Varios atacantes entraron este miércoles en el Parlamento iraní, mientras un suicida atacó el mausoleo del ayatollah Ruhollah Khomeini, donde asesinó al menos a ocho personas e hirió a 39 en un inusual doble ataque, informó Cubadebate.

La emisora estatal IRIB reportó que el asalto concluyó y que los cuatro agresores están muertos, por lo que la cifra total de fallecidos subió a al menos doce.

«Las fuerzas de seguridad están revisando en busca de bombas y despejando el edificio», dijo IRIB.

El Ministerio de Inteligencia iraní dijo que las fuerzas de seguridad arrestaron a un «equipo terrorista» que planeaba un tercer ataque, sin dar más detalles.

Estado Islámico reivindicó la responsabilidad en un comunicado. Estos serían los primeros atentados del grupo musulmán sunita en el interior del país musulmán chiita. El Ministerio de Interior convocó a una reunión de seguridad de emergencia, según la agencia de noticias estatal IRNA.

Según medios estatales iraníes, helicópteros de la Policía sobrevolaban el edificio y las líneas de telefonía móvil desde el interior quedaron inhabilitadas. Todas las entradas y salidas del inmueble estaban cerradas y los legisladores y periodistas recibieron la orden de permanecer en el interior de la cámara, donde se celebraba una sesión, reportó la agencia de noticias ISNA.

La televisora estatal dijo que en el ataque participaron cuatro personas y que había ocho heridos. Los agresores iban armados con rifles de asalto Kalashnikov, dijo la cadena citando al legislador Elias Hazrati.

Un guarda de seguridad murió y cuatro personas más resultaron heridas en el asalto al mausoleo, agregó. Uno de los agresores fue abatido por guardas de seguridad y una mujer fue detenida, según la televisora, que calificó a los atacantes de «terroristas» y señaló que uno de ellos se inmoló, sin ofrecer más detalles.

Además de las víctimas, el ataque al mausoleo tiene una importancia simbólica. Como primer líder supremo de Irán, Khomeini es una figura destacada en el país y fue el líder de la revolución. Extremistas sunitas, entre los que se incluyen el grupo extremista jihadista, desprecian a Irán, de mayoría chiitas, y están en guerra con los aliados de Teherán en Siria e Iraq.