A pesar del astronómico nivel de inflación, el principal problema en el país caribeño es la falta de dinero real en circulación y para estabilizar la economía nacional hay que evitar las medidas recomendadas por el FMI, explica a Sputnik el macroeconomista ruso Serguéi Blinov.
El experto especificó que se debe seguir otro camino para frenar la hiperinflación en Venezuela sin que ello afecte al crecimiento económico del país y dio unas recomendaciones que podrían estabilizar la situación económica en cuestión de meses.
El alto coste para la población
Según Blinov, la lucha contra la inflación no es la mejor opción, puesto que ello afecta a la población y al mismo tiempo lleva a la recesión económica del país sin garantizar resultados. Ello se debe ante todo a las medidas clásicas que se toman para frenar la inflación.
Por consiguiente, se reducen las ventas de las compañías, y junto con ellas, disminuye la fabricación de productos. Ello puede incluso llevar a un aumento del paro, puesto que estos fabricantes empiezan a tener menos dinero para pagar a sus empleados al sacar menos productos porque no necesitan tanta mano de obra.
Todo esto lleva a una disminución del crecimiento económico del país, e incluso a la recesión. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en Rusia entre 1992 y 1996: las medidas limitativas para frenar la inflación llevaron a una disminución del PIB en un 37% en este periodo de tiempo.
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Por lo cual, hace falta hacer lo contrario: aumentar la cantidad de dinero en circulación, explica el macroeconomista. De tal modo, se mantiene el poder adquisitivo de la población y el ritmo del crecimiento económico del país.
Para corroborar esta afirmación, Blinov ofrece varios ejemplos de la economía mundial donde algunos países lograron mantener el crecimiento económico en el contexto de la hiperinflación.
República de Weimar entre 1920 y 1924: a pesar de que los precios se multiplicaran por 42 en 1922, la producción creció por un 11,7%. Hubo una caída en 1923 cuando Francia ocupó la región de Ruhr y los precios se multiplicaron por 860 millones. No obstante, la producción ya empezó a crecer para mediados de 1924.Argentina: en 1983 la inflación alcanzó un 344%, pero el PIB creció un 2,8%. Un año más tarde la inflación prácticamente se duplicó hasta 627% y el crecimiento del PIB se mantuvo en 2,6%.
Perú: A pesar de que en 1991 el nivel de la inflación estuvo en un 410% se registró un crecimiento del PIB por 2,6%.
Brasil: Entre 1985 y 1994 el país latinoamericano se enfrentaba a unos altos niveles de inflación y en ciertos años los precios crecieron de 20 a 30 veces. A pesar de ello, se registró una caída del PIB de 3,1% solo en 1990. Con ello, en 1985 y 1986 el crecimiento del producto interno bruto superó el 8%.
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