Los primeros extranjeros a invertir en la economía de Crimea, tras su adhesión a Rusia, serán empresas de la República Popular China. Tal y como ha podido saber el diario Kommersant, una constructora estatal china y un fondo de inversiones privado podrían llevar a cabo la construcción de un corredor de transporte en Crimea a través del estrecho de Kerch. El volumen de la inversión sería entre 1.200 y 3.000 millones de dólares y parte de la inversión del proyecto se inyectaría en yuanes.

En opinión de algunos expertos, se trata sobre todo de un movimiento político que demostraría el fortalecimiento de las relaciones entre Moscú y Pekín, en el marco del agravamiento de las relaciones entre Rusia y Occidente.

El Ministerio de Transportes se prepara para cerrar un memorándum con las empresas chinas sobre la construcción del corredor de transporte a través del estrecho de Kerch, que conectará la región de Krasnodar y la península de Crimea, según explicaron al diario fuentes cercanas a la elaboración del documento.

El modelo de diseño técnico del proyecto aún no ha sido aprobado: podría tratarse de un puente de ferrocarril-carretera o un puente y un túnel submarino. "Es posible que se firme el memorándum durante la visita de Putin a China en la segunda quincena de mayo”.

Asumiendo que la participación en la financiación del proyecto irá a cargo de la empresa privada China International Fund Ltd (CIF) y, su construcción, de la compañía estatal China Railway Construction Corporation (CRCC).

"La configuración elegida para el proyecto ya ha sido estudiada pero es un hecho que, para realizar parte sustancial de las obras, hay que atraer a la constructora china, que cuenta con experiencia en la ejecución de grandes proyectos de infraestructura similares". Por otra parte, existe "la posibilidad de financiar la construcción en yuanes", subrayó uno de las fuentes de Kommersant.

La documentación previa al proyecto tiene que estar lista para el 30 de mayo, y en julio "se desarrollarán el esquema financiero y el modelo de construcción". Según reveló la fuente del periódico, empresas rusas también participarán en el proyecto.

El proyecto para la construcción de una “pasarela” en el estrecho de Kerch (por el momento se cruza en ferry) se trabaja activamente desde el comienzo de la primavera. Para el 1 de noviembre, se habrán elaborado los estudios sobre la ingeniería y desarrollo de viabilidad técnica y económica. El coste total del corredor se estima en 45.360 millones de rublos (1.270 millones de dólares) y el coste del diseño se ha cifrado en 1.640 millones de rublos (46 millones de dólares).

Sin embargo, según datos de la misma fuente, con un túnel el coste del proyecto ascendería a los 3.000 millones de dólares. Las grandes empresas rusas ya han expresado su interés en el proyecto, pero la decisión de participar se tomará tras analizar el estudio de viabilidad.

Los expertos creen que este paso responde principalmente a las circunstancias políticas. "La rentabilidad del proyecto no está muy clara, por lo que la aparición de las compañías chinas se explica por el deseo de fortalecer su influencia en la región. Así, lo más probable es que sus inversiones retornen al presupuesto de Rusia, incluso a largo plazo", comenta, en referencia a la situación, el director del Instituto de Economía del transporte y Políticas de transporte de la Escuela Superior de Economía, Mijaíl Blinkin.

En su opinión, la participación de las empresas chinas en este proyecto les ayudaría a obtener acceso, en el futuro, a otros proyectos importantes en la región.

China planea invertir en Crimea desde hace tiempo: a finales de 2013, China y Ucrania firmaron un acuerdo sobre la construcción de un puerto de aguas profundas cerca de la ciudad de Eupatoria. Entonces, las compañías chinas esperaban participar en la reconstrucción del puerto pesquero de Sebastopol, en la construcción del aeropuerto de Crimea, los astilleros y una refinería de petróleo.

Además de esto, la primavera de 2013, los astilleros More en Feodosia entregaron a la República Popular China lanchas de desembarco tipo colchón de aire Zubr (cuyo valor se estimó en 350 millones de dólares), y ahora el astillero construye una segunda nave de este tipo para China. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Kommersant.