instancias y los colegios, las urnas que estarán recibiendo las boletas, los documentos de trabajo que regirán todos los procedimientos (incluidas la Ley Electoral, reglas complementarias y la Cartilla y manual de funcionamiento), los murales para exponer las fotos y biografías de los candidatos y las listas de electores, y hasta los insumos necesarios para imprimir las boletas de la segunda etapa de las elecciones generales.
Sin embargo, a partir de mañana, deberá garantizarse lo más esencial: participación consciente y patriota cuando todas las circunscripciones del país vivirán su momento de elegir a un candidato que las represente. Méritos, compromiso y capacidad son la clave de la selección que cada barrio hará.
Son esta vez las elecciones generales, por lo que se extenderán hasta el próximo año, aunque su primera etapa —la que comprende las parciales y decidirá la composición de la Asamblea del Poder Popular del municipio en el que vives— llegará a su cumbre el 22 de octubre de este 2017.
Pero todo empieza mañana. Así que prepárate. Es propósito que todos participemos en las asambleas y no solamente alguien del núcleo familiar que lo represente. Y que lo hagamos de conciencia y corazón, regidos por la ética que nos distingue y que bien establece la Ley Electoral en su propósito de «garantizar la participación institucional de las masas populares con derecho al voto en la dirección del Estado cubano y en la toma de decisiones de aquellas cuestiones de mayor interés y utilidad económica, social y política del país».
Estos temas, refrenda dicha norma, son ajenos a toda forma de oportunismo, demagogia y politiquería. Por eso Cuba cuenta con un sistema electoral que evita cualquier carnaval de argumentos, o declamación de bondades que venga con el fin de vender programas de Gobierno que acaban antes de empezar.
Los medios, como dijo Fidel un día, se ponen al servicio de todos los candidatos, y no de aquellos que se compran sus espacios para darle publicidad a la mejor opción. La campaña es la vida propia y los valores que todos reconocen en el individuo. Y la garantía de permanecer es hacer.
No por gusto existe la Ley No. 89 de 1999 de Revocación del Mandato de los Elegidos a los Órganos del Poder Popular, que regula como causales para dicha revocación el incumplimiento reiterado de las obligaciones derivadas del mandato, el incurrimiento en hechos que hagan desmerecer de buen concepto público y manifestar una conducta incompatible con el honor de ser representantes del pueblo en un órgano del Poder Popular.
Todo está creado para que el poder esté en ti y en lo que crees y eres. Tú decides, tú nominas, tú gobiernas.