Con qué se compara el ser humano cuando la naturaleza te atemoriza y recuerda lo minúsculo que eres ante su poder destructivo. Y a la vez, si lo interpretas con humildad, te hace saber que somos una misma entidad. Por ahí viene octubre, y me parece que hoy especialmente, estaré recordando a mi abuela Rosa, que cuando comenzaba a hacer cuentos de ciclones, no tenía para cuando parar.