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General: Chavismo y Venezuela hoy
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 15/06/2017 03:57 |
El chavismo no es sólo una corriente política, sino que es sobre todo una realidad sociológica mayoritaria en Venezuela. Pase lo que pase, el chavismo está, por largos decenios, instalado en el sentimiento de la población venezolana más humilde. Igual que el peronismo en Argentina.
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https://www.telesurtv.net/tags/Elecciones
Un grupo de 70 acompañantes internacionales se encuentran en Venezuela para la elección regional que se celebrará en el país el 15 de octubre.
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El presidente de la República, Nicolás Maduro, celebra en el Palacio de Miraflores el triunfo de la Revolución Bolivariana en las elecciones regionales. Exclamó que hoy "ha triunfado la paz, la patria grande, la Venezuela bolivariana y chavista", y que "el chavismo arrasó".
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16 octubre 2017 |
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, envió un mensaje de felicitación a su homólogo de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, por la contundente victoria obtenida por el PSUV en las elecciones regionales. Te felicito por los resultados de las elecciones estaduales. Venezuela ha dado otra gran lección de paz, vocación democrática, coraje y dignidad. El legado de Chávez está vivo.
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Reputados neurólogos han sugerido que una serie de dolencias misteriosas entre diplomáticos estadounidenses en Cuba –lo que ha causado una fisura diplomática entre los dos países– podría haber sido provocada por una forma de “histeria colectiva”, en lugar de por ataques sónicos.
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Para las familias que viven en la mayoría de países en vías de desarrollo, las preocupaciones sobre la educación de niñas y niños suelen ser tan básicas como ¿será posible mandar a nuestros hijos a la escuela? Los datos de Naciones Unidas sugieren que en la última década hubo "casi cero progreso" para solucionar el acceso a educación en algunos de los países más pobres del mundo.
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Para las familias que viven en la mayoría de países en vías de desarrollo, las preocupaciones sobre la educación de niñas y niños suelen ser tan básicas como ¿será posible mandar a nuestros hijos a la escuela? Los datos de Naciones Unidas sugieren que en la última década hubo "casi cero progreso" para solucionar el acceso a educación en algunos de los países más pobres del mundo.
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16 octubre 2017 |
El ARSAT-1 es un satélite de comunicaciones geostacionario operado por la empresa ARSAT, propiedad del Estado argentino. Fue construido por la empresa argentina INVAP. Aunque originalmente estaba programado el lanzamiento para mediados de 2012, fue pospuesto al año 2013. Finalmente el satélite fue lanzado el 16 de octubre de 2014.
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16 octubre 2017 |
Poco a poco, Villa Clara avanza en el complejo proceso de satisfacer las necesidades de los miles de damnificados de Irma, al tiempo que son aplicadas fórmulas lo más equitativas posibles para asegurar la alimentación y la entrega de otros recursos a una población severamente afectada; con 51577 viviendas dañadas.
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(Por Atilio A. Boron) Pasada la medianoche del domingo la edición digital del diario Clarín (Buenos Aires) no decía una palabra sobre el resultado de las elecciones venezolanas. Su colega La Nación, en cambio, titulaba de la siguiente manera lo ocurrido en Venezuela: “Rotunda victoria del chavismo en las regionales, resultados que la oposición no acepta”. En un caso ninguneo absoluto de la noticia: el acontecimiento no existió; en el otro, manipulación de la noticia, porque el énfasis está puesto en el hecho de que, como era previsible, la oposición no aceptaba su derrota. El Nuevo Heraldo (Miami) es más cauteloso, y titula así: “Chavismo gana 17 de 23 gobernaciones; oposición venezolana denuncia posibilidad de fraude en elecciones.” Lo que se da como un hecho para La Nación pasa a ser una posibilidad de fraude para el periódico de Miami. El Nacional de Caracas también destacaba las 5 gobernaciones obtenidas por la MUD frente a las 17 del PSUV. Al terminar de escribir estas notas aún no se había definido la situación del estado Bolívar, que de ningún modo podría alterar el paisaje electoral. En la Argentina casi todos los programas informativos de la mañana de hoy, lunes, oficialistas declarados o vergonzantes, sólo hablaban del fraude. Para fundamentar tan grave acusación entrevistaban a irreprochables informantes, todos ellos férreos opositores al gobierno bolivariano que decían, sin aportar una sola prueba, que las elecciones habían sido fraudulentas. Repito: para esos pseudo-periodistas -en realidad pérfidos agentes de propaganda de la derecha- los dichos de los rabiosos perdedores de ayer son evidencias más que suficientes para desechar el veredicto de las urnas.
