“Estoy dispuesta a defender mis principios y saltarme el evento”, explicó la ucraniana.
Anna Muzychuk, doble campeona del mundo de ajedrez, perdió sus dos títulos por negarse a participar en el Mundial de partidas rápidas y relámpago que celebró Arabia Saudí entre el 26 y el 30 de diciembre.
Según publicó en sus redes sociales, Muzychuk renunció a defender su corona por una cuestión de principios. “En pocos días perdí mis dos títulos mundiales, uno a uno. Solo porque decidí no ir a Arabia Saudí, por no jugar con las reglas de otros, por no llevar abaya, por no tener que ir acompañada cuando estuviera en la calle y, en resumen, por no sentirme una criatura secundaria”, mencionó Anna en su cuenta de Facebook.
Arabia Saudí había dado permiso para que las mujeres pudieran jugar sin lucir hiyab, el velo islámico, pero sí les obligaba a seguir un estricto código de vestimenta: traje pantalón azul marino o negro y blusa blanca de cuello alto.
«Empecé a informarme sobre la situación y en todas partes encontré que allí los derechos de las mujeres se violan a diario. Llegué a la conclusión de que era inaceptable participar en esas condiciones», cuenta Anna en conversación con BBC Mundo.
«Hice lo correcto»
Anna Muzychuk
A la pregunta de si volvería a tomar una decisión igual, respondió: «Nunca me he arrepentido. Creo que fue lo correcto».
«No tengo nada en contra de ese país. Cuando las mujeres se sientan cómodas, estaré encantada de jugar al ajedrez allí».
Esta decisión le costó a la ucraniana perder sus títulos de campeona del mundo de ajedrez en las modalidades de partida relámpago (en la que cada jugador tiene un máximo inferior a 10 minutos para completar todos los movimientos) y rápido (cada jugador cuenta con un tiempo preestablecido de entre 10 y 60 minutos), que había conquistado un año antes.
También se quedó sin el premio de US$2 millones para la ganadora ofrecido por los promotores sauditas, muy superior al de ediciones anteriores.
«Fue una decisión muy dura. Sabía que si no acudía perdería mucho dinero y mis títulos, pero decidí mantener mi postura en defensa de los derechos de las mujeres».
La campeona había asegurado estar “preparada para luchar por sus principios y saltarse esa convocatoria, en la que podía haber ganado más que en una docena de competiciones juntas”. Según ella, “lo más decepcionante de todo es que a casi nadie le importa”.
La joven de 28 años da charlas en pro de la igualdad y se ha convertido en imagen de la lucha contra la discriminación.