El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha puesto en marcha la mayor reforma de gobierno desde su regreso a la presidencia en 2012. El paquete de medidas anunciado el 12 de mayo no solo llama la atención por el importante número de cambios introducidos en el equipo de gobierno. El Kremlin destaca entre las regiones algunos territorios excepcionales que requieren una gestión especial.
Ministerios de Extremo Oriente, del Cáucaso Norte y de Crimea
El presidente ha ordenado la creación de un ministerio para el desarrollo de la región del Cáucaso Norte. Con este son ya tres los organismos especializados en una región específica. A finales de marzo de 2014 se creó también el Ministerio para los Asuntos de Crimea y, en 2012, el Ministerio para el Desarrollo del Extremo Oriente.
La tendencia a la descentralización también se observa en la reforma de la cámara alta del parlamento ruso, el Consejo de la Federación. El martes, la Duma del Estado aprobó en primera lectura una reforma constitucional que concede poderes al presidente para nombrar a sus representantes en la cámara de las regiones.
Por otro lado, la diputada Irina Bielij llevó a la Duma un proyecto de ley que permitirá compaginar el cargo de senador con el de diputado regional. El desempeño de varios cargos no es una práctica nueva en el Consejo de la Federación; entre los años 1995 y 2000 se incorporaron a la cámara alta portavoces del Consejo Judicial y gobernadores.
Desde el punto de vista conceptual, se trata de un enfoque nuevo para el Estado ruso en términos de gestión. En particular, estos cambios podrían conllevar una descentralización de la administración.
La experta en élites, politóloga y socióloga rusa Olga Krishtanóvskaya ha señalado en una conversación con RBTH que se están desarrollando otros procesos en el sistema de gestión que denotan también esta descentralización.
“Actualmente está cambiando todo el sistema político. La descentralización se puede ver en la vuelta a las circunscripciones uninominales en el sistema electoral, lo que derivará en una representación más amplia de las regiones en el parlamento; la constitución de la sociedad civil también empieza a experimentar cambios: la cámara civil de la Federación de Rusia está integrada principalmente por residentes locales; y el Consejo de la Federación (Senado) seguirá la misma línea de transformación. Las circunscripciones y regiones federales están ganando fortaleza”, explica.
Según la experta, las regiones para las que se han creado ministerios se consideran zonas de especial relevancia para el desarrollo del país. “La necesidad de fomentar el avance del Extremo Oriente tiene que ver con una concepción geopolítica del desarrollo de Rusia; estamos volviendo la mirada hacia nuestros vecinos de oriente y del sur oriental”, explica Krishtanóvskaya.
Estos cambios también son necesarios para mantener la integridad del país. “La política de los años 90 se despreocupó de la integridad y ahora no hay duda de que se debe invertir en el desarrollo para evitar tendencias perjudiciales y aspiraciones separatistas”.
Siguiendo el rastro del dinero
El director general de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas, Dmitri Orlov, está convencido de que los nuevos ministerios territoriales se necesitan ante todo para impulsar la economía de las regiones en cuestión.
“Se está creando una estructura conformada por cuatro agentes que se complementan entre sí: el Ministerio de Desarrollo Regional, los organismos territoriales del poder ejecutivo, los ministerios territoriales y los delegados plenipotenciarios de la presidencia en las circunscripciones federales”, comenta.
“Los nuevos ministerios están llamados a solucionar los problemas concretos de cada región, pero con una clara orientación a la búsqueda de inversión y al estímulo del crecimiento económico; en la práctica serán como pequeños ministerios de economía. Y es que, aunque los gobiernos locales dispongan de un departamento de economía propio, estos se centran en la solución de los pequeños problemas locales”.
La única dificultad que podría surgir como consecuencia de esta estructura es el cruce de potestades entre los distintos órganos, por lo que resulta imprescindible definir con precisión las normas de interacción.
El catedrático de Economía Regional y Geografía Económica de la Escuela Superior de Economía, Alexéi Skopin, está convencido de que los ministerios territoriales se encargarán principalmente de supervisar la ejecución de los grandes proyectos regionales y el empleo de los recursos.
“Los ministerios del Extremo Oriente, Crimea y el Cáucaso Norte ejercerán las funciones del gobierno federal en relación con estas regiones”, explica. Con esto se pretende aprovechar los fondos presupuestarios destinados a estos territorios de una manera más efectiva. Antes se asignaban los fondos a determinados programas federales y los ministerios de Economía, Sanidad o Transporte (por ejemplo) incluían sus proyectos en dichos programas. Sin embargo, de esta forma no se tenían en cuenta los intereses de la región a la hora de gastar el dinero, sino los del organismo implicado. A consecuencia de esto, se desarrollaban programas de gran envergadura carentes de relación entre sí y no se obtenía ningún avance en el desarrollo territorial”, explica.
Según explica el especialista, la primera región que necesitó atención adicional fue el Extremo Oriente. Inicialmente se creó allí una empresa estatal, pero esta dejó de ser eficiente a causa de la corrupción.
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“En este sentido, un ministerio resulta un mecanismo más transparente y permite controlar el gasto de los recursos en cada etapa. Por otra parte, la estructura estatal se encargará de regular la cooperación entre los organismos del Estado y el sector privado, lo que simplificará las cosas para los empresarios”, remarca el catedrático. Así se evitará la dispersión de los fondos, lo que permitirá comprobar el impacto del programa completo y no solo la parte realizada por uno u otro ministerio”.
En opinión del experto, los ministerios de Crimea y del Cáucaso Norte obtendrán resultados antes que el del Extremo Oriente. “En el extremo oriente harán falta más de 3 billones de rublos (75.000 millones de dólares), y eso sin contar aún con un programa preciso; además, las grandes inundaciones sufridas el año pasado en la región han ralentizado el proceso de desarrollo.
El Cáucaso y Crimea necesitan una cantidad de fondos muy inferior”, explica Skopin. Los resultados se percibirán casi de inmediato.
Por ejemplo, en Crimea, ya se puede intuir qué problemas se resolverán enseguida y cuáles no. En el Cáucaso Norte se aplicará el modelo de la República de Chechenia, donde la situación ha cambiado de manera radical: se tratará de disminuir el nivel de delincuencia, recuperar las infraestructuras y aumentar el número de puestos de trabajo”.