(Comparto una primera reflexión, en caliente, sobre la muerte del Comandante. Me enteré a noche, al cierre de la TV cubana y ví el discurso de Raúl. No pegué un ojo en toda la noche y salí corriendo al aeropuerto a cancelar mi retorno, programado para hoy Sábado al mediodía. Me quedo en Cuba hasta el Miércoles, y el Martes estaré en la gran despedida que se le hará a Fidel en la Plaza de la Revolución. Van unas pocas ideas, deshilvanadas, salidas más del corazón que de mi cerebro. Pero siento que no puedo guardarlas para mi fuero íntimo. ¡Hasta la victoria, siempre!)
(Por Atilio A. Boron) La desaparición física de Fidel hace que el corazón y el cerebro pugnen por controlar el caos de sensaciones y de ideas que desata su tránsito hacia la inmortalidad. Recuerdos que se arremolinan y se superponen, entremezclando imágenes, palabras, gestos (¡qué gestualidad la de Fidel, por favor!), entonaciones, ironías, pero sobre todo ideas, muchas ideas. Fue un martiano a carta cabal. Creía firmemente aquello que decía el Apóstol: trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras. Sin duda que Fidel era un gran estratega militar, comprobado no sólo en la Sierra Maestra sino en su cuidadosa planificación de la gran batalla de Cuito Cuanevale, librada en Angola entre diciembre de1987 y marzo de 1988, y que precipitó el derrumbe del régimen racista sudafricano y la frustración de los planes de Estados Unidos en África meridional.
Pero además era un consumado político, un hombre con una fenomenal capacidad para leer la coyuntura, tanto interna como internacional, cosa que le permitió convertir a su querida Cuba -a nuestra Cuba en realidad- en una protagonista de primer orden en algunos de los grandes conflictos internacionales que agitaron la segunda mitad del siglo veinte. Ningún otro país de la región logró algo siquiera parecido a lo que consiguiera Fidel. Cuba brindó un apoyo decisivo para la consolidación de la revolución en Argelia, derrotando al colonialismo francés en su último bastión; Cuba estuvo junto a Vietnam desde el primer momento, y su cooperación resultó de ser de enorme valor para ese pueblo sometido al genocidio norteamericano; Cuba estuvo siempre junto a los palestinos y jamás dudó acerca de cuál era el lado correcto en el conflicto árabe-israelí; Cuba fue decisiva, según Nelson Mandela, para redefinir el mapa sociopolítico del sur del continente africano y acabar con el apartheid. Países como Brasil, México, Argentina, con economías, territorios y poblaciones más grandes, jamás lograron ejercer tal gravitación en los asuntos mundiales. Pero Cuba tenía a Fidel …
Martiano y también bolivariano: para Fidel la unidad de América Latina y, más aún, la de los pueblos y naciones del por entonces llamado Tercer Mundo, era esencial. Por eso crea la Tricontinental en Enero de 1966, para apoyar y coordinar las luchas de liberación nacional en África, Asia y América Latina y el Caribe. Sabía, como pocos, que la unidad era imprescindible para contener y derrotar al imperialismo norteamericano. Que en su dispersión nuestros pueblos eran víctimas indefensas del despotismo de Estados Unidos, y que era urgente e imprescindible retomar los iniciativas propuestas por Simón Bolívar en el Congreso Anfictiónico de 1826, ya anticipadas en su célebre Carta de Jamaica de 1815. En línea con esas ideas Fidel fue el gran estratega del proceso de creciente integración supranacional que comienza a germinar en Nuestra América desde finales del siglo pasado, cuando encontró en la figura de Hugo Chávez Frías el mariscal de campo que necesitaba para materializar sus ideas. La colaboración entre estos dos gigantes de Nuestra América abrió las puertas a un inédito proceso de cambios y transformaciones que dio por tierra con el más importante proyecto económico y geopolítico que el imperio había elaborado para el hemisferio: el ALCA.
Estratega militar, político pero también intelectual. Raro caso de un jefe de estado siempre dispuesto a escuchar y a debatir, y que jamás incurrió en la soberbia que tan a menudo obnubila el entendimiento de los líderes. Tuve la inmensa fortuna de asistir a un intenso pero respetuoso intercambio de ideas entre Fidel y Noam Chomsky acerca de la crisis de los misiles de Octubre de 1962 o de la Operación Mangosta, y en ningún momento el anfitrión prestó oídos sordos a lo que decía el visitante norteamericano. Una imagen imborrable es la de Fidel participando en numerosos eventos escenificados en Cuba –sean los encuentros sobre la Globalización organizados por la ANEC; los de la Oficina de Estudios Martianos o la Asamblea de CLACSO en Octubre del 2003- y sentado en la primera fila de la platea, munido de un cuadernito y su lapicera, escuchando durante horas a los conferencistas y tomando cuidadosa nota de sus intervenciones. A veces pedía la palabra y asombraba al auditorio con una síntesis magistral de lo dicho en las cuatro horas previas, o sacando conclusiones sorprendentes que nadie había imaginado. Por eso le decía a su pueblo “no crean, lean”, fiel reflejo del respeto que sentía por la labor intelectual.
Al igual que Chávez, Fidel un hombre cultísimo y un lector insaciable. Su pasión por la información exacta y minuciosa era inagotable. Recuerdo que en una de las reuniones preparatorias de la Asamblea de Clacso del 2003 nos dijo: “recuerden que Dios no existe, pero está en los detalles” y nada, por insignificante que pareciera, debía ser librado al azar. En la Cumbre de la Tierra de Río (1992) advirtió ante el escepticismo o la sonrisa socarrona de sus mediocres colegas (Menem, Fujimori, Bush padre, Felipe González, etcétera) que la humanidad era “una especie en peligro” y que lo que hoy llamamos cambio climático constituía una amenaza mortal. Como un águila que vuela alto y ve lejos advirtió veinte años antes que los demás la gravedad de un problema que hoy está en la boca de cualquiera.
