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General: REFLEXIONES DE fIDEL .... lA MENTIRA TARIFADA ...
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 09/02/2014 10:17 |
La mentira tarifada
Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos.
En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.
No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina. Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea.
Todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles de origen vegetal, acumulados a lo largo de más de mil millones de años. La disponibilidad de energía procedente, en cambio, de la fusión nuclear de partículas de hidrógeno, tardará por lo menos 60 años. La acumulación de los gases de efecto invernadero continuará así creciendo a elevados ritmos y tras colosales inversiones en tecnologías y equipos.
Por otro lado se afirma que en el 2040, en apenas 27 años, muchas tareas que hoy realiza la policía como imponer multas y otras tareas, serían realizadas por robots. ¿Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un robot capaz de hacer millones de cálculos por minuto? En realidad era algo inimaginable años atrás.
Hace apenas unas horas, el lunes 26 de agosto, despachos de agencias clásicas bien conocidas por sus servicios sofisticados a Estados Unidos, se dedicaron a difundir la noticia de que Edward Snowden se había tenido que establecer en Rusia porque Cuba había accedido a las presiones de Estados Unidos.
Ignoro si alguien en algún lugar le dijo algo o no a Snowden, porque esa no es mi tarea. Leo lo que puedo sobre noticias, opiniones y libros que se publican en el mundo. Admiro lo valiente y justo de las declaraciones de Snowden, con lo que a mi juicio prestó un servicio al mundo al revelar la política repugnantemente deshonesta del poderoso imperio que miente y engaña al mundo. Con lo que no estaría de acuerdo es que alguien, cualesquiera que fuesen sus méritos, pueda hablar en nombre de Cuba.
La mentira tarifada. ¿Quién la afirma? El diario ruso “Kommersant” ¿Qué es este libelo? Según explica la propia agencia Reuters el diario cita a fuentes próximas al Departamento de Estado norteamericano: “el motivo de ello fue que en el último minuto Cuba informó a las autoridades que impidieran que Snowden tomara el vuelo de la aerolínea Aeroflot.
“Según el rotativo, […] Snowden pasó un par de días en el consulado ruso de Hong Kong para manifestar su intención de volar a Latinoamérica vía Moscú.” Si yo quisiera podría hablar de estos temas sobre los que conozco ampliamente.
Hoy observé con especial interés las imágenes del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su visita al buque insignia del destacamento ruso que visita a Venezuela después de su anterior escala en los puertos de La Habana y Nicaragua.
Durante la visita del Presidente venezolano a la nave me impresionaron varias imágenes gráficas. Una de ellas fue la amplitud de los movimientos de sus numerosos radares capaces de controlar las actividades operativas de la nave en cualquier situación que se presente.
Por otra parte, indagamos sobre las actividades del mercenario rotativo “Kommersant”. En su época fue uno de los más perversos medios al servicio de la extrema derecha contrarrevolucionaria, la cual disfruta que el gobierno conservador y lacayo de Londres envíe sus bombarderos a la Base Aérea en Chipre, listos para lanzar sus bombas sobre las fuerzas patrióticas de la heroica Siria, mientras en Egipto, calificado como el corazón del mundo árabe, miles de personas son asesinadas por los autores de un grosero golpe de Estado.
En esa atmósfera se preparan los medios navales y aéreos del imperio y sus aliados para iniciar un genocidio contra los pueblos árabes.
Es absolutamente claro que Estados Unidos tratará siempre de presionar a Cuba como hace con la ONU o cualquier institución pública o privada del mundo, una de las características de los gobiernos de ese país y no sería posible esperar de sus gobiernos otra cosa, pero no en balde se resisten 54 años defendiendo sin tregua —y el tiempo adicional que fuera necesario—, enfrentando el criminal bloqueo económico del poderoso imperio.
Nuestro mayor error es no haber sido capaz de aprender mucho más en mucho menos tiempo.
Fidel Castro Ruz Agosto 27 de 2013 8 y 34 p.m.
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35 .-
Declaración pública del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
21 octubre 2007
Bush está obsesionado con Cuba. Ayer se recibieron noticias de que un portavoz de la Casa Blanca anunció que el Presidente presentaría nuevas iniciativas para el “período de transición ya iniciado”. Otro portavoz del Departamento de Estado ratificó después lo mismo, reiterando el tono exigente y amenazante de Bush.
Como afirma Ricardo Alarcón, Presidente de nuestra Asamblea Nacional, compañero bien informado sobre los manejos e intenciones de Bush, detrás vendrían los pelotones de fusilamiento de la mafia cubanoamericana con permiso para matar a todo el que huela a militante consecuente del Partido, la Juventud y las organizaciones de masas.
Señor Bush:
Su bloqueo genocida, su apoyo al terrorismo, su Ley asesina de Ajuste Cubano, su política de pies secos y pies mojados, su protección a los mayores terroristas de este hemisferio, su injusto castigo a los Cinco Héroes cubanos que denunciaron el peligro que corrían ciudadanos norteamericanos y de otros países de morir en pleno vuelo deben cesar.
La soberanía no se negocia.
Deben cesar igualmente las torturas bochornosas que se llevan a cabo en el territorio ocupado de Guantánamo.
Nunca nos intimidaron sus amenazas de atacar preventiva y sorpresivamente a sesenta o más oscuros rincones del mundo. Ha podido ya apreciar sus frutos en un solo país: Iraq.
No ataque a otros, no amenace a la humanidad con una guerra nuclear. Los pueblos se defenderán y en esa hoguera perecerían todos.
Gracias por su atención.
Fidel Castro Ruz 21 de octubre de 2007. Hora: 6 y 12 a.m.
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Las elecciones
19 octubre 2007
Nuestras elecciones son la antítesis de las que tienen lugar en Estados Unidos, no un domingo, sino el primer martes de noviembre. Allí lo primero es ser muy rico, o contar con el apoyo de mucho dinero. Después, invertir sumas enormes en publicidad, que es experta en lavado de cerebros y reflejos condicionados. Aunque hay honrosas excepciones, nadie puede aspirar a ningún cargo importante si no dispone de millones de dólares.
Para ser electo Presidente, se necesitan cientos de millones, que salen de las arcas de los grandes monopolios. Puede triunfar el candidato con una minoría de los votos nacionales.
A las urnas acuden cada vez menos ciudadanos, ya que muchos prefieren laborar o dedicar el tiempo a otra cosa. Hay fraudes, trucos, discriminación étnica y hasta violencia.
El hecho de que vote más del 90% de los ciudadanos y los escolares custodien las urnas es algo inusitado, no puede ser creído si se trata de un “oscuro rincón del mundo”, agredido y bloqueado, que se llama Cuba. Así ejercitamos los músculos vigorosos de nuestra conciencia.
Fidel Castro Ruz
19 de octubre de 2007
Hora: 6:12 p.m.
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El silencio cómplice
10 octubre 2007
El mundo no puede darse el lujo de permitir que el drama de la guerra de la OTAN contra Yugoslavia sea olvidado por el silencio de quienes fueron actores y cómplices importantes de aquel brutal genocidio.
En la reunión de Clinton con Aznar el 13 de abril de 1999 en la Casa Blanca, donde se tomó la decisión de intensificar los bombardeos y se sugirió por Aznar atacar la televisión, la radio y otros puntos que costarían la vida a incontables civiles indefensos, estaban el presidente Clinton, el Consejero de Seguridad Nacional Sandy Berger, la Secretaria de Estado Madeleine Albright y otros colaboradores cercanos al Presidente, entre ellos el que recibió de Berger la orden de no tomar nota cuando se hablaba de Cuba.
Tal vez en declaraciones de prensa o en algún libro o memoria, algunos de ellos escribiera aisladamente sobre la aventura, pero no en el contexto de la situación de peligro real y guerras suicidas hacia los que Estados Unidos conduce a la humanidad. Existen documentos secretos para ser publicados dentro de 200 años como legado histórico de algún Presidente, cuando al paso que vamos ya no habrá publicidad ni lectores.
Han transcurrido menos de diez años desde entonces.
En Europa y en otras partes tienen muchos cómplices que guardan silencio.
Después del tercer mensaje a Milosevic, visitó Cuba el Ministro de Transporte de Italia, a quien recibí y con el que abordé directamente el asunto de la guerra contra Yugoslavia el 30 de marzo de 1999.
A continuación lo que le dije, según notas tomadas de nuestra conversación en presencia del personal de mi Oficina y del Ministerio de Relaciones Exteriores:
“Comencé preguntándole por qué habían invadido a Serbia. Cómo iban a encontrar una solución. Que en mi opinión era un gran error y los conduciría a un callejón sin salida si los serbios resistían. ¿Qué necesidad tenía Europa de desintegrar a Yugoslavia, que había llevado a cabo muchas reformas y que, estrictamente hablando, finalizada la Guerra Fría, no podía ser calificada como un Estado comunista ni mucho menos enemiga de Europa? Que Europa, por satisfacer la demanda del gobierno alemán, había promovido y apoyado la separación de Croacia, donde en realidad, durante la Segunda Guerra Mundial la Alemania nazi organizó los temibles grupos chetniks que cometieron infinidad de crímenes y masacres contra los serbios y el movimiento de liberación dirigido por Tito.
“Por esta complacencia y falta de previsión política, en medio de la euforia de los días de crisis del campo socialista y de la URSS, Europa desintegró a Yugoslavia, lo que condujo a episodios sangrientos y de modo especial a la larga y cruenta guerra de Bosnia y finalmente a la actual guerra de la OTAN contra Serbia. Como se había producido también la separación de Macedonia, que significó la mutilación de la mayor parte de la República Federativa de Yugoslavia. De este modo solo restaban Serbia, Montenegro y Kosovo.
“Como se conoce, durante decenas de años la población de origen albanés de Kosovo no cesó de crecer hasta constituir una amplia mayoría. Que en vida de Tito, bastante antes de su muerte, muchas familias serbias abandonaron Kosovo buscando seguridad ante numerosos actos de violencia que grupos extremistas de Kosovo cometían contra ellas. Se produjo en aquella época contra los serbios que vivían en Kosovo lo que hoy se califica como limpieza étnica.
“La innecesaria y sangrienta desintegración de Yugoslavia estimuló y desató los conflictos latentes entre la mayoría de origen albanés y la minoría serbia de Kosovo, que están en la base del problema actual.
“El pueblo serbio constituye el núcleo fundamental de lo que resta de la antigua Yugoslavia. Es un pueblo combativo y valiente que ha sido extraordinariamente humillado. Tenía la convicción de que Serbia habría aceptado una solución honorable y pacífica al problema de Kosovo sobre la base de una amplia autonomía.
“Los grupos moderados de Kosovo, actuando de forma inteligente y constructiva, apoyaban esa solución puesto que la presencia de una gran mayoría de población de origen albanés haría posible más tarde o más temprano el surgimiento de un Estado independiente por vías pacíficas. Europa sabe perfectamente que los grupos extremistas de Kosovo no querían esa solución; exigían la inmediata independencia y para ello deseaban la intervención de las fuerzas de la OTAN.
“Es injusto cargar toda la responsabilidad sobre Serbia. Serbia no ha invadido ningún país soberano. Se ha opuesto, en esencia, a la presencia militar de tropas extranjeras en su territorio. A lo largo de meses, especialmente en las últimas semanas, no se hizo otra cosa que amenazarla constantemente. Se le exigía la rendición incondicional. A ningún país se le puede tratar de esa forma, y menos aún al pueblo que en los tiempos de la Europa ocupada luchó con más heroísmo contra los nazis y tiene gran experiencia en la guerra irregular.
“Si los serbios resisten ?y tengo la convicción de que van a resistir?, a la OTAN no le quedaría otra alternativa que un genocidio; pero un genocidio que no tendría éxito por dos razones:
“Primero: no podrían derrotar al pueblo serbio si aplica toda su experiencia y su doctrina de lucha irregular.
“Segundo: La opinión pública de los propios países de la OTAN no lo permitiría.
“No es cuestión de divisiones acorazadas, bombarderos invisibles, misiles Tomahawks y Cruceros o cualquier otra arma de las llamadas inteligentes. Tendría que lanzarse un misil o una bomba por cada hombre capaz de portar un fusil, una bazuka o un arma antiaérea portátil.
Todo el poder de la OTAN en ese caso estaría de más. Hay guerras de las galaxias y guerras en tierra. Pese a todos los adelantos tecnológicos, el combatiente individual tendría el peso principal en ese tipo de lucha.
“Aparte de Kosovo, un problema mucho más grande se está gestando en perjuicio de los intereses de Europa y del mundo. A Rusia se le ha humillado terriblemente. La OTAN avanzó ya hasta las fronteras de lo que fue la URSS. Promete incluir a otros Estados del antiguo campo socialista, e incluso a los países bálticos que fueron parte de la Unión Soviética. Los rusos tienen toda la razón para pensar que no se detendrían hasta las murallas del Kremlin.
“Los rusos son eslavos al igual que los serbios, y este sentimiento es muy fuerte entre esos pueblos. Los ataques contra Serbia constituyen para ellos una enorme humillación, y han provocado más que ningún otro hecho profundos y justificados sentimientos de inseguridad no sólo para ellos sino también para otros países como la India y China, que lógicamente tratarán de unirse a Rusia para garantizar su seguridad. No creo que los rusos dejen de hacer todo lo que sea necesario para preservar una capacidad de respuesta como única garantía ante lo que está ocurriendo.
“Ni Europa ni el mundo, con sus actuales y agobiantes problemas económicos, ganarían absolutamente nada con este curso de los acontecimientos.
“Hace breves días, en la madrugada del viernes 26 de marzo, al regresar anticipadamente de Colombia hacia la URSS, hizo escala en el Aeropuerto de La Habana, el Presidente de la DUMA del Estado de la Federación Rusa, Guennadi Selezniov. Por mi propia iniciativa abordé estos problemas. Le dije que no había ninguna solución militar posible, que sin duda cualquier esfuerzo por apoyar militarmente a Serbia conduciría inevitablemente a una guerra general, por cuanto los únicos medios con que cuentan hoy para hacerla no son los convencionales; que la batalla era de carácter político y no militar.
“El propio Selezniov informó públicamente sobre este punto de vista que le comuniqué.
“Tanto Europa como el mundo tienen el deber de buscar esa solución que, aunque difícil y compleja, es perfectamente posible. Si en vez de dedicarse por entero a amenazar a Serbia con terribles bombardeos hubiesen presionado a los extremistas de Kosovo, se habría podido encontrar esa solución. Sólo la OTAN puede frenar a los extremistas de Kosovo si lo hace de forma franca y categórica. No se trata de utilizar las armas para ello, sino de advertirlo de tal forma que no les quepa la menor duda de que no contarán con su apoyo. Indiscutiblemente que las bombas que se lanzan sobre Serbia desde hace una semana no contribuirán jamás a ese esfuerzo disuasivo.
“Por otro lado, considero un grave error de la política que tanto Estados Unidos como Europa están siguiendo de mantener a Rusia al borde del abismo en el campo económico, tratando de imponerle las fórmulas imposibles del Fondo Monetario Internacional.
“Occidente no habla de los 300 mil millones de dólares que han sido robados en Rusia y trasladados a Portugal, España, Francia, Italia, Austria y otros países. Quince veces más que la mísera suma de 20 mil millones que lleva ya meses discutiéndose como préstamo del Fondo Monetario Internacional. De ese saqueo despiadado de las riquezas rusas, Occidente no está exento de culpa con los métodos y modelos de políticas económicas que recomendó o impuso a Rusia.
“Una explosión interna en Rusia sería catastrófica. A esto se añade el avance de la OTAN que ya mencioné, el proyecto de cancelar el Acuerdo sobre Defensa Antimisiles Estratégicos, y ahora la increíble humillación del ataque lanzado por las poderosas fuerzas de la OTAN contra un pequeño país como Serbia.
“Que estaba contra todo tipo de genocidio o de matanza, vengan de donde vengan, y que todas las etnias y religiones deben ser acreedoras, sin excepción alguna, al respeto de su derecho a la vida, la cultura y la paz.
“Si me he tomado la libertad de explicar esto es porque pienso en el deber de advertir estos peligros y la necesidad de solucionarlos.
Exponerlo no perjudica absolutamente a nadie y puede beneficiar, en cambio, a todos. Reiteré mi convicción de que los serbios resistirán, y que aunque no resulta nada fácil negociar con un país sobre el que se han lanzado miles de bombas y cuyo honor, dignidad y economía han sido duramente golpeados, una solución pacífica es a mi juicio posible.
“A la OTAN ya no le quedan prácticamente objetivos militares que golpear, tal vez solo tropas concentradas o en movimiento, y nada es más fácil en el mundo que dispersarlas para desarrollar otro tipo de guerra sin que puedan destruirlas con golpes aéreos.
