Dedique un tiempo para actividades corporales al aire libre; practique algún deporte o simplemente dé largos paseos; si es posible, acompañado de un familiar o amigo. (Foto: elsoldepuebla.com.mx).
A cargo de ROSA M. CUBELA
Le ofrecemos varias sugerencias para evitar que las inquietudes se adueñen de usted. Estamos claros de que nada puede suplir la recomendación de un especialista, pero usted también se puede ayudar.
Armonía del espíritu
Los pensamientos determinan nuestra vida: “El hombre es lo que piensa”. “El espíritu decide: lo que tú piensas es lo que serás”, decía Buda.
Piensa siempre en forma positiva, di con fuerza ¡BASTA!, cuando te des cuenta de que vuelves a tus malos pensamientos habituales. Repite varias veces al día: “Me va bien, cada día me va mejor”.
Ámate a ti mismo: el que no se ama a sí mismo, limita la confianza en su propio rendimiento. Sin ninguna consideración te exigirás cada vez más a ti mismo y caerás en un continuo estrés. ¿Quieres que algo cambie en ti o a tu alrededor? Comienza por considerarte como una persona insustituible, con sus virtudes y defectos, que los quiere y los acepta.
Incentivar los intereses y predilecciones: busca qué tipo de actividad te proporcionaría ilusión, relajamiento y satisfacción. Se trata de encontrar a tiempo una nueva orientación y de conseguir otra forma de actuar que dé sentido a tu vida.
Movimiento: Dedica un tiempo para alguna actividad corporal al aire libre, practica algún deporte o simplemente da largos paseos, de ser posible acompañado de un familiar o amigo. Ve al cine, al teatro o a espectáculos deportivos.
Tranquilidad y reposo: Descansa lo necesario, planifica en tus quehaceres diarios, ratos dedicados únicamente a ti y tu reposo. Duerme las horas necesarias.