Arde la Amazonía en Brasil: este video muestra el real impacto de los incendios
La extensión de los incendios en la región ha obligado a algunos estados amazónicos de Brasil, como Amazonas y Acre, a declarar situación de emergencia o alerta ambiental debido a que la humareda multiplica las enfermedades respiratorias y afecta hasta el tránsito aéreo
Brasil registró entre enero y las tres primeras semanas de agosto 71.497 focos de incendio, el mayor número para el período en los últimos siete años, y poco más de la mitad de los cuales se reportaron en la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo, según datos oficiales divulgados este martes.
Según los cálculos del organismo, de los focos de incendio registrados hasta el 18 de agosto, 38.228, es decir el 52,5 %, fueron detectados en estados de la Amazonía.
Arde la Amazonía de Brasil: Imágenes muestran la voracidad de los devastadores incendios. Foto: Reuters
El 30,1 % de los focos (21.942) se registró en el Cerrado, como es conocida la sabana brasileña y que cerca la Amazonía, y el 10,9 % (7.943) en el Bosque Atlántico, la región boscosa que bordea la mayor parte del litoral del país.
El estado más afectado, con 13.641 focos, es el de Mato Grosso, que se extiende por gran parte de la Amazonía.
La extensión de los incendios en la región ha obligado a algunos estados amazónicos, como Amazonas y Acre, a declarar situación de emergencia o alerta ambiental debido a que la humareda multiplica las enfermedades respiratorias y afecta hasta el tránsito aéreo.
Arde la Amazonía de Brasil: Imágenes muestran la voracidad de los devastadores incendios. Foto: Reuters
El pasado lunes parte de los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná, así como Sao Paulo, la mayor ciudad del país, fueron afectados por la extensión de una intensa humareda procedente de los incendios y que prácticamente acortó el día debido al oscurecimiento prematuro.
De acuerdo con el INPE, los focos de incendio tan solo en la última semana han afectado 68 áreas protegidas por ser reservas ambientales o indígenas principalmente en la Amazonía.
El Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12 % de su vegetación, mientras que la cobertura vegetal en la Reserva Indígena Parque do Araguaia, igualmente en el estado amazónico de Tocantins, ha sido diezmada por el fuego.
La organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam), en un comunicado en el que se refirió al aumento de los incendios, asoció el crecimiento de los focos de fuego a la deforestación promovida por hacendados.
Arde la Amazonía de Brasil: Imágenes muestran la voracidad de los devastadores incendios. Foto: Reuters
El número de focos de calor registrado en la Amazonía ya es en un 60 % superior al de los últimos tres años y ese pico tiene relación con la deforestación y no con una sequía más fuerte como podría suponerse", denunció la organización.
"Si la sequía no explica los actuales incendios, la retomada de la deforestación de la selva sí lo hace. El fuego es normalmente usado (por colonos y hacendados) para limpiar el terreno después de la deforestación", agregó el Ipam en su comunicado.
De acuerdo con la organización, los incendios provocados por agricultores y criadores de ganado pueden salir del control.
La divulgación del fuerte aumento de los incendios en la Amazonía y de su posible relación con la deforestación promovida por hacendados se produce en momentos en que Brasil es blanco de críticas por las políticas medioambientales flexibles del actual presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
De acuerdo con un informe del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que desde hace 28 años estudia la región, la tasa de deforestación en la selva brasileña creció un 66 % en julio pasado, aunque ese porcentaje llega al 278 % según las proyecciones del INPE.
Evolución de la deforestación en la Amazonía brasileña según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Fuente: AFP
El aumento de tala de árboles en el pulmón verde del planeta ha llevado a Noruega y Alemania a suspender partidas destinadas al Fondo Amazonía, dedicado a la protección ambiental en Brasil y del que ambos países son los principales patrocinadores.
Tras las críticas recibidas, Bolsonaro insistió en defender la "soberanía" de Brasil sobre la Amazonía, mandó a la canciller Ángela Merkel a usar los fondos para "reforestar Alemania" y reprochó a Noruega por "matar ballenas" y "extraer petróleo del Polo Norte".
