El gato es uno de los animales de compañía más queridos en todo el mundo. Aunque sigamos considerando al perro, por regla general, como el mejor amigo del hombre, el felino doméstico, con su independencia, su gracia y su inteligencia, fascina a muchas personas. No es de extrañar que muchas culturas a lo largo de los años hayan considerado a este animal como un ser sagrado. Pero, ¿podemos comunicarnos con ellos? ¿Son capaces de entender lo que les decimos o captar nuestro estado de ánimo?
Un estudio publicado recientemente en la revista Nature asegura que el ser humano puede comunicarse emocionalmente con su gato a través del parpadeo de los ojos. En la investigación, los científicos notaron que los gatos parpadean a medias. Si una persona abre y cierra los ojos de forma muy lenta, los felinos tienen una mayor propensión a acercarse a ella. “En conjunto, nuestros resultados sugieren que las secuencias de parpadeo lento pueden funcionar como una forma de comunicación emocional positiva entre gatos y humanos”, asegura el estudio.
Los animales domésticos pasan más tiempo con humanos que con seres de su misma especie. Por este motivo, no es de extrañar que sean sensibles a las señales que les hacemos los humanos y que puedan, incluso, saber si estamos tristes o alegres. Los ojos son importantes para señalar emociones. El acto de entrecerrar los ojos parece estar asociado con una comunicación emocional positiva en distintas especies. Este estudio examina la importancia comunicativa de un comportamiento felino ampliamente conocido que implica el estrechamiento de los ojos, lo que se conoce como “secuencia de parpadeo lento”.
Los gatos “hablan” con nosotros
Es cierto que existen pocos estudios sobre las habilidades sociales y comunicativas de los felinos domésticos, seguramente por su naturaleza solitaria e independiente. Sin embargo, la investigación que evaluó las miradas entre humanos y gatos encontró que la mayoría de estos animales miran a sus dueños cuando se enfrentan a una situación ambigua. Además, se ha demostrado que los gatos domésticos se desempeñan igual de bien que los perros en tareas de elección de objetos utilizando el señalamiento humano, y solo un poco peor en tareas que requieren atención dirigida por humanos para obtener comida.
También se ha demostrado que los gatos llaman la atención humana a través del ronroneo y que son capaces de distinguir su nombre de otras palabras, incluso cuando personas desconocidas los pronuncian. Por otro lado, existe evidencia de que pueden mostrar expresiones faciales específicas durante contextos emocionales negativos con humanos. Además, los animales pueden ser sensibles a las señales emocionales humanas mostrando más “alo-frotamiento”, es decir, más acercamiento y contacto directo, hacia dueños tristes o con trastornos de la conducta similares a la depresión.
Estos hallazgos sugieren que el gato puede ser un modelo interesante para una mayor investigación de la comunicación entre especies, particularmente en el contexto de la comunicación emocional con humanos. Esta línea de estudio tiene especial relevancia para mejorar el vínculo gato-humano y el bienestar felino.