“Europa sabe que la lucha por tierra sería muy costosa en vidas humanas y además inútil. Que si los serbios aplican la propia concepción que nosotros aplicaríamos en nuestro país en caso de una invasión de Estados Unidos, en lo cual demostraron ya extraordinaria experiencia, la guerra desatada por la OTAN sería inútil y repulsiva, destinada a la condena universal contra un genocidio en pleno corazón de Europa.”
Hoy es un glorioso día patrio, la fecha en que Carlos Manuel de Céspedes inició la guerra de independencia contra la metrópoli española.
En su ejemplo se inspiraron las generaciones posteriores de cubanos. La lección que nos impone es el deber de pensar y luchar contra los peligros que amenazan en la actualidad a la especie humana.
Fidel Castro Ruz
10 de octubre de 2007
7:55 p.m.
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Mensajes 2 y 3 a Milosevic y su respuesta
4 octubre 2007
El 2 de abril de 1999 envié a través de nuestra Misión en ONU el segundo mensaje a Milosevic:
“Sería aconsejable no enjuiciaran a los tres prisioneros norteamericanos. La opinión pública internacional está muy sensibilizada y se generaría un fuerte movimiento en contra de los serbios.”
El 5 de abril de 1999 le transmití un tercer mensaje a través de nuestras Misiones en ONU y Yugoslavia:
“Los felicitamos por la decisión tomada con los tres prisioneros según informan las agencias de prensa. Es muy inteligente y correcta la promesa de tratarlos bien y liberarlos cuando cesen los bombardeos. Ha destruido la maniobra que venía realizando Estados Unidos para sensibilizar contra Serbia a la opinión pública interna que está muy dividida en relación con la agresión. Los despiadados bombardeos contra objetivos civiles y la heroica resistencia del pueblo serbio están causando impacto dentro y fuera de Europa incluso en el seno de la propia OTAN.”
El propio día 5 se recibe la respuesta oficial de Milosevic a través de su Embajador en la ONU:
"Deseo extender mi gratitud al Presidente y al pueblo de la República de Cuba por su simpatía y solidaridad con nuestro pueblo y país, víctimas de la agresión Estados Unidos-OTAN. “Espero la continuación de sus muy útiles esfuerzos con líderes de los estados, especialmente con los líderes de los países No Alineados para que comprendan el peligro extremo que se deriva del precedente creado con la agresión Estados Unidos-OTAN contra la soberanía y la independencia de un pequeño país, para las relaciones internacionales en su conjunto. Quiero invitarlo y pedirle que envíe un mensaje personal a los presidentes Mandela, Nujoma, Mugabe, Obasanjo, Rawlings y Vajpayee para pedirles que condenen la agresión, y si ya lo han hecho, pedirles que repitan esa condena porque la agresión sigue rechazándose, a fin de movilizar el apoyo más amplio posible de los No Alineados a Yugoslavia en este momento tan importante. Reciba mis más cálidos sentimientos y saludos. Con relación a los 3 militares norteamericanos prisioneros, aprecio mucho su amistosa sugerencia y deseo informarle que estos soldados penetraron fuertemente armados en el territorio yugoslavo en profundidad utilizando algunos vehículos blindados. Las investigaciones sobre este hecho están en marcha. Ellos están siendo tratados de forma humana y seria. Su sugerencia ha sido entendida y prácticamente aceptada. No tenemos apuro en llevar a los soldados ante la justicia. No lo haremos ahora. Quizás luego, o quizás no lo hagamos. No lo haremos con apuro."
Fidel Castro Ruz
4 de octubre de 2007
6:23 p.m.
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La respuesta de Milosevic
2 octubre 2007
En la reflexión del lunes 1º de octubre les hablé del mensaje que envié a Milosevic el 25 de marzo de 1999.
El 30 de marzo recibí de Milosevic las siguientes palabras:
“Excelentísimo Señor Presidente:
"Con atención y sincero agradecimiento recibí su mensaje del 25 de marzo de 1999. Agradezco sus fuertes palabras de apoyo y estímulo a Yugoslavia, también la condena a la agresión de la OTAN expresada por Cuba y sus representantes, especialmente en los foros de Naciones Unidas. La República Federal de Yugoslavia (RFY) está expuesta a una agresión de Estados Unidos y la OTAN, la mayor en el mundo desde los tiempos de las agresiones de Hitler. Se ha cometido crimen no sólo contra la República Federal de Yugoslavia como un Estado pacífico, soberano e independiente, sino también una agresión contra todo lo que tiene valor en el mundo a las puertas del siglo XXI: al sistema de Naciones Unidas, al Movimiento de Países No Alineados, a las bases del orden de legalidad, a los derechos humanos y a la civilización en general. Me siento orgulloso de poder comunicarle que la agresión sólo ha homogeneizado y fortalecido la decisión de los pueblos de Yugoslavia de resistir y defender la libertad, soberanía e integridad territorial. Nuestras fuerzas armadas y el pueblo están decididos y dispuestos a cumplir su tarea. Por ello para nosotros es bienvenida y además necesaria la solidaridad y ayuda de los amigos en todo el mundo, de la forma más amplia y fuerte posible.
"El comportamiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respecto a la agresión de la OTAN a la RFY es una derrota para las Naciones Unidas. Es un signo muy malo y una gran advertencia para todo el mundo, en especial para países medianos y pequeños, aunque no sólo para ellos. Estoy seguro que usted conoce que la RFY y la República Serbia continuadamente y de forma sincera se empeñaron en buscar una solución política para Kosovo y Metohja y en interés de todas las comunidades nacionales que viven allí y que respetan nuestro orden constitucional. Le ruego, señor Presidente, que la amistad de Cuba continúe con su acción en el seno del Movimiento para convocar al Buró de Coordinación de los No Alineados y que el grupo de amigos condene resueltamente la agresión de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia. Estoy convencido también de que su prestigio personal sería de gran utilidad para estimular a países de América Central y del Sur, así como a los países No Alineados en general, a que levanten su voz en una fuerte condena a esta agresión vandálica. Una vez más, en agradecimiento a la solidaridad y apoyo a la RFY, expreso la esperanza de que permaneceremos en contacto cercano. Reciba, señor Presidente, la expresión del más profundo respeto.
“Firma Slobodan Milosevic.”
Hubo en realidad dos guerras, una de las cuales no ha concluido, y dos fatídicos encuentros de Aznar, uno con Clinton y otro con Bush. Dos recorridos idénticos del primero vía Ciudad México-Washington y vía Ciudad México-Texas con el mismo objetivo e igual falta de principios éticos, en los que Aznar se autoasigna el papel de coordinador bélico de los mutables presidentes de Estados Unidos.
Fidel Castro Ruz
2 de octubre de 2007
5:32 p.m.
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Las guerras ilegales del imperio
1 octubre 2007
Cuando se inicia la guerra de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Kosovo, Cuba definió de inmediato su posición en la primera página del periódico Granma, el 26 de marzo de 1999. Lo hizo a través de una Declaración de su Ministerio de Relaciones Exteriores con el título de “Cuba convoca a poner fin a la injustificada agresión de la OTAN contra Yugoslavia.”
Tomo párrafos esenciales de aquella Declaración:
“Después de un conjunto de dolorosos y muy manipulados sucesos políticos, prolongados enfrentamientos armados y complejas y poco transparentes negociaciones en torno a la cuestión de Kosovo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte lanzó al fin su anunciado y brutal ataque aéreo contra la República Federativa de Yugoslavia, cuyos pueblos fueron los que más heroicamente lucharon en Europa contra las hordas nazis en la Segunda Guerra Mundial. “Esta acción, concebida como ‘castigo al gobierno yugoslavo’, se realiza al margen del Consejo de Seguridad de la ONU.
[…]
“La guerra lanzada por la OTAN reaviva los justos temores de la humanidad por la conformación de un unipolarismo insultante, regido por un imperio guerrerista, erigido a sí mismo en policía mundial y capaz de arrastrar a las acciones más descabelladas a sus aliados políticos y militares, de manera similar a como ocurriera a principios y en la primera mitad de este siglo con la creación de bloques belicistas que cubrieron de destrucción, muerte y miseria a Europa, dividiéndola y debilitándola, en tanto los Estados Unidos fortalecían su poderío económico, político y militar. “Cabe preguntarse si el uso y el abuso de la fuerza solucionarán los problemas del mundo y defenderán los derechos humanos de las personas inocentes que hoy mueren bajo los misiles y las bombas que están cayendo sobre un pequeño país de esa culta y civilizada Europa. “El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba condena enérgicamente esta agresión de la OTAN contra Yugoslavia, liderada por los Estados Unidos
[…]
“En estos momentos de sufrimiento y dolor para los pueblos de Yugoslavia, Cuba convoca a la comunidad internacional a movilizar sus esfuerzos para poner inmediato fin a esta injustificada agresión, evitar nuevas y aún más lamentables pérdidas de vidas inocentes y permitirle a esta nación retomar la vía pacífica de las negociaciones para la solución de sus problemas internos, asunto que depende única y exclusivamente de la voluntad soberana y la libre determinación de los pueblos yugoslavos.
[…]
“La ridícula pretensión de imponer soluciones por la fuerza es incompatible con todo razonamiento civilizado y los principios esenciales del derecho internacional.
[…]
De continuarse por este camino, las consecuencias podrían ser impredecibles para Europa y para toda la humanidad.”
Con motivo de estos hechos, había enviado el día anterior un mensaje al presidente Milosevic, a través del embajador yugoslavo en La Habana y de nuestro embajador en Belgrado. “Le ruego comunique al presidente Milosevic lo siguiente:
"Después de analizar cuidadosamente todo lo que está sucediendo y los orígenes del actual y peligroso conflicto, nuestro punto de vista es que se está cometiendo un gran crimen contra el pueblo serbio y, a la vez, un enorme error de los agresores, que no podrán sostener, si el pueblo serbio, como en su heroica lucha contra las hordas nazis, es capaz de resistir.
“De no cesar tan brutales e injustificables ataques en pleno corazón de Europa, la reacción mundial será aún mayor y mucho más rápida que la que desató la guerra en Vietnam. “Como en ninguna otra ocasión en los últimos tiempos, poderosas fuerzas e intereses mundiales están conscientes de que tal conducta en las relaciones internacionales no puede continuar.
“Aunque no tengo relación personal con él, he meditado mucho sobre los problemas del mundo actual, creo tener un sentido de la historia, un concepto de la táctica y la estrategia en la lucha de un pequeño país contra una gran superpotencia y siento un odio profundo hacia la injusticia, por lo que me atrevo a transmitirle una idea en tres palabras:
“Resistir, resistir y resistir".
“25 de marzo de 1999.”
Fidel Castro Ruz.
1º de octubre de 2007
6:14 p.m.
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El silencio de Aznar
29 septiembre 2007
En una mesa redonda transmitida por la televisión cubana que tuvo lugar el 25 de abril del 2003, revelé que el entonces presidente del gobierno español José María Aznar, aliado de la superpotencia en genocidios y masacres, se había reunido con el presidente William Clinton el 13 de abril de 1999, en un momento incierto de la guerra contra Yugoslavia, y le expresó textualmente:
“Si estamos en una guerra, hagámosla completamente, para ganarla y no sólo un poco. Si necesitamos persistir durante un mes, tres meses, hagámoslo. No entiendo por qué no hemos bombardeado todavía la radio y la televisión serbias.”
Sobre esto, tanto Aznar como los voceros del gobierno de Estados Unidos, han guardado silencio. Todo lo que sigue se publica por primera vez. Otros materiales, tanto públicos como confidenciales, los utilizaré en sucesivas reflexiones.
[...]
“AZNAR: Voy a hablar sinceramente. Como ya dije al presidente Clinton, lo único que no puede pasar es que la OTAN no gane ahora. Ahora la OTAN se está jugando no ya su credibilidad sino su propia existencia. Si este conflicto se hubiera planteado hace 30 años, no hubiésemos intervenido. En Europa siempre ha habido limpiezas étnicas, enfrentamientos entre minorías y mayorías, disputas religiosas. Ahora ya esto no se puede permitir. Desde el punto de vista político, nunca estaremos a favor de la independencia de Kosovo por lo que dijimos antes.”
Refiriéndose a Chirac, presidente de Francia, dijo:
“Le hablaré mañana en Bruselas. Cuando quiero tener un buen rato con Chirac, empiezo diciéndole que ‘estos americanos son realmente horribles’. Hace tres semanas cené con él en el Elíseo. No sé qué le había pasado con ustedes, pero hablaba pestes. Le dije que bien, pero que yo no venía a hablar de eso.
“Mi idea es que para ganar esta guerra hay que cortar las comunicaciones entre el gobierno de Belgrado y el pueblo. Es vital cortar todas las comunicaciones de Serbia, radio, televisión y teléfono.
“Por otro lado, tenemos que reestructurar nuestra política de información. La política de información de la OTAN es un desastre. Damos la impresión de que nos hemos embarcado en una aventura y no en una guerra. Hay verdaderas lagunas en la comunicación. Hay que avanzar al máximo, cortar todos los suministros y las comunicaciones con paciencia.
“Hay que tener cuidado con Italia y con Grecia. Italia se está viendo muy afectada en su tráfico aéreo y turismo. D’Alema está haciendo un trabajo bueno, teniendo en cuenta sus circunstancias. No hay que dejarle que caiga en soluciones fáciles.
“Tenemos que incrementar la ayuda humanitaria. La contrapartida a los bombardeos es que nuestros ciudadanos perciban la eficacia de nuestra labor humanitaria.
“No tendría sentido cambiar de posición ahora. Ayer hablé con Annan. Le vi muy serio en sus planteamientos. Yo le insistí mucho en esto a Annan. Podemos ser flexibles pero no podemos dar la impresión de que la OTAN se retira.
“Podemos ser flexibles sobre si la OTAN dirigiría o no esa fuerza, pero no podemos contentarnos con la vuelta de los observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). Además de visibilidad, debe de haber garantía.
“Hay que mantener la estrategia, para ver si es posible que sea derrocado internamente.” (Se refiere al Presidente de Serbia, Slobodan Milosevic)
“Si algunos de sus generales temen que pueden ser acusados ante el Tribunal de La Haya, tal vez cooperen.
Milosevic probablemente intentará lograr un acuerdo. Debemos tratar de que ese acuerdo sirva para debilitar y no para reforzar el poder.
“No tenemos que mencionar siquiera el tema de la operación terrestre.
“Todo el mundo comprende que se estén haciendo planes, lo contrario sería ilógico. Si nuestra estrategia actual no da resultado, habría que explorar otras. Hay que mantenerla sobre la mesa. Si todo lo que estamos haciendo sigue sin dar solución, en los próximos meses habrá que intervenir. Pero tendría que ser una acción no sólo limitada a Kosovo. Sino que abarcaría otras zonas de la República Federativa de Yugoslavia entrando incluso a través de Bosnia y de Hungría. El presidente de Hungría es un líder joven e inteligente, me dijo que el éxito será imposible si no ocurre lo siguiente: Milosevic fuera del poder, Kosovo partido y revisión de la política en Bosnia?Herzegovina con separación de las entidades; República Serbia unida a Serbia, parte Croata a Croacia y parte musulmana independiente. No estoy de acuerdo con este planteamiento. Pero creo que la idea está ganando terreno en los países de la zona. Es muy difícil que los serbios y los albaneses puedan volver a vivir juntos de nuevo. Debemos seguir haciendo lo que estamos haciendo; pero llevamos ya muchos años en Bosnia y no sabemos cuándo podremos salir de allí. Tal vez los albaneses acepten la fórmula de una confederación pero será imposible si se mantiene Milosevic.
“Si no hay garantía de una cierta presencia serbia en las zonas que simbolizan el nacimiento de su civilización, no lo aceptarán.
Surgirá el irredentismo sobre el ‘territorio a liberar’.
“Lo primero es ganar la guerra, y luego veremos.”
[...] Le pido al señor Aznar que diga si es o no cierto que aconsejó al presidente Clinton el 13 de abril de 1999 bombardear la radio y la televisión serbias.
Fidel Castro Ruz
29 de septiembre del 2007
8:36 p.m.
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Un argumento más para la ONU
27 septiembre 2007
Mientras trabajo con el ya famoso libro de Greenspan, leo un artículo publicado por El País, órgano español de prensa con más de 500 mil ejemplares según se afirma, que deseo transmitir a los lectores. Está firmado por Ernesto Ekaizer, y dice textualmente:
“Cuatro semanas antes de la invasión de Irak, que se produjo en la noche del 19 al 20 de marzo de 2003, George W. Bush mantenía en público su exigencia a Sadam Hussein en los siguientes términos: desarme o guerra. A puerta cerrada, Bush reconocía que la guerra era inevitable. Durante una larga conversación privada con el entonces presidente español, José María Aznar, celebrada el sábado 22 de febrero de 2003 en el rancho de Crawford, Tejas, Bush dejó claro que había llegado el momento de deshacerse de Sadam. ‘Quedan dos semanas. En dos semanas estaremos militarmente listos. Estaremos en Bagdad a finales de marzo’, le dijo a Aznar.