Desde que llegó al poder, el pasado 1 de enero, Bolsonaro ha propuesto un giro radical en política medioambiental, que pasa por la defensa de la explotación de la selva tropical, la legalización de la minería en las reservas indígenas y la reducción de la fiscalización en áreas protegidas.
¿Qué dice Bolsonaro?
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insinuó este miércoles que organizaciones no gubernamentales (ONG) pueden estar detrás de los incendios desatados en la Amazonía, que son los mayores registrados en los últimos años.
"Puede haber, sí, y no estoy afirmando, una acción criminal de esos 'oenegeros' para llamar la atención contra mi persona, contra el Gobierno de Brasil, y esa es la guerra que nosotros enfrentamos", declaró a periodistas Bolsonaro, cuyas agresivas políticas para la explotación comercial de la Amazonía han levantado polémicas.
Para reforzar su tesis, Bolsonaro citó que su gobierno ha "cortado el dinero público que iba para las ONG" que operan en la región amazónica, con proyectos "supuestamente" volcados al cuidado del ecosistema.
"De esa forma, ese personal está sintiendo la falta de dinero", agregó el gobernante de ultraderecha, quien apuntó que ahora la tarea de las autoridades es determinar si los incendios en el mayor pulmón del planeta han sido provocados.
hace 3 días - Una porción de la Amazonia de Brasil lleva 16 días en llamas. Según los satélites de la NASA, los incendios crecieron un 38% este año para ...
Incendios en la Amazonia: "Los invasores de tierras usan el fuego para dar cabida a negocios ilícitos"
Publicado: 23 ago 2019 17:12 GMT | Última actualización: 24 ago 2019 15:01 GMT
Marcos Buckeridge, decano del Instituto de Biociencias de la Universidad de Sao Paulo, habla con RT sobre las causas y efectos de las devastadoras llamas en el pulmón del planeta.
Indígenas en un área deforestada cerca de Humaita, estado de Amazonas, Brasil. 20 de agosto de 2019.
Ueslei Marcelino / Reuters
RT: ¿Hasta que punto la visión del Gobierno tiene efecto en este fenómeno?
MB: La importancia de la acción del gobierno ya se ha demostrado claramente en Brasil. Entre 2004 y 2010, aproximadamente, gracias a las acciones del ejecutivo hubo una caída drástica de la deforestación en la Amazonia. Esto demuestra que es posible controlar la deforestación y los incendios a través de acciones gubernamentales.
En los últimos 40 años, Brasil se convirtió en un ejemplo mundial en el área del medio ambiente debido a la evolución de las instituciones que se crearon a nivel gubernamental (nacional, estatal, municipal) para abordar el problema. En mi opinión, lo que está sucediendo en Brasil no es solo un tema político, sino que también es uncambio drástico en el enfoque ético del medio ambiente.
Incendios en la Amazonia: "Los invasores de tierras usan el fuego para dar cabida a negocios ilícitos"
Publicado: 23 ago 2019 17:12 GMT | Última actualización: 24 ago 2019 15:01 GMT
Marcos Buckeridge, decano del Instituto de Biociencias de la Universidad de Sao Paulo, habla con RT sobre las causas y efectos de las devastadoras llamas en el pulmón del planeta.
Indígenas en un área deforestada cerca de Humaita, estado de Amazonas, Brasil. 20 de agosto de 2019.
Ueslei Marcelino / Reuters
Las causas y efectos de estos incendios son las principales preguntas que están sobre la mesa. Tras acusar a las organizaciones no gubernamentales, Bolsonaro consideró que también podía ser obra de los hacendados. "Pueden ser hacendados. Todo el mundo es sospechoso, pero la mayor sospecha viene de las ONG", aseveró.
Hablamos con Marcos Buckeridge, decano del Instituto de Biociencias de la Universidad de Sao Paulo.
Al menos 78.383 incendios forestales han sido registrados en el país en lo que va del año, de los cuales unos 1.663 nuevos focos se produjeron entre el jueves y el viernes.
