McDonald`s aseguró que su principal prioridad es cuidar de sus empleados, por lo que ha ofrecido a todos los trabajadores de estos restaurantes la oportunidad de incorporarse a otros establecimientos de la cadena en Ucrania.
El líder de Partido Liberal-Demócrata de Rusia, Vladímir Zhirinovski, ha propuesto cerrar todos los restaurantes de la cadena de comida rápida McDonald´s en todo el país
Notimex - "McDonald`s ha cerrado sus restaurantes en Crimea, eso está muy bien. Los cerraremos en todo el país (...) y luego nos ocuparemos de Coca-Cola", dijo el diputado ruso citado por la agencia Ria Novosti.
La filial de la empresa estadunidense en Ucrania anunció ayer que suspendía las actividades en sus establecimientos en Crimea debido a "razones de fabricación" ajenas a la compañía, según informaron en un comunicado.
La empresa cesó sus operaciones en los establecimientos situados en las localidades de Simferopol, Sebastopol y Yalta, aunque confía en ser capaz de reanudarla en cuanto tenga oportunidad.
McDonald`s aseguró que su principal prioridad es cuidar de sus empleados, por lo que ha ofrecido a todos los trabajadores de estos restaurantes la oportunidad de incorporarse a otros establecimientos de la cadena en Ucrania.
La medida de la empresa estadunidense coincide con la adhesión de Crimea la Federación de Rusa, tras un referendo, donde la mayoría de la población de la península, que es de origen ruso, votó por la separación de Ucrania.
En la semana se reportó que Rusia e Irán habían alcanzado un acuerdo para el intercambio de petróleo por bienes, es decir, sin el uso de divisas. El hecho encendió inmediatamente las alarmas en Occidente, que ha defendido al dólar como la principal moneda de intercambio en las transacciones petroleras globales.
El anuncio favoreció los precios del oro, ya que medidas de este tipo tienden a debilitar a la divisa americana, que resulta cada vez menos confiable debido a los problemas económicos de Estados Unidos y a su inmensa y creciente deuda pública.
El oro, en cambio, es un activo palpable y seguro, que no puede ser tan fácilmente sometido a la especulación y cuyo valor siempre ha ido al alza, o por lo menos, se ha mantenido respecto a la depreciación del dinero de papel.
Desde inicios de la década de los 70, Estados Unidos negoció un acuerdo con Arabia Saudita, mayor productor mundial de crudo, que permitió el surgimiento del llamado petrodólar.
Este acuerdo se basó en una alianza geoestratégica que brindó a los árabes la poderosa protección militar americana y ayudó también a afianzar el dominio económico global de Estados Unidos.
A partir de entonces, los sauditas empezaron a aceptarle a los americanos el pago en dólares por su petróleo, en lugar del oro que habían exigido por décadas.
Siendo los energéticos uno de los bienes más intercambiados a nivel internacional, y Arabia Saudita su mayor exportador, el acuerdo favoreció la penetración del dólar en todo el comercio global.
Ahora los billetes verdes eran un “bien” necesario para adquirir los elementales energéticos y la divisa estadounidense se posicionó también como una de las más importantes en las reservas internacionales de muchas naciones.
Este fenómeno dio a los americanos una enorme ventaja por encima de cualquiera de sus socios comerciales: ellos poseían la fábrica de los dólares.
Si las negociaciones se hacían en esa moneda y una de las contrapartes podía producirla a discreción y sin control, entonces ningún acuerdo podía estar balanceado ni ser justo.
Es por esto que cuando Rusia –mayor productor de gas del mundo–, e Irán –que ocupa el segundo lugar en producción de crudo–, hablan de un acuerdo donde no habrá divisas de por medio, y en particular dólares, los americanos se ponen a temblar.
El dólar es la fuente principal del poderío estadounidense, y en su defensa el país ha detonado guerras, invasiones y todo tipo de embestidas económicas.
El conflicto reciente en Ucrania, donde un golpe de Estado instaló en el país a un gobierno que simpatiza más con Occidente que con su vecino Rusia, desató la nueva escalada de sanciones de Estados Unidos contra el gobierno del Kremlin, en una suerte de preámbulo de Guerra Fría.
Pero las sanciones de Occidente, lejos de ser una demostración de fuerza, podrían mostrar debilidad y revertirse incluso como una amenaza a la hegemonía que ha ostentado por décadas.
Evidentemente, Estados Unidos ya advirtió que acuerdos como el del intercambio de bienes por petróleo anunciado por Rusia e Irán, favorecerán nuevas sanciones contra los dos países.
Para lo que el gobierno americano y sus aliados deberían estar preparados es para el enorme acuerdo energético que podrían signar Rusia y China, pues éste sí competiría en serio contra los convenios de EUA con Arabia Saudita y sus socios petroleros estratégicos.