"Llegó el momento de deshacerse de Sadam"
“Dentro de este plan, Bush había terminado por aceptar, el 31 de enero de 2003 ?tras una entrevista con el primer ministro británico, Tony Blair?, introducir una última maniobra diplomática: la propuesta de una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su objetivo: abrir la puerta legal a la guerra unilateral que Estados Unidos se aprestaba a desencadenar con más de 200.000 soldados preparados en la región para atacar.
“Bush era consciente de las dificultades internas de Blair y no desconocía las de Aznar. Sólo siete días antes de esa reunión en el rancho de Crawford, tres millones de personas se manifestaban en varias ciudades de España contra la guerra inminente. ‘Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública’, pide Aznar. Bush le explica el alcance de la nueva resolución que piensa presentar: ‘La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido’. A lo que Aznar responde: ‘Nos ayudaría ese texto para ser capaces de copatrocinarlo y ser sus coautores y conseguir que mucha gente lo patrocine’. Aznar, pues, se ofrece a dar cobertura política europea a Bush, en unión con Blair. El sueño de Aznar de cimentar una relación con Estados Unidos, siguiendo el ejemplo del Reino Unido, estaba a punto de hacerse realidad.
“Aznar había viajado el 20 de febrero con su esposa, Ana Botella, a Estados Unidos haciendo una escala en México para persuadir ?infructuosamente? al presidente Vicente Fox de la necesidad de apoyar a Bush. El 21, la pareja, acompañada por los colaboradores del presidente, llegó a Tejas. Aznar y su esposa se alojaron en la casa de invitados del rancho.
“En la reunión del día siguiente, sábado, participaron el presidente Bush, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el responsable de asuntos europeos del Consejo de Seguridad Nacional, Daniel Fried. Por su parte, acompañan a Aznar su asesor de política internacional, Alberto Carnero, y el embajador de España en Washington, Javier Rupérez. Bush y Aznar mantuvieron, como parte del encuentro, una conversación telefónica a cuatro bandas con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.
“El embajador Rupérez tradujo del inglés para Aznar y también del italiano para Condoleezza Rice; otras dos intérpretes hicieron su trabajo para Bush y sus colaboradores. Fue Rupérez quien se encargó de elaborar el acta-resumen de la conversación en un memorándum que ha permanecido secreto hasta hoy.
“La conversación impresiona por su tono directo, amigable y hasta amenazador, cuando, por ejemplo, se refiere a la necesidad de que países como México, Chile, Angola, Camerún y Rusia, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, voten la nueva resolución como una muestra de amistad hacia Estados Unidos o se atengan a las consecuencias.
“Se advierte la nula expectativa en el trabajo de los inspectores, cuyo jefe, Hans Blix, había desmontado hacía sólo una semana, el 14 de febrero, los argumentos expuestos por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad el 5 de febrero de 2003, con ‘datos sólidos’ apoyados calurosamente por la ministra de Exteriores española, Ana Palacio. Unos datos que el propio Powell calificó, más tarde, como un conjunto de falsedades.
“El informe de Blix”
“Según Blix, Irak estaba dando pasos hacia una cooperación activa para resolver los temas de desarme pendientes. Su tono había sido menos crítico que el de su informe del 27 de enero de 2003. ‘Desde que llegamos a Irak hace tres meses hemos realizado más de 400 inspecciones sin previo aviso en unos 300 lugares. Hasta ahora, los inspectores no han encontrado ninguna de las armas prohibidas… Si Irak se decide a cooperar todavía más estrechamente el periodo de desarme a través de las inspecciones puede todavía ser breve’, señalaba el jefe de inspectores.
“El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó el 14 de febrero de que todavía quedaban por aclarar algunas cuestiones técnicas; pero, añadió, ‘no quedan ya problemas de desarme por resolver’. Según dijo, no se había hallado prueba alguna de que en Irak se estuvieran llevando a cabo actividades nucleares o relativas a la energía nuclear, otro claro mentís de lo que afirmó Powell sobre el programa nuclear iraquí.
“Tanto los primeros frutos de la labor de inspección como la finalización de los preparativos de Estados Unidos llevaron a Bush a fijar el comienzo de la operación militar hacia la fecha del 10 de marzo de 2003, a la cual se añadieron nueve días para obtener la segunda resolución. El proceso de persuasión moral al cual se abocaron Aznar y Palacio a golpe de teléfono y en reuniones bilaterales no logró reunir más que cuatro votos: los tres promotores y Bulgaria. Eran necesarios 9 votos.
“El fracaso de esta cobertura legal de la guerra inminente llevó a Bush a acordar con Blair y Aznar la celebración, el 16 de marzo de 2003, de una cumbre en las Islas Azores, lugar sugerido por Aznar como alternativa a las islas Bermudas por una razón que él mismo explicó a Bush: ‘El solo nombre de esas islas va asociado a una prenda de vestir que no es precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontramos’. Allí, ese 16 de marzo, Bush, Blair y Aznar decidieron sustituir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y usurparon sus funciones para declarar por su cuenta y riesgo la guerra contra Irak. En la mañana del 17 de marzo, el embajador del Reino Unido ante la ONU anunciaba en Nueva York la retirada de la segunda resolución. Una derrota en la votación hubiera complicado más la carrera hacia la guerra.”
Fidel Castro Ruz
Septiembre 27 del 2007
7:25 p.m.
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Reflexiones de Fidel – Tomo 3 (+PDF)
18 septiembre 2007
Reflexiones de Fidel (Tomo 3) Del 3 de agosto de 2007 al 18 de septiembre de 2007
Portada: Reflexiones de Fidel (Tomo 3)
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Mentiras deliberadas, muertes extrañas y agresión a la economía mundial
18 septiembre 2007
En una reflexión hablé de barras de oro depositadas en los sótanos de las Torres Gemelas. Esta vez el tema es bastante más complejo y difícil de creer. Hace casi cuatro décadas científicos residentes en Estados Unidos descubrieron Internet, del mismo modo que Albert Einstein, nacido en Alemania, descubrió en su tiempo la fórmula para medir la energía atómica.
Einstein era un gran científico y humanista. Contradijo las leyes físicas, hasta entonces sagradas, de Newton. Sin embargo, las manzanas siguieron cayendo en virtud de la ley de la gravedad definida por este. Eran dos formas diferentes de observar e interpretar la naturaleza, de la cual se poseían muy pocos datos en los días de Newton. Recuerdo lo que leí hace más de 50 años sobre la famosa teoría de la relatividad elaborada por Einstein: la energía es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz, que se denomina C: E=MC². Existía el dinero de Estados Unidos y los recursos necesarios para realizar tan costosa investigación. El tiempo político debido al odio generalizado por las brutalidades del nazismo en la nación más rica y productiva de un mundo destruido por la contienda, convirtió aquella fabulosa energía en bombas que fueron arrojadas sobre las poblaciones indefensas de Hiroshima y Nagasaki, ocasionándoles cientos de miles de muertos y un número similar de personas irradiadas que fallecieron en el transcurso de los años posteriores. Un ejemplo claro del uso de la ciencia y la tecnología con los mismos fines hegemónicos se describe en un artículo del ex oficial de Seguridad Nacional de Estados Unidos Gus W. Weiss, aparecido originalmente en la revista Studies in Intellligence, en 1996, aunque con real difusión en el año 2002, titulado Engañando a los soviéticos. En él Weiss se atribuye la idea de hacerle llegar a la URSS los softwares que necesitaba para su industria, pero ya contaminados con el objetivo de hacer colapsar la economía de aquel país. Según notas tomadas del capítulo 17 del libro Al borde del abismo: Historias de la guerra fría contadas desde adentro, de Thomas C. Reed, ex secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Leonid Brezhnev le dijo a un grupo de altos funcionarios del Partido en 1972: “Nosotros los comunistas tenemos que seguir arando con los capitalistas durante algún tiempo. Necesitamos sus créditos, su agricultura y su tecnología; pero vamos a continuar grandes programas militares, y para mediados de los 80 estaremos en posición de volver a una política exterior agresiva, diseñada a tener ventaja sobre el Oeste.” Esta información fue confirmada por el Departamento de Defensa en audiencias ante el Comité de la Cámara sobre la Banca y la Moneda en 1974.
A principios de los 70 el gobierno de Nixon planteó la idea de la distensión. Henry Kissinger tenía la esperanza de que “con el tiempo, el comercio y las inversiones pudieran reducir la tendencia del sistema soviético a la autarquía”; él consideraba que la distensión podría “invitar a la gradual asociación de la economía soviética con la de la economía mundial y así fomentar la interdependencia que añade un elemento de estabilidad a la relación política”.
Reagan se inclinaba a ignorar las teorías de Kissinger sobre la distensión y a tomarle la palabra al presidente Brezhnev, pero se eliminaron todas las dudas el 19 de julio de 1981, cuando el nuevo Presidente de Estados Unidos se reunió con el presidente François Mitterrand, de Francia, en la cumbre económica del G‑7 en Ottawa. En una conversación aparte, Mitterrand le informó a Reagan acerca del éxito de sus servicios de Inteligencia al reclutar a un agente de la KGB. El hombre pertenecía a una sección que evaluaba los logros de los esfuerzos soviéticos para adquirir tecnología de Occidente. Reagan expresó gran interés en las delicadas revelaciones de Mitterrand y también su agradecimiento por su oferta de hacerle llegar el material al gobierno de Estados Unidos.
El dossier, bajo el nombre de Farewell, llegó a la CIA en agosto de 1981. Dejaba claro que los soviéticos llevaban años realizando sus actividades de investigación y desarrollo. Dada la enorme transferencia de tecnología en radares, computadoras, máquinas-herramientas y semiconductores de Estados Unidos a la Unión Soviética, podría decirse que el Pentágono estaba en una carrera armamentista consigo mismo.
El Dossier Farewell también identificaba a cientos de oficiales de casos, agentes en sus puestos y otros suministradores de información a través de Occidente y Japón. Durante los primeros años de la distensión, Estados Unidos y la Unión Soviética habían establecido grupos de trabajo en agricultura, aviación civil, energía nuclear, oceanografía, computadoras y medio ambiente. El objetivo era comenzar a construir “puentes de paz” entre las superpotencias. Los miembros de los grupos de trabajo debían intercambiar visitas a sus centros.
Aparte de la identificación de agentes, la información más útil aportada por el Dossier la constituía la “lista de compras” y sus objetivos en cuanto a la adquisición de tecnología en los años venideros. Cuando el Dossier Farewell llegó a Washington, Reagan le pidió al Director de la CIA, Bill Casey, que ideara un uso operativo clandestino del material.
La producción y transporte de petróleo y gas era una de las prioridades soviéticas. Un nuevo gasoducto transiberiano debía llevar gas natural desde los yacimientos de gas de Urengoi en Siberia a través de Kazajstán, Rusia y Europa oriental hasta los mercados de divisas de Occidente. Para automatizar la operación de válvulas, compresores e instalaciones de almacenaje en una empresa tan inmensa, los soviéticos necesitaban sistemas de control sofisticados. Compraron computadoras de los primeros modelos en el mercado abierto, pero cuando las autoridades del gasoducto abordaron a Estados Unidos para adquirir el software necesario, fueron rechazados. Impertérritos, los soviéticos buscaron en otra parte; se envió un operativo de la KGB a penetrar un proveedor canadiense de softwares en un intento por adquirir los códigos necesarios. La inteligencia estadounidense, avisada por el agente del Dossier Farewell, respondió y manipuló el software antes de enviarlo.
Una vez en la Unión Soviética, las computadoras y el software, trabajando juntos, hacían operar el gasoducto maravillosamente. Pero esa tranquilidad era engañosa. En el software que operaba el gasoducto había un caballo de Troya, término que se usa para calificar líneas de software ocultas en el sistema operativo normal, que hacen que dicho sistema se descontrole en el futuro, o al recibir una orden desde el exterior.
Con el objetivo de afectar las ganancias de divisas provenientes de Occidente y la economía interna de Rusia, el software del gasoducto que debía operar las bombas, turbinas y válvulas había sido programado para descomponerse después de un intervalo prudencial y resetear -así se califica- las velocidades de las bombas y los ajustes de las válvulas haciéndolas funcionar a presiones muy por encima de las aceptables para las juntas y soldaduras del gasoducto.
“El resultado fue la más colosal explosión no nuclear e incendio jamás vistos desde el espacio. En la Casa Blanca, funcionarios y asesores recibieron la advertencia de satélites infrarrojos de un extraño evento en medio de un lugar despoblado del territorio soviético. El NORAD (Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano) temía que fuera el lanzamiento de misiles desde un lugar donde no se conocía que hubiera cohetes basificados; o quizás fuera la detonación de un dispositivo nuclear. Los satélites no habían detectado ninguna pulsación electromagnética característica de las detonaciones nucleares. Antes de que tales indicios pudieran convertirse en una crisis internacional, Gus Weiss llegó por un pasillo para decirles a sus colegas del CSN (Consejo de Seguridad Nacional) que no se preocuparan”, afirma Thomas Reed en su libro.
La campaña de contramedidas basadas en el Dossier Farewell fue una guerra económica. Aunque no hubo bajas personales debido a la explosión del gasoducto, hubo un daño significativo para la economía soviética.
Como gran final, entre 1984 y 1985 Estados Unidos y sus aliados de la OTAN concluyeron esta operación, que terminó eficazmente con la capacidad de la URSS para captar tecnología en un momento en que Moscú se encontraba entre la espada de una economía defectuosa, por un lado, y la pared de un presidente estadounidense empecinado en prevalecer y poner fin a la guerra fría, por el otro.
En el artículo de Weiss ya citado se afirma que: “en 1985, el caso tuvo un giro singular cuando salió a la luz información sobre el expediente Farewell en Francia. Mitterrand llegó a sospechar que el agente soviético había sido un montaje plantado por la CIA para ponerle a prueba y decidir si el material sería entregado a los estadounidenses o mantenido por los franceses. Actuando a partir de esa idea, Mitterrand despidió al jefe del servicio francés, Yves Bonnet.”
Gus W. Weiss fue quien se atribuyó, como ya se dijo, el siniestro plan para hacer llegar a la URSS los softwares defectuosos, cuando Estados Unidos tuvo en su poder el Dossier Farewell. Murió el 25 de noviembre de 2003 a la edad de 72 años. El Washington Post no reportó su muerte hasta el 7 de diciembre, 12 días después. Dijo que Weiss se “cayó” de su edificio de residencia, “Watergate”, en Washington, y afirmó también que un médico forense de la capital norteamericana declaró su muerte como un “suicidio”. El periódico de su ciudad natal, el Nashville Tennessean, publicó la noticia una semana después del Washington Post, y advirtió que en esa fecha todo lo que podrían decir era que “las circunstancias que rodearon su muerte no se podían confirmar todavía.”
Antes de morir dejó escritas unas notas inéditas bajo el título “El dossier de despedida: el engaño estratégico y la guerra económica en la guerra fría”.
Weiss se graduó en la Vanderbilt University. Tenía postgrados de Harvard y de la New York University.
Su trabajo para el gobierno se concentró en asuntos de Seguridad Nacional, organizaciones de Inteligencia y preocupaciones con el traslado de tecnología a países comunistas. Trabajó con la CIA, con la Junta de Defensa Científica del Pentágono y con el Comité de Señales de Inteligencia de la Junta de Inteligencia de EE. UU.
Recibió la Medalla de Mérito de la CIA y la Medalla “Cipher”, del Consejo de Seguridad Nacional. Los franceses le concedieron la “Legión de Honor”, en 1975.
No dejó sobrevivientes.
Weiss se había declarado en contra de la guerra en Iraq poco antes de su “suicidio”. Es interesante tener en cuenta que 18 días antes de la muerte de Weiss, también se suicidó -el 7 de noviembre de 2003- otro analista del gobierno de Bush, John J. Kokal (58 años). Este saltó a su muerte desde una oficina en el Departamento de Estado donde trabajaba. Kokal era analista de Inteligencia para el Departamento de Estado en asuntos relacionados con Iraq.
