París, abril de 1921
LA GLORIA de Lenin crece morosamente, digo, regularmente, luz a luz. Hablo de la gloria del triunfador, de la gloria del jefe del gobierno bolchevique. Hablo de la gloria del hombre del destino -como diría Bernard Shaw-, en una palabra, de la gloria del hombre logrado. No hablo de la otra, de la gloria del héroe oscuro, del candidato a vencedor. Esta gloria del luchador -que hoy va entrañada a la del triunfador- no seria de nadie conocida hasta este instante, si Lenin no hubiera llegado al poder.
Como la de todos los grandes creadores de la historia, la gloria del dictador comunista no ha nacido de golpe ni ha deslumbrado instantáneamente al universo. No se ha levantado ni ha reinado armo la de Wilson, cuyo nombre e influencia llenaron en un minuto el mundo. Ni como la no menos fulminante de Napoleón. La gloria de Lenin ha brotado y está creciendo de modo natural, sujetándose a las leyes regulares de todo lo que nace y crece verdaderamente. La gloria de Lenin sigue el ritmo biológico del devenir histórico, en todo su rigor. Ni se ha improvisado ni violenta el proceso normal de la vida. Como hecho vivo que es, no puede ni ha podido contrariar el orden sano de aquélla. La gloria de Lenin ha germinado y se desarrolla, como las plantas y los animales, sujetándose al curso normal de las aguas y de las nubes y a la rotación ordinaria de las estaciones. No ha podido ni puede burlar el orden de la naturaleza, saltando, verbigracia, de la primavera al otoño, por sobre la cabeza y los derechos del verano. Así nace y así crece todo lo que nace y vive de veras.
Porque de otro lado, la gloria existe y existe como fuerza viviente y fecunda, mas no como charretera retórica como medalla literario-musical, ni como vana estatua ni como hombre hueco. Cuando hablo de gloria, designo con este vocablo una energía de la historia, la influencia viviente de un hombre sobre los demás. Cuando hablo ahora de la gloria de Lenin, nombro a los gérmenes prolíficos y vivificantes que deja entre los hombres la obra de Vladimir Ilich Ulianof. Una semejante acepción de la palabra “gloria”, está de acuerdo con las leyes históricas y biológicas de esta fuerza, a que hemos aludido.
El espíritu de Lenin sigue, pues, trabajando Sigue difundiéndose y penetrando los múltiples tejidos de la vida. Su acción política se propaga en las masas del mundo entero. Su doctrina repercute y suscita en los núcleos dirigentes, otras y otras doctrinas verdaderas y continuativas de la suya. En todos los idiomas europeos se comenta su vida, señalándola, francamente o con reticencias, pero siempre con asombro, como una de las más influyentes de la historia. Pierre Chasles acaba de publicar en francés una Vida de Lenin, de evidente interés biográfico. Con éste ya cuatro los libros que se edita en francés sobre Lenin: el de Trotsky, el de Zinovief, el de Gorki y, este último, de Chasles. Cada cual aporta una versión distinta y complementaria de la vida de Lenin. El libro de Trotsky nos revela, en particular, al estadista y al hombre de doctrina; el de Zinovief, al revolucionario, con todas sus peripecias y heroísmos; el de Gorki, la psicología de Lenin y, en fin, el de Pierre Chasles, de todo un poco.
Pierre Chasles toma a Lenin desde el liceo ruso de Simbirsk, en 1886: alumno de dieciséis años de edad, inteligente, aplicado, católico y con un pronunciado gusto por el comando y la dirección de sus compañeros de estudios. Luego vernos a Lenin, arrancándose un día del pecho una reliquia religiosa y arrojándola al suelo, en un gesto de ateísmo. Un año más tarde, a raíz del fusilamiento de su hermano mayor, inculpado de un atentado revolucionario contra el zar Alejandro III. Lenin ve indigna y, por primera vez, insurge contra el orden social establecido. Pasa a la universidad y se hace uno de los líderes de los estudiantes revolucionarios. Lectura de Marx, en Samara, a las orillas del Volga. Desde el primer momento, Lenin se orienta constantemente a la acción, más que a las disciplinas teóricas. Viaje a San Petersburgo y publicación de su primer opúsculo Lo que son los amigos del pueblo y cómo combaten a los socialdemócratas. Sus ideas y su propaganda se dirigen, sobre todo, a los obreros. Como buen marxista – comenta Chasles— Lenin sintió, desde el primer momento, que solamente las masas podían servir de punto de apoyo para todo movimiento revolucionario—. La publicación del primer número del periódico La causa obrera, le vale catorce meses de cárcel y tres años de destierro en Siberia, los mismos que él emplea en leer y en escribir El desenvolvimiento del capitalismo en Rusia. Publica, a las espaldas de la policía, numerosas hojas sueltas y manifiestos políticos. En Siberia, Lenin se casa con otra desterrada política, Nadejda Constantinovna Kruskaia, su colaboradora. Matrimonio de amistad y comunión de fe marxista, más que de amor y pasión. "Tan difícil sería -dice el biógrafo— escribir una vida amorosa de Lenin, como una vida amorosa, de Nietszche". Luego viene su instalación en Munich. Fundación en 1903 del partido bolchevique. A los treinta y siete años de edad, la personalidad de Lenin se encuentra definitivamente formada, tras el período revolucionario de 1905 a 1907. Armado del Anti-Dúrhing de Engels, que para él era como el alfa y omega de toda filosofía, Lenin se entrega en seguida a la tarea de preparar la revolución Viaja por casi codas las capitales; europeas, documentándose en la realidad social Y en el contacto de la clase obrera. Declarada la guerra de 1914, las fuerzas austriacas lo apresan en Cracovia. Fundación de la Tercera Internacional, Hacia Petrogrado, vía Berlin. Las diez tesis de abril de 1917. Persecución de Lenin por Kerensky La Revolución de Octubre, en un prólogo, dos actos y un epílogo. Obra destructiva y constructiva del estadista. Cuatro balas en el pecho. La vida de trabajo y de pobreza en el Kremlin. Su muerte y apoteosis.
Mundial, Nº 485. Lima, 4 de octubre de 1929