Incendio cerca a Porto Velho, Rondonia (Brasil). 21 de agosto de 2019.
Ueslei Marcelino / Reuters
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Centenares de nuevos incendios registrados en la selva amazónica al norte de Brasil están causando significativos daños, según reportes oficiales presentados este sábado. Esto sucede en medio de una creciente presión internacional sobre el primer mandatario brasileño Jair Bolsonaro para controlar los peores incendios en años, informa AFP.
Periodistas de la agencia pudieron avistar una gran cantidad de incendios este viernes en una extensa área del estado noroccidental de Rondonia. De igual manera, varias personas del municipio de Porto Velho afirmaron haber visto nubes de humo sobre la ciudad.
Al menos 78.383 incendios forestales han sido registrados en el país en lo que va del año, de los cuales unos 1.663 focos nuevos se produjeron entre el jueves y el viernes, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE). Los expertos consideran que la tala de árboles durante la temporada seca para zonas agrícolas y de ganado agravan el problema.
Presión internacional
Las nuevas cifras fueron presentadas después de que Bolsonaro autorizara el despliegue del Ejército brasileño para combatir los incendios y luchar contra la actividad criminal en la región. Sin embargo, el Gobierno brasileño es objeto de críticas desde distintas partes del mundo por la aparente inacción del Ejecutivo mientras buena parte de la región selvática se quema.
El presidente francés, Emmanuel Macron, acusó este viernes a su homólogo brasileño de haber decidido "no respetar sus compromisos climáticos ni comprometerse con la biodiversidad". En consonancia con la posición de Finlandia, que actualmente preside la Unión Europea, consideró la posibilidad de prohibir la carne bovina brasileña en el mercado comunitario, como represalia por la escasa respuesta del Gobierno de Brasil ante la devastación causada por los incendios.
La devastación que se vive en la selva amazónica ha provocado indignación en todo el mundo. Miles de personas protestaron en Brasil y Europa en los últimos días.
"Esto no solamente es un bosque que se está quemando. Es casi un cementerio. Porque lo único que puedes ver es la muerte". Rosana Villar, de Greenpeace, sobre los incendios masivos en la Amazonía de Brasil. Agosto 2019.
El presidente francés, Emmanuel Macron, lo declaró en un tuit: "nuestra casa se está quemando". La Amazonía se está quemando y no se puede recuperar. Solo este año hubo más de 74.000 incendios en Brasil, y 40.000 en la zona amazónica, según el Instituto Nacional de Brasil para la Investigación Espacial. Es un incremento de 85 % con respecto al año pasado, según las autoridades brasileñas.
El daño hecho a la selva amazónica es irreversible. Y la responsabilidad humana es innegable. El gobierno de Jair Bolsonaro ha dado luz verde a la destrucción amazónica, en nombre del "desarrollo" y la "prosperidad". Pero, ¿qué prosperidad habrá sin aire que respirar? ¿Qué vida se puede vivir sin planeta?
La crisis de la deforestación en Brasil ha sido acelerada por Bolsonaro, quien no ha escondido su desprecio por las comunidades indígenas y los defensores del ambiente. El gigante suramericano es uno de los países más peligrosos para los activistas ambientales. Según la organización Global Witness, en 2018 al menos 20 defensores del ambiente fueron asesinados, y esa cifra parece estar creciendo con Bolsonaro en la presidencia. El país ya está en el cuarto lugar del mundo de asesinatos de activistas del ambiente, la mayoría de los cuales son indígenas defendiendo sus tierras de la explotación promovida por las corporaciones y agroindustrias.
En 1998, Jair Bolsonaro, un ex capitán del ejército de Brasil y diputado de Río de Janeiro de la ultraderecha, fue citado en el periódico Correio Braziliense declarando: "es una pena que el ejército brasileño no ha sido tan eficiente como los americanos, quienes exterminaron a los indios". Más recién, en 2015, Bolsonaro dijo que "las reservas indígenas son un obstáculo a la agro-industria". Y en 2018, en campaña presidencial, el futuro jefe de Estado admitió: "si yo fuese presidente, ya no habrá ni un milímetro más de tierra indígena".