Consta en documentos ya publicados que Mijail Gorbachov se enfureció cuando comenzaron los arrestos y deportaciones de agentes soviéticos en varios países, pues desconocía que el contenido del Dossier Farewell estaba en poder de los principales jefes de gobierno de la OTAN. En una reunión del Buró Político el 22 de octubre de 1986, convocada para informar a sus colegas sobre la Cumbre de Reykjavik, alegó que los estadounidenses estaban “actuando muy descortésmente y comportándose como bandidos”. Aunque mostraba un rostro complaciente en público, en privado Gorbachov se refería a Reagan como “un mentiroso”.
En los días finales de la Unión Soviética, el Secretario General del PCUS tuvo que andar a ciegas. Gorbachov no tenía idea de lo que estaba ocurriendo en los laboratorios e industrias de alta tecnología de Estados Unidos; ignoraba por completo que los laboratorios e industrias soviéticas habían sido comprometidos y hasta qué punto.
Los pragmáticos de la Casa Blanca andaban igualmente a ciegas mientras esto ocurría.
El presidente Ronald Reagan jugaba su carta de triunfo: la Iniciativa de Defensa Estratégica/Guerra de las Galaxias. Sabía que los soviéticos no podían competir en esa liga, porque no podían sospechar que su industria electrónica estaba infectada con virus y caballos de Troya colocados allí por la comunidad de Inteligencia de Estados Unidos.
La ex Primera Ministra británica, en sus memorias, publicadas por una importante editorial inglesa en 1993 con el título Margaret Thatcher, los años en Downing Street, expresa que todo el plan de Reagan relacionado con la Guerra de las Galaxias y la intención de hacer colapsar económicamente a la Unión Soviética fue el plan más brillante de esa administración, y que condujo definitivamente al derrumbe del socialismo en Europa.
En el capítulo XVI de su libro explica la participación de su gobierno en la Iniciativa de Defensa Estratégica.
Llevarla a cabo fue, a juicio de Thatcher, la “decisión más importante” de Reagan, “probó resultar clave en la victoria del Oeste en la guerra fría”. Impuso “más tensiones económicas y mayor austeridad” a la sociedad soviética, en fin, sus “implicaciones tecnológicas y financieras para la URSS fueron devastadoras”.
Bajo el subtítulo “Reevaluando a la Unión Soviética”, describe una serie de conceptos cuya esencia está contenida en párrafos textuales tomados de ese largo pasaje, en los que deja constancia del brutal complot.
“En los albores de 1983, los soviéticos deben haber comenzado a darse cuenta de que su juego de manipulación e intimidación pronto se acabaría. Los gobiernos europeos no estaban dispuestos a caer en la trampa tendida por la propuesta de una ‘zona libre de armas nucleares’ para Europa. Continuaron los preparativos para el despliegue de los misiles Crucero y Pershing. En el mes de marzo, el presidente Reagan anunció los planes de Estados Unidos para una Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), cuyas consecuencias tecnológicas y financieras para la URSS serían devastadoras.”
“[...] no me cabía la menor duda de lo correcto de su dedicación en insistir en el programa. Analizado retrospectivamente, ahora me queda claro que la decisión original de Ronald Reagan sobre la Iniciativa de Defensa Estratégica fue la más importante de su presidencia.”
“Al formular nuestro enfoque a la Iniciativa de Defensa Estratégica, había cuatro elementos diferentes que tuve en cuenta. El primero fue la ciencia en sí misma.
“El objetivo de Estados Unidos en la Iniciativa de Defensa Estratégica era desarrollar una defensa nueva y mucho más eficaz contra los misiles balísticos.”
“Este concepto de defensa se basaba en la capacidad de atacar a los misiles balísticos lanzados en cualquier etapa de su vuelo, desde la fase de impulsión cuando el misil y todas sus ojivas y señuelos estaban juntos, hasta el punto de reentrada en la atmósfera terrestre en su camino hacia el blanco.”
“El segundo elemento que había que tener en cuenta eran los acuerdos internacionales existentes, que limitaban el despliegue de armas en el espacio y los sistemas de proyectiles antibalísticos. El Tratado sobre la Limitación de los Sistemas de Proyectiles Antibalísticos, de 1972, enmendado por un Protocolo de 1974, permitía a Estados Unidos y a la Unión Soviética emplazar un sistema de proyectiles antibalísticos estático con hasta cien lanzacohetes para defender su campo de silos de misiles balísticos intercontinentales.”
“La Oficina de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Defensa británicos siempre procuraron insistir en la interpretación más estrecha posible que los estadounidenses -acertadamente a mi juicio- creyeron que habría significado que la Iniciativa de Defensa Estratégica había muerto al nacer. Siempre he tratado de distanciarme de esta fraseología y dejé claro en privado y en público que no podía decirse que se hubiera completado la investigación sobre si un sistema era viable hasta que se hubiese ensayado con éxito. Subyacente en esta jerga, este punto al parecer técnico era realmente una cuestión de evidente sentido común. Sin embargo, se convertiría en la cuestión que dividió a Estados Unidos y a la URSS en la cumbre de Reykjavik, de modo que cobró gran importancia.
“El tercer elemento en el cálculo fue la fuerza relativa de las dos partes en la defensa contra proyectiles balísticos. Solo la Unión Soviética poseía un sistema de proyectiles antibalísticos (conocido como GALOSH) en los alrededores de Moscú, que en esos momentos estaban perfeccionando. Los estadounidenses jamás habían emplazado un sistema equivalente.”
6:37 p.m.
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“Los soviéticos también estaban más avanzados en las armas antisatélites. Por consiguiente, había un argumento fuerte de que los soviéticos ya habían adquirido una ventaja inaceptable en toda esta esfera.
“El cuarto elemento era lo que implicaba la Iniciativa de Defensa Estratégica para la disuasión. Al principio sentí bastante simpatía por la filosofía tras el Tratado sobre la Limitación de los Sistemas de Proyectiles Antibalísticos, que era que mientras más ultramoderna y efectiva fuera la defensa contra los misiles nucleares, mayor presión había para procurar avances enormemente costosos en la tecnología para las armas nucleares. Siempre creí en una versión con ligeras condiciones de la doctrina conocida como ‘destrucción recíproca segura’, MAD por sus siglas en inglés. La amenaza de lo que yo prefiero llamar ‘destrucción inaceptable’ que se produciría tras un intercambio nuclear era tal, que las armas nucleares constituían un elemento de disuasión efectivo contra la guerra no solo nuclear, sino también convencional.”
“Pronto comencé a ver que la Iniciativa de Defensa Estratégica no socavaría la disuasión nuclear, sino que la fortalecería. A diferencia del presidente Reagan y de otros miembros de su Administración, jamás creí que la Iniciativa de Defensa Estratégica podría ofrecer una protección al ciento por ciento, pero permitiría que suficientes misiles de Estados Unidos sobrevivieran a un primer golpe de los soviéticos.”
“El tema de la Iniciativa de Defensa Estratégica fue el que dominó mis conversaciones con el presidente Reagan y con los miembros de su Administración cuando fui a Camp David el sábado 22 de diciembre de 1984 para informar a los estadounidenses sobre mis conversaciones previas con el señor Gorbachov. Esa fue la primera vez que oí al presidente Reagan hablar sobre la Iniciativa de Defensa Estratégica. Habló de eso apasionadamente. Estaba en su punto más idealista. Destacó que la Iniciativa de Defensa Estratégica sería un sistema defensivo y que no era su intención obtener para Estados Unidos una ventaja unilateral. Es más, dijo que si la Iniciativa de Defensa Estratégica tenía éxito estaría dispuesto a internacionalizarla de modo que estuviera al servicio de todos los países, y le había dicho lo mismo al señor Gromyko. Reafirmó su objetivo a largo plazo de eliminar totalmente las armas nucleares.
“Esas observaciones me pusieron nerviosa. Me horrorizaba pensar que Estados Unidos estuvieran dispuestos a echar por la borda la ventaja tan arduamente ganada en materia de tecnología al ponerla a disposición de todo el mundo.”
“Lo que escuché, ahora que llegábamos a la discusión de las probabilidades reales más que de una concepción amplia, era tranquilizador. El presidente Reagan no simulaba que ellos supieran aún a dónde pudieran conducir las investigaciones. Pero recalcó que -además de sus argumentos anteriores a favor de la Iniciativa de Defensa Estratégica- seguirle el ritmo a Estados Unidos impondría una presión económica a la Unión Soviética. Argumentó que no existía un límite práctico en cuanto hasta dónde el gobierno soviético podría arrastrar a su pueblo por el camino de la austeridad.”
“Ahora yo anotaba, mientras conversaba con el asesor para la Seguridad Nacional Bud McFarlane, los cuatro puntos que me parecían más cruciales.
“Mis funcionarios luego insertarían los detalles. El Presidente y yo acordamos un texto donde se exponía la política.
“La sección principal de mi declaración expresa:
“Le hablé al Presidente acerca de mi firme convicción de que el programa de investigaciones de la Iniciativa de Defensa Estratégica debía continuar. La investigación, por supuesto, es permitida según los tratados existentes entre Estados Unidos y la Unión Soviética; y, por supuesto, sabemos que los rusos ya tienen su programa de investigaciones y, en opinión de Estados Unidos, han ido ya más allá de las investigaciones. Convinimos en cuatro puntos: 1. El objetivo de Estados Unidos, de Occidente, no era alcanzar la superioridad, sino mantener el equilibrio, tomando en cuenta los avances soviéticos; 2. El despliegue relacionado con la Iniciativa de Defensa Estratégica, en vista de las obligaciones que imponían los tratados, tendría que ser una cuestión para la negociación; 3. El objetivo general es aumentar, no socavar, disuasión; 4. La negociación entre el Este y Occidente debe apuntar hacia alcanzar la seguridad con niveles reducidos de sistemas ofensivos de ambos lados. Este será el propósito de las negociaciones reanudadas entre Estados Unidos y la Unión Soviética sobre el control de los armamentos, que yo acojo con beneplácito.
“Posteriormente supe que George Schultz -entonces Secretario de Estado- pensaba que yo había asegurado una concesión demasiado grande por parte de los americanos en la redacción; pero eso, de hecho, nos daba -tanto a ellos como a nosotros- una línea clara y defendible, y ayudaba a tranquilizar a los miembros europeos de la OTAN. Un día de trabajo muy productivo.”
Más adelante, con el subtítulo de “Visita a Washington: febrero de 1985′, Margaret Thatcher expresa:
“Visité Washington nuevamente en febrero de 1985. Las negociaciones sobre armamentos entre los americanos y la Unión Soviética ya se habían reanudado, pero la Iniciativa de Defensa Estratégica seguía siendo una fuente de discusión. Yo debía hablar ante una reunión conjunta del Congreso en la mañana del miércoles 20 de febrero y llevé conmigo desde Londres como regalo una estatua de bronce de Winston Churchill, a quien también muchos años antes se le había honrado con tal invitación. Trabajé de manera especialmente ardua en este discurso. Utilizaría el teleprompter para pronunciarlo. Sabía que el Congreso había visto al propio ‘Gran Comunicador’ pronunciando discursos intachables y yo tendría un auditorio exigente. De modo que decidí practicar la lectura del texto hasta que lograra pronunciarlo con la entonación y el énfasis correctos. Hablar a partir del teleprompter, debo agregar, es una técnica totalmente distinta a hablar a partir de notas. De hecho, el presidente Reagan me prestó su propio teleprompter y yo lo había llevado de vuelta a la Embajada británica, donde estaba alojada. Harvey Thomas, quien me acompañaba, lo consiguió y, haciendo caso omiso de cualquier desfase horario, practiqué hasta las 4:00 a.m. No me acosté, comenzando el nuevo día de trabajo con mi acostumbrado café negro y mis tabletas de vitaminas; después concedí entrevistas televisivas a partir de las 6:45 a.m.; pasé por la peluquera y estuve lista a las 10:30 para partir hacia el Capitolio. Utilicé mi discurso, que abordaba extensamente los asuntos internacionales, para dar un fuerte apoyo a la Iniciativa de Defensa Estratégica. Tuve una acogida fabulosa.”
“El mes siguiente (marzo de 1985) ocurrió la muerte del señor Chernenko y notablemente, sin mucha demora, la sucesión del señor Gorbachov a la dirección de la Unión Soviética. Una vez más asistí a un funeral en Moscú: el tiempo estaba, incluso, más frío que en el de Yuri Andrópov. El señor Gorbachov tenía que atender a gran cantidad de dignatarios extranjeros. Pero tuve una charla de casi una hora con él esa tarde en el Salón de Santa Catalina del Kremlin. La atmósfera era más formal que en Chequers (residencia rural oficial de los Primeros Ministros británicos desde 1921), y la presencia callada, sardónica, del señor Gromyko no ayudaba. Pero pude explicarles las implicaciones de la política que yo había convenido con el presidente Reagan en el mes de diciembre anterior en Camp David. Estaba claro que la Iniciativa de Defensa Estratégica era ahora la preocupación principal de los soviéticos en términos de control de armamentos. El señor Gorbachov trajo, como habíamos esperado, un nuevo estilo al gobierno soviético. Él hablaba abiertamente del horrible estado de la economía soviética, aunque todavía en esta etapa se apoyaba en los métodos asociados con la campaña del señor Andrópov por una mayor eficiencia más que en una reforma radical. Un ejemplo de ello fueron las medidas draconianas que tomó Gorbachov contra el alcoholismo. Pero, a medida que avanzó el año, no hubo señales de mejoría de las condiciones en la Unión Soviética. De hecho, como señaló nuestro nuevo y gran embajador en Moscú, Brian Cartledge, que había sido mi secretario privado sobre relaciones exteriores cuando resulté Primera Ministra por primera vez, en uno de sus primeros informes, era cuestión de ‘compota mañana y, mientras tanto, nada de vodka hoy’.
“Las relaciones de Gran Bretaña con la Unión Soviética entraron en un claro período de frialdad como resultado de las expulsiones que yo autoricé de funcionarios soviéticos que habían estado realizando actos de espionaje.”
“En noviembre, el presidente Reagan y el señor Gorbachov celebraron su primera reunión en Ginebra. Sus resultados fueron escasos -los soviéticos insistían en vincular las armas nucleares estratégicas con la suspensión de las investigaciones relativas a la Iniciativa de Defensa Estratégica- pero pronto se desarrolló una simpatía personal entre los dos líderes. Se había expresado cierta preocupación en cuanto a que el avispado y joven homólogo soviético del presidente Reagan pudiera superarlo en habilidad. Pero no fue así, lo cual no me sorprendió en lo absoluto, pues Ronald Reagan había tenido muchísima práctica en sus primeros años como presidente del gremio de artistas de cine al llevar a cabo negociaciones del sindicato sobre bases realistas -y nadie era más realista que el señor Gorbachov.
“Durante 1986 el señor Gorbachov demostró gran sutileza en explotar la opinión pública occidental al presentar propuestas tentadoras, pero inaceptables, sobre el control de armamentos. Los soviéticos dijeron relativamente poco sobre el vínculo entre la Iniciativa de Defensa Estratégica y la reducción de las armas nucleares. Pero no se les dio razón alguna para creer que los americanos estaban dispuestos a suspender o detener las investigaciones relativas a la Iniciativa de Defensa Estratégica. A finales de ese año se acordó que el presidente Reagan y el señor Gorbachov -con sus Ministros de Relaciones Exteriores- se deberían reunir en Reykjavik, Islandia, para discutir ofertas sustantivas.”
“El hecho era que nosotros no podíamos contener la investigación sobre nuevos tipos de armas. Teníamos que ser los primeros en obtenerlas. Es imposible detener a la ciencia: no se detendrá por ser ignorada.”
“En retrospectiva, puede considerarse que la Cumbre de Reykjavik ese fin de semana del 11 y 12 de octubre [de 1986] tuvo una significación absolutamente diferente a la que le atribuyó la mayoría de los comentaristas en ese entonces. Se les había preparado una trampa a los americanos. Concesiones soviéticas cada vez mayores se hicieron durante la Cumbre: convinieron por primera vez en que los elementos de disuasión británicos y franceses se excluyeran de las negociaciones sobre las fuerzas nucleares de alcance intermedio; y que las reducciones en las armas nucleares estratégicas debían dejar a cada bando con cantidades iguales -y no sólo una reducción porcentual, que habría dejado a los soviéticos con clara ventaja. También hicieron concesiones significativas en cuanto a las cifras relativas a las fuerzas nucleares de alcance intermedio. Cuando la Cumbre se acercaba a su fin, el presidente Reagan propuso un acuerdo mediante el cual todo el arsenal de armas nucleares estratégicas -bombarderos, misiles Crucero y balísticos de largo alcance- se reduciría a la mitad en un plazo de cinco años y las más poderosas de estas armas, los misiles balísticos estratégicos, se eliminarían en un plazo de diez años. El señor Gorbachov era aún más ambicioso: quería que
se eliminaran todas las armas nucleares estratégicas al concluir el período de diez años.
