Cuando empecé a quererme con todos mis defectos y todas mis virtudes, la vida me cambió de un modo maravilloso y misterioso. Abrí el corazón y empecé a ver el mundo desde muchos ojos distintos. Cuando empecé a quererme dejé de conformarme con demasiado poco. Cuando empecé a quererme descubrí mi bondad.
Cuando empecé a quererme empecé a tomarme en serio y con gratitud el regalo de la vida. Cuando empecé a quererme empecé a saber que estaba en el lugar adecuado... En el momento oportuno y entonces pude relajarme. Cuando empecé a quererme sentí una fuerza que me obligaba a bajar el ritmo y eso lo ha cambiado todo.
Cuando empecé a quererme empecé a apreciar la soledad de estar rodeada de silencio, sobrecogida ante su encanto, escuchando el espacio interior. Cuando empecé a quererme descubrí que no soy especial, pero que sí soy única. Cuando empecé a quererme redefiní el éxito y la vida se convirtió en algo muy sencillo.
Ah, ¡qué placer! Cuando empecé a quererme descubrí que no tengo que perseguir a la vida, si me quedo quieta y tranquila, la vida viene a mí.
Valórate mujer