Parece que Bolsonaro está cumpliendo su promesa. Al asumir la presidencia de Brasil el 1 de enero del 2019, Bolsonaro comenzó a debilitar todas las protecciones ambientales del país con el objetivo de abrir la región amazónica al desarrollo económico. Su gobierno ha promovido la deforestación másiva de la Amazonía, causando la erupción de incendios devastadores en la selva que han llamado la atención mundial.
A diferencia de la creciente intensidad y cantidad de huracanes y tormentas a nivel internacional, de las inundaciones y sequías, y de las intensas olas de calor que son atribuidas al cambio climático y al calentamiento global, los incendios en Brasil no fueron causados por el clima. No son incendios salvajes que fueron iniciados por accidente y luego expandieron de manera incontrolable, como ha sucedido en California y en el oeste de Estados Unidos. Los incendios en Brasil y en la Amazonía —que traspasa fronteras e incluye territorios en Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela— fueron provocados por humanos. Son intencionales.
Esa cruda realidad hace la situación aún más incomprensible. ¿En qué cabeza cabe que destruir a la Amazonía sería un paso hacia la prosperidad económica? Menos en un momento de grave y creciente crisis climática a nivel global.
No es solamente la destrucción de una tierra mágica, llena de árboles que han crecido durante siglos, sino también la devastación del hábitat de decenas de miles de especies de animales, insectos, plantas y seres vivos y únicos, que contribuyen al aire que todos respiramos y al agua que necesitamos para vivir.
Mientras se queman los bosques y destruyen toda la vegetación en nombre del 'desarrollo', la tierra pierde su humedad y se seca. Entre más seca sea la tierra, más susceptible es a los incendios. Y sin la humedad de la selva, los sistemas de agua —el ecosistema del continente suramericano— será afectado de manera negativa. No habrá lluvia en el sur. No habrá agua. Y sin agua, no hay desarrollo ni prosperidad, porque no hay vida.
Entonces, ¿qué podemos hacer para revertir esta crisis y neutralizar las políticas destructivas de figuras como Bolsonaro y Donald Trump?
A finales de agosto, una joven de 16 años de Suecia, Greta Thunberg, llegó a la costa estadounidense, después de un viaje de dos semanas por mar desde Europa. Ella viajó en un barco propulsado por la fuerza del viento, que tuvo cero emisiones. Thunberg inició un movimiento en defensa del clima en su país nativo, conocido como Fridays for Future (Viernes por el Futuro), en 2018, con la intención de llamar la atención mundial sobre la creciente crisis climática y la necesidad de actuar desde ya, sin excusas.
La joven se ha convertido en la cara más visible y la voz más prominente en defensa de la Madre Tierra. Al ser invitada a la cumbre climática en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York este septiembre, Greta decidió que llegaría sin contribuir a la contaminación del planeta. Su acción es un ejemplo de lo que uno puede hacer para reducir su huella de carbón. Claro, no todos tenemos la opción de viajar en barco, en lugar de avión o carro, pero podemos intentar con otros cambios en la vida cotidiana que pueden reducir la contaminación, o que contribuyen a mayor consciencia sobre nuestro comportamiento destructivo y la necesidad de cambiarlo.
Greta ha dejado claro que su generación es la que pagará por las acciones destructivas de las anteriores, que aún siguen el en poder y que tienen en sus manos la capacidad de revertir —o reducir— los daños que están causando. Podemos consumir menos. Podemos usar energías renovables. Podemos caminar más y usar menos carros y vehículos que emiten gases y emisiones contaminadoras. Podemos comer más sano —dejar de comer carne producida en fábricas crueles— y podemos votar por políticos pro-ambientales que luchan por nuestro planeta y nuestro futuro.
Greta ha demostrado que una voz se convierte en millones. Esa joven decidió un día que no podía quedarse callada sin hacer nada mientras el planeta se quemaba. Se paró afuera de su escuela e inició una huelga solita. Los viernes por el planeta. Los viernes por el futuro. Un futuro que nos necesita con urgencia.
