«El referéndum ha causado varios problemas, como el hecho de que los peshmerga —el Ejército kurdo— no haya participado en la batalla de Hawija. Su presencia en Kirkuk puede, además, provocar choques con las milicias chiís», explica al medio 'Al Monitor' Mohammad Khezer, miembro del consejo provincial de Kirkuk, la provincia iraquí ahora mismo en el ojo del huracán.
Su capital, Kirkuk, está controlada por los peshmerga, aunque la ciudad esté fuera de la jurisdicción del Kurdistán iraquí. Tan solo 45 kilómetros al oeste, al otro lado de la carretera, está la liberada este jueves Hawija, donde aún continúan algunos combates y donde, además, según Naciones Unidas, están atrapados 78.000 civiles. Desde que se inició la batalla en esta ciudad, el 21 de septiembre, 12.500 personas han podido escapar de allí, pero no lo tienen fácil: como ya se vio durante la batalla de Mosul, el EI usa a la población como escudos humanos y fusila a quienes captura intentando escapar.
Durante meses de asedio militar, la ciudad ha vivido bajo escasez de agua y alimentos. Una vez expulsado el EI, la ONU tiene previsto reubicar a los desplazados en unas nuevas instalaciones capaces, dice, de alojar a 70.000 personas.
Más dificultades
Pero los problemas en la provincia de Kirkuk podrían no haberse acabado aún. Esta región iraquí está poblada tanto por kurdos como por árabes y turcomanos —población de origen y habla turcos que llegó a Irak en tiempos del Imperio Otomano— y está asentada sobre una importante bolsa de petróleo. Turquía asegura estar dispuesta a mandar a sus tropas si considera que los turcomanos están amenazados; el Parlamento de Bagdad ha pedido al Gobierno iraquí una intervención militar contra los kurdos, y el Ejecutivo del Kurdistán iraquí se ha mostrado dispuesto a «defenderla por las armas».
Ahora, tras la liberación de Hawija de manos del EI —que la controlaba desde 2014—, en esta misma región tendrán que convivir peshmergas, el Ejército regular iraquí y las milicias chiís, controladas por Irán, país muy hostil a las pretensiones de independencia kurdas.
Desde la pérdida de Mosul en julio y tras otras grandes derrotas en Siria, el EI está quedando cada vez más arrinconado y con menos territorio en la frontera sirio-iraquí. Centenares de yihadistas están intentando cruzar la frontera con Turquía para huir de la zona. Se preparan para la siguiente fase del EI: la de un Estado Islámico sin Estado.