Es obvio que el resultado registrado ayer domingo en Venezuela es un duro golpe para la derecha, no sólo de ese país sino de toda América Latina. Un revés para los planes golpistas y destituyentes obsesionados por derrocar a Nicolás Maduro y, de esa forma, apoderarse del petróleo venezolano que es lo único que le interesa a Washington. Ese resultado es, asimismo, un caso excepcional en donde un gobierno atacado con saña desde el exterior: guerra económica, ofensiva mediática, agresión diplomática (la OEA, gobiernos europeos, etcétera), amenazas de intervención del gobierno de Estados Unidos (declaraciones de Donald Trump, Rex Tillerson, Mike Pompeo, y otros personajes menores) y que provoca indecibles sufrimientos a la población logra prevalecer en las urnas. No recuerdo otro semejante en donde ante esta perversa constelación de factores desestabilizadores un gobierno haya salido triunfante en las urnas con una mayoría absoluta de votos, en torno al 54 por ciento. Una proeza similar la concretó Salvador Allende. Enfrentado a un ataque muy pertinaz aunque no tanto como el infligido a Venezuela, obtuvo un gran resultado en las elecciones de diputados de Marzo de 1973 al alzarse con el 44.2 % de los votos, impidiendo que la oposición de derecha alcanzara los dos tercios necesarios en el Senado para destituir al presidente chileno. Aún así, está lejos del guarismo obtenido por el chavismo. Y Winston Churchill perdió las elecciones convocadas con la finalización de la Segunda Guerra Mundial a manos del laborista Clement Attlee: 49.7 % contra 36.2 % de Churchill. Las penurias de una guerra, declarada o no, afectan negativamente a los partidos gobernantes y Churchill lo sufrió en carne propia, todo lo cual realza aún más la notable victoria obtenida por el chavismo en las elecciones regionales del día de ayer.
Por supuesto, como era previsible, la derecha habla de un fraude: ¿habrá habido tal cosa en el Zulia, en Táchira, en Mérida, en Nueva Esparta y Anzoátegui, donde triunfó la oposición? O sea, donde esta triunfó no hubo fraude sino un límpida consulta ciudadana; donde perdió, hubo fraude. Un disparate. Aquellos son estados muy importantes, y curiosamente el gobierno del “dictador” Nicolás Maduro aceptó el revés electoral sin chistar. El rechazo de la derecha y sus aliados fuera de Venezuela ante las reiteradas derrotas sufridas a manos del chavismo es una práctica viciosa que se arrastra desde que Hugo Chávez triunfara en los comicios presidenciales de Diciembre de 1998. Como es bien sabido, las relaciones entre la derecha y la democracia siempre han sido tirantes. Su historia es la historia de un matrimonio mal avenido que da pie a “una relación infeliz.” La primera acepta a la segunda sólo cuando la favorece, cosa que no ocurre con la izquierda que invariablemente aceptó el veredicto negativo de las urnas, como lo demuestra la historia venezolana en estos últimos 18 años. La victoria roja en el crucial estado de Miranda, arrebatado a Henrique Capriles, es todo un símbolo de la vitalidad del chavismo pese a las enormes dificultades que venezolanas y venezolanos enfrentan en la vida cotidiana como producto principal, si bien no exclusivo, de la fenomenal agresión externa. Por el tamaño de su electorado Miranda es el segundo distrito del país. Pero el chavismo también triunfó en Lara, Carabobo y Aragua, que son los tres que le siguen por la dimensión de su cuerpo electoral. Pero la derrota del oficialismo en la llamada “media luna”: Zulia, Táchira y Mérida, estados fronterizos con Colombia, es preocupante y no puede ser medida tan sólo en términos electorales. Allí anidan sectores animados por un fuerte espíritu secesionista que, si las condiciones internas llegaran a deteriorarse, podrían convertirse en una crucial cabeza de playa para facilitar alguna intervención foránea en Venezuela.
