Las declaraciones de Yonny Andrés Ospino Castillo provocaron revuelo en redes sociales cuestionando el trato que reciben los uniformados en el Ejército o si se trata del síndrome de Estocolmo.
En redes sociales han suscitado polémica las declaraciones de un soldado del Ejército de Colombia poco después de que fuera liberado y afirmara que les estaba cogiendo cariño a sus captores del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Se trata del militar Yonny Andrés Ospino Castillo, quien junto a su compañero Jesús Alberto Muñoz Segovia, fueron raptados el pasado 2 de febrero en una zona rural del municipio El Carmen, departamento Norte de Santander, recogen medios locales.
Ambos uniformados pertenecían al Batallón Energético y Vial número 10 y permanecieron en cautiverio 13 días, antes de que los pusieran en libertad gracias a la mediación de la Defensoría del Pueblo, la Cruz Roja Internacional, la Iglesia católica y otras entidades.
Una vez a salvo, en declaraciones a los medios de comunicación, Ospino Castillo expresó que tenía sentimientos encontrados ya que desde el inicio recibió un buen trato y se "sentía como amañado con ellos". "No tengo que decir nada malo, o que me hayan dado maltrato", aseguró el soldado de 19 años.
Cuando los periodistas le preguntaron cómo se sentía al volver a ver a su familia, dijo con voz entrecortada: "La verdad feliz, pero a la vez triste porque ya me estaba encariñando con ellos".
Las imágenes provocaron revuelo en la Red donde muchos usuarios cuestionan el trato que reciben los uniformados en el Ejército colombiano, para que el joven asegurara que le entristece dejar a sus captores.
Otros atribuyeron la reacción del soldado al síndrome de Estocolmo, que se produce cuando la víctima desarrolla un vínculo afectivo hacia sus captores.
Recientemente la madre del soldado comentó que su hijo "es muy cariñoso y suele apegarse de manera rápida a las personas y sufrir problemas de depresión".
Por su parte el psicólogo y colaborador del diario Colombia Informa, Diego Marín, explicó que durante su formación militar, a Ospino Castillo "se le enseñó que el Estado era 'el bueno' y las guerrillas eran 'los malos'", pero cuando el joven se dio cuenta que sus captores son un grupo de personas que se parecen a él, empezó a cuestionar sus paradigmas. "Empieza a comparar el trato que recibe como soldado y el que le están ofreciendo como rehén".