“Pero entonces repentinamente, al mismísimo final, se accionó la trampa. El presidente Reagan había concedido que durante el período de diez años ambos bandos acordarían no retirarse del Tratado sobre la Limitación de los Sistemas de Proyectiles Antibalísticos, aunque se permitiría el desarrollo y los ensayos compatibles con el Tratado.”
Pero Reagan sufrió una extraña amnesia en torno al detonante de la brutal competencia militar que se le impuso a la URSS, con un extraordinario costo económico. Su publicitado diario no menciona absolutamente nada del Dossier Farewell. En sus apuntes de cada día, publicados este año, Ronald Reagan, hablando de su estancia en Montebello, Canadá, expresa:
“Domingo 19 de julio (1981)
“El hotel es una maravillosa obra de ingeniería, hecha totalmente de troncos. La mayor cabaña de troncos del mundo.
“Tuve un mano a mano con el Canciller Schmidt (Jefe del gobierno alemán). Estaba realmente deprimido y de un humor pesimista acerca del mundo.
“Luego me reuní con el presidente Mitterrand, le expliqué nuestro programa económico y que no teníamos nada que ver con las altas tasas de interés.
“Esa noche cenamos solamente nosotros 8. Los 7 jefes de Estado y el Presidente de la Comunidad Europea. Se convirtió realmente en una conversación informal sobre cuestiones económicas, debido básicamente a una sugerencia de la primera ministra Thatcher.”
El resultado final de la gran conspiración y la alocada y costosa carrera armamentista, cuando la Unión Soviética estaba herida de muerte en el orden económico, lo cuenta en la introducción al libro de Thomas C. Reed, George H. W. Bush, el primer Presidente de la dinastía Bush, quien participó de forma real en la Segunda Guerra Mundial, al escribir textualmente:
“La guerra fría fue una lucha a favor de la mismísima alma de la humanidad. Fue una lucha a favor de un modo de vida definido por la libertad de una parte y por la represión de la otra. Creo que ya hemos olvidado cuán larga y dura fue esa lucha, y cuán cerca del desastre nuclear estuvimos a veces. El hecho de que este no ocurriera da fe de los honorables hombres y mujeres de ambos lados que mantuvieron su serenidad e hicieron lo correcto -según su criterio- en momentos de crisis.
“Este conflicto entre las superpotencias que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial comenzó cuando yo regresaba a casa de la guerra. En 1948, el año de mi graduación de la Universidad de Yale, los soviéticos trataron de cortar el acceso de Occidente a Berlín. Ese bloqueo condujo a la creación de la OTAN, fue seguido de la primera prueba soviética de la bomba atómica, y se volvió sangriento con la invasión a Corea del Sur. Detrás de esto vinieron cuatro décadas de enfrentamientos nucleares, guerras donde cada superpotencia apoyaba al bando contrario y privaciones económicas.
“Yo tuve el privilegio de ser el Presidente de Estados Unidos cuando todo esto llegó a su fin. En el otoño de 1989 los estados satélites comenzaron a liberarse y revoluciones mayormente pacíficas se extendieron por Polonia, Hungría, Checoslovaquia y Rumania. Cuando cayó el muro de Berlín, sabíamos que se acercaba el fin.
“Tendrían que transcurrir aún dos años para que se acabara el imperio de Lenin y Stalin. Yo recibí la buena nueva por medio de dos llamadas telefónicas. La primera me llegó el 8 de diciembre de 1991, cuando Boris Yeltsin me llamó desde un pabellón de caza cerca de Brest en Bielorrusia. Habiendo sido recientemente elegido Presidente de la República rusa, Yeltsin se había estado reuniendo con Leonid Kravchuk, presidente de Ucrania y Stanislav Shushchevik, presidente de Bielorrusia. ‘Hoy ocurrió un acontecimiento muy importante en nuestro país,’ dijo Yeltsin. ‘Quise informárselo yo mismo antes de que se enterara por la prensa.’ Entonces me dio la noticia: los Presidentes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania habían decidido disolver la Unión Soviética.
“Dos semanas más tarde, una segunda llamada confirmó que la antigua Unión Soviética desaparecería. Mijail Gorbachov me contactó en Camp David en la mañana de Navidad de 1991. Nos deseó una feliz Navidad a Bárbara y a mí y luego pasó a resumir lo que había sucedido en su país: la Unión Soviética había dejado de existir. Él acababa de comparecer en la televisión nacional para confirmar el hecho y había transferido el control de las armas nucleares soviéticas al Presidente de Rusia. ‘Pueden disfrutar de una tranquila noche de Navidad’, nos dijo. Y así terminó todo.”
Consta, por un artículo publicado en The New York Times que la operación utilizó casi todas las armas al alcance de la CIA -guerra sicológica, sabotaje, guerra económica, engaño estratégico, contrainteligencia, guerra cibernética-, todo ello en colaboración con el Consejo de Seguridad Nacional, el Pentágono y el FBI. Destruyó al pujante equipo de espionaje soviético, dañó la economía y desestabilizó el Estado de ese país. Fue un éxito rotundo. De haberse hecho a la inversa (los soviéticos a los norteamericanos), pudiera haberse visto como un acto de terrorismo.
Del tema se habla también en otro libro titulado Legado de Cenizas, que acaba de ser publicado. En la solapa del libro se expresa que “Tim Weiner es un reportero de The New York Times, quien ha escrito sobre los servicios de Inteligencia estadounidenses durante veinte años, y obtuvo un Premio Pulitzer por su trabajo sobre los programas secretos de Seguridad Nacional. Ha viajado a Afganistán y otros países para investigar de primera mano las operaciones encubiertas de la CIA. Este es su tercer libro.
“Legado de Cenizas se basa en más de 50 mil documentos, provenientes fundamentalmente de los propios archivos de la CIA, y cientos de entrevistas a veteranos de dicha agencia, incluidos diez directores. Nos muestra un panorama de la CIA desde su creación después de la Segunda Guerra Mundial, pasando por sus batallas durante la guerra fría y la guerra contra el terrorismo iniciada el 11 de Septiembre del 2001.”
El artículo de Jeremy Allison, publicado en Rebelión en junio del 2006, y los de Rosa Miriam Elizalde, publicados el 3 y el 10 de septiembre del año en curso, 2007, denuncian estos hechos destacando la idea de uno de los fundadores del software libre, quien señaló que: “a medida que se complejizan las tecnologías será más difícil detectar acciones de ese tipo”.
Rosa Miriam publicó dos sencillos artículos de opinión de apenas cinco páginas cada uno. Si lo desea, puede escribir un libro de muchas páginas. La recuerdo bien desde el día en que, como periodista muy joven, me preguntó ansiosa, nada menos que en una conferencia de prensa hace más de 15 años, si yo pensaba que podríamos resistir el período especial que nos caía encima con la desaparición del campo socialista.
La URSS se derrumbó estrepitosamente. Desde entonces hemos graduado a cientos de miles de jóvenes en el nivel superior de enseñanza. ¡Qué otra arma ideológica nos puede quedar que un nivel superior de conciencia! La tuvimos cuando éramos un pueblo en su mayoría analfabeto o semianalfabeto. Si lo que se desea es conocer verdaderas fieras, dejen que en el ser humano prevalezcan los instintos. Sobre eso se puede hablar mucho.
En la actualidad, el mundo está amenazado por una desoladora crisis económica. El gobierno de Estados Unidos emplea recursos económicos inimaginables para defender un derecho que viola la soberanía de todos los demás países: continuar comprando con billetes de papel las materias primas, la energía, las industrias de tecnologías avanzadas, las tierras más productivas y los inmuebles más modernos de nuestro planeta.
Fidel Castro Ruz Septiembre 18 del 2007
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El imperio y la mentira
11 septiembre 2007
Reagan fue el creador de la Fundación Nacional Cubano-Americana, cuyo siniestro papel en el bloqueo y el terrorismo contra Cuba se revelaría años después cuando el gobierno de Estados Unidos desclasifica documentos secretos, aunque todavía llenos de bochornosas tachaduras. Si se hubieran conocido antes, no habría cambiado nuestra conducta.
Cuando llegó a Cuba la noticia el 30 de marzo de 1981 de que se había producido un atentado contra Reagan, con disparos de un arma de pequeño calibre le enviamos un mensaje expresándole nuestra condena al hecho. Una bala de plomo calibre 22 se alojó en uno de sus pulmones, causándole riesgos y sufrimientos personales. El mensaje está contenido en la conversación que por instrucciones precisas sostuvo el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Isidoro Malmierca, con Wayne Smith, Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
A continuación párrafos literales de la conversación entre ambos:
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos procedido a convocarle y recibirle por encargo expreso del Presidente Fidel Castro. Él me pidió que le explicara, primero, nuestro reconocimiento por la información que usted nos ofreció a través del director Joaquín Más sobre el atentado que sufrió el presidente Reagan. Por otra parte queremos, también en nombre del Presidente Fidel Castro, expresarle cuánto lamentamos este hecho y también nuestra esperanza, nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recuperarse de este atentado lo más pronto posible.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias.
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos estado recibiendo informaciones acerca de la atención médica que le está siendo ofrecida. Inicialmente usted también recibió información de que parecían más sencillas las consecuencias del atentado, pero parece que es más grave, que está siendo sometido a una intervención quirúrgica.
“WAYNE SMITH: Sí. Nosotros tenemos la impresión de que fue operado ya, pero la operación dicen ahora por radio que la empiezan ahora, es probable que salga, digamos, dentro de una hora. Es decir, una operación de 3 horas no es nada sencillo y más en un hombre de 70 años.
Dicen que no hay peligro. Yo interpreto eso como que no habrá peligro inmediato. Pero en un hombre de 70 años una operación de 3 horas es seria. Pero dicen que su situación no es grave, que es estable. Esperamos que todo salga bien. Agradezco sus votos y el interés y el mensaje del Presidente Fidel Castro.
“ISIDORO MALMIERCA: En Washington también el señor Frechette se dirigió a la Sección de Intereses de Cuba y nos trasladó datos sobre esta situación. Explicó que usted también había recibido información sobre esto. Bien, le repito que el Presidente Fidel Castro me encargó personalmente de conversar con usted y expresarle nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recobrarse rápidamente de las consecuencias del atentado.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias. ¡Dios mío! Es difícil esto. El Presidente Kennedy fue asesinado en Dallas y parece que el responsable del atentado a Reagan es de Dallas. Vive ahora en Colorado, pero es de Dallas. No sé qué…
“ISIDORO MALMIERCA: Yo leí en unos cables que había nacido cerca de Denver, a 30 kilómetros de Denver.
“WAYNE SMITH: Yo no sé. Uno de mis cónsules aquí en la Oficina me dijo que él había oído por radio que es un tipo que había estudiado en la misma escuela con él. No sé, tal vez habrá vivido unos años en Dallas. No sé qué es lo que tiene la atmósfera de Dallas.
“ISIDORO MALMIERCA: Dicen que son tres hermanos, hijos de un hombre que se dedica a negocios de petróleo.
“WAYNE SMITH: Su papá, sí. El es un tipo de 22 años, que era estudiante en la universidad de Yale, pero que había dejado sus estudios hace poco. Tal vez es un resentido, un joven que ha fracasado, que actuó por sentimiento. Hablando con toda franqueza, me alegro que sea un tipo como él y no, digamos, un puertorriqueño o algo así, que podría provocar implicaciones políticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Las especulaciones sobre motivaciones políticas para hacer eso.
“WAYNE SMITH: Sí, eso podría innegablemente permitir estimular, alentar interpretaciones políticas. Un joven blanco, de Colorado, Texas; es muy difícil hacer interpretaciones políticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Ha habido incluso ya algunas informaciones de la policía que dicen que es un hombre que actuó solo, sin vinculación con otros grupos…
“WAYNE SMITH: Sí, debe haber sido un loco o fanático, acercarse tanto al Presidente… Bueno, fue capturado enseguida. Sacó su pistola y disparó…
“ISIDORO MALMIERCA: ¿Brady murió?”
“WAYNE SMITH: No.
“ISIDORO MALMIERCA: Decían que había muerto.
“WAYNE SMITH: Sí. Hubo informes de que sí, que había muerto, pero últimamente han dicho que no, que está muy grave, pero no se murió. Me imagino que si hubiera sido de calibre 45 sí era de muerte, pero calibre 22 tiene ciertas posibilidades… Pero parece que recibió la bala en la cabeza, evidentemente en la cabeza… Eso no es nada bueno, no hay muchas esperanzas.
“ISIDORO MALMIERCA: Un balazo en la cabeza, de cualquier calibre, es algo muy grave.
“WAYNE SMITH: Brady está muy grave. Podría quedar vivo pero sería un vegetal.
“ISIDORO MALMIERCA: Lamento que nuestra entrevista haya sido provocada por un hecho tan lamentable.
“WAYNE SMITH: Le agradezco sus votos. Enviaré inmediatamente un cable avisando a mi gobierno de nuestra conversación. Le ruego que transmita al Presidente Fidel Castro mi agradecimiento.
No hago comentario alguno. La versión de Malmierca, redactada inmediatamente después del encuentro, habla por sí misma. Wayne Smith es hoy un firme luchador contra el bloqueo y las agresiones a Cuba.
Pero no concluye aquí la historia de nuestra conducta hacia el Presidente de un país que desde los días de Einsenhower elaboró cientos de planes para eliminarme físicamente.
Una información entregada muy confidencialmente en el verano de 1984 a un oficial responsable de la seguridad de los representantes cubanos en ONU alertaba sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan, por parte de un grupo de extrema derecha en Carolina del Norte. Al conocerla, decidimos informar de inmediato a las autoridades norteamericanas. Nuestro oficial sugirió entregarla a través de Robert C. Muller, jefe de seguridad de la misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, con el cual se tenía contacto para la protección de delegaciones cubanas que visitaban al organismo internacional.
El atentado se produciría en fecha muy próxima cuando Reagan visitara Carolina del Norte, como parte de la campaña para reelegirse en el cargo.
La información estaba completa; daba nombres de los implicados en el plan; día, hora y lugar donde sería el magnicidio; tipo de armamento que poseían los terroristas y dónde guardaban las armas; además de todo eso, el centro de reunión de los elementos que estaban planificando la acción y un breve relato de lo que habían conversado en dicha reunión.
La entrega de la información se realizó en un encuentro con Muller en un edificio situado en la calle 37 y la Tercera Avenida, a dos cuadras del edificio de la misión cubana.
Se le trasladaron todos los detalles conocidos, garantizando quedara bien claro lo más importante, como era los nombres de los involucrados, lugar, hora y tipo de armamento que se utilizaría por estos.
Al final del intercambio, nuestro oficial le comunicó que había recibido instrucciones del gobierno de Cuba de hacerlo con urgencia, y que lo habíamos seleccionado por conocer que era un profesional en los problemas de seguridad.
Muller leyó lo que había escrito para asegurarse de que no había alterado nada y que estaban todos los elementos importantes.
Preguntó por la fuente, se le dijo era segura. Planteó que el servicio secreto tendría necesidad de entrevistarse con los funcionarios cubanos.
Se le contestó no había inconveniente en hacerlo.
Aproximadamente a las cuatro y media de la tarde de ese día, los agentes del Servicio Secreto se reunieron con la representación cubana.
La entrevista se llevó a cabo en el apartamento 34-F, situado en el piso 34 de un complejo de edificios nombrado Ruppert Towers, que se encuentra en la calle 92 entre Tercera y Segunda Avenida, en la parte alta de Manhattan.
Los agentes eran dos hombres jóvenes, blancos, pelados bien bajo, vestidos de traje. Su objetivo era principalmente chequear lo que Muller les había trasladado, pues traían en sus manos copia del cable que este les había enviado. Al comprobar el contenido del cable se les aseguró no faltaba nada.
Los agentes del Servicio Secreto querían conocer quién había dado la información y cómo esta había llegado a nuestro poder. Se les respondió lo mismo que se le había dicho a Muller. También se interesaron en saber si era posible alguna ampliación, y se les dijo que si llegaba algo nuevo se les trasladaría de inmediato.
Ellos dieron su tarjeta y pidieron se les llamara directamente si se conocían otros datos adicionales, plantearon no era necesario hacerlo por medio de Muller.
El lunes siguiente pudimos conocer que el Buró Federal de Investigaciones había detenido a un grupo de personas en Carolina del Norte a las que se les hacían varias acusaciones, ninguna de ellas ¿como es de suponer? relacionadas con un atentado al Presidente Reagan, quien viajó a dicho Estado poco después como parte de la campaña por la reelección al cargo de Presidente.
