En junio de 1976 se dieron cita en Bonao, República Dominicana, un grupo de terroristas de origen cubano representativos de organizaciones extremistas asentadas en territorio de los Estados Unidos. Como coordinador figuró el criminal Orlando Bosch Ávila, prófugo entonces de la justicia estadounidense por haber violado la libertad condicional al ser juzgado por varios delitos, incluida la extorsión contra emigrados cubanos con empleo de métodos terroristas.