Pedro Sánchez, sobre la exhumación de Franco: "España cumple hoy por fin consigo misma"
Publicado: 24 oct 2019 15:42 GMT
En una declaración institucional, el presidente ha defendido que España tiene una deuda con las familias de los españoles que permanecen enterrados en fosas comunes, los que combatieron el fascismo en Europa o quienes fueron exiliados.
El presidente español, Pedro Sánchez, en una rueda de medios en Bruselas, Bélgica. 18 de octubre de 2019.
Piroschka van de Wouw / Reuters
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El presidente de España en funciones, Pedro Sánchez, ha dicho que hoy "concluye un proceso que ha contado con el concurso de los tres poderes del Estado", tras la exhumación del dictador Francisco Franco del mausoleo en el que se encontraba enterrado en el Valle de los Caídos y el traslado de sus restos al cercano cementerio de Mingorrubio, en el madrileño barrio de El Pardo.
En una declaración institucional ante los medios de comunicación, Sánchez ha explicado que el poder legislativo "sin un solo voto en contra" fue el que instó al Gobierno a poner fin a una "excepción en Europa", que el poder ejecutivo impulsó los actos necesarios y que el poder judicial, con el pronunciamiento del Tribunal Supremo, "ha respaldado un procedimiento dotado de las máximas garantías".
"Se cumple con un mandato del Parlamento, con una sentencia del Tribunal Supremo y con una promesa del Gobierno", ha resumido el presidente, añadiendo que "España cumple hoy por fin consigo misma" al acabar con el "enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público".
Con la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, España cumple consigo misma. Se pone fin a una afrenta moral, se da un paso más en la reconciliación que solo puede descansar en la democracia y la libertad. Hoy nuestra democracia se prestigia a los ojos del mundo.
"Nos costó mucho deshacernos de un régimen represor y casi nos ha llevado el mismo tiempo apartar los restos de su artífice del homenaje público", ha dicho Sánchez, que se ha felicitado por haber cumplido la promesa que su Ejecutivo lanzó cuando llegó al Gobierno hace ahora año y medio.
Más de 10.000 cuerpos sin identificar
El político socialista ha relatado cómo "el mausoleo del Valle de los Caídos fue levantado con el sacrificio de presos políticos", muchos de los cuales se encuentran entre los 33.000 cadáveres que acoge la Basílica del enclave monumental. "Más de un tercio de ellos permanecen aún sin identificar", ha afirmado, recordando que "muchos de ellos reposan allí después de que sus cuerpos fueran trasladados sin consentimiento o con el desconocimiento de sus familiares". "Es una infamia que deberá ser reparada", ha proclamado.
El presidente español se ha referido a las "miles de fosas" que todavía quedan en el país, una situación que ha calificado de "aberración". Así, ha continuado afirmando que "la España de hoy tiene una deuda con esas familias, y también con quienes lucharon combatiendo el fascismo en Europa, con quienes partieron al exilio y con quienes murieron en campos de exterminio", así como con todos "los españoles perseguidos y humillados durante décadas".
Sánchez también ha afirmado que "la España de hoy es fruto del perdón, pero no puede ser la España del olvido", porque la democracia española en la actualidad "es lo opuesto al régimen franquista".
Además, Sánchez ha asegurado que "cuando el Valle de los Caídos vuelva a abrir sus puertas, quienes lo visiten se encontrarán con un lugar distinto", porque simbolizará algo diferente: "El recuerdo de un dolor y un homenaje a todas las víctimas del odio".
Exhuman los restos de Franco del Valle de los Caídos
Publicado: 24 oct 2019 10:34 GMT | Última actualización: 24 oct 2019 17:55 GM
Este jueves concluye el proceso que comenzó el Gobierno socialista de Pedro Sánchez en 2018, después de enfrentarse a los obstáculos legales presentados por la familia del dictador y por la orden benedictina que custodia el templo donde hasta ahora permanecía enterrado.
La Delegación del Gobierno en Madrid anunció este miércoles que prohibía un acto en el camposanto de Mingorrubio, en el barrio madrileño de El Pardo, convocado por la Fundación Francisco Franco para rezar por el alma del dictador, después de que la Policía Nacional emitiera un informe en el que se advertía que se podrían causar desórdenes públicos.
Aún así, a nivel particular, durante la mañana se han concentrado unas decenas de franquistas en el cementerio donde los restos serán reinhumados, que ha obligado a desplegarse a seis furgonetas de la Policía para evitar incidentes.
A primera hora de la mañana seis furgonetas han trasladado a Mingorrubio una docena de coronas de flores, muchas de ellas con los colores de la bandera de España, con diversos mensajes, entre los que se leían 'Barcelona con Franco siempre' o 'Valencia con el generalísimo'.
