Si usted es de los que confía en la persona que está al otro lado del teléfono celular, que le dice que es funcionario de un banco y le ofrece un paquete con diferentes servicios a bajo precio, desconfíe, o por lo menos esa es la principal recomendación que entregaron las autoridades.
Aprovechándose de esa ingenuidad de los clientes fue que ‘Los Call Center’ lograron montar todo un andamiaje para cometer sus fechorías y lograr amasar miles de millones de pesos a costillas de suplantar a los dueños de tarjetas de crédito, que sin intención terminaban entregándoles su información personal.
Con el dinero de las estafas, los miembros de esta banda delincuencial se daban una verdadera vida de millonarios, pues por año lograban ganancias netas aproximadas o superiores a los 2.000 millones de pesos, que les servían para comprar carros lujosos, apartamentos, joyas, pasear en yate, viajar a mundiales como el de Rusia y Brasil, entre otros lujos; una verdadera vida de magnates engañando inocentes, a quienes les sustraían su información personal con tan solo una llamada.
El ‘modus operandi’
El modo de delinquir de ‘Los Call Center’ consistía en realizar llamadas a dueños de tarjetas de crédito, de quienes ya habían obtenido información bancaria tras comprar en el mercado negro las bases de datos de sus víctimas.
Al tener la información, el paso que seguía era comunicarse con la potencial víctima a través de una llamada para ofrecerle paquetes con múltiples servicios como veterinaria para su mascota, abogados 24 horas, asistencias para vehículos, entre otros, a precios entre 500.000 y 2 millones de pesos. ‘Los Call Center’ se hacían pasar por funcionarios de entidades bancarias y se ganaban la confianza de sus víctimas por la información robada.
Tras lograr que la víctima les diera los códigos de seguridad de la tarjeta de crédito, la estafa estaba consumada. El dueño de la tarjeta era notificado de que supuestamente había hecho una compra y ahora vendría lo imposible: comprobarle al sistema bancario que había sido estafado, pues ‘Los Call Center’ contaban con la información personal, claves y códigos de seguridad de las víctimas, y además el reconocimiento de voz, porque la conversación había sido grabada y editada para acomodar las respuestas para validar la supuesta compra.
El cerebro
Aunque son varias las cabezas que diseñaron este mecanismo de estafa y suplantación, las autoridades pusieron los ojos sobre alias ‘Lina Coca’. Esta mujer fue cobijada con casa por cárcel por ser madre cabeza hogar, pero conoce muy bien el funcionamiento de la banda, pues inició trabajando en una empresa vendiendo portafolios de servicio por teléfono; sin embargo, dicen los investigadores de la Dijín que desde hace al menos 14 años está cometiendo esta actividad delincuencial.
Le contabilizaron que tenía al menos 20 call centers funcionando en la actualidad en todo el país, y aunque en el papel estos eran legales, se convertían en nidos de delincuencia cuando desde allí llamaban a los clientes que ya tenían perfilados por las bases de datos que habían comprado de manera ilegal; los llamaban haciéndose pasar por funcionarios de reconocidas entidades bancarias para ofrecerles supuestos beneficios por su buen comportamiento económico. Con gran habilidad les robaban la información personal y hacían la estafa.
Se estima que en un día lograban 50 estafas, sus víctimas llegaron a 3.500 en los últimos años y entre los años 2018, 2019 y 2020 obtuvieron ingresos ilegales cercanos a los 5.000 millones de pesos obtenidos de los ingenuos propietarios de las tarjetas de crédito.
Empresa criminal
La operación ya lleva dos fases en las que han sido capturadas 50 personas y aún faltan más por detener. Son tres años de investigación que permitieron develar un sistema complejo de estafas en masa, que el sistema financiero no tenía detectado, el cual no habría sobrevivido sin la participación de funcionarios activos y exfuncionarios de entidades bancarias.
Se establecieron tres perfiles que le ayudaban a esta red delincuencial a cometer su crimen.
El primer perfil es el de los funcionarios que les vendían las bases de datos con la información personal de los clientes de los bancos.
El segundo perfil, el de los funcionarios que les ayudaban a gestionar sin mayores contratiempos los pagos fraudulentos que se hicieron con las tarjetas de crédito.
El tercer perfil de funcionarios y exfuncionarios de bancos, los que les ayudaban con las investigaciones que se hacían dentro de los bancos o que les ayudaban a desbloquear los pagos que eran frenados por sospechas de estafa. Todo un andamiaje criminal.
“De igual manera fue capturado alias ‘Lucho’, un joven de 29 años de edad, quien era uno de los funcionarios corruptos que realizaba las vinculaciones de las empresas fachada a las entidades financieras y además realizaba las activaciones de los permisos especiales para que ‘Los Call Center’ pudiesen operar y cometer fraudes”, señaló el general Fernando Murillo, director de la Dijín.
Durante los allanamientos, a los integrantes de esta red les encontraron más de 18 datos de clientes nacionales y extranjeros, donde tenían todo el conocimiento sobre sus movimientos financieros, los cupos con los que contaban las tarjetas de crédito, entre otros.
El mecanismo
Dicen las autoridades que nada de estas personas era al azar. Sus principales víctimas estaban en personas entre los 50 y 70 años de edad. Alias ‘El Pollo’, era quien entrenaba a los falsos asesores con habilidades de ingeniería social para obtener la información de las víctimas sin que lo notaran.
Preferían que sus asesores fueran de la región del Eje Cafetero, pues reposa en la investigación que por su acento las víctimas eran menos cortantes en las llamadas. Preferían mujeres para hacer los contactos telefónicos. Contaban con falsos o representantes legales de empresas fachada, supervisores y asesores de ventas.
Recomendaciones
Ante la facilidad que puede ser para estos criminales robar la información bancaria, las autoridades hicieron varias recomendaciones, como no entregar información personal ni de las tarjetas a través de las llamadas, recordar que los bancos no solicitan claves ni números de seguridad de las tarjetas y, ante las dudas, colgar la llamada y comunicarse directamente con el banco o acudir a la seda bancaria mas cercana.
Por este caso han sido capturadas 50 personas y aseguran las autoridades que la investigación no termina allí, pues señalan que ya están otras personas identificadas entre las que se encuentran funcionarios activos de las principales entidades bancarias.