A pesar del sabotaje al proceso electoral y las denuncias anticipadas de fraude, lanzadas con el objeto de desalentar la participación popular en el comicio, el 61.14 % que acudió a las urnas –algo más de diez millones de ciudadanos- se ubica por encima del promedio histórico para este tipo de elecciones estaduales y constituyen motivo de envidia de más de un país cuyas credenciales democráticas jamás son puestas en cuestión por la ideología dominante. Por ejemplo, Chile, en donde en las últimas elecciones presidenciales participó, en el balotaje entre Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, apenas el 41.9 del padrón electoral. Pese a esto la canalla mediática no cesa de caracterizar al gobierno bolivariano como una “dictadura”. Muy extraña, como lo recordaba Eduardo Galeano: con elecciones cada año -22 con las que se celebraron el día de ayer- y aceptando las derrotas cuando se produjeran. Sin duda, un duro rompecabezas para los politólogos y publicistas del establishment que tienen que vérselas con una rarísima “dictadura” adicta a las elecciones. Para resumir: el chavismo, que antes contaba con 20 gobernaciones pierde tres y retiene 17. Pero la recuperación de Miranda y Lara tiene un significado político muy especial porque se reconquistan dos baluartes desde los cuales la derecha planeaba relanzar sus aspiraciones presidenciales.
Lo que se viene no parece difícil de discernir. Desesperada por su frustración electoral un sector de la derecha, acicateada por sus amos estadounidenses, anuncia su voluntad de largarse por tercera vez a “calentar las calles” y apostar a la violencia criminal como forma de acabar con el chavismo. Cosa que habrían hecho de todas maneras porque un triunfo como el que se les escapó de las manos y que anhelaban con tanta (infundada) esperanza los habría envalentonado para “ir por más” y exigir la renuncia de Maduro y un llamado anticipado a elecciones presidenciales. O sea, desconocimiento de las elecciones cualesquiera fuesen sus resultados. Como perdieron su debilísimo espesor democrático se habrá licuado por completo y –ojalá me equivoque- seguramente veremos el súbito resurgimiento de la ola terrorista que asoló el país durante más de tres meses. En tal caso, será responsabilidad indelegable del gobierno garantizar el orden público aislando a los sectores terroristas y evitando que, con sus desmanes y su “intransigencia”, se pongan a la cabeza de la oposición. Pero para que tal cosa no ocurra será necesario no sólo impedir con energía la irrupción de la violencia sino también fortalecer los canales de diálogo con las fuerzas políticas que apostaron a la institucionalidad democrática y que conquistaron el gobierno en cinco estados. Venezuela no puede volver a transitar por la pesadilla padecida entre Abril y Julio del corriente año. Su pueblo no merece la reiteración de tamaño castigo y la revolución bolivariana no debe volver a transitar al borde del abismo como ocurriera durante aquellos aciagos meses. En suma: una importante victoria del chavismo, logros significativos de la oposición en algunos estados de gran importancia económica y geopolícia, y la esperanza de que, esta vez, se evite la recaída en el espiral de la violencia política persistentemente promovido por la derecha, con el impulso que le ofrece la Casa Blanca y la complicidad de las oligarquías mediáticas que desinforman y embrutecen a las poblaciones de Nuestra América.
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Triunfo contundente del civismo y de la política en Venezuela
Consejo electoral anuncia resultados electorales
El gobierno venezolano se anotó este domingo dos triunfos: uno, la adjudicación de la gobernación en 17 de los 23 estados, y dos, la comprobación de que la política es la única salida posible para la crisis venezolana, en unos comicios regionales que tuvo la participación de más del 61% de la ciudadanía, superando escenarios previos de elecciones similares en el país.
Las elecciones se realizaron en un clima de total paz, sin incidentes, con una participación masiva de ciudadanos. Al cierre de la jornada dominguera, restaba aún la definición en el importante e industrial estado Bolívar.
Existe preocupación en el gobierno porque la oposición ganó las gobernaciones de los estados Táchira, Zulia y Mérida (además de Anzoátegui y la insular Nueva Esparta), en zonas estratégicas de fronteras de vital importancia, en momentos en que el presidente estadounidense Donald Trump tiene esa línea obsesiva contra Venezuela.