Antes de que transcurrieran cuatro o cinco días de la detención, a fines de esa propia semana, Muller llamó por teléfono a la Misión para invitar al funcionario cubano a almorzar, lo cual hicieron en el restaurante para Delegados de las Naciones Unidas. Lo primero que hizo fue pedir se trasladara al gobierno de Cuba el agradecimiento del gobierno de Estados Unidos por la información brindada, y confirmó que habían operado contra el grupo de involucrados. ¡Un luchador antiterrorista cubano salvó la vida de un Presidente de Estados Unidos!
Alguna prensa norteamericana menciona un diario íntimo de más de 700 páginas de apuntes personales de Reagan, desde su toma de posesión hasta la entrega del mando a Bush (padre), tratando de hacer ver que su gobierno no fue tan agresivo contra Cuba.
Sin embargo, según cuentan, Robert McFarlane, entonces Subsecretario de Estado subordinado a Alexander Haig, afirmó en sus memorias:
“De todos los gobiernos que han lidiado con Fidel Castro desde 1959, el de Reagan parecía el menos adecuado para dialogar con el régimen comunista de Cuba”.
Tal vez Reagan experimentó algún agradecimiento tanto por nuestra preocupación cuando sufrió el atentado en 1981, como por el aviso que le salvó la vida ante un peligro inminente, y lo agradeció a través de Robert C. Muller
Reagan fue quien suscribió con Cuba el primer acuerdo migratorio, pero no podía escapar de su entorno, porque otros más a la derecha todavía que él lo eliminaban físicamente, como hicieron con Kennedy después que conoció el terrible riesgo de una guerra termonuclear.
Reagan sin duda cambió su política hacia Cuba en un año electoral, incumplió el acuerdo suscrito que fijó la entrega de hasta 20 mil visas por año para viajes seguros, al otorgar menos de mil, y mantuvo la llamada Ley de Ajuste que tantas vidas cubanas ha costado.
El 11 de septiembre del 2001 en el vecino país se produjo un verdadero caos. Durante mucho tiempo los aeropuertos tenían prohibido realizar aterrizajes. Un incalculable número de vuelos con pasajeros estaban en el aire. Eran las noticias que se transmitían por los medios de difusión masiva de Estados Unidos. Se informaba de miles de víctimas en Nueva York, entre personal que trabajaba en las Torres Gemelas, bomberos y visitantes. También se habló de personas que iban en un avión de pasajeros lanzado contra el Pentágono. Ofrecimos el envío de sangre segura procedente de donantes habituales si se necesitaba en algún caso. La donación de sangre es una tradición de la Revolución cubana desde hace mucho tiempo.
Coincidió casualmente con el día en que habíamos convocado a las 6:00 de la tarde a casi 15 000 estudiantes de nivel superior y graduados universitarios, con motivo de la reinauguración de la escuela “Salvador Allende”, donde 3 599 jóvenes comenzarían estudios superiores para prepararse con métodos nuevos y probados a fin de ejercer como maestros de primaria.
Hoy se cumplen seis largos años de aquel doloroso episodio. En la actualidad se conoce que hubo desinformación deliberada. No recuerdo haber oído hablar ese día de que en los sótanos de esas torres, en cuyos pisos superiores radicaban bancos de multinacionales junto a otras oficinas, había depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro. La orden era disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro. Los cálculos sobre estructuras de acero, impactos de avión, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban, no se ajustan a los criterios de matemáticos, sismólogos, especialistas en información y especialistas en demolición, etcétera, etcétera. Lo más dramático es la afirmación de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurrió. Consta sin embargo que varias personas que viajaban de New Jersey a San Francisco, conversaron con familiares cuando ya la nave aérea estaba bajo el control de individuos ajenos a su tripulación normal.
Analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, caídos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ningún avión se estrelló sobre el Pentágono y que sólo un proyectil pudo generar el orificio geométricamente redondo que en dicha instalación creara el supuesto avión. Tampoco aparece pasajero alguno que allí pereciera. Nadie en el mundo tenía dudas sobre las noticias recibidas de un ataque al edificio del Pentágono. Fuimos engañados al igual que los habitantes del resto del planeta.
Al hablar en la Ciudad Deportiva aquel 11 de septiembre, entre otras consideraciones abordé el tema de la tragedia en Estados Unidos. Para no incluir el discurso completo, extraje párrafos textuales del mismo:
[...] El acto no pensábamos suspenderlo, ni podía suspenderse, a pesar de la tensión internacional creada por los acontecimientos. Imagino que muchos los conozcan; pero, en esencia, consistieron en que, aproximadamente a las 9:00 de la mañana un Boeing, de los grandes, se estrella directamente contra uno de los dos edificios de las famosas torres de Nueva York, uno de los más altos del mundo, que tiene dos alas.
Como es natural, aquello se incendia con todo el combustible de uno de esos grandes aviones; empiezan a ocurrir escenas tremendas, y 18 minutos después otro avión, también de una empresa aérea norteamericana, ataca y se estrella directamente contra la otra ala de la torre.
Unos minutos más tarde, otro avión se estrella contra el Pentágono. Llegan noticias, en medio de cierta confusión, de una bomba frente al Departamento de Estado y otros hechos alarmantes, aunque he mencionado los más importantes.
Evidentemente el país había sido víctima de un violento y sorpresivo ataque, inesperado, inusitado, algo verdaderamente insólito, que dio lugar a escenas impresionantes, en especial cuando ardían las dos torres y, sobre todo, cuando ambas se desploman, con sus 100 pisos, sobre otras edificaciones próximas, y se conocía que allí trabajaban decenas de miles de personas en diversas oficinas que representan numerosas empresas de variados países.
Era lógico que aquello produjera una conmoción en Estados Unidos y en el mundo, las bolsas de valores comenzaron a derrumbarse, y por la importancia política, económica, tecnológica y el poder de Estados Unidos, el mundo hoy estaba conmovido con aquellos acontecimientos que fue necesario seguir durante todo el día, a la vez que por nuestra parte se mantenía la atención sobre las condiciones y las circunstancias en que se realizaría este acto.
Por tanto había dos temas: la escuela y su importantísimo curso, y la catástrofe de tipo político y humano que se había producido allá, especialmente en Nueva York
[...] Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quizás, precisamente al sentirse Cuba plenamente libre, con patria y sin amo, por su cultura y por su falta de complejos, sea el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto ?y ellos se percatan de eso ?a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro país.
Además no olvidamos al pueblo norteamericano que puso fin a la guerra de Viet Nam con su enorme oposición a aquella guerra genocida; no olvidamos al pueblo norteamericano que, en un número superior al 80 por ciento, apoyó el regreso de Elián a nuestra patria; no olvidamos cuánto idealismo, perturbado muchas veces por el engaño, porque ?como hemos dicho muchas veces? para llevar a un norteamericano a que apoye una causa injusta, una guerra injusta, primero hay que engañarlo, y el método clásico utilizado en la política internacional de ese enorme país es el método de engañar primero, para contar después con el apoyo de la población. Cuando sucede a la inversa y su pueblo descubre que algo es injusto, por su tradición de idealismo, se opone a aquello que ha estado apoyando, muchas veces causas muy injustas, convencido de que lo que apoyaba era justo.
Por eso nosotros ?que sabemos no el número exacto, pero que hemos visto escenas impresionantes de sufrimientos y posibles víctimas? hemos sentido dolor profundo y tristeza por el pueblo norteamericano, fieles a la línea que hemos seguido siempre.
No andamos adulando a gobiernos, ni pidiendo perdones, ni favores, ni se alberga en nuestros pechos ni siquiera un átomo de temor. La historia de la Revolución ha demostrado cuán capaz es de desafiar, cuán capaz es de luchar, cuán capaz es de resistir lo que tenga que resistir, algo que nos ha convertido en un pueblo invencible. Esos son nuestros principios, una Revolución que se basa en ideas, en la persuasión y no en la fuerza.
[...] Nuestra reacción ha sido la que dije, y quisimos que nuestro pueblo viera las escenas y contemplara la tragedia. Y no hemos vacilado en expresar públicamente nuestro sentimiento. Aquí mismo está una declaración que se entregó a la prensa internacional alrededor de las 3:00 de la tarde, elaborada tan pronto se conocieron los hechos; mientras tanto, nuestra televisión estaba enfrascada en la divulgación de los acontecimientos. Sería comunicada a nuestro pueblo en el noticiero de la noche.
Me adelanto aquí algunos minutos para hacerles conocer la Declaración Oficial del Gobierno de Cuba, frente a los hechos ocurridos en Estados Unidos.
“El Gobierno de la República de Cuba ha recibido con dolor y tristeza las noticias sobre los ataques violentos y sorpresivos realizados en la mañana de hoy contra instalaciones civiles y oficiales en las ciudades de Nueva York y Washington, que han provocado numerosas víctimas. [...] “No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido víctima durante más de 40 años de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos.
“Tanto por razones históricas como por principios éticos, el Gobierno de nuestro país rechaza y condena con toda energía los ataques cometidos contra las mencionadas instalaciones y expresa sus más sinceras condolencias al pueblo norteamericano por las dolorosas e injustificables pérdidas de vidas humanas que han provocado dichos ataques.
“En esta hora amarga para el pueblo norteamericano, nuestro pueblo se solidariza con el pueblo de Estados Unidos y expresa su total disposición a cooperar, en la medida de sus modestas posibilidades, con las instituciones sanitarias y con cualquier otra institución de carácter médico o humanitario de ese país, en la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas ocasionadas por los hechos ocurridos en la mañana de hoy.”
Aunque no se sepa si son 5 000, 10 000, 15 000, 20 000 las víctimas, se sabe que solo en los aviones que fueron estrellados contra las torres, o contra el Pentágono, viajaban cientos de pasajeros, y ofrecimos lo que podíamos si hiciera falta.
Ese es un país que tiene un gran desarrollo científico, médico, recursos; pero hay momentos en que pudiera hacer falta sangre de un grupo, plasma ?cualquier otro producto que nosotros podamos donar lo haríamos gustosamente?, o apoyo médico, o de personal paramédico, porque sabemos que muchos hospitales tienen déficit de determinados técnicos y profesionales. En fin, lo que queríamos era expresar nuestra actitud y nuestra disposición con relación a estos trágicos acontecimientos.
[...] Los secuestros aéreos, método inventado contra Cuba, se convirtieron en una plaga universal, y fue Cuba la que al fin y al cabo resolvió ese problema cuando, después de advertirlo reiteradamente, devolvimos a Estados Unidos a dos secuestradores; es doloroso, eran ciudadanos cubanos, pero los habíamos advertido, vinieron y los enviamos, cumplimos la palabra pública; pero nunca, ni siquiera después nos dieron noticias para sus familiares. Tienen su modo de actuar. Nadie sabe. Sé que los condenaron a 40 años, y aquello fue lo que puso fin al secuestro de aviones.”
[...] Ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza, no hay poder global, ni poder tecnológico, ni poder militar que pueda garantizar la inmunidad total contra tales hechos, porque pueden ser acciones de grupos reducidos difíciles de descubrir.
Es muy importante saber cuál va a ser la reacción del gobierno de Estados Unidos. Posiblemente vengan días peligrosos para el mundo, no estoy hablando de Cuba. Cuba es el país que más tranquilo está en el mundo, por diversas causas: por nuestra política, por nuestras formas de lucha, por nuestra doctrina, nuestra ética, y, además, compañeras y compañeros, por la ausencia total de temor.
Nada nos inquieta, nada nos intimida. Sería muy difícil fabricar una calumnia contra Cuba, no lo creería ni el que la inventara y patentizara, es muy difícil; y Cuba no es hoy cualquier cosa en el mundo, tiene una posición moral muy grande y una posición política muy sólida.
[...] Los días próximos van a ser tensos dentro de Estados Unidos, empezarán a emitir opiniones no se sabe cuánta gente.
[...] Les sugeriríamos a los que dirigen el poderoso imperio que sean serenos, que actúen con ecuanimidad, que no se dejen arrastrar por raptos de ira o de odio, ni se lancen a cazar gente lanzando bombas por todas partes.
Reitero que ninguno de los problemas del mundo, ni el terrorismo, se pueden resolver por la fuerza, y cada acción de fuerza, cada acción disparatada del uso de la fuerza, en cualquier parte, agravaría seriamente los problemas del mundo.
El camino no es la fuerza ni la guerra. Lo digo aquí con toda la autoridad de haber hablado siempre con honradez, poseer convicciones sólidas y la experiencia de haber vivido los años de lucha que ha vivido Cuba. Sólo la razón, la política inteligente de buscar la fuerza del consenso y la opinión pública internacional puede arrancar de raíz el problema. Creo que este hecho tan insólito debiera servir para crear la lucha internacional contra el terrorismo; pero la lucha internacional contra el terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aquí y otro por allá; matando aquí y allá, usando métodos similares y sacrificando vidas inocentes. Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de estado y otras formas repulsivas de matar, poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente una política de paz y de respeto a normas morales y legales que son ineludibles. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de cooperación internacional.
[...] Nosotros hemos demostrado que podemos sobrevivir, vivir y progresar, y todo lo que aquí se muestra hoy es expresión de un progreso sin paralelo en la historia. No se progresa solo produciendo automóviles, se progresa desarrollando inteligencias, impartiendo conocimientos, creando cultura, atendiendo a los seres humanos como deben ser atendidos, que es el secreto de la enorme fuerza de nuestra Revolución.
No tiene salvación el mundo por otras vías y me estoy refiriendo en este caso a las situaciones de violencia. Búsquese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos de la plaga del terrorismo. Hay otra terrible plaga que se llama, por ejemplo, SIDA; otra que mata a decenas de millones de niños, adolescentes y personas en el mundo por hambre, por enfermedades y por falta de asistencia y medicamentos.
Hay en el terreno político ideas absolutistas, pensamiento único que se le trata de imponer al mundo, y promueven rebeldías e irritaciones por todas partes.
No se salva este mundo ?y ya esto no tiene que ver con el terrorismo? si continúa desarrollándose o aplicándose este orden económico y social injusto que conduce al mundo a la catástrofe, a un camino del cual no podrían escapar los 6 200 millones ni los futuros hijos de los habitantes que hoy tiene este planeta, que está siendo cada vez más destruido y conducido a la pobreza, al desempleo, al hambre y a la desesperación. Lo demuestran las masas en distintos lugares ya históricos, como Seattle, Québec, Washington, Génova.
Ya los más poderosos líderes de la economía y de la política mundial no pueden casi reunirse; la gente tiene cada vez menos miedo, está sublevada, lo que puede apreciarse en todas partes. Yo acabo de estar en Durban, provincia de África del Sur, y vi allí a miles de personas pertenecientes a las Organizaciones No Gubernamentales; se ve crecer como espuma el descontento en el mundo. [...]
¡Qué enorme diferencia entre la conducta del gobierno de Cuba y la del gobierno de Estados Unidos! ¡La Revolución, que se basa en la verdad, y el imperio, que se basa en la mentira!
Fidel Castro Ruz Septiembre 11 del 2007 5:25 p.m.
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El imperio y la mentira
11 septiembre 2007
Reagan fue el creador de la Fundación Nacional Cubano-Americana, cuyo siniestro papel en el bloqueo y el terrorismo contra Cuba se revelaría años después cuando el gobierno de Estados Unidos desclasifica documentos secretos, aunque todavía llenos de bochornosas tachaduras. Si se hubieran conocido antes, no habría cambiado nuestra conducta.
Cuando llegó a Cuba la noticia el 30 de marzo de 1981 de que se había producido un atentado contra Reagan, con disparos de un arma de pequeño calibre le enviamos un mensaje expresándole nuestra condena al hecho. Una bala de plomo calibre 22 se alojó en uno de sus pulmones, causándole riesgos y sufrimientos personales. El mensaje está contenido en la conversación que por instrucciones precisas sostuvo el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Isidoro Malmierca, con Wayne Smith, Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
A continuación párrafos literales de la conversación entre ambos:
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos procedido a convocarle y recibirle por encargo expreso del Presidente Fidel Castro. Él me pidió que le explicara, primero, nuestro reconocimiento por la información que usted nos ofreció a través del director Joaquín Más sobre el atentado que sufrió el presidente Reagan. Por otra parte queremos, también en nombre del Presidente Fidel Castro, expresarle cuánto lamentamos este hecho y también nuestra esperanza, nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recuperarse de este atentado lo más pronto posible.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias.
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos estado recibiendo informaciones acerca de la atención médica que le está siendo ofrecida. Inicialmente usted también recibió información de que parecían más sencillas las consecuencias del atentado, pero parece que es más grave, que está siendo sometido a una intervención quirúrgica.
“WAYNE SMITH: Sí. Nosotros tenemos la impresión de que fue operado ya, pero la operación dicen ahora por radio que la empiezan ahora, es probable que salga, digamos, dentro de una hora. Es decir, una operación de 3 horas no es nada sencillo y más en un hombre de 70 años.