También alrededor de las 10 de la mañana (local) la familia Franco llegó a la Basílica del Valle de los Caídos. Todos los miembros portaban en la solapa un lazo con los colores de la bandera española y uno de los nietos de dictador, Francis Franco, que portaba la bandera preconstitucional doblada en la mano ha declarado a los medios de comunicación: "Lo que buscan es que parezca que mi abuelo está solo, que nadie quiere estar allí".
Los únicos autorizados a estar presentes en el momento de la exhumación, básicamente familia, autoridades y operarios, tenían prohibido tomar fotografías ni grabar imágenes. Así, los medios de comunicación, que han reunido alrededor de 500 periodistas en los alrededores del recinto, no han tenido permitido acceder al interior de la Basílica.
El Ejecutivo ha cifrado en 63.000 euros el coste de este operativo, que incluye el levantamiento de una losa de mármol de unos 1.500 kilos y el traslado de los restos en helicóptero.
El médico forense Alejandro López Iranzo opina que "como está perfectamente embalsamado, lo normal es que el cuerpo se encuentre momificado", y describe el proceso como que "el cuerpo se deshidrata y queda la estructura, pero sin hidratación", por lo que sostiene que lo más probable es "encontrarlo perfectamente identificable".
Una vez que los restos sean reinhumados, los familiares han ordenado oficiar una ceremonia religiosa. Los nietos de Franco han encargado este culto a Ramón Tejero, sacerdote hijo de Antonio Tejero, quien dio un golpe de Estado fracasado en 1981; y a Santiago Carrera, prior de la abadía del Valle de los Caídos, conocido por su resistencia a la exhumación y por sus simpatías franquistas.
Julián Rebollo, presidente de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo, ve un éxito en la exhumación, aunque asegura que aún queda trabajo con las víctimas de la dictadura. Además, cree que es necesario convertir el Valle en "un centro para la memoria" y "eliminar signos franquistas y religiosos" del lugar.
"Un antes y un después" para las víctimas del franquismo
José Luis Muga, portavoz de la Federación Estatal de Foros por la Memoria Histórica, sostiene que el operativo de este jueves "es un paso más", que significa "un antes y un después", porque "la dignificación de las víctimas del franquismo se podrá hacer con mucha más facilidad". Además cree que "cuando se forme un nuevo Gobierno" se iniciará "todo un proceso para la resignificación" del Valle de los Caídos, y espera que se reconvierta en "un recuerdo de todas las víctimas del franquismo".
Muga también se refiere a los restos de José Antonio Primo de Rivera, el líder fascista que está enterrado en un lugar preeminente hasta ahora junto a los restos de Franco. La intención del presidente Pedro Sánchez es que Primo de Rivera permanezca en el interior de la Basílica pero en un lugar más anónimo, que evite la exaltación. El motivo es que está previsto que en el lugar reposen víctimas de la Guerra Civil y Primo de Rivera sí falleció durante el conflicto, a diferencia de Franco.
El presidente de la Federación de Foros por la Memoria sostiene que esta exhumación "no cierra heridas, sino que sirve para demostrar que el sistema democrático español es un poquito mejor que ayer", y defiende que la apertura de los columbarios de la Basílica que contienen la mayor fosa común de España vaya seguida de instrucciones judiciales para esclarecer las muertes violentas, hallar responsables y proporcionar justicia.
Por su parte, Francisco Cansado, representante de la Asociación pro Exhumación de Republicanos afirma que "se cierra un capítulo a nivel general", pero cree que aún continua abierto otro, que "es la salida de otros muchos restos" que permanecen en el interior de la Basílica del Valle de los Caídos. "Hay que identificar los cuerpos de los familiares que hemos solicitado sacar los restos" y apuesta por "recuperar las cajas con los cuerpos dentro y llevarlos a los pueblos de origen, de donde nunca debieron salir".
Cansado relata su caso particular. Su abuelo, que era concejal de un pequeño Ayuntamiento, era secretario general de un sindicato y labrador. Fue detenido y trasladado primero a Calatayud y posteriormente a Zaragoza, ciudad a la que nunca llegó, puesto que pararon en un desvío, le asesinaron junto con otras 11 personas y le enterraron en una fosa. En el año 1959 se enteraron de que sus restos habían sido sustraídos para llevarlos al Valle de los Caídos. Ahora, al igual que otros muchos familiares, reclama los restos de su abuelo para llevarlos a su tierra natal.
Primeras reacciones políticas
Algunos de los principales líderes políticos del país ya se han manifestado sobre el operativo de este viernes.