La oposición ya cuenta con una Asamblea Nacional, “legalizaron” en la sede de Washington de la OEA un Tribunal Supremo de Justicia… ¿Irán ahora por la formación de un Poder Ejecutivo paralelo?
La elección de gobernadores significó una medición de fuerzas y una redistribución de posiciones institucionales, parte de un entramado electoral que tendrá su cima en los comicios presidenciales de finales de 2018. Paralelamente, desde el gobierno se trabaja en la creación de una nueva institucionalidad, como conclusión de la Asamblea Nacional Constituyente.
Las elecciones fueron la comprobación de que la política puede prevalecer en Venezuela aún en tiempos de altos niveles de conflictividad y violencia. Tras cuatro meses de terrorismo callejero con el fin de derrocar al presidente Nicolás Maduro y cuando la prensa hegemónica cartelizada afirmaba que todo estallaba en mil pedazos, esta fórmula política destrabó el enfrentamiento y encontró una salida política a lo que se promocionaba como una inevitable guerra civil.
No cabe duda que Venezuela sobrevive en crisis en medio de una guerra económica y financiera y la falta de respuestas del gobierno, con precios de alimentos que suben a diario y medicinas que desaparecieron del mercado, con salarios desnutridos, billetes que escasean, pero la liturgia de la campaña electoral siguió los parámetros de las anteriores en los últimos 18 años.
La corrupción, tradicionalmente arma estratégica discursiva de la oposición, ha sido denunciada recientemente por el Poder Ejecutivo como principal enemigo del proceso. Las últimas denuncias hacen suponer que pronto se sabrá quiénes recibieron sobornos de Odebrecht, por ejemplo.
Eleazar Díaz Rangel, director de Últimas Noticias, semana que subsisten preguntas, como hasta dónde llegará el Fiscal o qué hay detrás de estas denuncias: resulta difícil para muchos creer que de verdad no hay intocables, añade.
Plan Almagro, plan Zapatero
El conflicto venezolano es parte de la disputa geopolítica mundial, donde EE.UU. y sus subordinados trabajan en escenarios diplomáticos, económicos, financieros, militares y sobre todo comunicaciones (imponiendo imaginarios colectivos en todo el mundo contra el bolivarianismo), mientras el gobierno redobla –incluso con visitas de Maduro— sus relaciones con China, Rusia, países emergentes, petroleros, en desesperados intentos de evitar la asfixia financiera.
Obviamente, los comicios no son por sí solos una respuesta a la crisis en un país donde no existe una hegemonía definida con claridad, que podría dilucidarse a través del derrocamiento del gobierno o a través de una intervención extranjera, iniciativas que vocifera el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Desde hace más de un año, un equipo de expresidentes socialdemócratas (Rodríguez Zapatero, Torrijos, Leonel Fernández y ahora Danilo Medina), trabajan sobre la opción de la coexistencia entre el gobierno bolivariano y la oposición para el período 2019-2024. En este plan, se acordarían asuntos relativos al Tribunal Supremo de Justicia, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, incluso la creación de un Senado (hoy el Parlamento es unicameral).
Algunos analistas, como el politólogo Leopoldo Puchi, señalan que en esta opción pudiera estudiarse una fórmula de neutralidad geopolítica para Venezuela, con el apoyo de la Unión Europea, Rusia y China. Añade que la forma en que será asumidos los resultados del 15-O, definirá si el evento reforzará la “opción Almagro” o la “opción Zapatero”.
Previo a este acuerdo se debe pactar un entendimiento de convivencia para lo que resta del mandato de Nicolás Maduro: restablecimiento de la Asamblea Nacional (AN), una ley de amnistía y la aprobación por la opositora AN del endeudamiento para refinanciar los bonos de la deuda que vencen en 2018, solicitado por el gobierno. Lo ideal sería que se hubiera pactado antes del 15 de octubre.
Pese a sucesivos desmentidos, hay pistas sobre un acuerdo en materia de diálogo. El presidente de la AN Julio Borges dijo al diario Panorama que ésta está a punto de recuperar todos sus poderes, mientras que Delcy Rodríguez, presidenta de la Asamblea Constituyente, anunció que esta instancia discutirá una ley de amnistía (se liberaron estudiantes presos en Táchira), y la oficialista Tania Díaz habló del reconocimiento mutuo de ambas asambleas.