Dicen que no hay peligro. Yo interpreto eso como que no habrá peligro inmediato. Pero en un hombre de 70 años una operación de 3 horas es seria. Pero dicen que su situación no es grave, que es estable. Esperamos que todo salga bien. Agradezco sus votos y el interés y el mensaje del Presidente Fidel Castro.
“ISIDORO MALMIERCA: En Washington también el señor Frechette se dirigió a la Sección de Intereses de Cuba y nos trasladó datos sobre esta situación. Explicó que usted también había recibido información sobre esto. Bien, le repito que el Presidente Fidel Castro me encargó personalmente de conversar con usted y expresarle nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recobrarse rápidamente de las consecuencias del atentado.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias. ¡Dios mío! Es difícil esto. El Presidente Kennedy fue asesinado en Dallas y parece que el responsable del atentado a Reagan es de Dallas. Vive ahora en Colorado, pero es de Dallas. No sé qué…
“ISIDORO MALMIERCA: Yo leí en unos cables que había nacido cerca de Denver, a 30 kilómetros de Denver.
“WAYNE SMITH: Yo no sé. Uno de mis cónsules aquí en la Oficina me dijo que él había oído por radio que es un tipo que había estudiado en la misma escuela con él. No sé, tal vez habrá vivido unos años en Dallas. No sé qué es lo que tiene la atmósfera de Dallas.
“ISIDORO MALMIERCA: Dicen que son tres hermanos, hijos de un hombre que se dedica a negocios de petróleo.
“WAYNE SMITH: Su papá, sí. El es un tipo de 22 años, que era estudiante en la universidad de Yale, pero que había dejado sus estudios hace poco. Tal vez es un resentido, un joven que ha fracasado, que actuó por sentimiento. Hablando con toda franqueza, me alegro que sea un tipo como él y no, digamos, un puertorriqueño o algo así, que podría provocar implicaciones políticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Las especulaciones sobre motivaciones políticas para hacer eso.
“WAYNE SMITH: Sí, eso podría innegablemente permitir estimular, alentar interpretaciones políticas. Un joven blanco, de Colorado, Texas; es muy difícil hacer interpretaciones políticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Ha habido incluso ya algunas informaciones de la policía que dicen que es un hombre que actuó solo, sin vinculación con otros grupos…
“WAYNE SMITH: Sí, debe haber sido un loco o fanático, acercarse tanto al Presidente… Bueno, fue capturado enseguida. Sacó su pistola y disparó…
“ISIDORO MALMIERCA: ¿Brady murió?”
“WAYNE SMITH: No.
“ISIDORO MALMIERCA: Decían que había muerto.
“WAYNE SMITH: Sí. Hubo informes de que sí, que había muerto, pero últimamente han dicho que no, que está muy grave, pero no se murió. Me imagino que si hubiera sido de calibre 45 sí era de muerte, pero calibre 22 tiene ciertas posibilidades… Pero parece que recibió la bala en la cabeza, evidentemente en la cabeza… Eso no es nada bueno, no hay muchas esperanzas.
“ISIDORO MALMIERCA: Un balazo en la cabeza, de cualquier calibre, es algo muy grave.
“WAYNE SMITH: Brady está muy grave. Podría quedar vivo pero sería un vegetal.
“ISIDORO MALMIERCA: Lamento que nuestra entrevista haya sido provocada por un hecho tan lamentable.
“WAYNE SMITH: Le agradezco sus votos. Enviaré inmediatamente un cable avisando a mi gobierno de nuestra conversación. Le ruego que transmita al Presidente Fidel Castro mi agradecimiento.
No hago comentario alguno. La versión de Malmierca, redactada inmediatamente después del encuentro, habla por sí misma. Wayne Smith es hoy un firme luchador contra el bloqueo y las agresiones a Cuba.
Pero no concluye aquí la historia de nuestra conducta hacia el Presidente de un país que desde los días de Einsenhower elaboró cientos de planes para eliminarme físicamente.
Una información entregada muy confidencialmente en el verano de 1984 a un oficial responsable de la seguridad de los representantes cubanos en ONU alertaba sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan, por parte de un grupo de extrema derecha en Carolina del Norte. Al conocerla, decidimos informar de inmediato a las autoridades norteamericanas. Nuestro oficial sugirió entregarla a través de Robert C. Muller, jefe de seguridad de la misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, con el cual se tenía contacto para la protección de delegaciones cubanas que visitaban al organismo internacional.
El atentado se produciría en fecha muy próxima cuando Reagan visitara Carolina del Norte, como parte de la campaña para reelegirse en el cargo.
La información estaba completa; daba nombres de los implicados en el plan; día, hora y lugar donde sería el magnicidio; tipo de armamento que poseían los terroristas y dónde guardaban las armas; además de todo eso, el centro de reunión de los elementos que estaban planificando la acción y un breve relato de lo que habían conversado en dicha reunión.
La entrega de la información se realizó en un encuentro con Muller en un edificio situado en la calle 37 y la Tercera Avenida, a dos cuadras del edificio de la misión cubana.
Se le trasladaron todos los detalles conocidos, garantizando quedara bien claro lo más importante, como era los nombres de los involucrados, lugar, hora y tipo de armamento que se utilizaría por estos.
Al final del intercambio, nuestro oficial le comunicó que había recibido instrucciones del gobierno de Cuba de hacerlo con urgencia, y que lo habíamos seleccionado por conocer que era un profesional en los problemas de seguridad.
Muller leyó lo que había escrito para asegurarse de que no había alterado nada y que estaban todos los elementos importantes.
Preguntó por la fuente, se le dijo era segura. Planteó que el servicio secreto tendría necesidad de entrevistarse con los funcionarios cubanos.
Se le contestó no había inconveniente en hacerlo.
Aproximadamente a las cuatro y media de la tarde de ese día, los agentes del Servicio Secreto se reunieron con la representación cubana.
La entrevista se llevó a cabo en el apartamento 34-F, situado en el piso 34 de un complejo de edificios nombrado Ruppert Towers, que se encuentra en la calle 92 entre Tercera y Segunda Avenida, en la parte alta de Manhattan.
Los agentes eran dos hombres jóvenes, blancos, pelados bien bajo, vestidos de traje. Su objetivo era principalmente chequear lo que Muller les había trasladado, pues traían en sus manos copia del cable que este les había enviado. Al comprobar el contenido del cable se les aseguró no faltaba nada.
Los agentes del Servicio Secreto querían conocer quién había dado la información y cómo esta había llegado a nuestro poder. Se les respondió lo mismo que se le había dicho a Muller. También se interesaron en saber si era posible alguna ampliación, y se les dijo que si llegaba algo nuevo se les trasladaría de inmediato.
Ellos dieron su tarjeta y pidieron se les llamara directamente si se conocían otros datos adicionales, plantearon no era necesario hacerlo por medio de Muller.
El lunes siguiente pudimos conocer que el Buró Federal de Investigaciones había detenido a un grupo de personas en Carolina del Norte a las que se les hacían varias acusaciones, ninguna de ellas ¿como es de suponer? relacionadas con un atentado al Presidente Reagan, quien viajó a dicho Estado poco después como parte de la campaña por la reelección al cargo de Presidente.
Antes de que transcurrieran cuatro o cinco días de la detención, a fines de esa propia semana, Muller llamó por teléfono a la Misión para invitar al funcionario cubano a almorzar, lo cual hicieron en el restaurante para Delegados de las Naciones Unidas. Lo primero que hizo fue pedir se trasladara al gobierno de Cuba el agradecimiento del gobierno de Estados Unidos por la información brindada, y confirmó que habían operado contra el grupo de involucrados. ¡Un luchador antiterrorista cubano salvó la vida de un Presidente de Estados Unidos!
Alguna prensa norteamericana menciona un diario íntimo de más de 700 páginas de apuntes personales de Reagan, desde su toma de posesión hasta la entrega del mando a Bush (padre), tratando de hacer ver que su gobierno no fue tan agresivo contra Cuba.
Sin embargo, según cuentan, Robert McFarlane, entonces Subsecretario de Estado subordinado a Alexander Haig, afirmó en sus memorias:
“De todos los gobiernos que han lidiado con Fidel Castro desde 1959, el de Reagan parecía el menos adecuado para dialogar con el régimen comunista de Cuba”.
Tal vez Reagan experimentó algún agradecimiento tanto por nuestra preocupación cuando sufrió el atentado en 1981, como por el aviso que le salvó la vida ante un peligro inminente, y lo agradeció a través de Robert C. Muller
Reagan fue quien suscribió con Cuba el primer acuerdo migratorio, pero no podía escapar de su entorno, porque otros más a la derecha todavía que él lo eliminaban físicamente, como hicieron con Kennedy después que conoció el terrible riesgo de una guerra termonuclear.
Reagan sin duda cambió su política hacia Cuba en un año electoral, incumplió el acuerdo suscrito que fijó la entrega de hasta 20 mil visas por año para viajes seguros, al otorgar menos de mil, y mantuvo la llamada Ley de Ajuste que tantas vidas cubanas ha costado.
El 11 de septiembre del 2001 en el vecino país se produjo un verdadero caos. Durante mucho tiempo los aeropuertos tenían prohibido realizar aterrizajes. Un incalculable número de vuelos con pasajeros estaban en el aire. Eran las noticias que se transmitían por los medios de difusión masiva de Estados Unidos. Se informaba de miles de víctimas en Nueva York, entre personal que trabajaba en las Torres Gemelas, bomberos y visitantes. También se habló de personas que iban en un avión de pasajeros lanzado contra el Pentágono. Ofrecimos el envío de sangre segura procedente de donantes habituales si se necesitaba en algún caso. La donación de sangre es una tradición de la Revolución cubana desde hace mucho tiempo.
Coincidió casualmente con el día en que habíamos convocado a las 6:00 de la tarde a casi 15 000 estudiantes de nivel superior y graduados universitarios, con motivo de la reinauguración de la escuela “Salvador Allende”, donde 3 599 jóvenes comenzarían estudios superiores para prepararse con métodos nuevos y probados a fin de ejercer como maestros de primaria.
Hoy se cumplen seis largos años de aquel doloroso episodio. En la actualidad se conoce que hubo desinformación deliberada. No recuerdo haber oído hablar ese día de que en los sótanos de esas torres, en cuyos pisos superiores radicaban bancos de multinacionales junto a otras oficinas, había depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro. La orden era disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro. Los cálculos sobre estructuras de acero, impactos de avión, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban, no se ajustan a los criterios de matemáticos, sismólogos, especialistas en información y especialistas en demolición, etcétera, etcétera. Lo más dramático es la afirmación de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurrió. Consta sin embargo que varias personas que viajaban de New Jersey a San Francisco, conversaron con familiares cuando ya la nave aérea estaba bajo el control de individuos ajenos a su tripulación normal.
Analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, caídos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ningún avión se estrelló sobre el Pentágono y que sólo un proyectil pudo generar el orificio geométricamente redondo que en dicha instalación creara el supuesto avión. Tampoco aparece pasajero alguno que allí pereciera. Nadie en el mundo tenía dudas sobre las noticias recibidas de un ataque al edificio del Pentágono. Fuimos engañados al igual que los habitantes del resto del planeta.
Al hablar en la Ciudad Deportiva aquel 11 de septiembre, entre otras consideraciones abordé el tema de la tragedia en Estados Unidos. Para no incluir el discurso completo, extraje párrafos textuales del mismo:
[...] El acto no pensábamos suspenderlo, ni podía suspenderse, a pesar de la tensión internacional creada por los acontecimientos. Imagino que muchos los conozcan; pero, en esencia, consistieron en que, aproximadamente a las 9:00 de la mañana un Boeing, de los grandes, se estrella directamente contra uno de los dos edificios de las famosas torres de Nueva York, uno de los más altos del mundo, que tiene dos alas.
Como es natural, aquello se incendia con todo el combustible de uno de esos grandes aviones; empiezan a ocurrir escenas tremendas, y 18 minutos después otro avión, también de una empresa aérea norteamericana, ataca y se estrella directamente contra la otra ala de la torre.
Unos minutos más tarde, otro avión se estrella contra el Pentágono. Llegan noticias, en medio de cierta confusión, de una bomba frente al Departamento de Estado y otros hechos alarmantes, aunque he mencionado los más importantes.
Evidentemente el país había sido víctima de un violento y sorpresivo ataque, inesperado, inusitado, algo verdaderamente insólito, que dio lugar a escenas impresionantes, en especial cuando ardían las dos torres y, sobre todo, cuando ambas se desploman, con sus 100 pisos, sobre otras edificaciones próximas, y se conocía que allí trabajaban decenas de miles de personas en diversas oficinas que representan numerosas empresas de variados países.
Era lógico que aquello produjera una conmoción en Estados Unidos y en el mundo, las bolsas de valores comenzaron a derrumbarse, y por la importancia política, económica, tecnológica y el poder de Estados Unidos, el mundo hoy estaba conmovido con aquellos acontecimientos que fue necesario seguir durante todo el día, a la vez que por nuestra parte se mantenía la atención sobre las condiciones y las circunstancias en que se realizaría este acto.
Por tanto había dos temas: la escuela y su importantísimo curso, y la catástrofe de tipo político y humano que se había producido allá, especialmente en Nueva York
[...] Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quizás, precisamente al sentirse Cuba plenamente libre, con patria y sin amo, por su cultura y por su falta de complejos, sea el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto ?y ellos se percatan de eso ?a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro país.
Además no olvidamos al pueblo norteamericano que puso fin a la guerra de Viet Nam con su enorme oposición a aquella guerra genocida; no olvidamos al pueblo norteamericano que, en un número superior al 80 por ciento, apoyó el regreso de Elián a nuestra patria; no olvidamos cuánto idealismo, perturbado muchas veces por el engaño, porque ?como hemos dicho muchas veces? para llevar a un norteamericano a que apoye una causa injusta, una guerra injusta, primero hay que engañarlo, y el método clásico utilizado en la política internacional de ese enorme país es el método de engañar primero, para contar después con el apoyo de la población. Cuando sucede a la inversa y su pueblo descubre que algo es injusto, por su tradición de idealismo, se opone a aquello que ha estado apoyando, muchas veces causas muy injustas, convencido de que lo que apoyaba era justo.
Por eso nosotros ?que sabemos no el número exacto, pero que hemos visto escenas impresionantes de sufrimientos y posibles víctimas? hemos sentido dolor profundo y tristeza por el pueblo norteamericano, fieles a la línea que hemos seguido siempre.
No andamos adulando a gobiernos, ni pidiendo perdones, ni favores, ni se alberga en nuestros pechos ni siquiera un átomo de temor. La historia de la Revolución ha demostrado cuán capaz es de desafiar, cuán capaz es de luchar, cuán capaz es de resistir lo que tenga que resistir, algo que nos ha convertido en un pueblo invencible. Esos son nuestros principios, una Revolución que se basa en ideas, en la persuasión y no en la fuerza.
[...] Nuestra reacción ha sido la que dije, y quisimos que nuestro pueblo viera las escenas y contemplara la tragedia. Y no hemos vacilado en expresar públicamente nuestro sentimiento. Aquí mismo está una declaración que se entregó a la prensa internacional alrededor de las 3:00 de la tarde, elaborada tan pronto se conocieron los hechos; mientras tanto, nuestra televisión estaba enfrascada en la divulgación de los acontecimientos. Sería comunicada a nuestro pueblo en el noticiero de la noche.
Me adelanto aquí algunos minutos para hacerles conocer la Declaración Oficial del Gobierno de Cuba, frente a los hechos ocurridos en Estados Unidos.
“El Gobierno de la República de Cuba ha recibido con dolor y tristeza las noticias sobre los ataques violentos y sorpresivos realizados en la mañana de hoy contra instalaciones civiles y oficiales en las ciudades de Nueva York y Washington, que han provocado numerosas víctimas. [...] “No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido víctima durante más de 40 años de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos.
“Tanto por razones históricas como por principios éticos, el Gobierno de nuestro país rechaza y condena con toda energía los ataques cometidos contra las mencionadas instalaciones y expresa sus más sinceras condolencias al pueblo norteamericano por las dolorosas e injustificables pérdidas de vidas humanas que han provocado dichos ataques.
“En esta hora amarga para el pueblo norteamericano, nuestro pueblo se solidariza con el pueblo de Estados Unidos y expresa su total disposición a cooperar, en la medida de sus modestas posibilidades, con las instituciones sanitarias y con cualquier otra institución de carácter médico o humanitario de ese país, en la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas ocasionadas por los hechos ocurridos en la mañana de hoy.”