Si este nuevo pacto energético se materializa, una gran cantidad de las transacciones globales de energía se harán en rublos y en yuanes, en reemplazo del dólar, lo que constituirá un auténtico tiro de gracia para la aún poderosa divisa estadounidense.
Recientemente, Estados Unidos y sus aliados del G7, que incluye a las principales potencias europeas y a Japón, retiraron a Rusia como su socio; esto, en represalia por la anexión de la península de Crimea, que era parte de Ucrania, a la Federación Rusa, donde ésta tiene su mayor flota del Mar Negro y constituye, además, su principal salida marítima al Mediterráneo y a la región árabe.
La medida fue más bien cosmética, pues los rusos no estuvieron de origen en la integración de ese bloque y nunca fueron parte formal del mismo. Éste siempre se denominó “Grupo de los 7” y, durante un tiempo, “7 más 1”, pero no “Grupo de los 8”.
Por otro lado, los miembros son principalmente naciones insolventes, son las más endeudadas del mundo y sus déficit han crecido sin excepción a niveles preocupantes.
Los europeos no pueden enemistarse del todo con Rusia, pues dependen en gran medida de su gas. Por ejemplo Alemania, que compra a los rusos el 36% de todas sus importaciones del energético. En el caso de Italia, es el 28% y en el de Francia el 16 por ciento.
Diversos analistas aseguran que la conformación de una nueva alianza entre China y Rusia, que podría integrar incluso a la India, es muy probable. El acuerdo constituirá, sin lugar a dudas, un reacomodo global de consecuencias inesperadas sobre todo para Occidente, que no está dispuesto a perder todas las ventajas que la historia le ha dado a su economía y a su moneda.
"Rusia no puede permitir a EE.UU. ni a otros países que experimenten con Corea del Norte"
Publicado: 18 sep 2017 08:50 GMT
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Hasta que EE.UU. y sus aliados, Corea del Sur y Japón, contemplen la opción de una intervención militar, Pionyang, "seguirá desarrollando su programa nuclear", advierte un senador ruso.
Un helicóptero estadounidense AH-36 Apache sobrevuela vehículos blindados durante unos ejercicios conjuntos con Corea del Sur cerca de la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, el 21 de abril de 2017.
Una operación militar de Estados Unidos y de sus aliados contra Corea del Norte obligaría a Pionyang a responder con todos los medios disponibles, advierte el presidente del Comité de Exteriores del Consejo de la Federación de Rusia, Konstantín Kosachev, en declaraciones a la prensa. Asimismo, el senador ha subrayado que Rusia no permitirá que Washington experimente cerca de sus fronteras, algo que EE.UU. se permite hacer por encontrarse a una "distancia geográfica significativa".
"Ellos [los líderes de Corea del Norte] harán todo lo posible para protegerse de una interferencia exterior", sostiene Kosachev. En este sentido, según él, hasta que EE.UU., otros países occidentales, sus aliados, Corea del Sur, Japón y otras naciones regionales "admitan la posibilidad de intervención y derrocamiento del régimen que existe" en Corea del Norte, Pionyang "seguirá desarrollando su programa nuclear".
Según Kosachev, no existe una solución militar para la crisis coreana, por lo que si Corea del Norte hace uso de "las posibilidades que tiene", todo esto —opina— "terminará muy mal, no solo para la región, sino también para todo el mundo, incluido EE.UU.".
En la crisis de la península coreana Washington se siente "algo más cómodo", ya que se encuentra "a una distancia geográfica significativa", por lo que puede "permitirse el lujo de experimentar", opina. Mientras tanto, Rusia, que tiene una frontera común con Corea del Norte, "no está para bromas" y "no puede permitir a EE.UU., ni a otros países, que ocupan posiciones radicales aquí, que experimenten con Corea del Norte de este modo", ha sentenciado el senador ruso.
EE.UU. amenaza con destruir Corea del Norte
Después de que Pionyang llevara a cabo su sexta prueba nuclear, seguida por el lanzamiento de un misil por sobre Japón el pasado 14 de septiembre, Nikki Haley, representante permanente de EE.UU. ante la ONU, declaró que este organismo había agotado todas las opciones que tiene a su disposición para contener a Corea del Norte y su programa nuclear.
Según la diplomática, la acción militar no puede descartarse. "Si Corea del Norte continúa con esta conducta temeraria, si EE.UU. tiene que defenderse o defender a sus aliados de alguna forma, Corea del Norte será destruida", indicó Haley.
El pasado 11 de septiembre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó nuevas sanciones contra Corea del Norte que implican la prohibición del suministro de condensados de gas al país asiático, así como restricciones a la importación de productos refinados.