Entre las tareas que le restan al gobierno central, es impedir el avance de trincheras de la contrarrevolución, ya que cada gobernación en manos de la oposición sería un territorio desde donde avanzar y un presupuesto con el que financiar sus actos.
Y, sobre todo estabilizar la economía, lo que le proporcionaría tiempo para pensar y superar la agudización de los graves problemas que tiene que ver con los precios, el abastecimiento de alimentos y medicinas, el dólar ilegal, los repuestos, los productos de higiene.
En este punto, señala Marco Teruggi, se dificulta prever una mejora. Por la fuerza del ataque/bloqueo exterior y de los grandes empresarios, los precios internacionales del petróleo, por la corrupción que atacó áreas estratégicas, por las señales contradictorias de hacia dónde ir para resistir y avanzar, por el poco impacto de las medidas tomadas en la cotidianidad.
¿Qué sociedad se quiere construir? El Estado proporciona condiciones para crear comunidad-organización, o, al contrario, burocracia política e institucional para operar como freno de mano del mismo proyecto que conforma. Bajo gobierno de derecha el tema sería cómo resistir a la revancha que se descargaría y los cuerpos incendiados entre abril y julio fueron una antesala de eso, añade Teruggi.
El domingo 15 de octubre, el pueblo venezolano dio otra lección de civismo, de democracia. Ahora, deberá recomenzar a andar el camino de la negociación política y del diálogo en busca de una nueva institucionalidad, mientras el nuevo desafío será a finales del año próximo, cuando se deba elegir un nuevo presidente.
https://www.alainet.org/es/articulo/188622
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Triunfo contundente del civismo y de la política en Venezuela
Consejo electoral anuncia resultados electorales
El gobierno venezolano se anotó este domingo dos triunfos: uno, la adjudicación de la gobernación en 17 de los 23 estados, y dos, la comprobación de que la política es la única salida posible para la crisis venezolana, en unos comicios regionales que tuvo la participación de más del 61% de la ciudadanía, superando escenarios previos de elecciones similares en el país.
Las elecciones se realizaron en un clima de total paz, sin incidentes, con una participación masiva de ciudadanos. Al cierre de la jornada dominguera, restaba aún la definición en el importante e industrial estado Bolívar.
Existe preocupación en el gobierno porque la oposición ganó las gobernaciones de los estados Táchira, Zulia y Mérida (además de Anzoátegui y la insular Nueva Esparta), en zonas estratégicas de fronteras de vital importancia, en momentos en que el presidente estadounidense Donald Trump tiene esa línea obsesiva contra Venezuela.
La oposición ya cuenta con una Asamblea Nacional, “legalizaron” en la sede de Washington de la OEA un Tribunal Supremo de Justicia… ¿Irán ahora por la formación de un Poder Ejecutivo paralelo?
La elección de gobernadores significó una medición de fuerzas y una redistribución de posiciones institucionales, parte de un entramado electoral que tendrá su cima en los comicios presidenciales de finales de 2018. Paralelamente, desde el gobierno se trabaja en la creación de una nueva institucionalidad, como conclusión de la Asamblea Nacional Constituyente.
Las elecciones fueron la comprobación de que la política puede prevalecer en Venezuela aún en tiempos de altos niveles de conflictividad y violencia. Tras cuatro meses de terrorismo callejero con el fin de derrocar al presidente Nicolás Maduro y cuando la prensa hegemónica cartelizada afirmaba que todo estallaba en mil pedazos, esta fórmula política destrabó el enfrentamiento y encontró una salida política a lo que se promocionaba como una inevitable guerra civil.
No cabe duda que Venezuela sobrevive en crisis en medio de una guerra económica y financiera y la falta de respuestas del gobierno, con precios de alimentos que suben a diario y medicinas que desaparecieron del mercado, con salarios desnutridos, billetes que escasean, pero la liturgia de la campaña electoral siguió los parámetros de las anteriores en los últimos 18 años.
La corrupción, tradicionalmente arma estratégica discursiva de la oposición, ha sido denunciada recientemente por el Poder Ejecutivo como principal enemigo del proceso. Las últimas denuncias hacen suponer que pronto se sabrá quiénes recibieron sobornos de Odebrecht, por ejemplo.
