Trump enfrenta esta semana un panorama complejo condimentado por esas probabilidades tras el asalto al Congreso.
Los acontecimientos del 6 de enero, cuando una turba de seguidores del mandatario penetraron por la fuerza al Capitolio, colmaron la copa de una presidencia marcada por la irreverencia ante las leyes de un país que se precia de ser ejemplo de democracia para el mundo.
Al final de la semana trascendió que la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes buscaba la forma de acusar este lunes al presidente por 'incitar una insurrección', lo que desataría el proceso para el llamado impeachment.
El asunto es delicado para los demócratas pues un proceso legal supondría lastrar las prioridades legislativas del gobierno de Joe Biden, quien planea enviarlas al Congreso en su primer día en el poder para enfrentar a la pandemia de la Covid-19, reavivar la economía y reformar el sistema de inmigración, entre otras acciones.
En estos momentos Estados Unidos es una caldera, y medios de prensa y políticos echan leña al fuego demandando la aplicación de la 25 Enmienda a la Constitución y la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, se mueve en ese complicado escenario para iniciar el proceso si el vicepresidente Mike Pence no actúa.
El número dos de la Administración recibe fuertes presiones para destituir a Trump, de acuerdo al proceso establecido en la enmienda constitucional, algo que, pese a su aparente distanciamiento del mandatario, parece poco probable.
Sin embargo, la posible inhabilitación política de Trump para ocupar futuros cargos políticos es una zanahoria que pudiera alimentar los apetitos de algunos republicanos, entre ellos el senador conservador Tom Cotton, quien pudieran aspirar a la presidencia del país en 2024.
Cerrando la semana, la asistente de la presidenta de la Cámara de Representantes Katherine Clark (D-Mass.) dijo que una votación de impugnación a Trump por segunda vez podría ocurrir esta semana.
Inhabilitar al magnate inmobiliario para ocupar futuros cargos políticos es algo que está en el entramado aunque sus seguidores en una reunión del Comité Nacional Republicano hace pocos días lo apoyaron como el hombre para dirigir el partido hacia adelante, ignorando la agitación en Washington, según una reseña del diario New York Times.
En un juicio político, la Cámara de Representantes es la encargada de acusar formalmente al presidente con los cargos, en un voto del pleno, mientras que es el Senado quien se encarga de evaluarlos y decidir si lo destituye, para lo que se requiere una amplia mayoría de dos tercios.
Cuando aun algunos hablan de los millones de seguidores que tiene el mandatario y sus posibilidades de luchar con vistas a volver al gobierno en 2024, su inhabilitación es una perspectiva atractiva no solo para los demócratas sino también algunos republicanos que piensan en sus propias candidaturas.
Un artículo del diario The New York Times plantea que aunque el tiempo es ajustado, no es imposible técnicamente someter a Trump a un juicio y según dijo Michael J. Gerhardt, un estudioso constitucional de la Universidad de Carolina del Norte, no veía ninguna razón por la que el Congreso no pudiera proceder.
El juego está abierto y esta semana será decisiva. Hay muchos deseos de verlo tras las rejas y el asalto al Congreso llenó la copa. Sin embargo, en Estados Unidos, para algunos sospechosos, entre ellos Trump, si no hay pruebas no hay caso, y por tanto no hay juicio ni condena.
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