EE.UU. desea 'cerrar sus cielos' a los inspectores militares de Rusia
Publicado: 26 sep 2017 20:09 GMT
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El Kremlin insta a resolver cualquier diferencia a través de los mecanismos estipulados por el Tratado de Cielos Abiertos.
Maksim Blinov / Sputnik
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Estados Unidos planea restringir los vuelos sobre su territorio que tendrían que realizar expertos militares rusos como parte del Tratado de Cielos Abiertos y podría anunciar esa medida este martes, durante la reunión que la comisión consultiva de ese acuerdo celebrará en Viena (Austria), informa 'The Wall Street Journal'.
El Tratado de Cielos Abiertos, firmado en 1992 y en vigor desde 2002, permite a sus 34 adscritos realizar vuelos de inspección sobre otros países firmantes para promover la transparencia de las actividades militares, fortalecer la seguridad y desarrollar la confianza entre estados.
La postura estadounidense sobre el tratado ha sido clarificada este martes por el presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Joseph Dunford, quien ha declarado que su país desea mantener su vigencia, pero los suspendería si Rusia no se atenía a las normas.
Ese medio de comunicación espera que la delegación norteamericana acuse a Rusia de violar acuerdo debido a sus restricciones de 500 kilómetros por encima de Kaliningrado, su enclave báltico. A cambio EE.UU. podría limitar los vuelos de inspección rusos sobre Alaska y Hawái.
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha recordado que los países miembros "deben seguir estrictamente las condiciones y presentar quejas a través de los mecanismos del tratado".
La mayoría de los participantes del Tratado de Cielos Abiertos son países miembros de la OTAN, que acordaron no inspeccionarse los unos a los otros, algo que el Ministerio de Exteriores de Rusia estima que "crea desequilibrio de información y […] viola el espíritu" del acuerdo.
Ese pacto obtuvo repercusión en agosto, cuando un avión de observación ruso sobrevoló la Casa Blanca, el Pentágono, la sede de la CIA y una base militar en Maryland. Coincidiendo con un periodo de altas tensiones en EE.UU. sobre la presunta injerencia rusa en las presidenciales de 2016, el vuelo desencadenó una histeria mediáticaen ese país.
Destronar al dólar: Rusia y China extienden el comercio en rublos y yuanes
Publicado: 3 nov 2017 16:51 GMT
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El comercio de monedas nacionales protege a los países contra las "influencias externas" y ayuda a evitar riesgos de fluctuaciones en las tazas de cambio, según expertos.
Alexandr Demyanchuk / Sputnik
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Moscú y Pekín pretenden extender el acuerdo trienal de swap de divisas nacionales (intercambio de rublos y yuanes) valorado en 25.000 millones de dólares, con el fin de aumentar el uso de sus respectivas monedas en el comercio bilateral.
"Los reguladores financieros de ambos países están trabajando para extender el acuerdo bilateral de swap de divisas para los próximos tres años", cita la agencia TASS al vice primer ministro ruso Serguéi Prijodko durante una visita oficial a China.
Evitar riesgos
Por su parte, el analista Mehdi Mehdiyev ha comentado a RT Deutsch que tanto China como Rusia se han comprometido a promover sus propias monedas, lo que significa que es probable que la parte del dólar se reduzca a nivel internacional. De acuerdo con el experto, "eso es un hecho, y no es solo indicativo del volumen de transacciones en monedas nacionales".
El comercio de monedas nacionales protege, según el analista, a los países contra las "influencias externas" y ayuda a evitar riesgos de fluctuaciones en las tasas de cambio. Asimismo, los acuerdos de swap ayudan a reducir el déficit presupuestario, enfatiza Mehdiyev.
El primer ministro ruso Dmitri Medvédev y el primer ministro chino Li Keqiang se reúnen Pekín. 1 de noviembre de 2017. / Alexander Astafiev / Sputnik
Evitar sanciones
Por otro lado, el experto financiero Andrew K.P. Leung señala que para Moscú, el comercio en monedas nacionales es una forma de eludir las sanciones occidentales, y para Pekín, promover el yuan.
"China es uno de los principales compradores de las exportaciones de energéticas rusas", por lo que "la extensión del intercambio de divisas reducirá los costos de transacción" entre ambas naciones y "disminuirá la dependencia de Rusia del dólar estadounidense", apunta Leung.
Por su parte, el politólogo ruso Sarkis Tsaturyan, subraya que la "desdolarización" será un proceso largo y doloroso que puede afectar tanto a Moscú como a Pekín. Aunque Rusia y China se están alejando del dólar estadounidense, este es un proceso que puede llevar, según Tsaturyan, de 15 a 20 años.
"Ya que la economía de China se basa en el dólar, es poco probable que Pekín derrumbe el dólar. Sería un disparo en su propia rodilla", concluye el politólogo.