Aunque no se sepa si son 5 000, 10 000, 15 000, 20 000 las víctimas, se sabe que solo en los aviones que fueron estrellados contra las torres, o contra el Pentágono, viajaban cientos de pasajeros, y ofrecimos lo que podíamos si hiciera falta.
Ese es un país que tiene un gran desarrollo científico, médico, recursos; pero hay momentos en que pudiera hacer falta sangre de un grupo, plasma ?cualquier otro producto que nosotros podamos donar lo haríamos gustosamente?, o apoyo médico, o de personal paramédico, porque sabemos que muchos hospitales tienen déficit de determinados técnicos y profesionales. En fin, lo que queríamos era expresar nuestra actitud y nuestra disposición con relación a estos trágicos acontecimientos.
[...] Los secuestros aéreos, método inventado contra Cuba, se convirtieron en una plaga universal, y fue Cuba la que al fin y al cabo resolvió ese problema cuando, después de advertirlo reiteradamente, devolvimos a Estados Unidos a dos secuestradores; es doloroso, eran ciudadanos cubanos, pero los habíamos advertido, vinieron y los enviamos, cumplimos la palabra pública; pero nunca, ni siquiera después nos dieron noticias para sus familiares. Tienen su modo de actuar. Nadie sabe. Sé que los condenaron a 40 años, y aquello fue lo que puso fin al secuestro de aviones.”
[...] Ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza, no hay poder global, ni poder tecnológico, ni poder militar que pueda garantizar la inmunidad total contra tales hechos, porque pueden ser acciones de grupos reducidos difíciles de descubrir.
Es muy importante saber cuál va a ser la reacción del gobierno de Estados Unidos. Posiblemente vengan días peligrosos para el mundo, no estoy hablando de Cuba. Cuba es el país que más tranquilo está en el mundo, por diversas causas: por nuestra política, por nuestras formas de lucha, por nuestra doctrina, nuestra ética, y, además, compañeras y compañeros, por la ausencia total de temor.
Nada nos inquieta, nada nos intimida. Sería muy difícil fabricar una calumnia contra Cuba, no lo creería ni el que la inventara y patentizara, es muy difícil; y Cuba no es hoy cualquier cosa en el mundo, tiene una posición moral muy grande y una posición política muy sólida.
[...] Los días próximos van a ser tensos dentro de Estados Unidos, empezarán a emitir opiniones no se sabe cuánta gente.
[...] Les sugeriríamos a los que dirigen el poderoso imperio que sean serenos, que actúen con ecuanimidad, que no se dejen arrastrar por raptos de ira o de odio, ni se lancen a cazar gente lanzando bombas por todas partes.
Reitero que ninguno de los problemas del mundo, ni el terrorismo, se pueden resolver por la fuerza, y cada acción de fuerza, cada acción disparatada del uso de la fuerza, en cualquier parte, agravaría seriamente los problemas del mundo.
El camino no es la fuerza ni la guerra. Lo digo aquí con toda la autoridad de haber hablado siempre con honradez, poseer convicciones sólidas y la experiencia de haber vivido los años de lucha que ha vivido Cuba. Sólo la razón, la política inteligente de buscar la fuerza del consenso y la opinión pública internacional puede arrancar de raíz el problema. Creo que este hecho tan insólito debiera servir para crear la lucha internacional contra el terrorismo; pero la lucha internacional contra el terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aquí y otro por allá; matando aquí y allá, usando métodos similares y sacrificando vidas inocentes. Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de estado y otras formas repulsivas de matar, poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente una política de paz y de respeto a normas morales y legales que son ineludibles. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de cooperación internacional.
[...] Nosotros hemos demostrado que podemos sobrevivir, vivir y progresar, y todo lo que aquí se muestra hoy es expresión de un progreso sin paralelo en la historia. No se progresa solo produciendo automóviles, se progresa desarrollando inteligencias, impartiendo conocimientos, creando cultura, atendiendo a los seres humanos como deben ser atendidos, que es el secreto de la enorme fuerza de nuestra Revolución.
No tiene salvación el mundo por otras vías y me estoy refiriendo en este caso a las situaciones de violencia. Búsquese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos de la plaga del terrorismo. Hay otra terrible plaga que se llama, por ejemplo, SIDA; otra que mata a decenas de millones de niños, adolescentes y personas en el mundo por hambre, por enfermedades y por falta de asistencia y medicamentos.
Hay en el terreno político ideas absolutistas, pensamiento único que se le trata de imponer al mundo, y promueven rebeldías e irritaciones por todas partes.
No se salva este mundo ?y ya esto no tiene que ver con el terrorismo? si continúa desarrollándose o aplicándose este orden económico y social injusto que conduce al mundo a la catástrofe, a un camino del cual no podrían escapar los 6 200 millones ni los futuros hijos de los habitantes que hoy tiene este planeta, que está siendo cada vez más destruido y conducido a la pobreza, al desempleo, al hambre y a la desesperación. Lo demuestran las masas en distintos lugares ya históricos, como Seattle, Québec, Washington, Génova.
Ya los más poderosos líderes de la economía y de la política mundial no pueden casi reunirse; la gente tiene cada vez menos miedo, está sublevada, lo que puede apreciarse en todas partes. Yo acabo de estar en Durban, provincia de África del Sur, y vi allí a miles de personas pertenecientes a las Organizaciones No Gubernamentales; se ve crecer como espuma el descontento en el mundo. [...]
¡Qué enorme diferencia entre la conducta del gobierno de Cuba y la del gobierno de Estados Unidos! ¡La Revolución, que se basa en la verdad, y el imperio, que se basa en la mentira!
Fidel Castro Ruz Septiembre 11 del 2007 5:25 p.m.
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Los superrevolucionarios
3 septiembre 2007
Leo cuidadosamente todos los días las opiniones sobre Cuba de agencias tradicionales de prensa, incluidas las de los pueblos que formaron parte de la URSS, las de la República Popular China y otras. Me llegan noticias de órganos de prensa escrita en América Latina, España y el resto de Europa.
El cuadro es cada vez más incierto ante el temor de una recesión prolongada como la de los años que siguieron a 1930. El gobierno de Estados Unidos recibió el 22 de julio de 1944 los privilegios otorgados en Bretton Woods a la potencia militar más poderosa, emitir el dólar como moneda internacional de cambio. La economía de ese país estaba intacta después de la guerra, en 1945, y disponía de casi el 70 por ciento de las reservas en oro del mundo. Nixon decidió unilateralmente, el 15 de agosto de 1971, suspender la garantía en oro por cada dólar emitido. Con eso financió la matanza de Vietnam en una guerra que costó más de 20 veces el valor real de las reservas en oro que le quedaban. Desde entonces la economía de Estados Unidos se sostiene a costa de los recursos naturales y los ahorros del resto del mundo.
La teoría del crecimiento continuo de la inversión y el consumo, aplicada por los más desarrollados a los países donde la inmensa mayoría es pobre, rodeada por lujos y derroches de una exigua minoría de ricos, no solo es humillante sino también destructiva. Ese saqueo y sus desastrosas consecuencias es la causa de la rebeldía creciente de los pueblos, aunque muy pocos conozcan la historia de los hechos.
Las inteligencias más dotadas y cultivadas se incluyen en la lista de recursos naturales y están tarifadas en el mercado mundial de bienes y servicios.
¿Qué ocurre con los superrevolucionarios de la llamada extrema izquierda? Algunos lo son por falta de realismo y el agradable placer de soñar cosas dulces. Otros no tienen nada de soñadores, son expertos en la materia, saben lo que dicen y para qué lo dicen. Es una trampa bien armada en la que no debe caerse. Reconocen nuestros avances como quienes conceden limosnas. ¿Carecen realmente de información? No es así. Les puedo asegurar que están absolutamente informados. En determinados casos, la supuesta amistad con Cuba les permite estar presentes en numerosas reuniones internacionales y conversar con cuantas personas del exterior o del país deseen hacerlo, sin traba alguna de nuestro vecino imperial a sólo 90 millas de las costas cubanas.
¿Qué aconsejan a la Revolución? Veneno puro. Las fórmulas más típicas del neoliberalismo.
El bloqueo no existe, pareciera una invención cubana.
Subestiman la más colosal tarea de la Revolución, su obra educacional, el cultivo masivo de las inteligencias. Sostienen la necesidad de personas capaces de vivir realizando trabajos simples y rudos. Subestiman los resultados y exageran los gastos en inversiones científicas. O algo peor: se ignora el valor de los servicios de salud que Cuba presta al mundo, donde en realidad, con modestos recursos, la Revolución desnuda el sistema impuesto por el imperialismo, que carece de personal humano para llevarlo a cabo. Se aconsejan inversiones que son ruinosas, y los servicios que aportan, como el alquiler, son prácticamente gratuitos. De no haberse detenido a tiempo las inversiones extranjeras en viviendas, habrían construido decenas de miles sin más recursos que la venta previa de las mismas a extranjeros residentes en Cuba o en el exterior. Eran además empresas mixtas regidas por otra legislación creada para empresas productivas. No había límites para las facultades de los compradores como propietarios. El país suministraría los servicios a tales residentes o usuarios, para lo cual no se requieren los conocimientos de un científico o un especialista en informática. Muchos de los alojamientos podían ser adquiridos por los órganos de inteligencia enemigos y sus aliados.
No se puede prescindir de algunas empresas mixtas, porque controlan mercados que son imprescindibles. Pero tampoco se puede inundar con dinero el país sin vender soberanía.
Los superrevolucionarios que recetan tales medicamentos ignoran de forma deliberada otros recursos verdaderamente decisivos para la economía, como es la producción creciente de gas, que ya purificado se convierte en una fuente inestimable de electricidad sin afectar el medio ambiente y aporta cientos de millones de dólares cada año. De la Revolución Energética promovida por Cuba, de vital y decisiva importancia para el mundo, no se dice una palabra. Llegan todavía más lejos: ven en la producción cañera, un cultivo que se sostuvo en Cuba con mano de obra semiesclava, una ventaja energética para la isla, capaz de contrarrestar los elevados precios del diésel que derrochan sin freno los automóviles de Estados Unidos, Europa Occidental y otros países desarrollados. Se estimula el instinto egoísta de los seres humanos, mientras los precios de los alimentos se duplican y triplican.
Nadie ha sido más crítico que yo de nuestra propia obra revolucionaria, pero jamás me verán esperar favores o perdones del peor de los imperios.
Fidel Castro Ruz
3 de septiembre del 2007
8 y 36 p.m. |
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La sumisión a la política imperial
27 agosto 2007
En este artículo: Barack Obama, Bill Clinton, Bloqueo, Cuba, Eisenhower, Ernesto Che Guevara, Estados Unidos, George W. Bush, Hillary Clinton, Jimmy Carter, Ley Helms-Burton, Richard Nixon
De los Presidentes de Estados Unidos y los aspirantes a ese cargo, sólo conocí uno que por motivos ético-religiosos no fue cómplice del brutal terrorismo contra Cuba: James Carter. Esto supone, desde luego, otro Presidente que prohibió el empleo de funcionarios de Estados Unidos para asesinar a dirigentes cubanos. Se trata de Gerald Ford, que sustituyó a Nixon después del escándalo de Watergate. Con su llegada irregular al cargo pudiera calificarse como un Presidente simbólico. Al ilustre presidente Eisenhower, nada opuesto al terrorismo anticubano, sino más bien el iniciador, debemos agradecerle al menos su definición del complejo militar-industrial que hoy, con su insaciable e incurable voracidad, constituye el motor que conduce a la especie humana a su actual crisis. Habían transcurrido más de tres mil millones de años desde que surgieron en el planeta Tierra las primeras formas de vida.
Un día el Che y yo nos fuimos a jugar golf. Él había sido caddie para ganar algo en su tiempo de ocio; por mi parte, no sabía absolutamente nada de ese costoso deporte. Ya se había decretado por el Gobierno de Estados Unidos la suspensión y el reparto de la cuota azucarera de Cuba, después de aprobada por la Revolución la Ley de Reforma Agraria. El partido de golf fue con prensa gráfica. El propósito real, burlarnos de Eisenhower.
En Estados Unidos se puede tener una minoría de votos y ganar la Presidencia. Fue lo que le pasó a Bush. Contar con la mayoría de votos de electores y perder la Presidencia fue lo que sucedió con Gore. De ahí se deriva que el Estado de la Florida, por el número de votos presidenciales que otorga, sea codiciado por todos. En el caso de Bush, fue necesario además el fraude electoral, en el que los primeros emigrantes cubanos de origen batistiano y burgués eran expertos.
De eso no está excluido Clinton, ni tampoco la precandidata del Partido Demócrata. Con su apoyo se aprobó la Ley Helms-Burton, para lo que encontró un pretexto: el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, que más de una vez volaron sobre la ciudad de La Habana y decenas de veces violaron el territorio de Cuba. La orden de impedir vuelos sobre la Capital había sido transmitida a la Fuerza Aérea cubana semanas antes.
Debo contarles que, muy próximo al episodio, había llegado de visita a Cuba el legislador Bill Richardson, el 19 de enero de 1996. Traía, como era habitual, solicitudes de que fuesen puestos en libertad varios presos contrarrevolucionarios. Al plantearle que estábamos ya cansados de tales solicitudes, le hablé de lo que sucedía con los vuelos de Hermanos al Rescate. También le hablé de las promesas no cumplidas sobre el bloqueo. Richardson regresó a los pocos días, el 10 de febrero, y con entonación sincera me expresó, según recuerdo con mayor o menor precisión, lo siguiente: “Eso no volverá a repetirse, el Presidente ha dado ya la orden de que fueran suspendidos”.
Yo creía entonces que las órdenes de un Presidente de Estados Unidos se cumplían. Las avionetas fueron derribadas el 24 de febrero, unos días después de la respuesta. La revista The New Yorker habla y ofrece detalles sobre esa reunión con Richardson.
Parece cierto que Clinton dio la orden de que tales vuelos fuesen suspendidos, pero nadie le hizo caso. Era un año electoral, y aprovechó ese pretexto para invitar a los líderes de la Fundación y suscribir, con el apoyo de todos, la criminal Ley.
A raíz de la crisis migratoria que se desató en 1994, supimos que Carter deseaba actuar en busca de una solución. Clinton no lo aceptó, y llamó a Salinas de Gortari, Presidente de México. Cuba había sido el último país en reconocer su triunfo electoral. Había hecho contacto con él en su toma de posesión como nuevo Presidente de México.
Salinas me comunicó por teléfono la decisión del presidente Clinton de buscar una solución satisfactoria, quien a su vez le rogó que cooperara en esa búsqueda. Así fue como se llegó a un acuerdo en principio. Dicho acuerdo con Clinton incluía la idea de poner fin al bloqueo económico. El único testigo con que contábamos era Salinas. Clinton había “planchado” a Carter en tal proceso. Cuba no podía decidir quién sería el mediador. Salinas narra este episodio con fidelidad. Quien lo desee, puede leerlo en sus textos.
Clinton fue realmente amable cuando coincidió casualmente conmigo en una reunión de la ONU colmada de Jefes de Estado. Fue, además, amistoso, a la vez que inteligente, al exigir el cumplimiento de la Ley con relación al niño secuestrado al rescatarlo con fuerzas especiales enviadas desde Washington.
Los precandidatos están ahora enfrascados en la aventura de la Florida: Hillary, la heredera de Clinton; Obama, el popular candidato afroamericano y varios de los otros 16 que hasta este momento han propuesto su candidatura en ambos partidos, con excepción de Ronald Ernest Paul, congresista republicano, y Maurice Robert Gravel, ex senador demócrata por Alaska.
Ignoro lo que Carter dijo en sus días de candidato. Sea cual fuere su posición, lo cierto es que adiviné que su elección podría evitar al pueblo de Panamá un holocausto, y así se lo dije a Torrijos. Creó en Cuba la Oficina de Intereses y promovió un acuerdo sobre límites jurisdiccionales marítimos. Las circunstancias de su tiempo le impidieron llegar más lejos y se embarcó, a mi juicio, en algunas aventuras imperiales.
Hoy se habla de que un ticket al parecer invencible podría crearse con el binomio Hillary presidente y Obama vice. Ambos se sienten en el deber sagrado de exigir “un gobierno democrático en Cuba”. No están haciendo política; están jugando a las barajas un domingo por la tarde.
Se afirma por los grandes medios que esto sería imprescindible, excepto si Gore se postula. No creo que lo haga, él conoce mejor que nadie la catástrofe que espera a la humanidad si continúa por el actual camino. Cuando fue candidato, por supuesto cometió el error de suspirar por “una Cuba democrática”.
Basta de cuentos y nostalgias. Esto se escribe sencillamente para incrementar la conciencia del pueblo cubano.
Fidel Castro Ruz Agosto 27 del 2007 4:56 p.m.
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