Las elecciones presidenciales de Brasil, previstas en primera vuelta para el domingo 7 de octubre, llaman la atención de toda América Latina por el peso político y económico de este país, conocido como el 'gigante amazónico'.
13 aspirantes fueron habilitados por el Tribunal Superior Electoral (TSE) para disputar la contienda, pero a medida que se acerca la fecha algunos sondeos de opinión apuntan a un posible empate técnico entre los candidatos Jair Bolsonaro, un exmilitar considerado de ultraderecha (Partido Social Liberal) y Fernando Haddad, quien asumió la candidatura del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) tras el impedimento judicial de Lula Da Silva.
De resultar acertado este pronóstico, Bolsonaro y Haddad se medirán en una segunda vuelta electoral anunciada para el 28 de octubre. El vencedor gobernará una nación con creciente influencia regional y mundial.
Algunos números
Se trata de un país con 208,5 millones de habitantes, según cifras del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE), lo que lo convierte, a decir de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en uno de los 10 países más poblados del mundo.
Desde 2009, Brasil integra el grupo de países BRICS, junto con Rusia, India, China y Sudáfrica. Una organización de economías emergentes, creada para transformar el mundo unipolar y contrarrestar la posición dominante de Occidente.
Importancia regional
"Brasil es para América Latina lo que Alemania para Europa", estima el economista Ingerzon Freites, investigador del Observatorio Venezolano de la Realidad Económica (OVRE).
Además de haberse erigido como una de "las economías más grandes de la región y el mundo", el economista indica que además representa un factor decisivo en el comercio intrarregional ya que "exporta grandes cantidades de bienes y servicios a sus vecinos, pero también es un mercado que demanda productos".
Eso quiere decir, que quien gobierne ese país, "puede influir (regionalmente) en lo económico y lo político", añade Freites.
Integración
Del resultado electoral del 7 de octubre, también dependerá la orientación de la política exterior de Brasil y sus relaciones de vecindad.
Durante los gobiernos de Lula Da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), este país tuvo un rol relevanteen organismos de integración como: la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Pero, en abril de este año, el actual presidente Michel Temer, que llegó al poder luego de la destitución de la presidenta Rousseff, se sumó al grupo de naciones que anunciaron su retiro de la UNASUR, lo que supone un golpe al mecanismo suramericano.
No solo el presidente
De allí que el periodista uruguayo Aram Aharoniam estime que en las elecciones brasileras no solo está en juego el nombre del próximo presidente, sino aspectos internos y externos como "el futuro de los BRICS, las gigantescas reservas de petróleo del Presal, el respaldo a iniciativas de integración, y la recomposición de las conquistas laborales y sociales".
Aharoniam observa que el evento electoral ocurrirá con una "sociedad polarizada" entre aquellos que votarán por "el retorno al pasado reciente" (gobiernos de Lula y Dilma) y quienes asumen "el discurso del orden a cualquier costo".
Estados Unidos
Apelando al pronóstico de una eventual segunda vuelta entre Bolsonaro y Haddad, el analista internacional José Antonio Egido cree que las diferencias ideológicas que redundan en la forma de gobernar se muestran abismales entre ambos candidatos.
Opina el analista que, en consonancia con la práctica de Michel Temer, Jair Bolsonaro "asumiría un rol contrario a la integración suramericana y de mayor cercanía con EE.UU. y la OEA".
Mientras que de vencer Haddad, es predecible que continúe con "la línea integracionista de Lula y Dilma".
Por su parte, el politólogo argentino Atilio Borón advierte que las políticas y programas que el próximo presidente de Brasil intente llevar adelante dependerán de la futura composición del Congreso y el Senado.
"Sólo después de conocer qué partidos dominarán el Parlamento, se sabrá también en qué condiciones políticas asumirá el nuevo gobierno", dijo Borón.
El contexto
Aunque el próximo gobierno sea de derecha o de izquierda tendrá un escenario difícil de afrontar.
José Gabriel Giavedoni, doctor en ciencias políticas y miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, considera que las condiciones políticas de Brasil y la región "han cambiado drásticamente" en los últimos años y delimitarán el desarrollo de la gestión gubernamental.
En este sentido, considera que si el escenario es el de un Bolsonaro presidente no hay posibilidad de que Brasil "tenga una política exterior que tribute a esas instancias integradoras".
¿Y si vuelve el PT?
En caso contrario, de ganar la izquierda, igualmente tendrá que afrontar un escenario complejo.
Giavedoni recordó que el PT, con Lula o Dilma en la Presidencia, adelantó una política de redistribución del ingreso, a través del programa Bolsa Familia, lo que permitió sacar a miles de brasileros de la pobreza.
"No obstante, otras miles han permanecido en esa situación y Brasil sigue siendo un país con un nivel de desigualdad muy importante", precisa el investigador.
Al respecto, la organización Oxfam informó en 2017 que Brasil sacó a 28 millones de personas de la pobreza en los últimos 15 años y que redujo esa pobreza a menos del 10% de la población.
"Pero los ricos continúan siendo los más beneficiados: entre 2001 y 2015, los 10% más ricos acapararon el 61% del crecimiento económico", dice el informe.
El reto para quien gobierne, considera Giavedoni, consiste en lograr, "más allá de las políticas redistributivas", algunas transformaciones estructurales "como la modificación de la matriz productiva de ese país".
En resumen, dice el académico argentino, de salir victorioso Haddad, es previsible "que retome las prácticas de redistribución de los ingresos", aplicada por sus compañeros de partido. Algo que hasta ahora dejó muchas deudas estructurales".
Pero con un Bolsonaro en Planalto, "todo hace prever que se extremarían las medidas económicas y sociales aplicadas por Michel Temer", finaliza José Gabriel Giavedoni.