Cuando observamos a Próxima Centauri, la estrella más cercana, estamos viendo como era hace 4.2 años en el pasado. (Foto: skyandtelescope.org
A cargo de YAMILA BERDAYE
¡Mirar al cielo es mirar al pasado! y no solo es frase poética, sino realidad científica, cada vez que se pone la vista en una estrella de la bóveda celeste, incluso en la Luna o algún planeta, no estamos viendo el presente, sino la luz que emitió hace minutos, horas e incluso años cuando se trata de las estrellas más distantes.
Explican los investigadores que la vastedad del cosmos desafía incluso a la velocidad de la luz. El ejemplo más inmediato es el brillo de la Luna, producto del reflejo del Sol: cada vez que la miramos, en realidad estamos viendo como era hace 1.2 segundos, debido a la enorme distancia (384 400 kilómetros en promedio) que nos separa de ella y el tiempo que le tomó a la luz recorrer el largo camino hasta la Tierra.
Este principio es más evidente conforme nos alejamos más y más de nuestro planeta: Sabemos que la luz del Sol que recibimos en este momento es la que emitió hace ocho minutos y 17 segundos y que por ejemplo, cuando observamos a Próxima Centauri, la estrella más cercana, estamos viendo como era hace 4.2 años en el pasado. Un ejemplo aún más dramático es el de la galaxia más cercana a la Tierra, Andrómeda, ubicada a 2.5 millones de años luz de nuestro planeta, al contemplarla en una noche despejada podemos ver cómo era exactamente hace 2.5 millones de años.