Eleazar Díaz Rangel, director de Últimas Noticias, semana que subsisten preguntas, como hasta dónde llegará el Fiscal o qué hay detrás de estas denuncias: resulta difícil para muchos creer que de verdad no hay intocables, añade.
Plan Almagro, plan Zapatero
El conflicto venezolano es parte de la disputa geopolítica mundial, donde EE.UU. y sus subordinados trabajan en escenarios diplomáticos, económicos, financieros, militares y sobre todo comunicaciones (imponiendo imaginarios colectivos en todo el mundo contra el bolivarianismo), mientras el gobierno redobla –incluso con visitas de Maduro— sus relaciones con China, Rusia, países emergentes, petroleros, en desesperados intentos de evitar la asfixia financiera.
Obviamente, los comicios no son por sí solos una respuesta a la crisis en un país donde no existe una hegemonía definida con claridad, que podría dilucidarse a través del derrocamiento del gobierno o a través de una intervención extranjera, iniciativas que vocifera el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Desde hace más de un año, un equipo de expresidentes socialdemócratas (Rodríguez Zapatero, Torrijos, Leonel Fernández y ahora Danilo Medina), trabajan sobre la opción de la coexistencia entre el gobierno bolivariano y la oposición para el período 2019-2024. En este plan, se acordarían asuntos relativos al Tribunal Supremo de Justicia, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, incluso la creación de un Senado (hoy el Parlamento es unicameral).
Algunos analistas, como el politólogo Leopoldo Puchi, señalan que en esta opción pudiera estudiarse una fórmula de neutralidad geopolítica para Venezuela, con el apoyo de la Unión Europea, Rusia y China. Añade que la forma en que será asumidos los resultados del 15-O, definirá si el evento reforzará la “opción Almagro” o la “opción Zapatero”.
Previo a este acuerdo se debe pactar un entendimiento de convivencia para lo que resta del mandato de Nicolás Maduro: restablecimiento de la Asamblea Nacional (AN), una ley de amnistía y la aprobación por la opositora AN del endeudamiento para refinanciar los bonos de la deuda que vencen en 2018, solicitado por el gobierno. Lo ideal sería que se hubiera pactado antes del 15 de octubre.
Pese a sucesivos desmentidos, hay pistas sobre un acuerdo en materia de diálogo. El presidente de la AN Julio Borges dijo al diario Panorama que ésta está a punto de recuperar todos sus poderes, mientras que Delcy Rodríguez, presidenta de la Asamblea Constituyente, anunció que esta instancia discutirá una ley de amnistía (se liberaron estudiantes presos en Táchira), y la oficialista Tania Díaz habló del reconocimiento mutuo de ambas asambleas.
Entre las tareas que le restan al gobierno central, es impedir el avance de trincheras de la contrarrevolución, ya que cada gobernación en manos de la oposición sería un territorio desde donde avanzar y un presupuesto con el que financiar sus actos.
Y, sobre todo estabilizar la economía, lo que le proporcionaría tiempo para pensar y superar la agudización de los graves problemas que tiene que ver con los precios, el abastecimiento de alimentos y medicinas, el dólar ilegal, los repuestos, los productos de higiene.
En este punto, señala Marco Teruggi, se dificulta prever una mejora. Por la fuerza del ataque/bloqueo exterior y de los grandes empresarios, los precios internacionales del petróleo, por la corrupción que atacó áreas estratégicas, por las señales contradictorias de hacia dónde ir para resistir y avanzar, por el poco impacto de las medidas tomadas en la cotidianidad.
¿Qué sociedad se quiere construir? El Estado proporciona condiciones para crear comunidad-organización, o, al contrario, burocracia política e institucional para operar como freno de mano del mismo proyecto que conforma. Bajo gobierno de derecha el tema sería cómo resistir a la revancha que se descargaría y los cuerpos incendiados entre abril y julio fueron una antesala de eso, añade Teruggi.
El domingo 15 de octubre, el pueblo venezolano dio otra lección de civismo, de democracia. Ahora, deberá recomenzar a andar el camino de la negociación política y del diálogo en busca de una nueva institucionalidad, mientras el nuevo desafío será a finales del año próximo, cuando se deba elegir un nuevo presidente.
https://www.alainet.org/es/articulo/188622
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