"Yo tengo el deber de intentar proteger la institución, la Policía Federal (…) busqué una solución alternativa para evitar una crisis política durante la pandemia, pero entendí que no podía dejar de lado mi compromiso con el Estado de Derecho (…) Este último acto es la señal de que el presidente me quiere fuera del cago", aseguró en una comparecencia pública.
Horas antes, el Gobierno anunció la destitución del director general de la Policía Federal, Mauricio Valeixo, un hombre de confianza del ministro Moro, que él mismo había puesto en el puesto.Moro dijo que se enteró de su destitución de madrugada y a través del Diario Oficial de la Unión. Aunque el Gobierno anunció que Valeixo salía por petición propia, Moro dijo que eso es "ofensivo" porque no es así, y además acusó a Bolsonaro de querer a un nombre que le permitiera línea directa con el contenido de las investigaciones.
Además, el exministro de Justicia acusó al presidente Jair Bolsonaro de mentir y de querer interferir en la Policía Federal, encargada de investigar escándalos de corrupción.
"El gran problema no es tanto a quién colocar, sino por qué cambiarlo y permitir que se haga interferencia política en el ámbito de la Policía Federal", dijo Moro sobre la salida de Valeixo.
Moro aseguró que el 23 de abril conversó con Bolsonaro y trató de disuadirle asegurando que el cambio en la dirección de la policía tendría un impacto negativo y sería una interferencia política: "Y él me dijo que sí, que lo sería", añadió.
"El presidente me dijo de nuevo que él quería tener a una persona de contacto personal, que él pudiera llamar para recopilar informaciones, acceder a informes de inteligencia… realmente ese no es el papel de la Policía Federal, no debe prestar ese tipo de información, las investigaciones tienen que preservarse", criticó el ahora exministro.
"Voy a empezar a empaquetar mis cosas y entregar mi carta de dimisión, no puedo seguir (en el Gobierno) sin poder preservar la autonomía de la Policía Federal para realizar sus trabajos", lamentó el ministro.
La Policía Federal, que se encarga de las investigaciones anticorrupción, está bajo el mando del ministerio de Moro, pero Bolsonaro interfirió para nombrar a otro director, algo que el ministro no consideró aceptable.
El exjuez coordinó durante años la Operación Lava Jato, que destapó el escándalo de corrupción más grave en la historia reciente de Brasil y llevó a la cárcel a decenas de empresario y políticos.
Moro condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), lo que le dio gran notoriedad a nivel nacional y le convirtió para muchos en un símbolo anticorrupción, pero también le valió fuertes críticas tras supuestas irregularidades en el proceso.
Meses después de la condena a Lula, que lo dejó fura la carrera presidencial en 2018 para la que partía como favorito, Moro se unió la administración de Bolsonaro, lo que mucho entendieron como una especie de "recompensa" a su trabajo.
Detrás de estos movimientos habría un intento del presidente de tomar el control, en momentos en que sus hijos son también investigados, especialmente al senador Flávio Bolsonaro, acusado de diversas irregularidades cuando fue diputado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
Bolsonaro barajó la posibilidad de volver a crear un Ministerio de Seguridad Pública, lo que en la práctica supondría dejar a Moro sin poderes en una de las principales banderas del bolsonarismo.
Moro era uno de los ministro mejor valorados del Ejecutivo en todas las encuestas y su nombre suena como candidato presidencial en las elecciones de 2022.
Su salida del Gobierno se produce tan sólo una semana después de que el presidente Bolsonaro destituyera al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, en medio de la crisis del nuevo coronavirus.