"¿Por qué quieren las fuerzas especiales de EE.UU. que les fabriquen ametralladoras rusas?", se pregunta Michael Peck, analista de la revista estadounidense The National Interest.
Bastaría con echar un vistazo a "cualquier video de un conflicto como los de Irak y Siria, y la respuesta queda clara", sugiere el especialista. "Muchos de los combatientes usan armas rusas o soviéticas, o sus copias, desde fusiles y lanzacohetes hasta ametralladoras pesadas montadas en camionetas", responde Peck.
Ello, a juicio del analista de The National Interest, significa que "cuando las fuerzas especiales de EE.UU. proporcionan armas a algunos de estos grupos tienen que adquirirlas en mercados internacionales de armamento". El especialista apunta a que esta circunstancia ha empujado a los líderes del Comando de Fuerzas Especiales (USSOCOM) de EE.UU. a hacerse la pregunta de por qué no hacerla ellos mismos.
En otras palabras, los estadounidenses se plantean fabricar copias de armas rusas sin licencia alguna, o mediante un simple robo de propiedad intelectual, en términos jurídicos.
Tanto el especialista de The National Interest como el mando de Fuerzas Especiales de EE.UU. son conscientes de ello. Peck intenta explicarlo: "Uno se pregunta si pudiera haber un problema de derechos intelectuales con la producción de armas rusas en EE.UU. sin licencia, aunque los espías rusos [el experto evita nombrar ni siquiera un arma rusa copiadas a EE.UU., RT] y chinos no han sido reticentes a la hora de servirse de tecnología de EE.UU.".
"De cualquier manera, parece una idea sensata y económica producir armas extranjeras en EE.UU., en lugar de tener que recurrir a ellas a través de los comerciantes internacionales de armas", prosigue el analista.
El objetivo que ha planteado el USSOCOM ante las compañías nacionales es "desarrollar una capacidad doméstica innovadora para producir copias en pleno funcionamiento de armas de fabricación extranjera que sean iguales o mejores que lo que actualmente se está produciendo a nivel internacional". Esta idea está plasmada en una propuesta del Comando de Fuerzas Especiales llamada Small Business Innovation Research.
De forma más específica, el USSOCOM quiere que las empresas estadounidenses estudien si es factible "la ingeniería inversa o rediseñar y producir internamente armas extranjeras como una ametralladora ligera alimentada por cinta 7,62 x 54R que sea parecida a la PKMo (Pulemiot Kalashnikova Modernizirovani), de diseño ruso, y una ametralladora pesada de 12,7×108 mm que se asemeje a la NSV (Nikitin, Sokolov, Volkov), de diseño ruso", recoge la solicitud.