El presidente socialista en funciones, Pedro Sánchez, no se ha manifestado todavía a lo largo de esta jornada, pero sí lo hizo este miércoles en un mintin celebrado en Zamora, en el interior del país. Sánchez denominó la exhumación como "una gran victoria de la democracia española", y sostuvo que "algunos critican que esto es electoralismo", pero afirmó que han cumplido con su promesa y que este 24 de octubre acabarán "con el mausoleo del dictador".
Pablo Iglesias, líder del grupo parlamentario Unidas Podemos, ha dicho a través de las redes que "hoy es un día hermoso" para España, aunque ha advertido de que aún quedan "muchas tareas pedientes", porque "el franquismo está incrustado en las oligarquías, en las cloacas y los poderes económicos".
Por su parte, el político del partido de derechas Ciudadanos, Albert Rivera, ha criticado en una entrevista televisiva al Gobierno porque a su parecer "la prioridad no deberían ser los huesos de un dictador muerto hace 44 años".
El final de un proceso
Con esta exhumación culmina un largo proceso jurídico y administrativo que fue impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez hace más de un año, y que ha tenido que superar diversos obstáculos legales, puestos tanto por la familia Franco como por la orden benedictina que custodia la Basílica donde descansaban hasta este jueves los restos del dictador.
Ignacio González Vega, portavoz de Jueces para la Democracia, cree que a la familia aún le queda un último recurso y que en última instancia tratará de llegar hasta Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo para que se pronuncie sobre si se puede sustraer a la familia el derecho a decidir donde deben reposar los restos de un familiar.
Así, si finalmente Estrasburgo les diera la razón, "habría que exhumarlo de El Pardo y llevar sus restos hasta el centro de la ciudad de Madrid", según el jurista, hasta la catedral de la Almudena, donde los nietos del dictador pretendían realizar el nuevo enterramiento, proyecto que fue rechazado por el Gobierno porque volverían a constituir un lugar de exaltación del franquismo en pleno corazón de la capital española.
El traslado de los restos de Franco fue una de las medidas estrella del Ejecutivo socialista desde que Pedro Sánchez fue investido presidente en junio de 2018. Su decisión, además, estaba avalada por la voluntad del Congreso de los Diputados, que en mayo de 2017 había aprobado una proposición no de ley que pedía la exhumación de los restos del dictador y su traslado fuera del Valle de los Caídos para evitar su exaltación.
El Valle de los Caídos es un conjunto monumental en cuyo recinto se encuentran enterrados más de 33.000 combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil española, razón por la cual se considera la mayor fosa común del país. El complejo ha sido objeto de innumerables críticas por ser el único monumento a un dirigente fascista europeo que queda en pie.
El incierto futuro del Valle de los Caídos
Ahora, tras la exhumación, el futuro del recinto monumental está pendiente de una posible resignificación, sobre la que aún no se han tomado decisiones definitivas.
Los distintos partidos políticos españoles han sugerido diferentes propuestas en este sentido, que van desde su total demolición hasta su transformación en un lugar testimonial, como son en la actualidad los campos de concentración nazis en Alemania o el cementerio de Arlington en EE.UU.
En 2011, una comisión de expertos en esta materia elaboró un informe en el que señaló la necesidad de resignificar todo el conjunto del valle de los Caídos bajo la "centralidad de la víctima". En el documento recomendaban un tratamiento histórico del lugar que explicara "objetiva e imparcialmente" la simbología que contiene, "vinculada toda ella a la victoria de Franco y a la ideología nacional-católica que se implantó tras su triunfo".
Una primera imagen poderosa: la ministra de Justicia, Dolores Delgado, flanqueada por dos representantes del Estado, permanece inmutable en la puerta de la basílica del Valle de los Caídos, sobre una larga escalera de piedra, mientras que la familia del dictador introduce el ataúd con sus restos en un coche fúnebre. Ellos se van, la democracia se queda. Creo que esta y no otra debería ser la lectura que hacer de una jornada a la que por fin el apelativo histórico le cae de forma acertada.
La exhumación de Francisco Franco, jefe dictatorial del Estado en España de 1939 a 1975, cargo que consiguió tras una guerra civil y que mantuvo tras una cruenta represión que costó centenares de miles de muertos, ha despertado sensaciones encontradas entre muchos ciudadanos, contrarios a su figura pero también favorables. La mayoría del país, sin embargo, ha creído que el acto era de justicia y necesario, más por una cuestión de incongruencia con los tiempos que por un convencimiento político. Algo tan sólo bueno a medias.
