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La negociación entre ambos dirigentes durante el fin de semana, clave para desbloquear el desencuentro
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Junts sostiene que ha logrado doblegar el objetivo de los republicanos de formar un Govern en solitario
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El pleno de investidura podría celebrarse este jueves
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Cuminan así el trabajo iniciado por ERC con el pacto de investidura previo con la CUP. En estos momentos, los equipos negociadores están acabando de ultimar los flecos del preacuerdo y a lo largo de esta mañana informarán a las respectivas ejecutivas de los partidos.
En el comunicado, republicanos y posconvergentes piden disculpas a los ciudadanos por haber "alargado tanto el cierre del acuerdo" y se comprometen a "construir un Govern que busque reconstruir la confianza con la ciudadanía de Catalunya". Asimismo, expresan su compromiso de lograr "la máxima confianza entre socios" y trabajar "conjuntamente con la CUP".
"El objetivo no es otro que servir al país y a la gente de la mejor manera posible, gobernar para todos y al mismo tiempo poder avanzar hacia el objetivo común de la independencia en forma de República Catalana", remacha el comunicado.
La versión de Junts
Según fuentes del equipo negociador de Junts, el acuerdo alcanzada este fin de semana es la evidencia de que todos los ultimátums y las condiciones que planteó Esquerra Repubplicana "han saltado por los aires". La formación del 'expresident' Carles Puigdemont se felicita de que la discreción y la firmeza que dicen haber aplicado a las negociaciones ha logrado buenos resultados. "Negociar y gesticular desde los medios de comunicación no les ha servido de nada", añaden en relación a los republicanos. La clave, según otra fuente, ha sido la intervención personal entre Pere Aragonès y Jordi Sànchez en una discreta negociación durante el fin de semana.
Un largo y tortuoso camino
El preacuerdo es fruto de un largo y tortuoso camino desde las elecciones del pasado 14 de febrero. Durante tres meses, la negociación ha vivido un sinfín de bloqueos. Inicialmente, el acuerdo para investir a Laura Borràs, candidata de JxCat, como presidenta del Parlament, parecía albirar un acuerdo sin dificultades para que Aragonès fuera 'president' con los votos de Junts. Sin embargo, el único acuerdo inicial que cerró ERC fue con la CUP para lograr los votos de los anticapitalistas en la investidura del republicano. Este se sometió a dos votaciones de investidura en las que en ninguna de ambas logró los votos de Junts que alegó que no había un acuerdo suficientemente sólido. Es más, Junts llegó a pedir a Aragonès que ni optara a la segunda votación para no perderla.
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Durante semanas, las negociaciones se han ido encallando reiteradamente, en especial por el papel del Consell per la República, el organismo que dirige Puigdemont desde Waterloo y que Junts quería que pilotara el proceso soberanista, mientras Aragonès rechazaba someterse como 'president' a cualquier tipo de tutela. Junts ofrecio formalmente el apoyo a Aragonès si no había acuerdo, para evitar elecciones, pero finalmente se desdijo de tal afirmación al constatar que el candidato repbulicano rompía las negociaciones argumentando que con JxCat era imposible llegar a un acuerdo. Al reclamar un Govern en solitario, Junts afirmó que no ofrecería los votos gratis. Entonces ERC negoció con los 'comuns', que exigieron que a cambio de sus votos Aragonès se comprometiera a no gobernar posteriormente con Junts. La negociación con los 'comuns' también se quebró.
A partir de ahí los reproches entre ERC y Junts crecieron con reproches públicos de Jordi Sànchez, de Junts, a ERC, por haber optado por un acuerdo no independentista con los 'comuns', respondidos por Aragonès reclamando a Junts que cumpliera con su palabra de investirle con o sin acuerdo. ERC sostuvo durante días que rechazaba la condición de un Govern de coalción previo con Junts para la investidura, pero finalmente el acuerdo anunciado apunta explícitamente a la "coalición· como fórmula para el acuerdo.