Fidel ha muerto, pero su legado –como el del Che y el de Chávez- vivirá para siempre. Su exhortación a la unidad, a la solidaridad, al internacionalismo antiimperialista; su reivindicación del socialismo, de Martí, su creativa apropiación del marxismo y de la tradición leninista; su advertencia de que la osadía de los pueblos que quieren crear un mundo nuevo inevitablemente será castigada por la derecha con un atroz escarmiento y que para evitar tan fatídico desenlace es imprescindible concretar sin demora las tareas fundamentales de la revolución, todo esto, en suma, constituye un acervo esencial para el futuro de las luchas emancipatorias de nuestros pueblos.
El fallecimiento del líder de la Revolución cubana ha dejado muestras de pena y dolor no solo en Cuba, sino a lo largo de todo el mundo. Sin embargo, las expresiones de júbilo de la colonia de exiliados cubanos de Miami también dieron la vuelta al mundo. Analistas políticos han contado a RT los motivos de esta actitud.
El exparlamentario británico y presentador del programa de RT 'Sputnik', George Galloway, afirma con rotundidad que Cuba "no era más que un casino" antes de la "Revolución comandada por Fidel Castro" y que "no hay país en el mundo al que más gente haya ido o quiera ir". Cree que esto es así porque "los iconos de Fidel Castro, Che Guevara, Camilo Cienfuegos y la Revolución cubana son algo realmente difícil de borrar".
Los logros de Cuba
George Galloway piensa que "es posible que los que bailan en Miami crean que se volverá a los casinos y burdeles de antes, pero se van a llevar una sorpresa". Para el exparlamentario británico, Cuba es "la oveja descarriada" que dio "esperanza al mundo".
El presentador añade: "Cuba es una increíble historia de éxito". La esperanza de vida en Cuba es más alta que en EE.UU. y tienen unos sistemas sanitario y educativo "completamente gratuitos de la cuna a la tumba" que se pueden comparar "con los de los países escandinavos". Como ejemplo, Galloway explica que "las mayores exportaciones de Cuba no son el tabaco o el ron, son los médicos", y que cada vez que hay una emergencia o un desastre, "los cubanos son los primeros en llevar ayuda y sustento a la gente".
El director de la organización británica Cuba Solidarity Campaign, Rob Miller, considera que "si eres pobre en la parte sur del planeta, te gustaría que tu hijo fuera cubano, porque en Cuba la sanidad y la educación son gratuitas para todo el mundo, sin importar raza, género o capacidad económica".
La visión de los exiliados y de los medios
Rob Miller valora la reacción de la diáspora cubana como "triste pero comprensible", pero "se trata de un millón de personas que se fue de la isla, frente a 11 millones que se quedaron". El motivo de su marcha y de su protesta es "que les devuelvan su riqueza, sus privilegios, sus plantaciones, las mansiones de las que disfrutaban antes de la Revolución de 1959".
Miller entiende que "habrá un proceso de normalización" en las relaciones entre ese millón de exiliados y los 11 millones de cubanos que viven en la isla a pocas millas de Florida.
Al ser preguntado no por la reacción de los medios de comunicación, Rob Miller responde que se encuentra dentro del "plan de agresión de la mayor potencia del mundo contra un pequeño estado caribeño" y que se basa en un razonamiento "anacrónico" que data de la Guerra Fría.
Después de Fidel
El historiador británico Martin McCauley entiende que "ni Cuba ni el comunismo" son ya una amenaza para EE.UU., y cree que Donald Trump "tendrá una actitud más relajada y pragmática hacia Cuba".
(Por Atilio A. Boron) La desaparición física de Fidel hace que el corazón y el cerebro pugnen por controlar el caos de sensaciones y de ideas que desata su tránsito hacia la inmortalidad."
La sorprendente faceta de Fidel Castro que casi nadie conoce
Publicado: 24 mar 2017 10:52 GMT | Última actualización: 24 mar 2017 21:43 GMT
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Antes de convertirse en el líder de la Revolución cubana, Castro se desenvolvió en otros ámbitos poco difundidos pero que han quedado registrados en filmaciones y libros.
Fidel Castro, el líder de la Revolución Cubana, falleció el 25 de noviembre de 2016.
Tommy Weber / AFP
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Fidel y el cine
En la web de base de datos de películas IMDB, el nombre de Fidel sale asociado a cuatro películas y a una extensa lista de documentales, entre los que se encuentran los realizados por el director estadounidense Oliver Stone: 'Comandante', de 2002, y 'Buscando a Fidel', 2003.
En declaraciones al diario La Jornada, Stone habló de la empatía de Fidel y de sus cualidades de conversador: "Es un actor fácil de dirigir que jamás dice 'stop, corten o necesito una pausa'".
Entre los actores preferidos del líder revolucionario, según dijo, estaban Brigitte Bardot, Gerard Depardieu, Charles Chaplin, Mario Moreno 'Cantinflas' y Sofía Loren.
En 1969, Castro promovió la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para dar una "gran batalla por la identidad, liberación, independencia y supervivencia latinoamericanas".
El escritor colombiano y Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, lo llamó "el cineasta menos conocido del mundo".
Mi insistencia en la exhaustividad de los contextos se debe a que son imprescindibles para entender la originalidad de los métodos de Fidel. Fidel es un genio político latinoamericano, un líder mundial del siglo XX. Predominará la admiración por sus métodos. Justamente desde esa perspectiva quiero comentar Palabras a los intelectuales.