De “la espada y la cruz” hace más de 500 años para colonizar, saquear y someter… A “la metralleta y la biblia” hoy, para seguir saqueando y sometiendo, para entrenar a las fuerzas represivas encargadas de sofocar la protesta social mediante el Terrorismo de Estado, con todos sus asesinatos, torturas, desaparición forzada de manifestantes, descuartizamientos, uso de accionar combinado uniformado y parapolicial, etc.
La religión sigue siendo un opio poderoso, y combinar los mecanismos de fanatismo y alienación mental con la represión homicida sigue siendo altamente eficaz para la clase explotadora.
El capitalismo transnacional y la burguesía local, combinan el Exterminio con todo mecanismo de colonización mental que lleve a la sumisión y a la legitimación de un orden social injusto. Los asesinos siguen rezando antes y después de violar, torturar y asesinar.
El Estado se encarga de comprar biblias y municiones. Los banqueros, en lujosos salones, firman contratos sobre ecocidios y genocidios.
Una niña de la Minga Indígena habla claro:
“Lo que más me ha gustado de las marchas es que haya más niñas y niños y que la palabra y acción siga sirviendo los bienes comunes (…) Si hablamos nos matan, y si callamos también. Entonces hablamos”. Niña de la Minga indígena, afro y campesina, Colombia, gran Paro nacional, 2021
Escena tipica de una dictadura fascista
Jóvenes manifestantes secuestrados por el escuadrón ESMAD de la policía colombiana y llevados a un potrero con los ojos vendados. En Buga.