El horror que muchos sienten cuando ven a la Amazonía en llamas no debería quedarse como una imagen de un instante trágico. Es un llamado a la acción. Es una exigencia a elegir líderes que promueven el interés colectivo, que construyen y no destruyen, que trabajan por un mundo sostenible con humildad y humanidad.
Nuestra casa se está quemando y tenemos dos opciones: apagar la destrucción o incinerarnos.
Sônia Guajajara, coordinadora de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil y representante del Partido Socialismo y Libertad, explica en entrevista los impactos de los incendios, que continúan arrasando la selva amazónica.
Incendio en Porto Velho, estado de Rondonia, Brasil, 17 de septiembre de 2019.
Bruno Kelly / Reuters
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Soninha, presente activamente en todas y cada una de las recientes manifestaciones que han tenido lugar en Brasil para denunciar la destrucción de la selva amazónica, anuncia que habrá una huelga global el día 20 de septiembre y una marcha de mujeres por el clima el 7 de diciembre con motivo de la COP25 en Chile. "Mientras el mundo entero clama por una solución frente a los incendios, el Gobierno mantiene una posición de flexibilidad en relación a las leyes ambientales", afirma.
"El movimiento indígena siempre se moviliza, la diferencia es que en los incendios de 2015 y 2016 hubo un apoyo del Gobierno central y de diversos cuerpos de bomberos desplazados. El ministerio de Medio Ambiente mostró en aquel entonces un compromiso que fue clave para resolver el problema, pero ahora este ministerio poco se preocupa con ayudarnos, hace oídos sordos a la destrucción de la selva, la deforestación y la quema. Parece que considerasen eso normal o, por lo menos, actúan como si esta destrucción fuese normal", revelan las palabras de Guajajara.
Cuestionada sobre la acción deseada para combatir estos incendios, añade que, más allá de la urgencia de apagar el fuego, es extremamente necesario invertir en prevención, es decir, en equipos que orienten sobre cómo se deben quemar las ramas secas de la poda, que informen sobre las mudanzas climáticas y los periodos de sequía en los que hay mayor riesgo de propagación de fuego.
"Nos preocupa inmensamente que nuestra tierra, nuestra casa se esté quemando, pero nos inquieta más aún que esto sea a nivel amazónico. Se han desatado nuevos fuegos de Alter do Chão que también amenazan a poblaciones próximas y todavía no han sido controlados y, así, hay múltiples situaciones", explica Guajajara. Alter do Chão está en una región de protección ambiental situada en el estado de Pará, donde vive el pueblo indígena Borari y donde acuden cada vez más turistas por la belleza de sus paisajes, ahora bajo la luz incandescente de los fuegos próximos.
¿Por qué arde la Amazonia?
"Dejar que la selva se queme es una forma más de negociar y entregar la Amazonia a cualquier precio". Soninha tiene claro que el Gobierno y sus políticas tienen una responsabilidad. "Mientras que algunos países europeos ofrecían apoyo por medio de fondos o de organizaciones sociales, el Gobierno brasileño solo escuchaba sus propios intereses y los de las empresas privadas, es decir promover lo que él llama 'progreso' a partir de la destrucción de la naturaleza y la muerte de las personas", relata con indignación. "Eso sí que amenaza a la soberanía nacional, porque sin nosotros no existe esa Nación".
En los últimos tres meses, países como Alemania y Noruega han cuestionado las políticas ambientales del actual gobierno de Jair Bolsonaro y los roces diplomáticos han escalado hasta tal punto que estos dos países han retirado su apoyo financiero, que era esencial para la manutención del Fondo Amazonia, la mayor vía de recursos hasta el momento para proyectos de conservación de este bioma. La tensión diplomática ha salpicado con más fuerza a Francia, que también cuestionó las promesas de conservación de Bolsonaro y ofreció una ayuda económica por medio del G7 que todavía no se sabe si será formalmente aceptada por el Gobierno brasileño.