La derecha liberal, PP y Ciudadanos, por un día, han creído oportuno hablar de economía y de las malas cifras en la creación de empleo, con el propósito evidente de vadear un conflicto obvio, el que les provoca enfrentarse a su historia común y relaciones íntimas con el franquismo. Una hipocresía clamorosa donde han hablado de futuro por no tener que hablar de un pasado que aún tiene relaciones con nuestro presente.
Es igualmente obvio que el PSOE aprovecha el momento para sacar réditos electorales, como cierto que cuando la medida fue anunciada por el presidente Sánchez lo fue más como una de esas grandes ideas que marcan el inicio de una legislatura desde lo simbólico. Lo cual no implica que la decisión ya haya dejado una huella –Sanchez, gane o pierda los siguientes comicios será el Presidente que sacó a Franco de su mausoleo– que en términos históricos es indudablemente positiva.
La izquierda ha criticado la escenografía del acto, a su juicio similar a la de un funeral de Estado, en lo que han considerado más un acto similar a un homenaje que a un desagravio. Los vivas a Franco de la familia y el ambiente grave no han ayudado a mejorar la opinión. Lo cierto es que un funeral de Estado es otra cosa en la que caben presencia de altas autoridades no para tomar acta notarial sino para dar una despedida de altura al cuerpo del fallecido. Salvas militares y la bandera nacional suelen completar la escena. Hoy nada de eso ha ocurrido.
Vistos los hechos creo que la izquierda debería centrarse hoy en explicar qué fue el franquismo y cuáles son sus relaciones con nuestro sistema político y económico, por qué no se ha podido exhumar al dictador hasta 2019, antes que magnificar detalles escenográficos mejorables. Parece que incluso cuando la izquierda gana, y esto es una victoria indudable no sólo para esa parte del espectro político, sino que debería serlo para todo demócrata, no sabe celebrarlo y colocar su relato en el debate público, más que uno que popularmente se entiende como "los que se quejan por todo".
En el aspecto más tragicómico del asunto, ese que no puede faltar nunca en un país que inventó la Zarzuela y tuvo como hijos a Goya y a Berlanga, han estado los lazos con la bandera de España que los familiares del dictador llevaban sobre la tela negra de sus abrigos. En el tiro largo de cámara el único color que destacaba de la enseña era el amarillo, justo el utilizado en sus lazos por los independentistas catalanes. El abogado de la familia hablando de volver a "los tiempos del NoDo" en referencia a la señal de televisión única proporcionada por el Estado han completado la pintura negra que las redes sociales han seguido ya con su habitual ironía.
Mientras que unas decenas de fascistas folclóricos y pintorescos se han congregado en la inmediaciones de la salida del Valle y el cementerio de Mingorrubio, donde a partir de ahora yacen los restos del dictador, miles de personas compartían mediante sus sistemas de mensajería digital imágenes de Franco bailando el Thriller de Michael Jackson o acompañado de frases del estilo de "hoy se sale", frase de doble sentido al ser ya la noche del jueves un momento de ocio nocturno. La gente en España mantiene, por fortuna, una sana inclinación a mofarse de sus dirigentes y figuras históricas.
Pero detrás de todo esto hay una frase que leída en su tono más preciso hiela la sangre, la pronunciada por el presidente Sánchez con la intención de dotar de ecuanimidad a su decisión, aquella que decía que a Franco se le iba a exhumar "cuando fuera posible, ni un minuto antes ni uno después". Y ese es justo el problema, la triste descripción del sistema político en España, que sólo ha sido posible en la mañana del 24 de octubre de 2019, ni un minuto antes, 44 años después de la muerte del dictador.
El franquismo fue mucho más que un individuo, un momento histórico o una ideología, fue la manera en que el gran capital se enfrentó en España, con el apoyo del fascismo europeo y la connivencia de las democracias liberales, al aumento de poder del movimiento obrero en los años treinta. Posteriormente, una vez que los aliados del franquismo perdieron la Segunda Guerra Mundial, una vez que comenzó la Guerra Fría, la manera en que los norteamericanos leyeron la estabilidad para sus intereses contra la URSS. En su final el franquismo no fue derrotado por una revolución, sino que en un complejo momento histórico, la Transición española, dio paso por un equilibrio de debilidades a la actual democracia, impregnándola de buena parte de sus postulados, estructuras y fines.
Es cierto que España es un país muy diferente al de 1939 y distinto al de 1978, fecha oficial del fin del franquismo. Pero no lo es menos que aunque Franco ha sido exhumado de su mausoleo de homenaje, propiedad pública, aún el franquismo no ha sido exhumado por completo de la sociedad española.