Por el contrario, los ministros parecen estar vislumbrando otra vía de financiación, que sería la propuesta el viernes pasado por el ministro de Relaciones Exteriores Michel Pompeo y que estaría íntegramente gestionada por empresas privadas, pues esta sería según Pompeo y su homólogo brasileño, Ernesto Araujo, la única vía para proteger la selva y los intereses de quien allí vive. "El aumento de empresas de extracción de recursos naturales nos genera una inseguridad insoportable porque sabemos que conforme más invierten, más dueños se sienten de esta tierra", responde Guajajara.
Ella, como representante del movimiento indígena brasileño, clama al cielo por el hecho de que las poblaciones nativas que viven en la selva nunca sean consultadas en relación a las políticas que allí se aplican. "El Gobierno de Bolsonaro ya decía desde su campaña electoral que los indígenas tendrían que ser integrados a la sociedad. Él no respeta nuestros modos de vida, quiere imponer un patrón único de sociedad y eso demuestra el tamaño de su ignorancia en relación a nosotros, pueblos ancestrales".
Soninha resalta, también, que desde que comenzó este Gobierno ninguna tierra indígena ha sido demarcada, tal y como el actual presidente prometió en su campaña. Y, no solo eso, sino que la legislación está avanzando para reducir los derechos de las poblaciones ancestrales o para legalizar actividades como el arrendamiento de tierras indígenas para producciones intensivas, tal y como propone el Proyecto de Enmienda Constitucional, PEC-187, según rezan las palabras de esta líder indígena. "Este Gobierno se está consolidando como el más intolerante y abominable de la historia democrática de Brasil. Algunas de sus políticas autorizan, indirectamente, el genocidio de los pueblos indígenas", concluye Guajajara.
Líderes indígenas demandan a Bolsonaro ante La Haya por "crímenes contra la humanidad"
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Los asesinatos, los traslados forzosos de pueblos locales y la persecución de los indígenas constituyen "crímenes de lesa humanidad", aseguran los demandantes.
Dos importantes líderes indígenas brasileños han pedido a la Corte Penal Internacional en La Haya (CPI) que investigue por "crímenes contra la humanidad" al presidente de país, Jair Bolsonaro, al que responsabilizan de los daños ambientales, asesinatos y persecución que se registran en la Amazonia.
Raoni Metuktire, símbolo de la lucha por los derechos indígenas y la preservación de la Amazonia, y Almir Narayamoga Surui, otro emblemático jefe indígena, presentaron este viernes la demanda ante el organismo.
En su denuncia, de la que se hizo eco este sábado el diario francés Le Monde, los dos líderes nativos alegan que desde que Bolsonaro asumió la presidencia en enero de 2019 "la destrucción de la selva amazónica se ha acelerado sin medida".
En particular, destacan que la deforestación se ha disparado "en un 34,5 % en un año, el asesinato de líderes indígenas está en su punto más alto en 11 años y las agencias ambientales han colapsado o han hecho frente a amenazas", recoge AFP.
"Peligro directo para toda la humanidad"
"Esta situación, la más dramática de los últimos 10 años, es resultado directo de las políticas de Jair Bolsonaro", quien quiere "levantar todas las barreras para saquear las riquezas de la Amazonia", sostienen los demandantes, que consideran que los asesinatos, los traslados forzosos de pueblos locales y la persecución de los indígenas constituyen "crímenes de lesa humanidad".
La destrucción de la selva amazónica es un "peligro directo", no solo para los brasileños, "sino para toda la humanidad", alertan los líderes indígenas.
El Gobierno de Bolsonaro ha propuesto una legislación que relajaría las restricciones en las regiones amazónicas para la minería comercial, la extracción de petróleo y gas y la agricultura a gran escala.
La demanda, de unas 50 páginas, es la segunda presentada contra el mandatario brasileño ante este organismo desde el pasado mes de julio, cuando el personal sanitario de Brasil pidió al tribunal una investigación contra Bolsonaro por "crímenes contra la humanidad" por su gestión de la pandemia del coronavirus.